lunes, 24 de febrero de 2014

LAS FUERZAS ARMADAS CON EL PUEBLO


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Anemoi
Rebelión
11-01-2014 

1.- Introducción

Un grupo de profesionales de las Fuerzas Armadas (FAS), preocupados por la deriva de la situación política y social en España en el contexto de la crisis global actual y estimulados por la creciente ola de protestas sociales, hemos decidido participar en el debate público. Queremos aportar nuestros conocimientos del medio militar para poner de relieve las amenazas y las limitaciones que el actual modelo de fuerzas armadas representan para los cambios necesarios.

En primer lugar se va a describir sucintamente el contexto político en el que nos encontramos, para hacer a continuación una caracterización de las FAS españolas en el presente. La denuncia de los rasgos que las definen como vigorosamente opuestas a una evolución política respetuosa de los intereses del pueblo será la principal tarea en la que nos hemos comprometido. Sigue una descripción de lo que entendemos debe constituir el núcleo de la vertebración de unas FAS verdaderamente democráticas en el marco de una nueva y necesaria forma de expresión de la soberanía popular, para terminar señalando los cambios internos necesarios para lograr su realización práctica.

Nuestra concepción de la ciudadanía nos mueve a contribuir al debate público a través de la publicación, en los medios no sometidos a los intereses económicos dominantes, de una serie de artículos sobre la problemática militar. Ellos versarán sobre multitud de aspectos que consideramos de importancia capital en las actuales circunstancias y serán coherentes con los principios generales aquí establecidos y que han sido aceptados solidariamente de forma consciente y voluntaria. Cualquier militar ( en activo o no) que, aceptando estos mismos principios, esté interesado en compartir este esfuerzo, será bienvenido a participar.

2.-Contexto

• En la actual situación de crisis, la soberanía popular está secuestrada por los grandes poderes económicos y financieros, nacionales y transnacionales. El pacto social establecido con la Constitución de 1978 ha perdido toda su validez. El estado de la Transición, lastrado en sus orígenes por la inclusión de los poderes económicos del franquismo, se ha convertido finalmente en un auténtico Régimen oligárquico en el que la “democracia” no es más que una declaración formal vacía de contenido.

• Al mismo tiempo, los grandes medios de comunicación privados y los falsamente públicos han suministrado, durante décadas, una información parcial y favorable a los intereses de los poderes reales del estado: los grandes grupos económicos y financieros, y los partidos políticos mayoritarios que los sostienen.

• La respuesta popular contra la crisis y, fundamentalmente, contra las terribles consecuencias de la misma, ha avanzado desde la perplejidad y el miedo, hasta la resistencia activa, pasando por las protestas masivas en la calle, la ocupación de las plazas públicas y el intento de bloquear y denunciar en sus propias sedes a los distintos poderes públicos. 

• La represión del estado de la Transición ha desarrollado métodos de control masivo de la población. Las detenciones arbitrarias, los cacheos y fichajes de los ciudadanos en manifestaciones y asambleas, y las amenazas a los dirigentes que alientan las movilizaciones, predicen la preparación de mecanismos de represión masivos si el movimiento popular sigue avanzando en organización, movilización y determinación en las protestas. 

• Las anunciadas reformas del Código Penal, de la Ley de Seguridad Ciudadana y de la Ley de Seguridad Privada, así como las que se avecinan sobre la Ley de Huelga y el Código Penal Militar, constituyen todo un repertorio de instrumentos represivos que vacían de contenido los derechos y libertades proclamados solemnemente en la Constitución, en lo que muchos analistas consideran un “golpe de estado” encubierto. 

• La clave de bóveda del Régimen de la Transición es la Monarquía y su conexión –constitucional y de fidelidad- con las FAS. Su imagen de “salvadora” de la democracia tras el golpe del 23 F ha caído en el descrédito más absoluto. 

• Cada vez más las movilizaciones sociales levantan la bandera de la República. Cada vez más la exigencia de un “proceso constituyente” se plantea como el inicio de la solución a los problemas de este país, que no puede provenir de los responsables del desastre. 

• El Régimen resistirá apoyado en los recursos institucionales y represivos de su estado. La gran pregunta de las organizaciones sociales y políticas emergentes, de los sectores en lucha, de los que pretenden un mundo nuevo, es sobre cuál va a ser el papel de las FAS y las Fuerzas de Seguridad ante los cambios que se avecinan. 

• En los últimos meses se han hecho públicas diversas manifestaciones de militares que plantean la fidelidad al Rey como Jefe Supremo de las FAS, subrayando el papel que les ha reservado la Constitución como custodios de la misma y, sobre todo, manifestando la existencia de un “patriotismo militar” que está por encima de cualquier constitución y, por supuesto, de cualquier reclamo de soberanía popular. 

• Se plantea pues, en primer lugar, la necesidad de neutralizar la posibilidad de intervención militar cuando la revuelta popular resulte irresistible, cuando el choque social se agudice. 

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