martes, 12 de noviembre de 2019

BOLIVIA. ¿QUE ME HE CAÍDO DE LA BICICLETA? EQUIVOCADICO ESTÁ USTED, SEÑOR MÍO. CADA QUIEN SE BAJA DE LA BICI COMO QUIERE, Y YO TENGO POR COSTUMBRE HACERLO RESTREGÁNDOME LAS CEJAS POR EL BORDILLO DE LAS ACERAS EN UN VISTO Y NO VISTO


Según El País, "Evo Morales dimite tras exigírselo el Ejército de Bolivia", pero no es un golpe de estado militar

 Tercerainformación.es /11.11.2019

¿Recuerdan aquellos editoriales de El País, allá por abril de 2002, cuando el ejército y la oligarquía venezolana perpetró un golpe de estado contra Hugo Chávez? "Golpe a un caudillo" fue la fórmula elegida por diario del grupo PRISA para justificar lo injustificable;


"Sólo un golpe de Estado ha conseguido echar a Hugo Chávez del poder en Venezuela. La situación había alcanzado tal grado de deterioro que este caudillo errático ha recibido un empujón. El ejército, espoleado por la calle, ha puesto fin al sueño de una retórica revolución bolivariana encabezada por un ex golpista que ganó legítimamente las elecciones para, convertirse desde el poder en un autócrata peligroso para su país y el resto del mundo" [...]

Aquello se observó como uno de los puntos de inflexión entre un periódico considerado serio y medianamente objetivo a lo que vino después, un panfleto al servicio de los poderes económicos, tanto acá como allá, en Latinoamérica. Y en esa pleitesía, El País dejaba de defender la democracia para justificar las injerencias de EE.UU. en el continente, golpes violentos que recuerdan tiempos tenebrosos de torturas, desapariciones y muertes en varios países intervenidos.

Hoy, El País ni siquiera se digna a utilizar la inequívoca expresión "golpe de Estado militar" para definir lo que está ocurriendo en Bolivia. Nos dice en su portada de esta mañana que "Evo Morales dimite tras exigírselo el Ejército de Bolivia". Increíble cinismo el de El País para evitar la expresión "golpe de Estado", a la que solo hace referencia mencionando que es así como la define Evo Morales: "fue un golpe de Estado cívico y policial". Expresiones que pueden leerse en esta noticia, como "el jaque mate lo dieron los policías" resultan vergonzosas de leer.

Para rematar la infame noticia, el periodista Francesco Manetto nos asegura en su "análisis" titulado "Bolivia como síntoma" que "la renuncia de Evo Morales es el reflejo del agotamiento de un modelo y al mismo tiempo la preocupante demostración de que el poder en América Latina depende aún hoy de las Fuerzas Armadas". Pero, ¿Está agotado el modelo socialista o, sencillamente, el periodista lanza esta afirmación sin aportar ninguna evidencia? Más bien se trata de una afirmación infundada que choca con la realidad de las cifras económicas que presenta Bolivia desde la llegada del Movimiento al Socialismo (MAS);

  • Durante la última década, Bolivia ha sido el país que mejores datos de crecimiento presenta en Latinoamérica, e incluso en el mundo; al lograr un promedio anual de 5% en el desarrollo de su Producto Interno Bruto (PIB) según indicadores del propio Fondo Monetario Internacional (FMI), instancia que aplica recetas neoliberales que difieren y se alejan totalmente del modelo boliviano. Para este año, el FMI ya pronosticó que Bolivia volvería a liderar el crecimiento de Latinoamérica en 2019, con una tasa de 4% o casi el triple del promedio regional.
  • El modelo socialista boliviano, que no sufre ningún tipo de bloqueo económico, ha sabido aprovechar los excedentes que generó el desarrollo de materias primas y la nacionalización de los hidrocarburos en 2006, hecho que le permitió ahorrar al Estado unos 19.300 millones de dólares y pasar de unas reservas internacionales de 700 millones de dólares a más de 20.000 millones.
  • Bolivia se posiciona hoy como el tercer país latinoamericano con menos desempleo, con un indicador de 3,3%; sólo superado por Guatemala (2,2%) y México (3,2%).
  • Otro de los logros del Gobierno de Evo Morales ha sido diversificar sus exportaciones, pues no sólo cuentan con los hidrocarburos sino también con gas natural que suministran a Brasil y Argentina, sino también la venta de soya, estaño, diesel, entre otros rubros.
  • Igualmente, se han implementado políticas inclusivas que han permitido reformar el viejo modelo neoliberal que ostentaba el país. Se garantizó la educación gratuita, se universalizó el acceso al agua potable, garantías esenciales para los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos, se creó el Seguro Universal de Salud, etc.
  • Se ha desmantelado la dolarización de la economía, de manera que Bolivia utiliza sobre todo moneda local desde hace más de una década, a diferencia de otros países del continente.
  • La pobreza extrema en Bolivia descendió más de la mitad en los últimos 13 años, es decir, de 38,2% en 2005 a 15,2% en 2018, el nivel más bajo en la historia del país. Asimismo, la pobreza moderada decreció de 60,6 por ciento en 2005 a 36,4 por ciento en 2017, lo que significa una contracción de 24,1 puntos porcentuales. Las personas con ingresos medios subieron de 3,3 millones en 2005 a 7 millones en 2018.

Y El País no es el único medio que elude hablar de golpe de Estado militar. Otros medios escritos o radiofónicos, las televisiones, incluida TVE, solo utilizan la expresión para añadir que así lo define Evo Morales o simpatizantes de este. Como si lo ocurrido pudiera calificarse como golpe o no según quien lo defina. Como si la expresióin objetiva que define lo ocurrido no pudiera ser considerada como tal. Es decir, para la mayor parte de los medios de comunicación españoles, que el ejército exija la dimisión del presidente del Gobierno tras vencer en las últimas elecciones por 10 puntos de ventaja sobre el segundo candidato no es un golpe de estado. Es así como lo califican Evo y sus seguidores o aliados, pero no es un golpe. No es una realidad objetiva, sino subjetiva.

Y esta infamia mediática transcurre mientras grupos violentos espoleados por los dos líderes opositores, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, queman propiedades de sindicalistas o miembros del Gobierno, agreden y persiguen a líderes de movimientos sociales o cargos del MAS, e incitan a todo tipo de actos violentos en todo el país. Todo ello, después de que se hayan difundido 16 conversaciones de audio que demuestran la conspiración golpista, un plan desestabilizador que se habría coordinado desde la Embajada de los Estados Unidos en Bolivia previo a los comicios donde se cita a los senadores norteamericanos Ted Cruz y Marco Rubio, a quienes se señala de tener contacto directo con la oposición boliviana en la estrategia para derrocar a Morales.

* Con Información de El Ciudadano y Nodal. 

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