martes, 18 de abril de 2023

Vivienda, Sareb e hipocresía ¿A quién quiere engañar el Gobierno? [Si nos alejamos de la mondonga, la mortadela, de lo que le dijo el barquero a la niña bonita al pasar el rio y de los doce cascabeles que lleva mi caballo por la carretera, por fuerza se concluye que vale más un hecho que 1.205 campañas electorales. ¿Viviendas?, ea, pues viviendas, ya está dicho. Ni una palabra más. Ahora se me van ir ustedes a Zaragoza. Sí señor, Zaragoza, España, ¡Oeeé, oé, oé, oé, oé!!, tal cual lo leen, Bario de La Paz, esquina de las calles Pablo Parellada y San Juan Bautista. Pero váyanme con los ojos bien abiertos porque si los llevan cerrados se van a pegar ustedes un zoquetazo del Copón contra la dicha esquina que se van a joder las cejas del zoquetazo que se van a pegar, en cuya esquina se me van a encontrar 34 viviendas, 34, que promovió la Cooperativa de Viviendas El Camino compuesta por 34 trabajadores que de no haber sido por la Cooperativa hubieran tenido vivienda justo el día que a las ranas le salieran pelos.]Al decir trabajadores ha querido decirse trabajadores, que estamos hablando en serio. Por ejemplo, Juan Muñoz que era el Secretario era peón de la Fundición Averly, y por ejemplo, Torrejón, su presidente, era ebanista: El resto peones, o como mucho oficiales de oficios. Problemas tuvimos 1.001 más 6.002, que si sumo bien, hicieron un total de 7.003 problemas, empezando por el dinero para la compra del terreno que se pudo hacer gracias a unos avalistas (de ideología cristiana, pero tampoco muy de izquierdas, las cosas como son) y las cuotas de los socios de 250 pesetas al mes, excepto los meses de julio y diciembre que eran de 500 pesetas, la subvención de 30.000 pesetas por vivienda y el préstamo hipotecario de la Caja de Ahorros de Zaragoza Aragón y la Rioja una vez acabadas las obras. Y punto pelota. El único gasto de administración que hubo fue el mío que lo traduzco a especie porque de la cantidad no me acuerdo exactamente, pero daba sin sacar los pies del plato para el tabaco, un paquetito de Celtas y los fines de semana un paquete de Ducados con filtro (¡qué joder, un día es un día!) y para comprar los billetes de autobús y tranvía para asistir a clases. Y así se acaba con el problema de la vivienda, queridos (hombre, y con alguna cosilla más, pero no muchas más. Sin mindanguerías ni seres iluminados, por supuesto). Y si alguien se piensa que esto se hizo porque sonó la flauta, cojan camino de la plaza de Alcobendas, también en el Barrio de La Paz, y antes de llegar a la iglesia, se me van a pegar otro topetazo con siete viviendas (de las que nosotros tomamos ejemplo) sin formula Cooperativa ni ná, que se hicieron otros tantos trabajadores, la mayoría de ellos de la HOAC, cuya construcción tuvo todavía mucho más mérito que la de nuestras de 34 viviendas. De entre estos hombres yo recuerdo especialmente a José García, albañil, a David, chófer y Miguel Arellano, que iba al Mercado Centra a descargar mercancías. Nota muy pertinente, descargar camiones en el Mercazaragoza sería un buen remedio contra la sinvergonzonería política, aparte de devolver lo robado, caso del que haya robado]

 


Vivienda, Sareb e hipocresía ¿A quién quiere engañar el Gobierno?

 

Por Debates

El Viejo Topo

18 de abril de 2023 

 

Falta menos de un mes y medio y los diferentes partidos del Régimen aprovechan cada encuentro y comunicación ante los medios para iniciar su particular campaña electoral. Desde el Gobierno, tanto PSOE como Unidas Podemos usan la vivienda y la nueva Ley como primera bandera. Una hipocresía absoluta que no sostiene comparación con la realidad.

La semana pasada se aprobaba la Ley de la Vivienda, un primer marco legislativo que regula el mercado inmobiliario en el Estado español. Como comentamos en este mismo diario, esta ley fue elaborada por los dos partidos del Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, hace más de un año, pero ha sido ahora cuando ha sido validada y aprobada por sus socios en el Congreso, ERC y EH Bildu.

