martes, 20 de octubre de 2020

¿Moción de censura o reajuste y engrase de preparación en la política formal para que nada cambie a favor de la inmensa mayoría de la población? Porque, tiempo para haber cambiado la sociedad a favor de los intereses de la inmensa mayoría de la población, tanto PSOE como PP, ya han tenido tiempo, medios y mayorías absolutas, ¿o esto es imaginación mía para romper la unidad de la izquierda y la paz social? ¿Qué efectos positivos de tocar con las manos y de ver con los ojos vamos a tener los trabajadores con la Moción de censura? ¿Nos tenemos que preocupar los trabajadores por la marcha de la política oficial? Por supuesto que sí, pero teniendo bien clarito que la solución a nuestros problemas de hoy y los que van a venir mañana, no pueden venir de los Acuerdos de un Congreso que por el sistema político en el que actúa no está para mejorar la suerte (lo declarado es otra cosa) de la inmensa mayoría de la población, sino para asegurar la rentabilidad de los grandes capitales. La solución efectiva comienza, cuando comiencen a funcionar de forma efectiva, como ejemplo y caso particular, las Agrupaciones locales; los Círculos y las Asambleas locales del PSOE, Podemos e Izquierda Unida, respectivamente.

 

MOCIÓN DE CENSURA EN ESPAÑA: ¿CONTRA EL GOBIERNO O CONTRA EL PP?

 


Por Sergio Hernández-Ranera Sánchez

https://mundo.sputniknews.com/politica/

20.10.2020

Pese a sus escasos visos de prosperar, la votación del 22 de octubre puede no tanto ejercer de instrumento de desgaste contra el Gobierno como de visibilidad para Vox dentro del campo opositor, donde el PP todavía no ha aclarado el sentido de su voto. Según los expertos, esta indefinición anticipa el impacto negativo de la moción para la formación.

Se trata de la quinta moción de censura desde la restitución de la democracia en España tras la muerte del dictador Franco y la segunda promovida por la oposición de derechas. Al igual que las de 1987 y 2017, se sabe con antelación que la iniciativa no saldrá adelante.

Y no saldrá adelante porque el uso de esta herramienta constitucional no solo consiste en la posibilidad de tumbar al Gobierno; también en desgastarlo, otorgar visibilidad a la formación política que la activa, poner en evidencia a otras, tensionar la atmósfera política y crear un germen para el éxito de mociones venideras. Por otro lado, el Ejecutivo de Pedro Sánchez puede asumirla como una oportunidad para consolidar la mayoría parlamentaria sobre la que se asienta y acaso extraer ulteriores apoyos para, por ejemplo, lograr la aprobación de los presupuestos generales del Estado o la renovación del poder judicial.

De dos días de duración (21 y 22 de octubre con la votación en el último), la moción de Vox se constituirá en un acontecimiento mediático de nulo alcance legislativo para el que los diferentes grupos están afilando el arma con la que se batirán, habida cuenta de que el formato prevé intervenciones sin límite de tiempo tanto para Vox como para el Gobierno: la comunicación política.

¿Contra quién?

Vox cosechó el 15% de los votos a nivel nacional en las últimas elecciones generales, en 2019. Es decir, intentará representar y arrogarse el voto de un espectro mucho más amplio del que goza en la actualidad.

Pero es muy probable que no consiga apenas apoyos más allá de sus 52 diputados, en cualquier caso muy lejos de los 176 votos necesarios para ganar la moción. Entonces, ¿cuál es el sentido de plantear una iniciativa destinada a fracasar? "Esto es una moción contra el PP, no contra el Gobierno", explica a Sputnik el politólogo Ignacio Jurado. "Se sabe de antemano que va a fracasar y que lo único que se desea es visibilizar la alternativa dentro de la oposición. Es decir, no la oposición como alternativa, sino una alternativa a esta". De similar opinión es el también politólogo Jorge Verstrynge, quien considera que el PP puede ser la principal víctima.

"Vox intenta que la moción les catapulte mediáticamente. Y demostrar que el PP no sirve para nada, que es una derecha miedica que nunca parará a Sánchez", asegura.

Verstrynge, en su tiempo secretario general de este partido cuando todavía se denominaba Alianza Popular, estima que la moción pone al PP en una situación de permanente jaque. "Cualquier posición que adopte es mala", declara a Sputnik. "Porque si votan a favor de la moción, le ponen en bandeja al Gobierno que les diga '¡Ah! Usted ha votado con Vox, luego es Vox'. Pero si no la votan, Vox dirá que es la única oposición, 'porque a la hora de la verdad el PP se acobarda'. Es así de sencillo. Y la abstención, a ojos del electorado, es lo mismo que votar no".

"El PP tiene una papeleta difícil", conviene Jurado. Este profesor de ciencia política de la universidad Carlos III matiza que la moción no puede conferir el liderazgo de la oposición a quienes la plantean, porque es una "cuestión de aritmética parlamentaria" en realidad. "Pero sí puede establecer una alternativa clara a la estrategia de oposición que pueda llevar el PP. Y esto lo incomoda y limita mucho", señala.

"Ya sea una abstención o un voto en contra, su electorado no quedará satisfecho. La parte más derechista del electorado del PP considera que el partido debe votar a favor y alinearse con esa estrategia dura. Pero el votante más centrado está alejado de Vox y no está de acuerdo en ir de su mano", resume Ignacio Jurado.

¿Estrategia o incomodidad?

Consciente o no de su difícil posición, lo cierto es que el PP todavía no ha anunciado qué postura adoptará, un hecho que tal vez confirme su incomodidad. Su presidente, Pablo Casado, ha declarado no estar en absoluto preocupado por el tema y que no va a emplear "ni un solo minuto" para hablar de "cuestiones menores" y entrar en debates "estériles".

Casado podría estar inclinado hacia la abstención, según revelan algunos medios digitales. El expresidente José María Aznar ha manifestado su predilección por el voto negativo, pues a su juicio la moción, que califica de "inoportuna", solo sirve a la fragmentación del centro-derecha en España. Otras destacadas voces del PP, como la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, o la exportavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, han expresado una opinión contraria. Esta última señaló que la previsible derrota de la moción "no es argumento suficiente para rechazarla".

Esta división de pareceres en el seno del Partido Popular no podrá ser vehiculada mediante libertad de voto, pues los estatutos del partido solo la contemplan para cuestiones éticas o morales que cuestionen convicciones profundas. Tampoco prosperaría la moción en caso de que PP y Ciudadanos otorgasen la libertad de voto, opina Jorge Verstrynge. "Entonces el Gobierno podría decir: '¿Ven ustedes? Hacen uso del voto secreto para poder votar a favor de Vox sin que se note mucho, luego son Vox'. Es una posición infernal", explica.

La cuestión es recurrente, pues el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros aseguró recientemente a TVE que diputados "de todos los partidos" desean votar a favor, "incluso gente del PSOE". Al respecto, Jorge Verstrynge no cree que Vox pueda granjearse el voto de diputados socialistas díscolos. "No lo veo. A Sánchez le han hecho muchas jugarretas, pero tanto como eso, no. Sería ya el colmo y la ocasión para realizar una purga total en el partido", conjetura. "¿Y quién recomendaría ese voto? ¿Felipe González y el presidente de Castilla-La Mancha?"

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