ALEXEY MOZGOVOY: “LOS OLIGARCAS SIGUEN
SIENDO NUESTRO PRINCIPAL ENEMIGO”
Katerina
Ruskevich
Sociología
Crítica
29.05.2015
Del
editor de LIVA: Esta es una de las últimas entrevistas
concedidas por Alexey Mozgovoy, comandante de la brigada Prizrak, quien
abiertamente repitió que los residentes de Donbass y de Ucrania deberían unir
sus fuerzas para acabar con el poder de los multimillonarios capitalistas de
ambos lados de la línea del frente. El 9 de mayo de 2015, inmediatamente
después de la celebración del Día de la Victoria en el centro de Alchevsk, nos
dirigimos a uno de los barrios de esta ciudad de clase obrera, a un parque
infantil que los soldados ayudaban a reconstruir.
Los
políticos ucranianos normalmente se toman estos eventos como actos de
propaganda. Pero ahí no había ni cámaras ni espectadores impresionados. Dejando
de lado las armas, Mozgovoy y los soldados de su unidad se unieron a un grupo
de comunistas de Grecia e Italia para trabajar juntos y charlar entre ellos
mientras instalaban columpios y toboganes para los niños. También recibieron la
ayuda de varios niños de los barrios cercanos. Los periodistas de LIVA tuvieron
la oportunidad de plantear sus preguntas a Mozgovoy.
Estos
días de mayo en Alchevsk estuvieron marcados por la celebración de un evento:
un foro internacional antifascista que reunió a activistas de izquierdas de
Italia, Grecia, Reino Unido, Alemania, España, Polonia, Turquía, Bielorrusia,
Rusia y Ucrania. Entre ellos se encontraban dos populares grupos musicales de
ideología de izquierdas, los turcos Yorum y los italianos Banda Bassotti, así
como periodistas de un buen número de publicaciones internacionales.
En
el último momento, las autoridades de Lugansk se negaron a celebrar el evento,
un foro demasiado escorado a la izquierda, y Mozgovoy se comprometió a
garantizar que se celebrara en Alchevsk, sin miedo a que pudiera causar un
problema para él. Así lo expresó el propio Mozgovoy durante su discurso de
apertura de un foro en el que no dudó en relacionarse activamente y sin
arrogancia alguna con los periodistas de izquierdas.
Los
participantes del foro tuvieron la ocasión de presenciar el tipo de trabajo que
el comandante de la brigada Przirak y los comunistas y activistas políticos de
la brigada venían realizando en Alchevsk: ayudas a las guarderías y colegios o
distribución gratuita de medicinas y alimentos a aquellos que lo necesitan.
También conocieron los planes para la reconstrucción de esta zona asolada por
la guerra, cuyos viejos dueños han huido hace ya tiempo a Kiev, Moscú o la
Unión Europea.
Conversando
con la población local en las calles de Alchevsk y Stakhanov en las
festividades para conmemorar el Día de la Victoria y en los conciertos que
reunieron a miles de personas, pudieron apreciar la popularidad de Mozgovoy
entre los residentes de la ciudad, con quienes hablaba franca y abiertamente.
Todo ello se debatió en entusiasmadas discusiones que unieron a activistas de
Rozhava, que hablaron de la experiencia kurda y del autogobierno; activistas de
Grecia y España, que discutieron sobre las políticas de Syriza y Podemos; un
organizador del movimiento sindical británico, que compartió su experiencia o los
activistas italianos, que hablaron de la importancia de las nuevas tecnologías
para el desarrollo de los movimientos de izquierdas y que se ofrecieron a
compartir sus conocimientos para aplicarlos en la práctica.
Nada
de esto podría dejar de interesar al propio Mozgovoy a la hora de definir sus
ideas y puntos de vista, hasta ahora algo difusos, como inevitablemente le
ocurre a cualquier persona que nunca antes se había involucrado en política. Es
por eso que es particularmente triste que este hombre realmente extraordinario
y brillante muriera trágicamente pocos días después, en las afueras de
Alchevsk, asesinado en una emboscada junto a su jefa de prensa y miembros de su
equipo de seguridad.
La
ola de actos en su memoria se ha extendido, no solo en Donbass, sino en otros
muchos países del mundo, demostrando la importancia simbólica de este hombre,
precisamente porque mientras muchos intelectuales nacionalistas avivan el fuego
de una guerra civil por los intereses de los capitalistas, Alexey Mozgovoy, natural
del pueblo de Nizhyaya Duvanka, había declarado abiertamente la necesidad de
una lucha de clases que podría unir a todos los ucranianos en la lucha contra
el verdadero enemigo.
LIVA:
Alexey, ha ayudado a organizar un foro de izquierdas al que han acudido
activistas comunistas, sindicalistas y organizaciones estudiantiles, más de
cien personas procedentes de diez países. Ya se sabe que las autoridades de
Lugansk, que inicialmente prometieron apoyar el acto, finalmente se negaron a
hacerlo. Pero, cuando tras esa negativa se le presentó una petición,
inmediatamente aceptó organizar el acto en Alchevsk. ¿Cuál es la importancia de
este acto? Es poco común para Donbass, se puede decir que también en la antigua
Unión Soviética, donde no hay nada parecido a estos foros de izquierdas.
