viernes, 25 de marzo de 2022

La huelga del transporte sigue adelante con apoyo de nuevos sectores

 

La huelga del transporte sigue adelante con apoyo de nuevos sectores


Los efectos de los paros y movilizaciones se agravan, aumenta la escasez en supermercados o gasolineras y las pérdidas que se cifran en más de 600 millones



INDURGENTE.ORG / 24 marzo 2022


Los transportistas continúan con un paro indefinido y unas protestas que entran ya en la segunda semana. Las negociaciones del gobierno con algunas de las patronales del sector, que no representan a los convocantes, así como las medidas anunciadas en este lunes en forma de ayudas han sido insuficientes para poner fin a la huelga. Los paros y movilizaciones continúan, y a los mismos se están sumando algunos nuevos sectores.

En ciudades como Barcelona, el sector del taxi se ha movilizado y ha mostrado su apoyo a las reivindicaciones del colectivo de transportistas. Afirman que la subida del precio de los carburantes está suponiendo un lastre para su actividad diaria: “No estáis solos, nos tenéis a vuestro lado porque los que os joden a vosotros y a nosotros son los mismos especuladores”, han transmitido desde el sindicato Élite Taxi, quien también ha calificado de “grave error” que el gobierno vincule los participantes en la huelga con la extrema derecha.

 

Los 10 días de paro en el sector del transporte por carretera han afectado de forma ya significativa y visible las cadenas de suministros. Los desabastecimientos han llegado especialmente a comunidades como Galicia, Asturias, Cantabria o Andalucía, principalmente en productos de carácter perecedero como lácteos, aceites, huevos, harina, azúcar, frutas, verduras, carnes o pescados. También numerosas gasolineras, especialmente en Andalucía y la costa mediterránea, se han visto afectadas.

La protesta, que inicialmente había sido lanzada por algunas asociaciones minoritarias de camioneros autónomos, ha crecido hasta convertirse en un grave problema para el Gobierno, en un momento de máxima tensión por los precios de la energía y el combustible y con una inflación disparada. Las fuerzas de seguridad han detenido a decenas de huelguistas en los piquetes y han escoltado centenares de camiones con productos básicos. Las pérdidas en la cadena alimentaria en la primera semana de paros se calculan en 600 millones de euros.

Tras las convocatorias a la huelga se pueden encontrar alguna patronales del transporte, representantes de pequeñas y medianas empresas del sector. Pero más allá de los convocantes, las protestas y los paros están nutridos por muchos trabajadores precarios, muchos de ellos falsos autónomos, sometidos a condiciones de explotación e inestabilidad enormes y sin casi ningún tipo de derechos. No tienen una articulación ni unas organizaciones de clase que les puedan representar, pero esto no quiere decir que no existan. Por otro lado, algunas grandes empresas y organizaciones patronales se han posicionado en contra de los paros y las movilizaciones.

La izquierda y muchas organizaciones del movimiento obrero y popular se han mostrado escéptica con esta huelga, aunque las acusaciones de estar organizada por la extrema derecha pierden fuerza y los huelguistas han venido ganando algunos apoyos y simpatías. Algunos sindicatos combativos ya han salido a respaldar públicamente la huelga, y de hecho militantes de sindicatos como el SAT ya habían mostrado su apoyo en estos días.

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