domingo, 16 de septiembre de 2018

DESCABEZANDO TÍTERES, PEDRO SÁNCHEZ



PEDRO SÁNCHEZ, POR SI PUDIERA QUEDAR ALGUNA DUDA, EN SU TESIS SE DESMARCA DEL SOCIALISMO



Gracias a los embustes de la corrupta Cristina Cifuentes acerca de un máster que no tenía podemos conocer el ídem de Pedro Sánchez, actual presidente del gobierno, muy interesante por cierto, pero no por lo que pueda aportar a la ciencia política o económica, que aporta bien poquito, sino porque al menos nos permite afirmar que tiene él tanto de socialista como de casto tiene el Espíritu Santo que embarazó a la monjita Brígida. Su título es Innovaciones de la diplomacia económica española: análisis del sector público (2000-2012).

Inventa Pedro Sánchez en su trabajo un fantasmagórico Dios: la diplomacia económica que todo lo puede ante el cual hay que doblegarse. Y lo dice sin ningún rodeo, lo que es de agradecer por hacernos  saber de antemano que su autor y el socialismo (socialización de los principales medios de producción; emancipación de todas las clases sociales, que nadie pueda vivir a costa del trabajo de otros)  no se parecen ni de lejos.

En el último párrafo de la página 53 de su trabajo se lee: “Las relaciones internacionales están decisivamente afectadas por la economía…” Para realizar esta afirmación únicamente hace falta poseer una mínima cultura económica. Pero, y las relaciones entre las distintas comunidades autónomas en el caso del Estado Español, regionales, provinciales, locales…, no están igualmente afectadas por la economía? Es más, acaso no está afectada decisivamente por la economía la existencia humana sobre la tierra?

Dónde, pues, reside la gracia o la ciencia de Pedro Sánchez al hacer tal afirmación?

Sigue afirmando Pedro Sánchez en el mismo párrafo: “… En la actualidad, los intereses económicos cimentan los intereses políticos de los Estados, lo que significa que la diplomacia del sector público debe adecuarse a la nueva exigencia incorporando como elemento central de su estrategia la diplomacia económica, de lo contrario corre el riesgo de ser ineficaz en la defensa de los intereses de su país en la era de la globalización.”

Aquí Pedro Sánchez mezcla churras con merinas y la velocidad con las ganas de comer para construir un eufemismo que evite nombrar la bicha: el capitalismo financiero, basado en la especulación y en la rapiña, que teniendo que ver con la economía no encarna precisamente toda la economía, sino el grado de desarrollo alcanzado por el capitalismo (el capitalismo financiero).

Lo que en suma nos viene a decir Pedro Sánchez es que los bienes públicos, la riqueza del Estado creada mediante el trabajo y la financiación de las diferentes generaciones de trabajadores, ha de pasar a los bolsillos de los mayores capitalistas que dominan el capital financiero, y que esta transición de los bienes públicos a los bolsillo privados ha de hacerse mediante lo que él llama la diplomacia económica, o sea, el dominio del capitalismo con facultad para poderse apropiar de cuantas riquezas necesite para mantener su cada vez más necesariamente elevada tasa de ganancias.

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