LA
REPRODUCCIÓN DEL DOGMA NEOLIBERAL EN EL PSOE, PP, CIUDADANOS, CDC , UPyD
Vicenç
Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona
Sociología Crítica
17.09.2015
El
público español no es plenamente consciente de que se está desarrollando un
consenso (o al menos un acuerdo amplio) en la comunidad científica
internacional en las áreas económicas y sociales que considera que las
políticas neoliberales impuestas (y digo impuestas, pues no estaban en sus
programas electorales) por los partidos gobernantes liberales en España y en
Catalunya (como el PP en España y CDC en Catalunya) y otros partidos de
sensibilidad conservadora-liberal que gobiernan gran parte de los países de la
Eurozona han sido un desastre (y no hay otra manera de decirlo), y muy en
especial un desastre para las clases populares de los países de la periferia de
la Eurozona, como es España, incluyendo Catalunya. Estas políticas, promovidas
por los mayores centros de decisión en la Eurozona, tales como el Banco Central
Europeo, el Consejo Europeo y la Comisión Europea (todos ellos altamente
influenciados por el capital financiero), han tenido un impacto sumamente
negativo en el bienestar de las poblaciones.
Las
reformas laborales de clara orientación liberal, que se vendieron y
promocionaron a través de los medios de información (ellos mismos altamente
influenciados por tal capital financiero, como resultado de su profundo
endeudamiento) como necesarias para crear ocupación, consiguieron, sin embargo,
lo contrario. En realidad destruyeron empleo, deteriorando los mercados de
trabajo, a fin de conseguir lo que nunca explicitaron, y que era la bajada de
los salarios (bajada que los partidos gobernantes creían necesaria para
aumentar la competitividad de los países). En realidad, esta bajada de salarios
ha creado un enorme problema de falta de demanda doméstica y nulo estímulo económico,
contribuyendo a la Gran Recesión.
A
esta situación de escaso, nulo o incluso de crecimiento negativo contribuyeron
también los recortes del gasto público (con especial énfasis en el gasto
público social), que se presentaron como necesarios para reducir el déficit
público y la deuda pública del Estado. En realidad, el objetivo de la reducción
del gasto público social era debilitar a las clases trabajadoras (debilitando
su protección social) y también privatizar los servicios públicos y las pensiones
para dar oportunidades de expansión al capital financiero (a través de las
compañías de aseguramiento) y a las empresas privadas. Mientras tanto, la deuda
pública no ha descendido, sino que ha aumentado, alcanzando niveles nunca
vistos antes.
El
drama social creado
Podría asumirse que, a la luz de estos datos, y del casi consenso alcanzado en la comunidad científica internacional, estas políticas neoliberales estarían totalmente desacreditadas y los profesionales (que en España son predominantemente los gurús economistas de gran visibilidad mediática) responsables de su promoción, estarían desacreditados. La situación, sin embargo, es la opuesta. Spain continúa siendo different. Tales políticas continúan siendo promocionadas, tanto por los partidos liberales, socioliberales y conservadores responsables de la aplicación e imposición de dichas políticas, como por los grandes medios de información del país que ellos influencian.
Podría asumirse que, a la luz de estos datos, y del casi consenso alcanzado en la comunidad científica internacional, estas políticas neoliberales estarían totalmente desacreditadas y los profesionales (que en España son predominantemente los gurús economistas de gran visibilidad mediática) responsables de su promoción, estarían desacreditados. La situación, sin embargo, es la opuesta. Spain continúa siendo different. Tales políticas continúan siendo promocionadas, tanto por los partidos liberales, socioliberales y conservadores responsables de la aplicación e imposición de dichas políticas, como por los grandes medios de información del país que ellos influencian.