Creo
que es importante aprovechar esta oportunidad para dar a conocer lo que está
pasando aquí y para asegurar el apoyo de quienes tienen un punto de vista
similar en el extranjero. Comprendemos que los medios de comunicación, no solo
los ucranianos, lo distorsionan todo. Se puede decir que los canales ucranianos
nunca muestran ningún tipo de verdad sobre lo que ocurre aquí. Creo que la
situación es la misma en Europa. Esta reunión, este congreso, abre una
posibilidad para la gente que ha venido –e insisto que lo han hecho por su
propia voluntad, porque no los conocía hasta ahora y no les he invitado a ellos
en concreto- para ver en primera persona cómo vivimos aquí, qué estamos
haciendo y qué está pasando en realidad, tanto en Alchevsk como en Donbass.
También para los periodistas.
Sí,
ha habido presiones. Pero a pesar de todo celebramos el foro. Quiero que
nuestros invitados tengan la oportunidad de hablar con la gente, de observar
nuestra vida, nuestros problemas y nuestro trabajo. Así es como podemos
aprender más los unos de los otros. Por eso apoyé esta reunión. Aquí todos
somos libres y vivimos en una tierra libre. Aquí nadie destruye monumentos a
Lenin y nadie prohíbe las banderas rojas ni la hoz y el martillo.
Estamos
compartiendo nuestras experiencias, aprendiendo muchas cosas nuevas. Ahora nos
estaban hablando sobre la guerra civil en Grecia y cómo fue.
En
mayo del año pasado, habló de los oligarcas como el principal enemigo del
pueblo de Donbass y de Ucrania. ¿Ha cambiado algo o sigue manteniendo esa
postura?
Nada
ha cambiado. Los oligarcas siguen siendo nuestro principal enemigo. No solo
para nosotros, sino también para los residentes de Kiev o Dnepropetrovsk. Todo
este tiempo he querido preguntarles por qué luchan contra Donbass y no contra
esos oligarcas.
Pero
también hay otro enemigo: nosotros mismos, yo diría que nuestra conciencia. No
podemos engañarnos pensando que todo se va a arreglar por sí mismo y que, de
repente, todo irá bien. Simplemente no tenemos tiempo para estas falsedades.
Tenemos que aceptar nuestra responsabilidad y actuar.
Háblenos
de sus proyectos sociales. Hemos visto cómo ayuda a la población: se ha
establecido una cadena de puntos de distribución de alimentos gratuitos, se han
reparado las guarderías y colegios, se pagan los salarios de los profesores, al
menos parcialmente. Ahora también hay parques infantiles.
Hacemos
todo lo que las instituciones de un gobierno popular deben hacer, autoridades
que no se esconden de su pueblo, que no le mienten y que no le escupen.
Ayudamos a los pobres y a los necesitados, intentamos llegar a todo el que
necesita ayuda en estas condiciones de guerra tan difíciles.
La
asistencia a guarderías y colegios es la tarea principal en cualquier
situación. Tienen que funcionar, ni siquiera la guerra debe ser obstáculo para
el aprendizaje de los niños. Simplemente ayudamos para asegurarnos de que los
colegios estén abiertos, que los niños puedan ir a clase y que los profesores
trabajen como lo han hecho siempre. Sin esto no hay futuro.
Y
los parques infantiles…Tenemos que construirlos para que en el futuro no
tengamos que cavar trincheras. Creo que hay que prestar más atención a la
educación de los jóvenes, para asegurarnos de que estos niños no sean educados
por la televisión, como les ocurre a los del Praviy Sector, sino por nosotros.
Creemos que se deben crear nuevos clubes deportivos para los jóvenes y ya hemos
organizado el club de fútbol SKA-Prizrak. Los
chicos juegan junto a soldados de la milicia y se comunican. Hasta ahora,
pocos se han preocupado por relacionarse con estos chicos. En Ucrania vemos
ahora a qué lleva esto.
¿Cómo
puede asegurarse de que estas políticas sociales se implementan en condiciones
de guerra?
No
es una tarea fácil. Por ejemplo, tratamos de organizar un sistema de
agricultura de subsistencia, nuestra granja, para dar de comer a Alchevsk con
nuestros propios productos, para así no depender de nadie en este sentido. Esto
empieza a mejorar nuestra situación. Cuatro comedores sociales dan de comer a
alrededor de 7.000 personas que lo necesitan. Ya los han visto, han podido
hablar con quienes comen allí. Pero esto no es más que el principio.
El
foro antifascista, el desfile por el aniversario del Día de la Victoria contra
el nazismo. ¿Qué significa el antifascismo para usted?
Es
la lucha contra la esclavitud de nuestro pueblo. Todo el mundo ha podido ver
otra vez la rapidez con la que los fascistas y los mismos oligarcas han vuelto
a llegar a un acuerdo. Da igual si es Krupp o Kolomoisky. Se construyó en una
oligarquía en el país a la que inevitablemente siguió el fascismo. Así es como
fue y así es como será en el futuro. El Día de la Victoria es necesario, no
solo para los desfiles, sino para asegurarnos de que nunca olvidemos esto.
Muchos pensaron que este mal nunca más volvería a renacer. Después de todo, ya
había pasado mucho tiempo desde la guerra. Pero no. Ha vuelto a surgir.
¿Qué
le pareció el concierto de Banda Bassotti? ¿Le gustó?
Escuché
canciones que me resultaron conocidas de la época soviética. Escuché canciones
de los partisanos italianos. Pero, en general, todos han visto cuántos
residentes de la ciudad han venido al concierto y cómo han vivido la música. Ha
sido una fiesta para la ciudad.
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