Rodrigo de Santos, que de Rodrigo tendrá todo lo que ustedes quieran, pero de santo poquito, es ex Concejal del Partido Popular de Palma de Mallorca, y es uno de esos hipócritas que de cara a la galería para mear se la coge con papelillos de fumar.
Pinta la cosa de distinta manera cuando la noche se hace noche y empieza el trajín la tarjeta de crédito a cargo de los presupuestos municipales en prostíbulos homosexuales.
Sabemos que la Iglesia Católica Apostólica Romana no es Rodrigo de Santos, ni siquiera los Obispos pederastas que tiene ni los curas que abusan de los niño, ni los sacerdotes que por voluntad propia han abandonado el sacerdocio para formar pareja con su hombre querido.
La Iglesia es otra cosa, como por ejemplo, maquinaria electoral favorable al Partido Popular, radicalmente opuesta al matrimonio homosexual, que cumplía al pie de la letra Rodrigo de Santos negándose a realizar bodas homosexuales en su Ayuntamiento por razones de “principios” que no legales.
Pues a Rodrigo de Santos, hombre puro patrio de raza ibérica como manda la Iglesia de los Obispos de la Cadena COPE (de la de Cristo no hablo yo) y defienden los jefes del PP (de la militancia del PP tampoco hablo yo), lo han cogido con las manos en la pringue y, por estar pringado, y no por ser de los Obispos de la Cadena COPE ni miembro del Partido Popular, lo van a juzgar el día 11 de abril en el Juzgado número 5 de Palma de Mallorca.
Los cargos contra él son malversación de fondos municipales en asuntos particulares. En una noche loca, de desenfreno y pasión homosexual, Rodrigo de Santos llegó a gastarse hasta 1.500 euros del Ayuntamiento, y en un mismo local hasta más de ochenta consumiciones, o sea, que el pajarito este no se ha resbalado una vez ni ha tropezado dos veces con la misma piedra, sino que lo hacia habitualmente. Y claro, tanta pringue le echas al cántaro que al final ya no se te puede tapar más, y al final pasa lo que pasa: que te cogen.
Pero el que es un hipócrita y un embustero lo es hasta el final. Y así, en su defensa alegará que es un hipócrita, un embustero y un maricón, porque es drogadicto, y la droga le lleva a eso.
Habrá que esperar que este alegato en defensa Rodrigo de Santos no le pase desapercibido al fiscal, y le requiera éste y le inquiera para que se sepa quien es el camello que le suministraba la droga. Si lo hacia en el propio Ayuntamiento o no, y si pagaba con la misma tarjeta de crédito con que pagaba sus correrías en los prostíbulos de homosexuales, porque de femeninos no se tiene constancia.
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Sabemos que la Iglesia Católica Apostólica Romana no es Rodrigo de Santos, ni siquiera los Obispos pederastas que tiene ni los curas que abusan de los niño, ni los sacerdotes que por voluntad propia han abandonado el sacerdocio para formar pareja con su hombre querido.
La Iglesia es otra cosa, como por ejemplo, maquinaria electoral favorable al Partido Popular, radicalmente opuesta al matrimonio homosexual, que cumplía al pie de la letra Rodrigo de Santos negándose a realizar bodas homosexuales en su Ayuntamiento por razones de “principios” que no legales.
Pues a Rodrigo de Santos, hombre puro patrio de raza ibérica como manda la Iglesia de los Obispos de la Cadena COPE (de la de Cristo no hablo yo) y defienden los jefes del PP (de la militancia del PP tampoco hablo yo), lo han cogido con las manos en la pringue y, por estar pringado, y no por ser de los Obispos de la Cadena COPE ni miembro del Partido Popular, lo van a juzgar el día 11 de abril en el Juzgado número 5 de Palma de Mallorca.
Los cargos contra él son malversación de fondos municipales en asuntos particulares. En una noche loca, de desenfreno y pasión homosexual, Rodrigo de Santos llegó a gastarse hasta 1.500 euros del Ayuntamiento, y en un mismo local hasta más de ochenta consumiciones, o sea, que el pajarito este no se ha resbalado una vez ni ha tropezado dos veces con la misma piedra, sino que lo hacia habitualmente. Y claro, tanta pringue le echas al cántaro que al final ya no se te puede tapar más, y al final pasa lo que pasa: que te cogen.
Pero el que es un hipócrita y un embustero lo es hasta el final. Y así, en su defensa alegará que es un hipócrita, un embustero y un maricón, porque es drogadicto, y la droga le lleva a eso.
Habrá que esperar que este alegato en defensa Rodrigo de Santos no le pase desapercibido al fiscal, y le requiera éste y le inquiera para que se sepa quien es el camello que le suministraba la droga. Si lo hacia en el propio Ayuntamiento o no, y si pagaba con la misma tarjeta de crédito con que pagaba sus correrías en los prostíbulos de homosexuales, porque de femeninos no se tiene constancia.
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