martes, 5 de abril de 2016

CIUDADANOS: LOS QUE EVADEN IMPUESTOS; ARRUINAN PAISES (INCLUIDO ESPAÑA), PERTURBAN LA PAZ SOCIAL Y MANDAN A ESCONDIDAS EN LA SOMBRA SON LOS QUE PRESIONAN AL CHAVAL RIVERA


 
CIUDADANOS, SUICIDA COMO UPyD: ALBERT RIVERA DEBE RESISTIR
 
abril 5, 2016Por Espía en el Congreso Diputados

La formación naranja posee el electorado más volátil

Albert Rivera, en la misma tesitura de Rosa Díez
Las presiones a Cs para que propicie elecciones son fortísimas, dicen a “Espía en el Congreso” en el seno del grupo parlamentario de la formación naranja, lo que las equipara ya a las que sufre el socialista Pedro Sánchez para que no pacte con Podemos. Proceden sobre todo del IBEX 35, medios bancarios y de sus tentáculos mediáticos. ¿Resistirá Albert Rivera? Tras su extraordinario resultado electoral, donde alcanzó 40 escaños partiendo de cero, ahora sus “mecenas” le conminan a que con su voto provoque nuevas elecciones, aún sabiendo que su grupo parlamentario podría correr el riesgo de reducirse a la mitad o aún menos, víctima de una posible vorágine electoral en favor del “voto útil” sobre todo en el espectro conservador. La situación es comparada con lo que le ocurrió a UPyD, que desoyó las numerosas voces que le sugerían unirse a Ciudadanos y prefirió despeñarse en las urnas por seguir de forma ciega y leal los cantos de sirena de su líder, Rosa Díez, que ahora ya está fuera del partido. Sus incondicionales hoy se limitan a recoger los escombros de una formación que fue la primera adalid del cambio en España y de la ruptura del bipartidismo. No escucharon, no vieron ni oyeron lo que era un clamor en todos los bares, los estadios o las calles de España porque los políticos nunca quieren oír lo que no les conviene. Y la corte de aduladores que los rodea tampoco se lo dicen, guiados siempre por el interés personal o el poder.



“Espía en el Congreso” recibió innumerables y legítimas críticas de sus lector@es –también muchos apoyos, todo hay que decirlo– por sugerir un pacto o acuerdo entre PSOE, Podemos y Ciudadanos que facilitara el tránsito del Partido Popular a la Oposición, algo que también favoreció el gremio de actores españoles en el ya célebre “Pacto de los Goya”. Aún así, y aunque ahora la reunión de este jueves entre las tres formaciones va en ese camino, hoy son más los que defienden que aritméticamente solo es posible visualizar el cambio en España con una entente, discreta o fáctica, entre las tres formaciones, que ahonde en la nueva transversalidad de la política española, ya muy acentuada en el resto de Europa. Lógicamente los defensores del bipartidismo y del actual estatus quo, vieja política, casta o establishment, se aferran como clavo ardiente a las ideologías del siglo XX. Son los que defienden el actual modelo económico, basado en la falsa y quebrada hegemonía de los medios analógicos o de papel, los paraísos fiscales, la impunidad legal y los privilegios de los políticos y cargos públicos, la no división de poderes, el no derecho a techo o abastecimientos energéticos… Un mundo que se acaba.



Hoy la diana de las presiones se dirige a Ciudadanos. Con encuestas manipuladas –nadie sabe a ciencia cierta que votarán los españoles en unas segundas elecciones marcadas por la volatilidad, incertidumbre y fragilidad de los partidos– porque los votantes no se pronuncian con claridad ante el movedizo debate político en torno a los pactos. No obstante sí se atisba que el Partido Popular, pese a su eterna corrupción y tras la pérdida de un tercio de su electorado, aguanta bien ese suelo o infierno de 123 escaños. También tiene engrasada su maquinaria electoral y mediática y con solo un escaño más que obtuviera ya se encargarían de refrendar y martillear de nuevo todo su discurso y relato social: los españoles desean continuidad y no cambios porque la crisis prácticamente ya ha desaparecido.




