Historia de una foto que lo cuenta casi todo de la
Guerra de Vietnam
DIARIO
OCTUBRE / febrero 9, 2022
El 1 de febrero
de 1968 el fotoperiodista estadounidense Eddie Adams captó uno de los momentos
que mejor definen la Guerra de Vietnam: el general Nguyen Ngoc Loan, jefe de la
policía del gobierno títere de Vietnam del sur, asesina a sangre fría a Nguyen
Van Lem, un detenido del Vietcong, en plena calle de Saigón.
En el momento
del disparo se encontraba junto a Adams un cámara de la cadena estadounidense
NBC, que captó la escena desde un ángulo similar. Pero lo que dio la vuelta al
mundo fue la foto, que ha quedado como uno de los tres iconos de aquella
guerra, junto la inmolación del monje budista Quang Duc en 1963 y el diluvio de
napalm que sufrió el pequeño Kim Phuc diez años después.
La víctima del
asesinato, Nguyen Van Lem, conocido como “Bay Lop”, tenía 36 años y dos hijas.
Su viuda, Nguyen Thi Lop, estaba embarazada en el momento del disparo. Su
tercer hijo nació ocho meses después de su asesinato.
Al igual que
decenas de ciudades de Vietnam del sur, Saigón había sido escenario de una
insurrección dirigida por 80.000 combatientes comunistas del Frente Nacional de
Liberación de Vietnam del sur, llamado Vietcong por los medios de la época.
La insurrección
marcó el inicio de la ofensiva del Tet, con la que los comunistas, apoyados por
Vietnam del norte, esperaban levantar a la población contra el gobierno
fantoche del sur, respaldado por Estados Unidos.
Adams tenía
entonces 34 años y trabajaba para la Associated Press. Seguía a un grupo de
lacayos sudvietnamitas que participaban en el contraataque. El grupo se detuvo
en medio de la calle y el general Nguyen Ngoc Loan apuntó el cañón de su
revólver a la sien del detenido.
Tras el
asesinato el general se dirigió a los periodistas que habían presenciado la
escena y justificó su acto: “Estos chicos matan a muchos de nuestro pueblo y
creeo que Buda me perdona”. La víctima era un capitán del FNLSV, añadió el
pistolero.
El New York
Times publicó la foto la en portada, así como muchos otros periódicos.
Posteriormente recibió el Premio Pulitzer y el concurso World Press Photo, lo
que aumentó su repercusión.
En aquella
época el presidente Johnson se esfuerzaba por tranquilizar al mundo diciendo
que la guerra había terminado. Pero aún faltaban otros cinco años más de
enfrentamientos antes de que el ejército estadounidense y sus marionetas
sudvietnamitas salieran con el rabo entre las piernas.
Tres meses
después de la foto, el general asesino fue gravemente herido en combate. Al
principio fue hospitalizado en Australia, pero, debido a su hoja de servicios,
su presencia causó un desprecio generalizado y fue enviado a Estados Unidos,
donde volvió a ser denostado. Regresó a Vietnam.
En 1975, cuando
Saigón estaba a punto de caer en manos de los comunistas, quiso huir, pero Roma
no paga a traidores. Estados Unidos rechazó su solicitud de evacuación y tuvo
que exiliarse por sus propios medios. Se estableció con su familia en Dale,
Virginia, donde abrió una pizzería. Una pintada escrita en el baño de su
establecimiento le recordó su crimen: “Sabemos quién eres”.
En 1991 su
negocio se hundió por su reputación y el propietario del restaurante tuvo que
cerrar. El asesino murió de cáncer en 1998 a la edad de 67 años. El
fotoperiodista envió flores a la familia del fallecido y decidió actuar como
abogado para defender su memoria. “Era un héroe. Estados Unidos debería estar
llorando”, dijo a la Associated Press.
Adams hacía
apología de un crimen de guerra execrable.
FUENTE: mpr21.info
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