Assange y las «democracias
ejemplares»
A pesar de que
los pedidos a favor de su liberación se multiplican, Julian Assange continuaba
detenido en Londres por el único crimen de haber creado WikiLeaks y de haber
develado secretos incómodos para algunas «democracias ejemplares» que hoy lo
persiguen
DIARIO OCTUBRE / abril 13, 2019
LA FILOSOFÍA DE
WIKILEAKS
En todas partes
ha habido acalorados debates acerca de si WikiLeaks hizo prosperar o no la
causa de la libertad de prensa, si resulta bueno o malo para la democracia, si
se debe o no censurar esta plataforma. Lo que es seguro es que el papel de
WikiLeaks en la difusión de medio millón de informes secretos relativos a los
abusos cometidos por militares en Afganistán y en Irak y de unos 250 000
comunicados enviados por las embajadas de Estados Unidos al Departamento de
Estado constituye «un hito en la historia del periodismo» que ha marcado un
antes y un después. WikiLeaks fue creada en 2006 por un grupo de internautas
anónimos, con Julian Assange como portavoz, y asumió la misión de recibir y
hacer públicas filtraciones de información (leaks) garantizando la protección
de las fuentes.
(…) Assange
aporta una visión radicalmente crítica del periodismo. (…) La filosofía de
WikiLeaks se basa en un principio fundamental: los secretos existen para ser
develados. Toda información oculta nace con vocación de ser revelada y puesta a
disposición de los ciudadanos. (…) WikiLeaks ofrece a los internautas la
posibilidad de hacer públicos, a través de su plataforma, grabaciones, videos o
textos confidenciales, sin indagar en cómo han sido obtenidos, pero cuya
autenticidad es verificada. WikiLeaks vive de las donaciones de los internautas
y de fundaciones y no acepta ayudas públicas ni publicidad. Un buen número de
instancias públicas ha reconocido la utilidad de su trabajo (…).
Desde su
creación, WikiLeaks ha sido un festín permanente de secretos, una auténtica
fábrica de primicias. Ha difundido muchas más revelaciones que muchos prestigiosos
medios de comunicación en décadas (…).
SOLIDARIDAD
INTERNACIONAL
(…) Al igual
que Edward Snowden y Chelsea Manning, Julian Assange forma parte de un nuevo
grupo de disidentes políticos que luchan por un modo distinto de emancipación y
son actualmente perseguidos y hostigados, no por regímenes autoritarios, sino
por Estados que pretenden ser «democracias ejemplares».
El pasado mes
de febrero, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), que depende del Comité de Derechos
Humanos de la ONU, determinó que Julian Assange se encuentra «detenido
arbitrariamente» tanto por el Reino Unido como por Suecia. Los expertos
independientes internacionales también señalaron que tanto las autoridades
suecas como las británicas deberían «poner fin a su detención» y «respetar su
derecho a recibir una justa compensación». (…) Aunque el pronunciamiento del
grupo de expertos internacionales de la ONU no es vinculante, supone una gran
victoria moral en el campo de las relaciones públicas.
Para reclamar
por la libertad de Julian Assange, sus amigos de todo el mundo organizaron,
entre el 19 y el 24 de junio de 2016, en varias capitales del planeta, una
serie de actos y conferencias que contaron con la participación de importantes
personalidades y grandes intelectuales. (…) En Quito, un simposio fue
organizado por el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación
para América Latina (Ciespal) y contó con una intervención del propio Assange
por videoconferencia.
El académico
español Francisco Sierra, director del Ciespal, declaró: «Creemos que, en
realidad, el problema de Julian Assange es ese: el de la libertad de
información. Cuando no hay libertad de información, de movimiento, ni de
reunión, no hay derechos humanos. Y por lo tanto, el primer derecho, es el
derecho a la comunicación, y hay que poner en evidencia que el caso Assange es
un problema grave de derecho a la comunicación».
Todos estos
acontecimientos solidarios a lo ancho de la geografía mundial se fijaron dos
objetivos. En primer lugar: reivindicar los derechos que le han sido negados a
Julian Assange. Y en segundo lugar: recordar lo que representa WikiLeaks, es
decir, el reto tan actual sobre la libertad de información y de comunicación en
un mundo permanentemente vigilado. (Fragmentos del texto original ¡Libertad
para Julian Assange!)
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