“Espía en el Congreso” también ha defendido el papel de Ciudadanos (Cs) como instrumento de cambio porque este procede de todo el espectro político, como ocurre en la propia sociedad española y como está sucediendo en numerosos países del globo. Los españoles tienden al ombliguismo y esa es una de las características de su atraso, taimadamente explotado por los adversarios del cambio. Un intelectual tan reputado como poco escuchado, el escritor Juan Goytisolo, último Premio Cervantes, ya mostró sus “simpatías” por Podemos y Ciudadanos al unísono, sabedor de que su propia ideología no podía ser un obstáculo a una necesidad perentoria y urgente: que Mariano Rajoy pase a la Oposición y el PP con él. Creemos que hace falta un partido conservador en España como en el resto de los países del mundo, pero no puede ser tan descaradamente cómplice con la mentira, la corrupción, la impunidad y la dilapidación de fondos públicos como lo es este.



El principal beneficiado del pase a la Oposición va a ser el PP y el más liberado de la pesada carga que le supone el poder será también Mariano Rajoy. Tres años lleva “Espía en el Congreso” clamando por ello, primero en el desierto y ahora algo más acompañado. Su discurso sobre la corrupción y la impunidad, a veces muy duro, así como su persistencia en destronar los tabúes, las censuras y los blindajes informativos que padecía España no fue siempre bien comprendido aunque sí respaldado por sus 13,5 millones de lectores, a razón de 4,5 millones anuales, 375.000 al mes. Demasiado para un modesto y precario blog político al que solo una minoría de sus lectores más lúcidos, ejemplares y arriesgados han apoyado con sus donaciones o haciéndose socios, actitud a la que de nuevo emplazamos para darle un último empujón al cambio, para el que solo quedan 20 días. Si este no se produce, lamentablemente tendremos que modificar nuestro planteamiento. No se nos puede pedir un año más de heroica y solitaria defensa de la verdad que otros medios se resisten a contar sin más sustento que nuestras propias manos.

 
Por eso creemos que en esta fase final de la negociación la llave está en Ciudadanos. Albert Rivera, que ha demostrado su liderazgo, su oratoria y su valentía en numerosas ocasiones, y ha sido elogiado por ello sin retorcimientos tanto por Pedro Sánchez como por Pablo Iglesias, debe formar parte de ese cambio de modos y maneras de la política española. Su electorado, mezcla de moderado y progresista, está satisfecho con su actuación, pero jamás le perdonaría que tras el sobrehumano esfuerzo realizado en los últimos 3 años, ahora le obligase a comparecer de nuevo ante las urnas sin los recursos y la fortaleza que la ya larga experiencia de los partidos tradicionales poseen.

 
Desde “Espía en el Congreso” estamos convencidos de que hay engranajes y mecanismos parlamentarios que permiten tanto a Podemos como a Ciudadanos facilitar un cambio de Gobierno con un programa potente de cambio que luego estas nuevas Cortes pueden modular con precisión. Pero no nos pidan a los votantes que les hagamos su trabajo, sabiendo además que ya nadie tiene fuerza moral para pedir de nuevo el voto, no digamos si el resultado final fuera más o menos el mismo. Pidieron el cambio y se les dio, costando sangre, sudor y lágrimas derribar un bipartidismo sostenido con cemento, mucho dinero y muchos medios y una colosal barrera de corrupción que –debemos recordarlo– hasta ahora ha conseguido que ninguna trama político-bancaria (ahí está el saqueo de las cajas de ahorro, constructoras de inútiles y sobrecosteadas obras públicas, etc…) haya entrado en la cárcel.
Rivera prometió cambio: debe cumplirlo
Ni un solo macrojuicio se ha producido, seguimos siendo la vergüenza de Europa y del resto del mundo civilizado. Y si las tres principales fuerzas del cambio no consiguen articularse de uno u otro modo, los mismos imperiosos movimientos de renovación que han generado se volverán en contra suya. Nos guía la intuición y la experiencia porque estamos a pie de calle y sentimos el pulso paciente, silente, avergonzado e indignado de todos aquellos -la mayoría- que sufren la crisis económica, el desempleo y el desamparo frente a la lujuriosa opulencia de lo público y lo privado más cercano al poder y al privilegio. El que avisa no es traidor, sino avisador.
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