El que tiene todas las papeletas para presidir el próximo gobierno de España (para mayor desgracia nuestra, y cuidado que Zapatero ya ha constituido desgracia macizota), Mariano Rajoy, a falta de ideas y, por tanto, estratégica y políticamente muy bien pensado, se le va la lengua y a la Chacón le llama Chacón y al ministro Pepillo azote de los controladores aéreos, y como una seda para desvalijar los ingresos del Estado a favor de unos cuantos grandes capitales, que al fin y al cabo son los amos de verdad, le llama Pepillo.
Y antes este aparente desliz boquillero de Rajoy algunos de los fabricantes y distribuidores del pienso ideológico radiofónico, rasgan sus micrófonos (tal que si fueran las vestiduras que se rajaban los hipócritas de Cristo) para llamarlo al orden y decirle que no se puede faltar el respeto de esas maneras. Y yo estoy de acuerdo.
A la Chacón no se le puede llamar la Chacón ni a Pepillo Pepillo.
A la Chacón hay que llamarla la Chacón y a Pepillo Pepillo, pero con más adjetivos descalificativos. Todos los necesarios para desautorizarlos moralmente ante la sociedad, igual que a Rajoy.
Al que hay que respetar es al peón de albañil, porque sin peones de albañiles viviríamos todos en al puta calle, al raso. Al que hay que respetar es a toda aquella persona que aporta algo de utilidad a la sociedad, y no a quienes trabajan como la Chacón, Pepillo, el Rajoy y demás mansalva, para que el producto social creado por todos los trabajadores quede en cada vez más en menos manos, menos estómagos y menos bolsillos.
A los parásitos sociales hay que llamarlos como lo que son: la Chacón, Pepillo y el Rajoy, por ejemplo de ejemplos. Y al Rey Su Majestad, no la mía.
*++
Y antes este aparente desliz boquillero de Rajoy algunos de los fabricantes y distribuidores del pienso ideológico radiofónico, rasgan sus micrófonos (tal que si fueran las vestiduras que se rajaban los hipócritas de Cristo) para llamarlo al orden y decirle que no se puede faltar el respeto de esas maneras. Y yo estoy de acuerdo.
A la Chacón no se le puede llamar la Chacón ni a Pepillo Pepillo.
A la Chacón hay que llamarla la Chacón y a Pepillo Pepillo, pero con más adjetivos descalificativos. Todos los necesarios para desautorizarlos moralmente ante la sociedad, igual que a Rajoy.
Al que hay que respetar es al peón de albañil, porque sin peones de albañiles viviríamos todos en al puta calle, al raso. Al que hay que respetar es a toda aquella persona que aporta algo de utilidad a la sociedad, y no a quienes trabajan como la Chacón, Pepillo, el Rajoy y demás mansalva, para que el producto social creado por todos los trabajadores quede en cada vez más en menos manos, menos estómagos y menos bolsillos.
A los parásitos sociales hay que llamarlos como lo que son: la Chacón, Pepillo y el Rajoy, por ejemplo de ejemplos. Y al Rey Su Majestad, no la mía.
*++
No hay comentarios:
Publicar un comentario