domingo, 3 de junio de 2018

GOBIERNO DEL PSOE. ¿LO MISMO QUE EL PP Y CIUDADANOS PERO CON OTRA APARIENCIA?



Recambio en el poder: Sánchez, nuevo presidente

Por Kaos. Estado Español
01.06.2018

Creemos que solo la organización y la movilización sostenidas de la clase trabajadora y de los sectores sociales populares (del sindicalismo alternativo, de las marchas y mareas por pensiones públicas dignas, derechos sociales como la sanidad, la educación o la  vivienda, por la igualdad y contra la violencia machista…) abren perspectivas de un verdadero cambio.


Pedro Sánchez ha conseguido sacar adelante la moción de censura que le permite ser presidente en sustitución de M. Rajoy, el corrupto presidente del PP. En la votación  Sánchez ha obtenido 180 votos de los diputados del propio PSOE, Unidos Podemos, PNV, PDeCAT, ERC, Nueva Canarias y EH Bildu, frente a los 169 contrarios de PP, Ciudadanos, Foro Asturias y UPN, y la abstención de Coalición Canaria.
Es una excelente noticia que el PP –el partido heredero y continuador del franquismo, campeón de la represión y corrupto hasta el tuétano, instrumento del capital y enemigo declarado de la clase trabajadora y de los sectores populares- haya caído. Es una enorme satisfacción para quienes nos oponemos al régimen monárquico y confesamos nuestro anticapitalismo sin complejos


Sin embargo, nos parece que conviene no olvidar que:
-El nuevo presidente y su gobierno son de un partido que se declara defensor incondicional de una constitución que consagra el régimen monárquico y la unidad forzada del reino de España impuestas por Franco, avalando el golpe de estado institucional del 155 y la represión, tanto del del pueblo catalán como del activismo social y político (ley antiterrorista, los GAL, régimen FIES…). Compitiendo en ultraespañolismo monárquico con PP y Cs incluso ha pedido el endurecimiento del código penal.
-El PSOE es un partido de larga tradición neoliberal, como viene demostrando ininterrumpidamente desde los gobiernos de Felipe González. Propuso y se puso de acuerdo con el PP en la reforma de la constitución para adaptarla a las exigencias del gran capital europeo, poniendo como prioridad el pago de la infame deuda por encima de las necesidades sociales.
-El PSOE es un pilar indiscutible del régimen de dominación del capital y Sánchez se ha reafirmado en ello: aplicación de los presupuestos neoliberales y antisociales de Rajoy – Rivera – PNV (a cambio del apoyo del partido de la burguesía vasca), reafirmación de la política de unidad de España a ultranza…
-El PSOE también es un partido corrupto hasta la médula. En la larga lista de casos en que se ha visto envuelto en las últimas décadas, baste recordar entre los más notables los fraudes multimillonarios y clientelares del caso de los EREs y Formación en Andalucía.


Sorprende que Unidos Podemos haya apoyado sin condiciones la moción de censura. Mientras el PNV, por ejemplo, se ha asegurado la partida de inversión comprometida en los presupuestos, Unidos Podemos –que incluso se ha ofrecido a formar parte de un gobierno de coalición siguiendo el ejemplo de Castilla La Mancha– ni siquiera ha exigido compromisos como las derogaciones de las reformas laborales o de pensiones, de la ‘ley mordaza’ o de la LOMCE, a las cuales se había comprometido el propio PSOE antes de apoyar la formación del gobierno de Rajoy con su abstención hace dos años, o la reversión de los recortes sociales (sanidad, educación, prestaciones de desempleo…) y mucho menos ha planteado la necesidad de un proceso constituyente que remueva al régimen del 78 y abra perspectivas de un cambio real, republicano y popular. En esas condiciones cualquier pretensión de Unidos Podemos de aparecer como una fuerza alternativa y transformadora –que ni siquiera es el caso– carece de credibilidad y acaba legitimando a un partido que lleva décadas siendo una herramienta de los poderes económicos y políticos contra la mayoría social.


Desgraciadamente la caída del gobierno Rajoy no se ha producido por la acción directa de la movilización social. Estamos convencidos de que en los estrechos límites del parlamentarismo no hay alternativa anticapitalista posible. Por el contrario, pensamos que solo a partir de la organización y la movilización sostenidas de la clase trabajadora y de los sectores sociales populares (del sindicalismo alternativo, de las marchas y mareas por pensiones públicas dignas, por derechos sociales como la sanidad, la educación o la  vivienda, contra la represión y por los derechos democráticos de los pueblos del Estado, por la igualdad y contra la violencia machista…) se abren perspectivas reales de un verdadero cambio. Esperemos que la caída del gobierno Rajoy, profundamente desgastado por sus políticas sociales y corroído por la corrupción, estimule la confianza y fortalezca la organización y la lucha de los de abajo frente a las políticas de un nuevo gobierno servidor de los mismos amos.