domingo, 28 de octubre de 2012

"LO SIENTO MUCHO, ME´QUIVOCAO, Y NO VOLVERÁ A OCURRIR". PARA EL ANÓNIMO QUE ESCONDIÉNDOSE EN EL ANONIMATO, COMO BUEN COBARDE O "COBARDA" ME LLAMA MEZQUINO. CUANDO EN REALIDAD SOY MEZQUINO Y MEDIO, Y MÁS NO PORUQE NO ME DA LA GANA, QUE SIEMPRE SERÁ MEJOR QUE SER COBARDIN O COBARDINA.

Comentario recibido: 

 “Anónimo dijo.. 
 Ese artículo no existe con esa lista de nombres. Es sencillamente un montaje de algún sinvergüenza en Internet. Si fueses medianamente riguroso, en lugar de ser tan mezquino, incluirías el link del artículo del profesor Navarro en el New York Times. Todo es falso. Y si tienes dudas, vete al blog del profesor Navarro, y verás que ha denunciado esta falsedad. 

 Si no retiras el link en 24 horas, te enfrentarás a una demanda judicial.” 

 Sinceramente no creo que sea obra de algún sinvergüenza, como afirmas, mi querido zagalón o zagalona, y dicho sea sin ningún respeto hacia ti, solamente por ser cobardote o “cobardeta” que se escuda en el anonimato para insultar (ves, inconveniente de ser cobardica anónimo que ahora no me puedo dirigir a ti por tu nombre) el hecho de que aparezcan una serie de nombres en un artículo serio como el del profesor Vicenç Navarro acerca de los hijos de puta ricos que se llevan el dinero a los paraísos fiscales (¿te parece que, aun a pesar de mi falta de rigor califique de hijos de puta a quienes están llevándonos a la miseria a la inmensa mayoría de la población? Y es falta de rigor, porque a pesar de ser unos hijos de puta son muchas más cosas, y además no lo hacen por ser hijos de puta, que lo son, sino porque el sistema para poderse mantener en pie necesita precisamente de la existencia de esos paraísos fiscales. Proseguimos). Yo, más que sinvergonzonería, con tu permiso, veo en el acto de desfigurar por que sí lo que otros dicen introduciendo nombres que podrían ser falsos, es una clara intención de desprestigiar, en este caso, todo lo que afirma (excepto los nombres) el profesor Vicenç Navarro en su artículo, por tanto, en mi opinión, lo que hay es una clara intención política de enturbiar la realidad. Y la realidad la enturbia y la deforma, por ejemplo, y en general, todos los grandes medios de comunicación y la inmensa mayoría de los políticos profesionales. 

No se si habrás caído en la cuenta de que a quien tu calificas de sinvergüenza (que para mi es eso si uno es poco riguroso, porque de serlo es muchas más cosas y ninguna buena) como tú, se ha escondido en el anonimato. ¿Captas? Por haberse escondido en el anonimato no le podemos estirar de las orejillas, cosa que si se puede hacer conmigo, que para eso estamos, para que cualquiera te pueda llamar la atención cuando dices algo que no es. Pero conste también, que tú no me has llamado la atención con tu comentario para enmendarme la plana, que es en todo caso lo que habría procedido hacer, sino que de haberme podido ofender me hubieras ofendido. Sabes eso de que no ofende quien quiere, verdad?, sino quien puede.

De haber sido tú miaja más sensato, pero una chispitilla más sensato, tampoco mucho, y hubieses prestado algo más de atención a lo que tu supones (muy mal supuesto por cierto, pero que muy mal, anónimo o anónima) que yo he dicho, te habrías dado cuenta que no lo he dicho yo, sino que fue y es transcripción literal, de cuya transcripción cito la fuente (que por cierto, la voy a borrar para no comprometer a la persona que la proporciona, pero manteniendo el artículo tal cual lo transcribí, porque el fundamento del mismo, así como su contenido es cierto, excepto los nombres que aparecen en el mismo que podrían ser falsos, y porque no le presupongo ninguna mala fe a la fuente del que tomé la transcripción del artículo). 

 Es decir, que siendo yo, según tú, mezquino, sin que mi mezquindad pueda ser deducida de lo que dices, tú haces el ridi, cuando menos, que si se deduce de lo que dices literalmente, porque no me he atribuido ninguna autoría al mencionar bien clarito la fuente de procedencia de lo que digo, en lo que tú no has reparado. Soy el autor de acudir al “Cuartelillo de la Guardia Civil” para que me dejen, por favor, la máquina de buscar maleantes, porque habiendo leído yo una lista de nombres, verdaderos o falsos, de gente que podría haber estado y podrían seguir estando robando al Estado los dineros que precisamente necesita el Estado, a mi me parece que es cumplir con mi deber cívico de luchar contra los maleantes. 

 Si como todo parece indicar la lista de nombres que aparecen en el artículo del profesor Vicenç Navarro es falsa, habrá que buscar al delincuente que la ha confeccionado para confundir y desprestigiar, creo yo, el contenido del mencionado artículo, y no a mí, que no hago más que decir lo que otros dicen. 

Para terminar. No voy a incluir el link del artículo del profesor Navarro en el New York Times, sencillamente porque no quiero incluirlo, es decir, para no darte la razón, y desde luego no sabes lo que me alegraría enfrentarme a esa demanda judicial que tu anuncias en 24 horas, porque yo de mi cosecha propia en todo este asunto lo único que tengo que ver es que le he pedido la máquina de buscar maleantes al Comandante de puesto del Cuartel de la Guardia Civil de mi pueblo. 

Y es más, ayer antes de saber que los nombres eran falsos (que yo daba por buenos), pensé escribirle al señor ministro del Interior para que me dejara una máquina más gorda que tiene también de buscar maleantes, cosa que haré, pero con el añadido de que me deje también la submáquina que tiene de buscaR a gente que escondiéndose en el anonimato se dedica a calumniar a los demás por Internet, a ver si así matamos dos pájaros de una maquinada: a los maleantes que se llevan el dinero de España, que existen, tienen nombre propios, y que además se sabe, como pueden ser los casos del Banco de Santander y de Telefónica, y a ese que tu llamas sinvergüenza y que yo digo que es más, que ha confeccionado esa lista de supuestos nombres falsos y que a ti te ha dado la oportunidad de poderme llamar mezquino, lo cual no me ha ofendido, de verdad. Así que “lo siento mucho, me´quivocao y no volverá a ocurrir”. 

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