Yo lo entiendo, no se vayan a pensar. La guerra es la guerra. En la guerra vale todo, menos ser valiente y decirle a quien te da el fusil, mira, que me cago en tu puta madre, que yo no quiero matar a nadie y que vayas tú, o tu padre, que eso ya me da igual.
Y además, como vale todo, pues tiene su gracia y su cosa, y si no que se lo pregunten al Estado Islámico, que creo que le enseñan desde trinchera enemiga un sujetador colgado de un mango de escoba y echan a correr que levantan polvareda. Lo dice el dicho. Tiran más dos tetas que un montón de tanquetas.
Y, me digo yo, porque en la guerra también se innova. Si formáramos un ejército con cuatro sacos de langostas pardas y lanzáramos un ataque sorpresivo a la Moncloa con nocturnidad y alevosía, soltando dos sacos de las susodichas por el flanco principal y otros dos por flanco indeterminado, sólo por joder más que otra cosa, ¿creen ustedes que haríamos retroceder al ejército gubernamental de Mariano Rajoy y su tropa, hasta hacerlos retroceder al juzgado de guardia más cercano para que canten el qué del qué del cómo nos están robando?
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El batallón femenino de los
kurdos: la pesadilla del Estado Islámico
Publicado:
3 jul 2015 12:31 GMT | Última actualización: 3 jul 2015 12:50 GMT
03.07.2015
Los milicianos del Estado Islámico creen
que si mueren en combate a manos de una mujer, sus almas arderán en el
infierno, al contrario de lo que sucedería si caen a manos de un hombre.
Teniendo en cuenta esto, los kurdos, que combaten en su región contra el avance
del EI (también conocido como ISIS), formaron un batallón femenino para
atormentarlos y hacerlos retroceder. Allí, las mujeres luchan por su libertad
en todos los frentes: tanto en la guerra, como en la sociedad kurda.
La ciudad
siria de Serekaniye (Ras Al-Ayn), de mayoría kurda, es la última gran ciudad
colindante con el Estado Islámico (EI).
La única fuerza que protege Serekaniye del grupo terrorista son las Unidades
kurdas de Protección Popular (YPG). Desde 2012, una parte importantísima de las
YPG está integrada por su sección femenina, las YPJ, que combaten al EI.
Las
mujeres kurdas, muchas de las cuales apenas salían de su casa consagradas a los
trabajos domésticos, se unen valientemente a estas unidades
que desafían al EI, que en su día anunció que cualquier hombre que muera a
manos de una mujer irá al infierno.
RT ha viajado hasta uno de los campamentos
donde las mujeres, todas jóvenes solteras, se entrenan durante solo un mes
antes de entrar en combate contra el EI, que se encuentra a tan solo 3 kilómetros
de su campo, por lo que el combate puede empezar en cualquier momento.
"Organizamos estos campamentos donde se dan las condiciones apropiadas y
cambiamos de lugar constantemente", explica la comandante de las YPJ,
compañera Tolhildan ('Venganza').
Después de
un mes de entrenamientos, las jóvenes se dirigen al frente, donde en el
mejor de los casos lucharán durante dos meses, después de lo cual podrán
regresar a su casa solo por un día o dos, antes de volver al campo de batalla.
Los padres de Gulán, una joven kurda de 18 de edad a quién RT sigue en su camino al campamento, son conscientes de que ella puede morir.
Aún así,
quieren que vaya al campo. Y no porque no la quieran, sino todo lo contrario.
"El EI nos atacó. Se llevan a nuestros niños, les cortan las cabezas.
Secuestran a nuestras hijas y lasdeshonran", relata
el padre de Gulán. "Rezo para que nunca la tomen como rehén. Y si ocurre,
que se dispare la última bala que le quede", agrega.
Gulán se unió a las filas de las YPJ no
solo por su propia seguridad o por el amor a la patria. "Mi padre me
quiere, ¿no es cierto? ¿Cómo puedo demostrarle mi amor? Iré a combatir al
enemigo para que él esté a salvo y se sienta orgulloso de mí", confiesa.
Pero además existe una motivación social, ya que no quiere seguir viviendo en
un mundo controlado por hombres, después de todo por lo que ha pasado.
"Nos hemos criado en una sociedad que
obliga a la mujer a dedicarse únicamente a las tareas de la casa y en la que
los hombres consideran a las mujeres como su propiedad, como un adorno, y no
les permiten salir de casa. Para una mujer casarse es como caer prisionera.
Considerando la mentalidad de nuestra sociedad, no se puede ni contemplar la
posibilidad de que las mujeres casadas formen parte de las Unidades de
Protección Femeninas. Queremos crear una nueva sociedad", sostiene.
¿Qué le deparará el futuro a Gulán y a
otras jóvenes kurdas en el campamento de entrenamiento? Véalo en el programa
Especial de RT.
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