(Un trio real: El Rey, su hija y su yerno el Urdanga para los amigos)
Estamos en una sociedad moderna y los burros se alimentan con pan y chocolate, porque cuando uno se pone a utilizar palabras sin sentido puede suceder lo que a uno buenamente se le antoje.
Otra cosa son los hechos. Con los hechos si que no hay tu tía. Los hechos son los que son y otra cosa es que yo que veo menos que un gato de yeso no los vea.
Y así tenemos una sociedad moderna de personas libres y sin privilegio alguno, porque todos somos iguales ante la ley, lo único que ocurre, es que la monarquía más vieja y más pasada de moda que Antonio Machín es la que encabeza la modernidad, y el monarca que ni gobierna ni se mete en política ni esto ni lo otro, o sea, nada, es el que de vez en cuando amanece por la televisión para dar una lección de moralidad moralina. Y por eso se me hace a mí que en el Evangelio dice aquello de “perdónalos, Señor, que son tan tarambanas que no saben ni lo que dicen”.
Siendo esto así, que lo blanco cuadra a la perfección con lo negro sin escandalizar a nadie, lógico es que las casas se empiecen a construir por el tejado y si hay corrupción sistematizada en el sistema político lógico es que la corrupción y el cinismo empiecen por la Casa Real.
El Rey descubrió en 2006 que su yerno Urdangarín era un choricete de tomo y lomo, pero de postín, como corresponde a un cercano a la Casa Real, vaciando las arcas públicas de Valencia y Baleares y en vez de salir corriendo al cuartelillo de la Guardia Civil para colaborar con la justicia y dar aviso de que el Comandante Jefe de Puesto lo detuviera y le preguntaran esto y lo otro acerca de fraudes fiscales, etc., colabora con él y le facilita el camino para que salga corriendo de la justicia y no lo cojan, y así, el Rey colaborando con el crimen, puesto que no lo denuncia, como habría hecho el vecino más común de denunciar el crimen y colaborar con las fuerzas del orden para su detención y procesamiento judicial, y le dice que ponga pies en polvorosa, que ahueque el ala, que se vaya bien lejitos, a Estados Unidos, que el Rey tiene un amiguete de teléfonos que le va a dar un puesto de trabajo que te cagas de sueldo sueldazo.
Pero Urdangarín que en eso de la buena gobernanza con sus correspondientes lazos en Valencia y Baleares, principalmente, según se va sabiendo a cuenta gotas, para vivir a costa del trabajo de otros, es decir, a costa del dinero público, es decir, del robo, pero con otro nombre, porque eso de robar suena feo, aunque sea verdad, sigue chupando del bote todavía en septiembre de 2009 (según publica El Diario El País, 13.01.2012, pgs. 14 y 15), en cuyo chupeteo aparece pringada también su media costilla o hija del Rey, Su Alteza Real la Infanta Cristina, con la que comparte al 50% una de las empresas utilizadas para pringarse.
El olor a mierda que desprendía Urdangarín lo supo el Rey en 2006, pero Urdangarín que tiene su pedigrí en eso del diez me llevo una y de 20 dieciocho seguía todavía en 2009 erre que erre, y el Rey sin ir todavía al cuartelillo de la Guardia Civil a denunciarlo. Hasta que en 2011, por fin el Rey, pero sin colaborar con la justicia, decide declarar al Urdangarín no ejemplar, y para mi, el no ejemplar es el Rey, que es por donde hay que empezar, por el tejado, que para eso es el Rey el Jefe del Estado donde se cometen tales tropelías y corrupciones.
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