Según El País, "Evo
Morales dimite tras exigírselo el Ejército de Bolivia", pero no es un
golpe de estado militar
Tercerainformación.es /11.11.2019
¿Recuerdan
aquellos editoriales de El País, allá por abril de 2002, cuando el ejército y
la oligarquía venezolana perpetró un golpe de estado contra Hugo Chávez? "Golpe a un caudillo" fue la fórmula elegida
por diario del grupo PRISA para justificar lo injustificable;
"Sólo
un golpe de Estado ha conseguido echar a Hugo Chávez del poder en Venezuela. La
situación había alcanzado tal grado de deterioro que este caudillo errático ha
recibido un empujón. El ejército, espoleado por la calle, ha puesto fin al
sueño de una retórica revolución bolivariana encabezada por un ex golpista que
ganó legítimamente las elecciones para, convertirse desde el poder en un autócrata
peligroso para su país y el resto del mundo" [...]
Aquello se
observó como uno de los puntos de inflexión entre un periódico considerado
serio y medianamente objetivo a lo que vino después, un panfleto al servicio de
los poderes económicos, tanto acá como allá, en Latinoamérica. Y en esa
pleitesía, El País dejaba de defender la democracia para justificar las
injerencias de EE.UU. en el continente, golpes violentos que recuerdan tiempos
tenebrosos de torturas, desapariciones y muertes en varios países intervenidos.
Hoy, El País
ni siquiera se digna a utilizar la inequívoca expresión "golpe de
Estado militar" para definir lo que está ocurriendo en Bolivia. Nos
dice en su portada de esta mañana que "Evo Morales dimite tras exigírselo
el Ejército de Bolivia". Increíble cinismo el de El País para evitar la
expresión "golpe de Estado", a la que solo hace referencia
mencionando que es así como la define Evo Morales: "fue un golpe de Estado
cívico y policial". Expresiones que pueden leerse en esta noticia, como
"el jaque mate lo dieron los policías" resultan vergonzosas de leer.
Para rematar
la infame noticia, el periodista Francesco Manetto nos asegura en su
"análisis" titulado "Bolivia como síntoma" que
"la renuncia de Evo Morales es el reflejo del agotamiento de un modelo y
al mismo tiempo la preocupante demostración de que el poder en América Latina
depende aún hoy de las Fuerzas Armadas". Pero, ¿Está agotado el modelo
socialista o, sencillamente, el periodista lanza esta afirmación sin aportar
ninguna evidencia? Más bien se trata de una afirmación infundada que choca con
la realidad de las cifras económicas que presenta Bolivia desde la llegada del
Movimiento al Socialismo (MAS);
- Durante la última década, Bolivia ha sido el país que mejores datos de crecimiento presenta en Latinoamérica, e incluso en el mundo; al lograr un promedio anual de 5% en el desarrollo de su Producto Interno Bruto (PIB) según indicadores del propio Fondo Monetario Internacional (FMI), instancia que aplica recetas neoliberales que difieren y se alejan totalmente del modelo boliviano. Para este año, el FMI ya pronosticó que Bolivia volvería a liderar el crecimiento de Latinoamérica en 2019, con una tasa de 4% o casi el triple del promedio regional.
- El modelo socialista boliviano, que no sufre ningún tipo de bloqueo económico, ha sabido aprovechar los excedentes que generó el desarrollo de materias primas y la nacionalización de los hidrocarburos en 2006, hecho que le permitió ahorrar al Estado unos 19.300 millones de dólares y pasar de unas reservas internacionales de 700 millones de dólares a más de 20.000 millones.
- Bolivia se posiciona hoy como el tercer país latinoamericano con menos desempleo, con un indicador de 3,3%; sólo superado por Guatemala (2,2%) y México (3,2%).
- Otro de los logros del Gobierno de Evo Morales ha sido diversificar sus exportaciones, pues no sólo cuentan con los hidrocarburos sino también con gas natural que suministran a Brasil y Argentina, sino también la venta de soya, estaño, diesel, entre otros rubros.
- Igualmente, se han implementado políticas inclusivas que han permitido reformar el viejo modelo neoliberal que ostentaba el país. Se garantizó la educación gratuita, se universalizó el acceso al agua potable, garantías esenciales para los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos, se creó el Seguro Universal de Salud, etc.
- Se ha desmantelado la dolarización de la economía, de manera que Bolivia utiliza sobre todo moneda local desde hace más de una década, a diferencia de otros países del continente.
- La pobreza extrema en Bolivia descendió más de la mitad en los últimos 13 años, es decir, de 38,2% en 2005 a 15,2% en 2018, el nivel más bajo en la historia del país. Asimismo, la pobreza moderada decreció de 60,6 por ciento en 2005 a 36,4 por ciento en 2017, lo que significa una contracción de 24,1 puntos porcentuales. Las personas con ingresos medios subieron de 3,3 millones en 2005 a 7 millones en 2018.
Y El País
no es el único medio que elude hablar de golpe de Estado militar. Otros
medios escritos o radiofónicos, las televisiones, incluida TVE, solo utilizan
la expresión para añadir que así lo define Evo Morales o simpatizantes de este.
Como si lo ocurrido pudiera calificarse como golpe o no según quien lo defina.
Como si la expresióin objetiva que define lo ocurrido no pudiera ser
considerada como tal. Es decir, para la mayor parte de los medios de
comunicación españoles, que el ejército exija la dimisión del presidente del
Gobierno tras vencer en las últimas elecciones por 10 puntos de ventaja sobre
el segundo candidato no es un golpe de estado. Es así como lo califican Evo y
sus seguidores o aliados, pero no es un golpe. No es una realidad objetiva,
sino subjetiva.
Y esta
infamia mediática transcurre mientras grupos violentos espoleados por los dos
líderes opositores, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, queman
propiedades de sindicalistas o miembros del Gobierno, agreden y persiguen a
líderes de movimientos sociales o cargos del MAS, e incitan a todo tipo de
actos violentos en todo el país. Todo ello, después de que se hayan difundido 16 conversaciones de audio que demuestran
la conspiración golpista, un plan desestabilizador que se habría coordinado
desde la Embajada de los Estados Unidos en Bolivia previo a los
comicios donde se cita a los senadores norteamericanos Ted Cruz y Marco
Rubio, a quienes se señala de tener contacto directo con la
oposición boliviana en la estrategia para derrocar a Morales.
* Con
Información de El Ciudadano y Nodal.
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