Quiénes son los dueños de las
vacunas privadas y cómo se están enriqueciendo
Por Pascual
Serrano
Rebelión
30/04/2021
Fuentes: Sputnik
News
Esta es la
historia de cómo los mismos accionistas son dueños de las diferentes vacunas
compradas por la UE y EEUU, de cómo los gobiernos europeos pasaron de pagar 2,9
euros a 19,5 la dosis y cómo fueron esos mismos gobiernos los que financiaron
con dinero público las investigaciones. Son los dueños del dinero del mundo y
ahora también de la salud.
Las
denominaciones de las vacunas que se están distribuyendo en Europa y Estados
Unidos ya nos resultan familiares por el nombre de sus empresas fabricantes:
AstraZeneca, Pfizer/Biotech, Moderna, Janssen (Johnson & Johnson). Sin
embargo, no se habla tanto de cuáles son sus accionistas, o dicho de otra
forma, quiénes son los dueños de las vacunas. Como era de suponer básicamente
se trata de fondos de inversión. Lo curioso es que si los analizamos
encontramos dos fondos comunes a todas ellas (incluso en otras vacunas que
están pendiente de aprobarse, como la de Novavax): The Vanguard Group y
BlackRock. Estos dos fondos de inversión administran 16 billones de dólares. Si
fueran un bloque de naciones, serían la tercera potencia mundial, solo por
debajo de Estados Unidos y China, de acuerdo con datos del Banco Mundial en
2019.
Su poder es tal
que han presionado para que las principales farmacéuticas occidentales se
coordinen y negocien conjuntamente. Según la revista financiera
Expansión, «Pfizer y Moderna trabajan, cada una por su cuenta, con
otras biofarmacéuticas como Rentscheler Polymun, Rovi, Recipharm, mientras que
AstraZeneca y Novavax colaboran con el Serum Institute of India, el mayor
fabricante de vacunas del mundo, que está elaborando en paralelo productos
similares a los de Oxford-AstraZeneca». Incluso esta última empresa anunció una
alianza similar con Novavax (que, por supuesto, también tiene a BlackRock y
Vanguard son sus mayores accionistas).
Conozcamos algo
más de estos fondos. BlackRock es uno de los grupos financieros más influyentes
en Wall Street y Washington, así como en Europa. En abril de 2020, la división
de consultoría de BlackRock ganó un contrato de la Reserva Federal de Estados
Unidos para gestionar su programa de estímulo financiero. Este fondo de
inversión mueve más de 6,65 billones de euros, es decir, supera en cuatro veces
y media el Producto Interior Bruto de España.
En España,
según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), BlackRock
participa en 21 grandes empresas cotizadas españolas. 18 pertenecen al Ibex, lo
que supone más de la mitad del selectivo que agrupa a las principales compañías
del país. En el peor momento de la pandemia y de la Bolsa española eso eran
13.000 millones de euros. Controla nada menos que el 15,9% del mercado español
de inversiones.
Dueños de la banca española
De ese dinero,
cerca de 9000 millones de euros están
invertidos en la banca española BlackRock es el primer
accionista de los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, el tercero de
Banco Sabadell y Bankinter y tiene cerca del 3% del Banco Popular. Cuenta
también con capital de CaixaBank y Bankia, ahora fusionados. También posee
participaciones en grandes empresas multinacionales españolas, como por
ejemplo: Iberdrola, Telefónica, Repsol, Red Eléctrica, ACS, OHL, Gamesa, IAG,
Amadeus o Aena.
BlackRock
también es el mayor casero de España puesto que es el accionista de referencia
de las dos mayores Socimi (sociedad de inversión inmobiliaria) españolas, que
están cotizadas en el Ibex 35: Merlin Properties Socimi, S.A. e
Inmobiliaria Colonial Socimi, S.A.
Los de
BlackRock están en todo lo que pueda dar dinero. Hace unos años se anunció que
sería el principal accionista de una empresa creada para comprar plantas
fotovoltaicas en España, como el Gobierno suspendió las subvenciones a las
energías renovables, el fondo demandó al Gobierno español y le exigió una
indemnización de 124 millones de euros. Perdió entonces la subvención, pero
seguro le llegará ahora con los fondos de recuperación europeos que se
destinarán al desarrollo de las energías renovables.
