IZQUIERDA Y DERECHA EN EL DONBÁS
Comité
E. Lister
Sociología
Crítica
27.02.2015
[Publicado
el 10 de febrero ] Hay algunos que ahora parecen haber descubierto que en las
filas de la resistencia novorrusa hay fuerzas conservadoras y fuerzas de
izquierda, y que incluso entre las llamadas conservadoras hay algunos grupos
que no dudaríamos en considerar como de extrema derecha, pues son antisistema-liberal,
conservadores religiosos y monárquicos. Esto no es ninguna novedad.
Lo
que no debe perderse de vista en ningún caso es que en las filas de Kiev
existen unidades específicamente nazi-fascistas, que se reclaman deudores de
esa tradición y se sienten identificados con la herencia de los
ultranacionalistas ucranianos 39-45. El anticomunismo y antisovietismo es el
principal lazo de unión entre las filas de kiev, aunque la falta de enemigo
vivo y organizado no les impide ser menos extremistas, volcando además esos
rechazos contra Rusia, es decir, la Rusia real, capitalista y conservadora, es
asimilada al enemigo tradicional. En el Donbás podrá haber una pluralidad
sorprendente, pero desde luego lo que no hay es nostálgicos de la Ucrania
colaboracionista con los nazis, no hay antirrusos y el anticomunismo no está
presente de la misma forma, pues toda la identidad colectiva de Novorrosia se
basa en el respeto a la tradición soviética y a su integración en un discurso
nacional panruso.
No
debemos estar soprendidos, la lucha de clases se da a ambos lados del frente.
Lo que debe estar meridianamente claro es que Kiev representa un modelo
capitalista al gusto occidental que no duda en acudir a los neonazis como
fuerza de choque y que cuenta con un brutal discurso antirruso y anticomunista,
además de considerar políticas de limpieza étnica y matanzas de todos los
disidentes. Ante ese desafío, los antifascistas se deben unir, el problema es
que la derrota de la izquierda y de los comunistas y sus partidos es tan
descomunal desde la caída de la URSS, que pese a haber cientos o miles de
militantes comunistas sobre el terreno, ni el PC de Ucrania, ni el PCFR, ni el
recientemente formado PC de Novorrusia se han atrevido a formar batallones de
voluntarios. Los batallones de voluntarios existentes (básicamente el batallón
404 de la Brig.
Mozgovoi,
y algunas unidades menores, incluyendo el destacamento de la secta «esencia del
tiempo» en el batallón Bostok, no ha sido fruto de convocatorias de esos
partidos, sino de la autoorganización de los militantes comunistas. Además de
estas unidades, más ideológicas, hay un notable número de combatientes y
unidades milicianas de clara extracción popular que se sienten identificados
con la herencia soviética, pero sobre todo con el rechazo a los oligarcas,
frente a los cuales propugnan gobiernos populares, al servicio de los intereses
del pueblo, es decir, que predomina un ambiente en ese sentido,
antiologárquico, cosa imposible en el otro bando. Incluso los conservadores
ortodoxos pan rusos y los nacionalistas rechazan el capitalismo occidental por
entender que destruye los valores de la sociedad tradicional. Por esta senda es
por entra el discurso más derechista ente las filas novorrusas.
Es
la influencia del Kremlin la más peligrosa en este sentido, pues prefieren
estimular el sentimiento nacional pan ruso y los valores tradicionales ante el
ataque del fascismo ucraniano, en beneficio de una reacción popular y
antioligárquica que en última instancia les inquieta a ellos tanto como en
Kiev.
En
una posición intermedia se encuentran conservadores antioligarquicos como
I.Girkin Strelkov que se han comportado en todo momento como combatientes
sinceros al lado del pueblo, contra todo tipo de abusos y capaces de integrar
respeto a la herencia soviética —hasta cierto punto— con la tradición rusa.
Esta postura le ha granjeado el odio de los fascistas de Kiev, pero también el
de ciertas posturas oportunistas que estimulan el rechazo a Kiev pero no desean
transformación social alguna en Donbás y apoyan a los antiguos oligarcas
locales. En medio de este complejo sistema de relaciones, tenemos el muy
extraño caso de la secta «esencia del tiempo», que combina nostalgia soviética
con un discurso de síntesis que excluye el marxismo y el internacionalismo
solidario como elementos definitorios de un proyecto de izquierda. Los
comunistas rusos han considerado el fenómeno de esencia del tiempo como un
grupo sectario estimulado desde el poder para arrebatar base social a los
grupos de izquierda; la pinza izquierda que maneja nostalgias soviéticas,
simétrica a la pinza derechista que maneja nostalgias imperiales pasadas,
sacrificando ambas cualquier pensamiento crítico e internacionalista.
La
contradicción de clase principal es oligarcas/resistencia popular, ¿donde está
la izquierda? Enfrente de los oligarcas, siempre.
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