Tal día como hoy de 1547 nacía en Alcalá de Henares Miguel de Cervantes. Cervantes inauguró en España una manera de entender la literatura que hacía prevalecer, por encima de todo, al lector, a quien da plena libertad de interpretación.
La poesía, señor hidalgo
El Viejo Topo
29 septiembre, 2021
La poesía,
señor hidalgo, a mi parecer, es como una doncella tierna y de poca edad, y en
todo extremo hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar
otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias, y ella se ha de
servir de todas, y todas se han de autorizar con ella; pero esta tal doncella
no quiere ser manoseada, ni traída por las calles, ni publicada por las
esquinas de las plazas ni por los rincones de los palacios. Ella es hecha de
una alquimia de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá en oro purísimo
de inestimable precio; hala de tener, el que la tuviere, a raya, no dejándola
correr en torpes sátiras ni en desalmados sonetos; no ha de ser vendible en
ninguna manera, si ya no fuere en poemas heroicos, en lamentables tragedias, o
en comedias alegres y artificiosas; no se ha de dejar tratar de los truhanes,
ni del ignorante vulgo, incapaz de conocer ni estimar los tesoros que en ella
se encierran. Y no penséis, señor, que yo llamo aquí vulgo solamente a la gente
plebeya y humilde; que todo aquel que no sabe, aunque sea señor y príncipe,
puede y debe entrar en número de vulgo. Y así, el que con los requisitos que he
dicho tratare y tuviere a la poesía, será famoso y estimado su nombre en todas
las naciones políticas del mundo. Y a lo que decís, señor, que vuestro hijo no
estima mucho la poesía de romance, doyme a entender que no anda muy acertado en
ello, y la razón es esta: el grande Homero no escribió en latín, porque era
griego, ni Virgilio no escribió en griego, porque era latino. En resolución,
todos los poetas antiguos escribieron en la lengua que mamaron en la leche, y
no fueron a buscar las extranjeras para declarar la alteza de sus conceptos. Y,
siendo esto así, razón sería se extendiese esta costumbre por todas las
naciones, y que no se desestimase el poeta alemán porque escribe en su lengua,
ni el castellano, ni aun el vizcaíno, que escribe en la suya. Pero vuestro
hijo, a lo que yo, señor, imagino, no debe de estar mal con la poesía de
romance, sino con los poetas que son meros romancistas, sin saber otras lenguas
ni otras ciencias que adornen y despierten y ayuden a su natural impulso; y aun
en esto puede haber yerro; porque, según es opinión verdadera, el poeta nace:
quieren decir que del vientre de su madre el poeta natural sale poeta; y, con
aquella inclinación que le dio el cielo, sin más estudio ni artificio, compone
cosas, que hace verdadero al que dijo: est Deus in nobis…,
etcétera. También digo que el natural poeta que se ayudare del arte será mucho
mejor y se aventajará al poeta que solo por saber el arte quisiere serlo; la
razón es porque el arte no se aventaja a la naturaleza, sino perfecciónala; así
que, mezcladas la naturaleza y el arte, y el arte con la naturaleza, sacarán un
perfectísimo poeta. Sea, pues, la conclusión de mi plática, señor hidalgo, que
vuesa merced deje caminar a su hijo por donde su estrella le llama; que, siendo
él tan buen estudiante como debe de ser, y habiendo ya subido felicemente el
primer escalón de las esencias, que es el de las lenguas, con ellas por sí
mismo subirá a la cumbre de las letras humanas, las cuales tan bien parecen en
un caballero de capa y espada, y así le adornan, honran y engrandecen, como las
mitras a los obispos, o como las garnachas a los peritos jurisconsultos. Riña
vuesa merced a su hijo si hiciere sátiras que perjudiquen las honras ajenas, y
castíguele, y rómpaselas, pero si hiciere sermones al modo de Horacio, donde
reprehenda los vicios en general, como tan elegantemente él lo hizo, alábele:
porque lícito es al poeta escribir contra la envidia, y decir en sus versos mal
de los envidiosos, y así de los otros vicios, con que no señale persona alguna;
pero hay poetas que, a trueco de decir una malicia, se pondrán a peligro que
los destierren a las islas de Ponto. Si el poeta fuere casto en sus costumbres,
lo será también en sus versos; la pluma es lengua del alma: cuales fueren los
conceptos que en ella se engendraren, tales serán sus escritos; y cuando los
reyes y príncipes ven la milagrosa ciencia de la poesía en sujetos prudentes,
virtuosos y graves, los honran, los estiman y los enriquecen, y aun los coronan
con las hojas del árbol a quien no ofende el rayo, como en señal que no han de
ser ofendidos de nadie los que con tales coronas ven honrados y adornadas sus
sienes.
FIN
Fuente: «Ciudad Seva».
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