Puertas giratorias
Una de las
estrategias de BlackRock es lograr influencia política mediante la contratación
de altos cargos de gobiernos y bancos centrales. Todos unos especialistas en
puertas giratorias para políticos que se portaron bien. Llevan contratados al
menos a 84 exfuncionarios del gobierno de EE. UU. Además del exdirector del
banco central de Suiza, el exministro de Hacienda del Reino Unido, el
exvicepresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, el exportavoz
parlamentario del partido alemán CDU, el exjefe de gabinete de Hillary Clinton
o el exconsejero de Jacques Chirac.
En cuanto a The
Vanguard Group, es uno de los mayores inversores del mundo, solo superado por
el BlackRock. A comienzos de 2020 contaba con 6,2 billones de euros en activos
repartidos en algo más de 400 fondos en EEUU, Europa y el resto del mundo.
Cuenta entre sus principales inversiones con compañías como Apple, Microsoft,
Amazon, Facebook o Alphabet (Google). Suma importantes participaciones en otras
como The Coca-Cola Company, Walmart o Disney.
Estimar la
presencia de Vanguard en España, según Eldiario.es es
algo más complicado, ya que está dividida en decenas de fondos que operan en
Europa. La CNMV obliga a todos los accionistas que superan el 3% de una empresa
a hacer públicas sus posiciones y la gestora estadounidense no aparece en
ninguna de ellas como inversor relevante. Es en los registros de la institución
homóloga estadounidense, la SEC, donde se comprueba que Vanguard está presente
en todas las compañías del selectivo bursátil español, aunque sea con
participaciones minoritarias. El diario La Información estimó, en base a distintos
registros, que el dinero de este fondo alcanza unos 12.000 millones de euros en
el Ibex a finales de 2019.
Pero tampoco
creamos que entre estas empresas se pelean. Basta saber que Vanguard es el
primer accionista de Blackrock.
Goldman Sachs
Conocidas ya
las dos grandes empresas propietarias de nuestras vacunas, vale la pena fijarse
en otra que está presente en el accionariado de varias de ellas, desde
AstraZeneca hasta Novavax, que se fabricará en España, se trata de Goldman
Sachs. Como se recordará, esta entidad, con su bancarrota, tuvo un papel
importante en la crisis financiera de 2008 y estuvo involucrada en el origen de
la crisis de la deuda soberana en Grecia, ya que ayudó a esconder el déficit de
las cuentas griegas del Gobierno conservador.
El negocio de
las vacunas no para de dispararse para estos fondos de inversión. El primer
gran pelotazo lo pega Pfizer cuando descubre que de cada vial en lugar de salir
cinco dosis se pueden sacar seis, como el precio firmado por los gobiernos eran
por dosis, se encuentra con una subida del 20% de su producto, una ganancia
anual adicional de 3.120 millones de euros en su facturación global, por el
mismo producto. Como no les pareció suficiente, durante su intervención en la
conferencia virtual Barclays Global Healthcare, dos directivos de
Pfizer —el director financiero Frank D’Amelio y Chuck Triano,
vicepresidente senior de relaciones con inversores— anunciaron que
habría una oportunidad para que Pfizer subiera los precios de la vacuna. Aunque
el precio que negocia la UE es secreto, el primer ministro búlgaro, Boyko
Borissov, ha revelado hace unos días que Pfizer empezó
costando 12 euros la dosis, luego 15,50 y ahora la Comisión Europea está
firmando contrato por 19,50 euros. La caída en desgracia de AstraZeneca puede
ser una gran noticia, los gobiernos europeos pasarán de comprar una vacuna que
valía 2,9 euros a los 19,50 que ya vale la de Pfizer y, como hemos visto, los
accionistas son los mismos.