Por
ejemplo, si ustedes leen los borradores de los programas electorales del
partido socialdemócrata en España, el PSOE, y analizan sus áreas económicas,
encuentran poquísima variación respecto a las políticas de austeridad que
inició el gobierno Zapatero en la última etapa de su mandato, y que más tarde
fueron continuadas y expandidas por el Partido Popular. Vemos todavía el mismo
apego a la corrección del déficit, sin ninguna variación del nefasto cambio
constitucional que fuerza al Estado a anteponer el pago de los intereses de la
deuda por encima de todo lo demás, escribiendo en piedra, además, el Pacto
Fiscal que condena a los Estados a no poder endeudarse. Imagínese usted qué
pasaría si a las familias de España se les prohibiera endeudarse. Esto es lo que
se ha estado proponiendo. Se le prohíbe al Estado invertir en el futuro del
país. Son medidas que responden a proyectos ideológicos (en contra del sector
público) que no tienen ninguna base científica.
El
continuismo en el PSOE aparece también en su extraordinaria arrogancia e
imposibilidad de ejercer una autocrítica. De ahí que haya una continuidad
directa en la línea política de sus anteriores asesores y los de ahora. En
realidad, el jefe de su equipo económico asesor, Jordi Sevilla, es el mismo economista
que asesoró a Zapatero y se hizo famoso con su libro De nuevo socialismo en el
que escribía “¿Quién a estas alturas pide que se aumente el gasto público?”. Y
ello lo escribía en el país que tiene menor gasto público de la UE-15 (ver
artículo El fracaso del socialismo liberal, Público, 23.08.13). Como
consecuencia, solo una de cada diez personas adultas en España, incluyendo
Catalunya, trabaja en el Estado del Bienestar. Si fuera uno de cada cinco como
en Suecia, se eliminaría gran parte del desempleo. Y por si fuera poco, Pedro
Sánchez acaba de fichar a la persona que desreguló el mercado financiero en
EEUU, contribuyendo a le enorme crisis financiera del mundo occidental, el Sr.
Lawrence Summers, que fue Secretario del Tesoro, es decir, Ministro de Hacienda
del gobierno Clinton, y que es considerado en Estados Unidos como uno de los
mayores responsables del colapso del sistema financiero en aquel país (ver el
excelente artículo de Juan Torres, Las malas compañías del PSOE, Público,
08.09.15).
En
realidad, el programa del PSOE está, en el abanico de la socialdemocracia
europea, a la derecha de la mayoría y en las antípodas del nuevo Partido
Laborista que, por fin, ha abandonado el blairismo, que continúa presente en el
PSOE. Sería de desear que hubiera una revuelta de las bases de tal partido,
hecho que es difícil que ocurra debido al enorme control del aparato sobre este
partido.
Esta
ideología aparece también en el PP y en Ciudadanos, y también en el partido
liberal gobernante en la Generalitat de Catalunya, CDC, partido que ha tenido
que camuflar su visión política detrás de una coalición electoral, Junts pel
Sí, que se centra exclusivamente en la estrategia de mantenerse en el poder a
base de ocultar su liberalismo detrás de su llamada a la independencia para
Catalunya. No hay plena consciencia de que los mayores medios de información de
la Generalitat de Catalunya (abusivamente manipulados por el partido liberal
CDC) han estado promoviendo, no solo el independentismo, sino también el
neoliberalismo, justificando unas veces, y ocultando otras, el enorme daño que
las políticas del partido gobernante han causado en las clases populares de
Catalunya.
Una
situación casi idéntica está ocurriendo en el PP y en CDC, y también en
Ciudadanos, cuyo asesor económico es el profesor Luis Garicano, uno de los
fundadores del blog ultraliberal Nada es gratis, financiado durante mucho
tiempo por Fedea, el think tank del IBEX-35, la gran banca y las grandes
empresas que dominan el país. Nos encontramos, pues, con que, una vez más, el
dominio de las derechas explica en estancamiento del pensamiento económico
dominante en Catalunya y en el resto de España. Es un indicador del enorme
poder que tiene el gran capital en España y en Catalunya (IBEX-35) que el
pensamiento económico dominante esté todavía estancado en un dogma cuya
aplicación ha sido tan desastrosa para el bienestar de las clases populares de
los distintos pueblos y naciones en España.
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