La
espera en la Atención Primaria sigue creciendo en todos los territorios del
Estado
Publicado el 25 de mayo de 2023 / Por Coordinadora
Antiprivatizacion de la Sanidad-Estatal
kaosenlared
La espera para una consulta
en Atención Primaria se duplica en cuatro años
Una docena de gobiernos
autonómicos tratarán de revalidar su gestión el 28M mientras el 22,9% de los
ciudadanos afirma que la crisis de la sanidad les afecta personalmente y se
multiplican por tres aquellos que creen que el sistema “está tan mal que se
necesitaría rehacerlo”
La población española está
preocupada por la sanidad. Los profesionales llevan lustros advirtiendo de las
carencias de un sistema que se vio desbordado por la pandemia. Listas de
espera, agendas saturadas, trabajadores quemados y un trasvase hacia la privada
son el trasfondo de uno de los datos que arroja el último barómetro del CIS,
publicado hace unos días: al 22,9% de los encuestados le afecta “personalmente”
la crisis de la sanidad. No es una cifra menor. Si se extrapola al conjunto de
la ciudadanía, el total se acerca a los 11 millones de individuos.
A cinco días de las
elecciones, es evidente que la sanidad, o los intentos por sacarla de la
conversación, están en la agenda de los partidos. Del resultado que arrojen las
urnas el domingo saldrán los gobiernos que gestionarán durante los próximos
cuatro años el sistema en una docena de comunidades autónomas, en las que vive
la mitad de la población. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,
anunció el pasado sábado una inversión de 580 millones de
euros en atención primaria, incluidos en un paquete de 1.000 millones
en los Presupuestos Generales del Estado.
El mismo día, la presidenta
de la Comunidad de Madrid, y también candidata simbólica en las municipales de
Bilbao, acudía a un acto en Euskadi para
avivar el recuerdo de ETA y pedir la ilegalización de Bildu,
contra el criterio del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Pese a que la
sanidad ha sido donde Isabel Díaz Ayuso ha encontrado mayor oposición, todas
las encuestas la acercan a la mayoría absoluta en la Asamblea.
“Para que los votantes
decidan su voto en función a un tema, es importante que tengan claro cómo un
candidato distinto va a generar una dinámica distinta. La izquierda ha hecho
esfuerzos en ese sentido y hay votantes que lo tienen claro, pero es posible
que no haya sabido mandar el mensaje de que van a aplicar una política
sanitaria muy distinta y que algunos electores no acaben de percibir que la
sanidad va a depender de su voto”, explica la doctora en Ciencias Políticas y
experta en comportamiento electoral Berta Barbet.
Un punto
de inflexión
Los últimos cuatro años,
que marcan una legislatura completa, han supuesto un punto de inflexión para el
Sistema Nacional de Salud. “En 2019, el conjunto del sistema sanitario todavía
no se había recuperado de los recortes de la crisis anterior, estaba debilitado
y la pandemia lo desbordó totalmente, con una sanidad pública que se mantenía
sobre el esfuerzo de los trabajadores sanitarios”, explica el portavoz de la
Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Marciano
Sánchez Bayle.
Con las consecuencias de la
crisis sanitaria aún coleando, los profesionales sanitarios encendieron la
mecha de las reivindicaciones que venían arrastrando desde hacía años en varias
comunidades autónomas. La gasolina para esas reclamaciones la pusieron los
ciudadanos de Madrid, que salieron a la calle en dos multitudinarias manifestaciones en
el último año. El 13 de noviembre de 2022,
cientos de miles de personas se movilizaron para defender una
sanidad pública de calidad en la Comunidad. El germen fue el deterioro evidente
de la Atención Primaria, que erosiona toda la estructura del
sistema. La protesta se replicó en febrero.
Como puede verse en el
siguiente gráfico, elaborado por elDiario.es con datos de los barómetros
sanitarios de 2018 –previo a las últimas elecciones autonómicas de peso similar
y municipales– y de 2022, la accesibilidad a ese primer escalón asistencial se
ha deteriorado gravemente en estos cuatro años. De media, los ciudadanos
aseguran que la espera es hoy el doble que hace una legislatura.
Por comunidades, ninguna ha
sido capaz de reducir la espera, pero algunas han desbaratado la lista más que
otras. Andalucía, Canarias, Comunitat Valenciana y Madrid han sumado más de
cinco días a lo que ya se esperaba en 2018. En el caso de Catalunya, donde
también ha habido paros en los últimos meses, la tardanza para ser atendido en
el médico de familia aumentó hasta los 11,6 días de media. En general, es
habitual que las medias las engorden los barrios donde el nivel socioeconómico
de la población es más bajo, frente a aquellos donde son accesibles otros
sistemas, explicaba la secretaria técnica de Atención Primaria de la
Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, Ana Giménez, en este reportaje.
Más allá de la media, en la
tabla que se muestra a continuación puede consultarse, comunidad a comunidad,
el porcentaje de población que era atendido en 2018 desde que solicitaba una
cita con su médico de familia hasta que finalmente era visto, en comparación
con lo que se indicaba en 2022. Si hace cinco años el 29,4% era atendido en los
dos primeros días y el 56% en los tres primeros, esta cifra ha caído al 26,4%.
Al contrario, la parte alta del gráfico se oscurece porque si un 6% de los
pacientes tardaba antes 11 días o más en acceder a una consulta, hoy son el
23,6%.