La nueva remesa
de compra firmada entre la UE y la farmacéutica contempla 300 millones de dosis
para la segunda mitad de 2021. Esto sumaría un total de 600 millones para todo
el año. El Ejecutivo comunitario desveló también hace unos días que ha iniciado
negociaciones para adquirir otros 1.800 millones de dosis en su estrategia de
vacunación para 2022 y 2023. Esto se produce al mismo tiempo que se está
planteando no renovar el contrato de compra
con AstraZeneca por su incumplimiento en la entrega de las
vacunas. Es lógico si los inversores pueden vender un producto por 19 euros por
qué van a seguir entregando otro con la misma función para el mismo cliente por
menos de tres. Incumples el compromiso de entrega del segundo y les colocas el
primero.
Investigación con dinero público
Y, mientras
tanto, no dejan de salir a luz informaciones que muestran que los principales
recursos para la investigación de las vacunas fueron públicos. Un estudio elaborado
por prestigiosos científico a partir de toda la documentación ofrecida por los
investigadores revela que, en el caso de la vacuna de AstraZeneca, la industria
farmacéutica soportó menos del 3% de los costes de investigación que la han
hecho posible. La mayor parte de los 120 millones de euros invertidos llegaron
desde el Gobierno del Reino Unido (45 millones) y la Comisión Europea (30
millones), mientras el resto procedía de entidades también financiadas con
fondos públicos (centros de investigación) y fundaciones que apoyan la
investigación científica.
El dinero
público le vino muy bien al consejero delegado, Pascal Soriot, que vio cómo la
empresa le premió el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus con una
subida salarial que llegó a los 18 millones en 2020 y que se aproximará en los
próximos años a los 20 millones.
En cuanto a
Pfizer, el presidente de la empresa, Albert Bourla, declaraba
desde Nueva York al periódico español El Mundo que su empresa no dispuso de
subvenciones ni dinero público para investigar la vacuna, sin embargo, el
eurodiputado español Ernest Urtasun le recordaba que la tecnología RNA usada
por Pfizer fue desarrollada por Biontech con el apoyo de casi 445 millones de
dólares del gobierno alemán.
Es por todo
ello que el eurodiputado belga Marc Botenga denuncia que los europeos hemos
pagado cuatro veces el valor de la vacuna. «Los fondos públicos han financiado
la investigación, el desarrollo, la capacidad productiva…, pero la propiedad
final de la vacuna sigue siendo de la empresa. Esto se traduce, a fin de
cuentas, en que es la empresa la que decide la cantidad de vacunas que se puede
producir y el precio de venta», afirma.
Lobby contra la liberalización de la patente
Una
investigación de Corporate Europe Observatory muestra las
maniobras del gran lobby farmacéutico EFPIA (Federación Europea de Industrias y
Asociaciones Farmacéuticas) para presionar a la Comisión Europea para que no
ceda ante quienes piden la liberalización de las patentes para poder vacunar a
toda la humanidad. EFPIA es el principal grupo de presión de las grandes
farmacéuticas en Europa, con un gasto en lobby de hasta 5,5 millones en 2020
con la participación de 25 lobistas (4,6 millones en 2019) y ha dejado clara su
oposición a «cualquier flexibilización de los derechos de propiedad
intelectual».
Algunos números
pueden ayudar a comprender la negativa de las farmacéuticas. El informe del
Corporate Europe Observatory señala que «según una estimación conservadora, los
ingresos de 15.000 millones de dólares de las ventas de la vacuna por parte de
Pfizer este año lo convertirán en el segundo fármaco que más ingresos genera en
cualquier momento y en cualquier lugar, con un beneficio estimado de 4.000
millones de euros (sólo superado por un fármaco contra la artritis). Otros
analistas alcanzan una cifra mucho más alta al tomar en cuenta una decisión
reciente de aumentar la producción a 2.500 millones de dosis, y un beneficio de
3-5 dólares por dosis: entre 7.500 y 12.500 millones de dólares beneficios (es
decir, 10.500 millones de euros)».
Esos fondos de
inversión con los que empezamos nuestro texto ya no son solamente los dueños
del dinero que se invierte en el mundo, ahora son los dueños de nuestra salud,
o sea, de nuestra vida.
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