El Vaticano y su nueva marca: “El capitalismo
inclusivo”
La
Iglesia católica, desde el siglo XVIII, se ha presentado, casi siempre, como
una vía de apaciguamiento en el conflicto social, rechazando siempre el
antagonismo entre las clases sociales.
KAOSENLARED
26 Dic, 2020
La Iglesia
católica, desde el siglo XVIII, se ha presentado, casi siempre, como una vía de
apaciguamiento en el conflicto social, rechazando siempre el antagonismo entre
las clases sociales. La denominada doctrina social de la Iglesia católica
se fraguó en el siglo XIX contra los movimientos sociales del primer
capitalismo y en particular frente al ascenso de la organizaciones obreras que
reclamaban un modelo social antagónico al capitalismo como era ,en sus
orígenes, el socialismo; se fue concibiendo , al tiempo, el concepto teológico-
católico de “justicia social” que más tarde, a través del socialismo
Fabiano inglés, se introduciría también en la socialdemocracia, concepto
que se enfrenta a otro originariamente socialista que es el de “solidaridad
social” , concepto más radical en su sentido distributivo ya que la solidaridad
social no trata , como si lo hace la justicia social , de dar a cada cual
lo suyo sino de distribuir la riqueza social entre todos.
Desde la
encíclica Rerun Novarum de 1891 de León XIII- ésta muy anti socialista-, casi
todos los Papas han escrito encíclicas donde hacen llamados a la fraternidad
universal, la caridad y la justicia social. Particularmente fue prolijo en
estas encíclicas Juan Pablo II ya que había estado muy vinculado al sindicato
Solidaridad de Polonia e intentó-pese a su carácter reaccionario en lo moral-
desarrollar un discurso anti neoliberal. Juan Pablo II, que era la plañidera de
todos los dictadores y de los estadistas más reaccionarios de su tiempo,
siempre que era invitado en sus viajes tan publicitados solía lanzar peroratas
encendidas contra el neoliberalismo que los mezclada con la defensa de
la vida, la reprobación de la contracepción y del uso del condón en tiempos del
SIDA. La última de estas encíclicas es la del Papa Francisco, Fratelli Tutti ,
donde los cánticos a la fraternidad ahora son acompañados con llamados al
amor a la naturaleza y a la conservación medioambiental. Esta idea de
sancionar espiritualmente el capitalismo verde es algo en lo que se insiste
mucho desde el último catolicismo vaticano: cuidar lo que ha sido creado por
Dios. Una especie de restauración del Francisco medieval, una vuelta a la
naturaleza, que es, en la concepción católica, divina; desde esta perspectiva
ideológica constituye una restauración de un conservadurismo frente a la época
del progreso -a la que tanto se opuso la iglesia católica- y de la
revolución industrial que fue unida a los humos negros , a la
contaminación y al avance imparable del secularismo y del laicismo.
Esta tradición
de la doctrina social de iglesia, nacida en oposición a los movimientos obreros
del siglo XIX, tenía poco que ver con los movimientos católicos revolucionarios
de los años 70 en Latinoamérica, la llamada teología de la liberación, donde se
propugnaba abiertamente un socialismo político asociado al antimperialismo.
Hoy, por supuesto, esa teología ya no tiene vigencia y ha sido transformada en
un discurso contra el neoliberalismo. Pero, en realidad, el neoliberalismo
globalista está en decadencia como consecuencia de la crisis económica que
comenzó en el año 2008 y para adaptarse a un nuevo ciclo de la económica
capitalista están surgiendo, desde las corporaciones financieras e industriales
más importantes, nuevas marcas que pretenden dar cierta coherencia ideológica a
esta pretendida nueva refundación del capitalismo. Así el Foro Económico
Mundial de Davos, cuya reunión anual esta prevista para finales de enero de
este mes, habla de un reseteo o un reinicio de un capitalismo postcovid que
supere el neoliberalismo, discurriendo sobre la necesidad de un nuevo modelo
financiero internacional asociado a un nuevo globalismo de rostro humano en el
tiempo de la robotización industrial y del capitalismo verde. En esa misma
línea se encuentra el grupo de los ejecutivos de los megabancos y mega
industrias reunidos en el denominado “Consejo por el capitalismo inclusivo”,
organización financiada por la Fundación Ford y la Fundación Rockefeller y
presidida por Lynn Forester de Rothschild, fundadora del Consejo y socia
directiva de Inclusive Capital Partners. La propuesta del Capitalismo Inclusivo
es similar a la del Foro Económico Mundial, pero algo más “light”, es una
transición más suave hacia un nuevo modelo de capitalismo que supere el neoliberalismo,
pero no se habla tanto de una refundación ni de un reseteo sino de unas
prácticas éticas del capitalismo que lo asocia también al capitalismo verde, la
colaboración publico privada y la introducción de cambios tecnológicos de forma
inclusiva.
Ha sido
este Consejo quien, en este mes se han asociado, nada mas y nada menos ,que al
Vaticano para promocionar este capitalismo inclusivo, una especie de dar el
marchamo de santidad a una nueva ideología que, poco a poco, se abre paso para
cabalgar las contradicciones de una nueva era económico y social que, como
advierten pensadores tan diversos como el historiador israelí Yuval Noah
Harari o el economista francés Thomas Piketty , tendrá
también que enfrentarse a unos problemas de desigualdad social
hasta ahora desconocidos.
Antonio Gómez
Movellán. Presidente de Europa Laica
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