lunes, 10 de agosto de 2020

Esto sí. Esto ya es otra cosa que va tomando color. Color republicano, pero color al fin y al cabo. Por fin un monárquico, partidario de la corrupción como es José Joaquín León, del Diario de Sevilla, en cuatro palabras nos dice el por qué hay que echar a Felipe VI: por chichiribaila y mal hijo, porque ha bastado con que Pedro Sánchez le haya dicho que a su padre, a Juan Calor I, había que ponerlo en polvorosa, para que ni corto ni perezoso le quitara el sueldo y lo echara de casa, ¿alguien ha podido imaginar alguna vez peor hijo que un sujeto así? Afirma José Joaquín León que es una vergüenza nacional que a los 82 años haya tenido que salir por piernas Juan Carlos I. Hombre, don Joaquín, no empecemos a mear fuera del tiesto tan temprano. Será en todo caso una vergüenza para los monárquicos que tengan vergüenza que Juan Carlos I haya tenido que salir de España de la forma X, porque hasta este momento tampoco se sabe si lo han echado o se ha evaporizado rindiendo un postrero servicio heroico a España, porque otros nacionales, tal que es el escribe, no monárquico por cierto, tiene por vergüenza nacional el expolio a los bienes públicos y que millones de trabajadores, además de millones de jubilados, después de toda una vida de trabajo creando la riqueza no tengan ni para vivir dignamente, mientras que de esa riqueza, por ejemplo, ha disfrutado y está disfrutando la puta Corinna más que los creadores de la riqueza, los trabajadores. Que la puta Corinna lleve bragas de oro (supongo yo que la princesa que él menciona es Corinna, porque si no, a ver qué princesa o puta que no cobre al menos 65 millones más la cama por vuelta y vuelta puede comprarse bragas de oro) según manifiesta don Joaquín. Ello podría se buena prueba de que no es el trabajador quien más disfruta de la riqueza que crea con su trabajo. Advierte también que en España ya hemos tenido dos Repúblicas sin que llegaran a durar ni una sola década. La cosa queda clara, gracias a la información que nos da don Joaquín: hay que establecer la Tercera República para que dure décadas mil, efectivamente, pero no ahora. Ahora no estamos para sonajas. Ahora lo primero que hay que hacer es asegurar la comida y los medios sanitarios contra el coronavirus para todo aquel que lo necesite, y para comenzar a organizar de una puñetera vez a los Círculos de Podemos, a fin que las ideas republicanas, que no son creencias laicas para sustituir a otras creencia o al Rey Melchor por el Ciudadano Juan, ni tampoco una varita mágica resolutiva de este y aquél otro problema o del, mira, oye, que hoy no tengo ganas de trabajar, que no me levanto, hoy que trabaje Cristo. Hay que arraigar socialmente la idea de República (Que una República también puede ser más de derechas que el grifo del agua fría), única forma de que no aparezca un Franco cualquiera, por decir un nombre, que también puede ser Santiago Abascal con sus asesores iraníes (antiguos terroristas que ya han dejado de serlo nominalmente) y norteamericanos de ultra derecha. Yo estoy de acuerdo con usted, este Pablo Iglesias es un caso. Y mire que se lo advertí veces. En cuanto vi como le echó el primer pienso al toro que mató a Manolete se lo dije. Le dije, ves, cacho populista, por tu culpa, tu gran culpa, tu grandísima culpa y por este pienso que acabas de echar el que asesinó a Viriato se ha quedado sin cobrar su recompensa de Roma, que te vayas enterando, y, además, me vas a terminar cabreando al menda ese del José Joaquín León. Claro que Pablo Iglesias es un antisistema, igual que todos los que nos oponemos a la corrupción del sistema, y por esa razón, y por ninguna otra, nos oponemos a que la corrupción borbónica siga establecida como cosa hereditaria, haya o no haya sentencia (que no la va a haber, porque no se le va a juzgar) condenatoria por golferío a Juan Carlos I. Y, digo yo para terminar y quedar como buenos amigos, qué le parece si esperamos la sentencia condenatoria correspondiente, "xactamente" igual que usted propone para Juan Carlos I, antes de calificar a Pablo Iglesias, que menos de bonito es calificado de cualquier manera, de insultarlo, criminalizarlo, "mordele" y "escupile" gratuitamente, solo por verter las bilis y frustraciones personales propias sobre otros? En lo de que se compre un desinfectante anti vómitos para teclados antes de volver a vomitar un nuevo artículo no entro, porque eso ya es de su intimidad y tampoco me iba a hacer caso.


Contra la Monarquía
En ningún país de la Unión Europea el vicepresidente del Gobierno es un antisistema, ni se comporta como tal

José Joaquín León
Diario de Sevilla
09 Agosto, 2020

La polémica entre Monarquía o República, que han montado los de Unidas Podemos (con la complicidad del PSOE, que practica un doble juego) es artificial y engañosa, un señuelo burdo que lanzan en un momento de agobio para este pésimo Gobierno. Cuando España vuelve a ser el país europeo con más casos de coronavirus, cuando un grupo de 20 científicos piden en la revista The Lancet una investigación independiente de la gestión en España por su alta mortalidad, con la economía arruinada, el turismo hundido por el boicot europeo, y con los contagios multiplicándose. En ese contexto, Pablo Iglesias (para frenar su decadencia política) lanza el debate contra la Monarquía. Con una deslealtad canallesca. En ningún país de la Unión Europea el vicepresidente del Gobierno es un antisistema, ni se comporta como tal.
El rey emérito Juan Carlos I de Borbón (gracias al cual existe la democracia parlamentaria actual en España) abdicó en 2014. Quizás ha cometido irregularidades personales. Aunque hasta ahora no ha sido condenado por ningún tribunal, ni siquiera está imputado. El caso fue alentado por la princesa de las bragas de oro y el capitoste de las cloacas del Estado. A este último, Villarejo, cuando apunta el ventilador de la mierda hacia la izquierda, no se le presta la menor atención. Pero se le da credibilidad total si apunta en la otra dirección. Sea lo que sea, el rey emérito tiene inviolabilidad hasta que abdicó, y además la presunción de inocencia mientras no sea condenado.
Obligarlo al exilio, a sus 82 años, es una vergüenza nacional. No se ha fugado; lo ha echado Pedro Sánchez, que le impuso esa condición al rey Felipe VI para el apoyo del PSOE a la Monarquía. Ha sido un error ceder a esas presiones. El rey emérito debe volver a España. Pero, en cualquier caso, si un rey inactivo fuera condenado, eso no deslegitima a la institución. Serían responsabilidades personales.
La campaña contra la Monarquía está liderada por Pablo Iglesias y Quim Torra, lo que permite augurar mucho futuro al rey Felipe VI. Los españoles deben apoyarlo como se merece. En España, hubo dos intentos de crear repúblicas en el último siglo y medio, y ninguna duró ni siquiera una década. La Monarquía se reinstauró gracias a los republicanos. En Dinamarca y en Suecia, países frugales donde gobierna la izquierda, también hay monarquías. Ese debate no tiene sentido, es una trampa, y lo han abierto para ocultar los verdaderos desastres que están causando.
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