En la citada noticia, ya apuntábamos todas las demandas que se quedaban sin recoger en esta Ley, demandas que son defendidas por los principales colectivos y plataformas de inquilinos y antidesahucios.

Ni se pone tope al alquiler, ni se pone freno a la especulación y ni mucho menos se hace frente al negocio de los fondos buitres y los bancos. Nada de eso está incluido en esta “progresista” Ley de vivienda. Todos estos aspectos han sido denunciados tanto por la PAH como por plataformas de inquilinos y antidesahucios de Madrid y Barcelona, las poblaciones donde la especulación y los altos precios de la vivienda provocan más daño.

Pero como decimos, es temporada de campaña electoral, no de forma oficial pero si oficiosa, y los partidos políticos redoblan su ya habitual hipocresía. Este fin de semana ha sido el turno del PSOE y de Unidas Podemos. Y ambos, con la cuestión de la vivienda como foco.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la clausura de la conferencia municipal del PSOE celebrada en Valencia, ha sacado pecho del texto legislativo aprobado hace apenas unos días. Pero además añadió un nuevo compromiso. El actual presidente del Ejecutivo aseguró que se van a movilizar 50.000 viviendas y terrenos del SAREB (el banco malo) para alquiler y compra de vivienda pública. Es decir, usar aquellos activos “tóxicos” que el Gobierno de Mariano Rajoy y sucesivos compraron a los bancos.

Además, en un momento de inspiración de pre campaña en el que se puede decir cualquier cosa si ningún tipo de responsabilidad de realizarla, aseguró que, aún sin fecha, se comprometía a elevar el porcentaje de parque de vivienda pública en el Estado español a un 20% frente al 3% actual.

Unidas Podemos, no tardó en salir al paso, para decir que esta cuestión era algo que desde su formación se venía reclamando hacía mucho tiempo, y lamentaba que esta decisión no se tomara antes. Incluso apuntó que el uso de los activos de la SAREB debería ser mayor a esas 50.000 viviendas, ya que quedarían aún cerca de 15.000 activos para usar.

Pero más allá de estas palabras, hay dos cuestiones tangibles que no entienden de falsas promesas y que desmontan todo triunfalismo que se desprende desde el Ejecutivo.

En primer lugar, es la propia Ley de la Vivienda que cómo ya hemos comentado, es absolutamente insuficiente y no recoge las principales demandas de los colectivos y plataformas que llevan años organizándose y defendiendo los derechos de los inquilinos.

Y en segundo lugar está la realidad de miles y miles de familias en el Estado español. Pedro Sánchez habla de la movilización de 50.000 viviendas para aumentar el parque de vivienda pública, pero es que la situación es mucho más dramática.

En 2022 se produjeron 38.266 actuaciones de desahucios, según el propio Consejo General del Poder Judicial que divulgó estos datos. En 2021 fueron 41.259 las actuaciones que se efectuaron para echar a la gente de sus casas. Y solo por coger las cifras de los dos últimos años.

Entonces, si no se toca el precio del alquiler, no se pone tope a la subida de precios, no se frena la especulación de la banca y los fondos buitres, solo nos queda preguntarnos ante tanto triunfalismo “progresista” ¿a quién quiere engañar el gobierno y los partidos que lo conforman?

La búsqueda constante de parches que no toquen los beneficios de los fondos buitres y la banca y que no aborden este problema de forma estructural, se deshacen como azucarillos cuando se topan con la realidad. Las medidas aprobadas, e incluso las prometidas, son totalmente insuficientes.

La problemática de la vivienda está condicionada por la precariedad laboral a lo que se suma la voracidad de la lógica capitalista muy especialmente en mercados como el de la vivienda. Esto nos sitúa en un grave problema estructural.

Ahí que el problema de la vivienda necesite de soluciones de fondo, radicales, que toquen los intereses de los grandes tenedores de vivienda como la congelación de todos los alquileres, la intervención del mercado del alquiler bajo el control de los inquilinos, la expropiación de las viviendas de los grandes tenedores para crear un parque público de alquiler social.

Así como otras no exclusivas al ámbito de la vivienda como la incorporación inmediata de cláusulas de revisión salarial en todos los convenios que indexen el IPC de forma mensual y de forma automática o la nacionalización sin indemnización y bajo control de trabajadores y usuarios de los oligopolios de la energía y el trasporte entre otras.

Iván Vela

Fuente: Izquierda Diario

*++

 

No hay comentarios: