Andalucía: un ejemplo de la actuación bancaria chantajista y especuladora
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La directiva europea 93113 de protección a los derechos del consumidor establece que las cláusulas abusivas que figuren en los contratos no obligan al consumidor, y parece fuera de toda duda que es abusivo por parte del banco o entidad financiera que da un préstamo con la garantía de la hipoteca sobre la vivienda que se compra, que si por falta de pago se queda con la garantía ofrecida que es la vivienda, mediante un desahucio, además, el desahuciado una vez en la calle y sin la vivienda –que queda en propiedad del banco–, le sigue debiendo al banco la misma cantidad que éste le reclamaba.
De este modo el banco o entidad financiera tiene en su propiedad el bien ofrecido como garantía y además la deuda que reclamaba, lo de que cumplirse estas condiciones, el desahuciado ya sin vivienda le tiene que seguir pagando al banco o entidad financiera por algo que ya es de su propiedad. Robo más perfecto, seguro y redondo que éste es difícil de imaginar.
En base a esta injusticia clamorosa que se da en la Ley Hipotecaria española el presidente Griñán decide iniciar el proceso correspondiente para su pertinente modificación, lo cual no parece que pueda ser más lógico: modificar una ley que es injusta, a lo que hay que añadir que no cabe atribuirle a esa actitud de modificar la Ley Hipotecaria ningún calificativo que se relacione ni con el Socialismo y mucho menos con la revolución, toda vez que el hecho de la modificación parte de la Unión Europea, que no es ni socialista ni revolucionaria, y lo único que hace es denunciar una no correspondencia legal entre ella y España que clama al cielo, que es en esencia a lo que se aplica el presidente Griñán.
A qué fin o en base a qué tanto revuelo y alboroto como el que ha levantado el PP y sus medios de comunicación afines con respecto del Decreto de la Función Social de la Vivienda, que en nada toca la sacrosanta propiedad privada, uno de los misterios inescrutables del pensamiento capitalista, pero que sin pensárselo dos veces lo califican de “expropiación” como prueba de la impiedad Socialista que sólo piensa en expropiar.
En realidad –y en todo caso– la expropiación teórica a la que se refiere el Socialismo se ciñe única y exclusivamente a los medios de producción privados que condicionan y determinan la economía de todo el país y en consecuencia, la vida de todas las personas que lo habitan, como medio de que las decisiones que afectan a todos no esté, como ahora, en manos de unas cuantas personas, sino de toda la sociedad.
La respuesta a la cuestión no cabe más que inscribirla dentro del marco de las apariencias con el jugueteo artificioso, vacío y palabrero de izquierda y derecha, que si no pasa de las palabras se queda dentro de lo que es la derecha, puesto que no se llega a poner en cuestión nunca los valores del capitalismo que en esencia, y sobre cualquier otro, es el acrecentamiento de los capitales.
Así, pues, el PP y sus medios de comunicación afines, al no tener argumentos que poder esgrimir contra su oponente natural que es el PSOE (pero si fuera socialista, que no lo es) no le queda más remedio que la demagogia, el insulto, la descalificación, para presentar al Socialismo ante la sociedad como el causante de todos sus males, incluido los más de 6.000.000 de parados que acaban de ser alcanzados con el gobierno del PP, y que según él, se deben a la mala política seguida anteriormente por Zapatero.
Sin embargo, esta política de ZP poco se diferenciaba de la que práctica y tiene en proyecto seguir practicando el propio PP, razón por la cual no tiene ningún escrúpulo en llamar “expropiación” a lo que no es sino un aseguramiento a los bancos o instituciones financieras del pago del alquiler por un periodo máximo de tres años, a cambio de que el que iba a ser desahuciado de momento no lo sea, y al cabo de tres años ya se verá.
Por su parte el gobierno andaluz, al no hacer nada que se le parezca ni por asomo al Socialismo, salvo alguna que otra traca de palabras contra el gobierno de Rajoy (pero dejando las cosas como estaban, para parecer que hace algo), algo hace en el sentido que puede conseguir que algunas familias, no todas, se vean de patitas en la calle de un día para otro.
Pero cuando llama “expropiación” a lo que sencillamente es asegurar el cobro de la renta al “arrendador” por un periodo máximo de tres años, no es que nos quedemos como estábamos, sino algo peor, porque dando la sensación de que se hace algo cuando no se hace, el descontento social hacia el Socialismo crece, puesto que en definitiva quien podría resolver realmente los problemas tampoco lo hace, de manera que la conclusión no puede ser más lógica: todos los partidos políticos y todas las políticas son iguales, lo cual es radicalmente falso y dificulta encontrar una verdadera solución a los problemas.
(continuará…)
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