La dinámica en este sentido
se repite en todas las comunidades, y todas están lejos del compromiso
adquirido con el Ministerio de Sanidad en el Marco Estratégico para la
Atención Primaria y Comunitaria, aprobado en abril de 2019, de
“garantizar que la demanda de atención no urgente se atienda en menos de 48
horas” en el corto plazo. Las que más se acercan son Navarra, Asturias y
Euskadi, cuyas Primarias atienden en los tres primeros días a la mitad de la
gente que lo necesita. En concreto, al 56,7%, al 55% y al 47,3%,
respectivamente.
Precisamente, estas
comunidades son, junto a Extremadura, las que más dinero han presupuestado para
sanidad en 2023, según los datos de la FADSP. Son las únicas que superan los
2.000 euros por habitante, elevan la media nacional de 1.809 euros por
ciudadano y entierran en la tabla a Madrid (1.446 euros), Catalunya (1.456) y
Murcia (1.535). Con la excepción de Euskadi y Catalunya, que no celebran
comicios autonómicos este domingo, en las comunidades que más invierten esperan
revalidar gobiernos socialistas, mientras que las que destinan menos dinero a
la salud hacen lo propio con gobiernos del Partido Popular.
Invertir más o menos en
sanidad, explica Sánchez Bayle, es “una decisión política de los gobiernos o
las asambleas de cada comunidad y su mayor preocupación por el sistema
sanitario público”. “En el caso de Madrid está claro que, desde la época de (la
presidenta Esperanza) Aguirre hay un interés por desmantelar y descapitalizar
el sistema sanitario público para favorecer al sector privado. No se puede
decir que no haya tenido éxito, porque es la comunidad con mayor
porcentaje de población con un seguro privado”, indica el doctor.
En Madrid es donde los
ciudadanos más dinero se gastan directamente de su propio bolsillo en sanidad
privada. Cada madrileño destinó en 2022, de media, 936 euros a seguros
privados, seguidos de los 816 euros en Catalunya y los 813 en La Rioja, según
los datos del informe Sanidad privada, aportando valor 2023, de
la Fundación IDIS, que aglutina al sector.
No solo eso:
indirectamente, a través de impuestos, la Comunidad que preside Isabel Díaz
Ayuso, también es la que más financia a la privada mediante conciertos, junto a
Catalunya, con amplia tradición en esta fórmula. Según el informe Los servicios sanitarios de la CCAA,
supusieron el 11,7% y el 23,9% del gasto presupuestado. Pero una cosa es el
presupuesto y otra el gasto. El Servicio Madrileño de Salud presentó el pasado
viernes las cuentas anuales de 2022, que muestran un incremento interanual del 82%
en conciertos y contratos con empresas vinculadas a la sanidad,
según denuncia Comisiones Obreras.
El presidente de la
Organización Médica Colegial, Tomás Cobo, alerta de que “el aumento de seguros
privados puede llevar a una sanidad pública pobre para pobres”. En una reciente entrevista con
elDiario.es, señalaba que el sistema público de salud tenía tres
quiebras: la de atención primaria que muestran las cifras; la de la cobertura
pública, que tiene su reflejo en el aumento del aseguramiento; y la precariedad
laboral del personal sanitario, que ha salido a la calle en Madrid, Andalucía,
Extremadura, Catalunya, Cantabria, Valencia, Murcia, Navarra, Asturias o
Euskadi, donde se han celebrado dos
jornadas de huelga los días 18 y 19 de mayo.
Listas de
espera para el especialista
El barómetro del CIS
también pregunta por el tiempo de espera para ser atendido con un especialista.
En este caso, ha habido un cambio en la forma de agrupar los respuestas que
impide ver con claridad las diferencias: en 2018 se diferenciaba a aquellos que
decían haber tardado hasta 3, 4, 5 y 6 meses y más de medio año; en 2022 metía
en el mismo grupo a los que tardaban más de tres meses, por lo que no se puede
valorar si se reducen o no las esperas de los tramos más altos.
Pese a todo, hay datos
llamativos, como el aumento medio del 25,3% al 37,7% que afirma que esperó más
de tres meses para ver a un especialista. O el de La Rioja, que pasó del 17,6%
al 51,7%. Es junto a Extremadura, Castilla-La Mancha y Canarias donde la mitad
de los pacientes que necesitan una de estas visitas espera más de un trimestre
para ser atendido.
Los datos utilizados en
esta información muestran las respuestas que los ciudadanos dan al CIS. Los que
facilitan las comunidades autónomas, que son los oficiales, no siempre muestran
la realidad detrás de los números. Primero, porque las esperas son
acumulativas. Pero, sobre todo, porque cada consejería utiliza sus propios
criterios, cuando no trampas, para empezar a contar. En su último informe
anual, de 2022, el Defensor del Pueblo hacía notar un incremento “notable” de
las quejas recibidas por los retrasos para ser atendido “en consultas externas,
pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas”
La OCDE también ha alertado de
otros puntos débiles del sistema sanitario español, como las camas
hospitalarias por cada 1.000 habitantes, muy por debajo en España de la media
europea. Si en el conjunto de la UE esta se encuentra en las cinco plazas por
millar de ciudadanos, en España apenas llegaba a tres en 2020.
Con estos ingredientes, no
es raro que la percepción que la población tiene de la sanidad haya empeorado
en los últimos cuatro años. Ya solo cree que el sistema público “en general,
funciona bastante bien” el 14% de la población. En ninguna comunidad le otorga
ese estatus más gente ahora que en 2018. Al otro extremo, se han triplicado las
personas que responden que el sistema “está tan mal que se necesitaría
rehacerlo”.
Como muestra el siguiente
gráfico, la peor valoración ha subido 10 puntos o más en una decena de
comunidades: Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, Castilla-La Mancha,
Extremadura, Madrid, Murcia, Euskadi y La Rioja.
David Noriega / Ana Ordaz
/ Victòria Oliveres
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