(Bandera republicana a la izquierda y Cayo Lara de IU en el centro de la pancarta, que al menos de palabra le ha puesto un cascabel al gato)
Cuando los listillos de la política y de la economía decían que no había crisis, cobrando las viudas una miseria de pensión al mes, seguramente lo que se gasta un rico o juria asimilada en un desayuno, los ricos se enriquecían más, lógico, no se van a enriquecer ni los pobres ni los trabajadores.
Estos ricos y juria asimilada que con sus robos e irracionalidad productiva y distributiva llevan al sistema a sus últimas boqueadas, lógico es que empiecen a devolver a la sociedad parte de lo que a ella le han robado en forma de impuestos, porque no esta bien, pero nada bien, que los ricos vivan por encima de sus posibilidades (¿Si no producen nada, de qué viven?)
Sería más lógico pedirles cuentas a los ricos (a Robin Hood no) de todo lo robado desde años ha, pero bueno, no estamos ahora por hacer otra ley de la memoria histórica del robo. Pelillos a la mar, lo hecho hecho está.
De momento que vayan pagando impuestos, que es lo que queda por hacer y luego ya iremos viendo en la medida que vayamos despertando.
Y por eso estoy de acuerdo con la proposición de palabra “comunicativa” (que aquí no es oro todo lo que reluce) de Cayo Lara, jefe de Izquierda Unida de que sea el 5% de la población, o sea, los ricos de verdad, los que paguen más impuestos para hacer frente a la crisis que ello han creado y no los trabajadores; que no paguen impuestos el 65% de la población, que vergonzosamente para la clase política y también la sindical, gana al mes 1.000 euros o menos, bien entendido que este 65% de la población paga todos los mesecitos, directamente de sus nóminas, cantidubi, dubidá (a mi en el mes de agosto me han descontado de mi sueldo mas del 23%, bien es verdad que gano algo más de 1.000 euros al mes, pero que me han jodido, porque lo que yo quería era llevármelo a un paraíso fiscal que tengo en una caja de zapatos vacía debajo de una piedra en un monte, que ya comprenderán no diga el nombre. Yo como los ricos), y congelar los impuestos del 30% de las denominadas clases medias, que si tienen para vivir, pero sin sacar los pies del plato (¿Pero en este paraiso de la abundancia quien coño vive bien si quitamos a los ricos y amigas y amigos y piruletos adjuntos?)
Parece más que justo, además de necesario, que Su Majestad el Rey, junto a su Casa, que está bien despachadita (y lo de no ponerse condones me parece bien, lo dice el Papa) pague impuestos, porque su fortuna crece que vamos vamos como crece Majestad, la familia Aznar que tienes su sociedad para pagar los menos posible, bueno como todos los ricos, que tampoco es que se le tengo ojeriza a los Aznar y su yerno y su hija y su hijo, nada de eso. Se trata de que afloje la guita, como Mayor Oreja, que tiene o ha tenido su buen negocio con eso de las empresas de seguridad privada (que si ETA proporciona negocios, tampoco es para hacerle ascos, no?), o Abel Matutes, que tiene sus pacíficos imperios y subvenciones recibidas del gobierno que no se sabe todavía como está ese asunto, o la familia de Esperanza Aguirre, o la del también ferroviario Álvarez Cascos y cónyuge, incluso el yerno del Rey y Zaplana que se han vuelto de un telefónico que qué se me yo qué, o Florentino Pérez, que tiene su grupo de inversores, o el señor Solana que desde que es de la O.T.A.N. ya ni siquiera se habla con los amigos, y eso que utilizó la escalera del PSOE para subirse a las alturas armamentísticas, pacífica e inteligentes, eso sí, o esos empresarios que se hacen con todas las obras públicas gordas y con los servicios públicos como la sanidad, los transportes, las telecomuciaciones… Vamos, que como la proposición de Cayo Lara sea algo más que un hablar por no callar, porque las cosas pintan negras, la manta ya está liada. Que buena falta hace.
Y en realidad los que nos hacen vivir mal son cuatro y el de la guitarra, o sea, cinco. El cinco ese que dice Cayo Lara que deben pagar más impuestos. A ver, a ver.
Nota Real: Majestad, mi furgonetilla a su entera disposición para trasladarle los muebles desde la Zarzuela a donde me diga, pero cobrando, eh.
*
Cuando los listillos de la política y de la economía decían que no había crisis, cobrando las viudas una miseria de pensión al mes, seguramente lo que se gasta un rico o juria asimilada en un desayuno, los ricos se enriquecían más, lógico, no se van a enriquecer ni los pobres ni los trabajadores.
Estos ricos y juria asimilada que con sus robos e irracionalidad productiva y distributiva llevan al sistema a sus últimas boqueadas, lógico es que empiecen a devolver a la sociedad parte de lo que a ella le han robado en forma de impuestos, porque no esta bien, pero nada bien, que los ricos vivan por encima de sus posibilidades (¿Si no producen nada, de qué viven?)
Sería más lógico pedirles cuentas a los ricos (a Robin Hood no) de todo lo robado desde años ha, pero bueno, no estamos ahora por hacer otra ley de la memoria histórica del robo. Pelillos a la mar, lo hecho hecho está.
De momento que vayan pagando impuestos, que es lo que queda por hacer y luego ya iremos viendo en la medida que vayamos despertando.
Y por eso estoy de acuerdo con la proposición de palabra “comunicativa” (que aquí no es oro todo lo que reluce) de Cayo Lara, jefe de Izquierda Unida de que sea el 5% de la población, o sea, los ricos de verdad, los que paguen más impuestos para hacer frente a la crisis que ello han creado y no los trabajadores; que no paguen impuestos el 65% de la población, que vergonzosamente para la clase política y también la sindical, gana al mes 1.000 euros o menos, bien entendido que este 65% de la población paga todos los mesecitos, directamente de sus nóminas, cantidubi, dubidá (a mi en el mes de agosto me han descontado de mi sueldo mas del 23%, bien es verdad que gano algo más de 1.000 euros al mes, pero que me han jodido, porque lo que yo quería era llevármelo a un paraíso fiscal que tengo en una caja de zapatos vacía debajo de una piedra en un monte, que ya comprenderán no diga el nombre. Yo como los ricos), y congelar los impuestos del 30% de las denominadas clases medias, que si tienen para vivir, pero sin sacar los pies del plato (¿Pero en este paraiso de la abundancia quien coño vive bien si quitamos a los ricos y amigas y amigos y piruletos adjuntos?)
Parece más que justo, además de necesario, que Su Majestad el Rey, junto a su Casa, que está bien despachadita (y lo de no ponerse condones me parece bien, lo dice el Papa) pague impuestos, porque su fortuna crece que vamos vamos como crece Majestad, la familia Aznar que tienes su sociedad para pagar los menos posible, bueno como todos los ricos, que tampoco es que se le tengo ojeriza a los Aznar y su yerno y su hija y su hijo, nada de eso. Se trata de que afloje la guita, como Mayor Oreja, que tiene o ha tenido su buen negocio con eso de las empresas de seguridad privada (que si ETA proporciona negocios, tampoco es para hacerle ascos, no?), o Abel Matutes, que tiene sus pacíficos imperios y subvenciones recibidas del gobierno que no se sabe todavía como está ese asunto, o la familia de Esperanza Aguirre, o la del también ferroviario Álvarez Cascos y cónyuge, incluso el yerno del Rey y Zaplana que se han vuelto de un telefónico que qué se me yo qué, o Florentino Pérez, que tiene su grupo de inversores, o el señor Solana que desde que es de la O.T.A.N. ya ni siquiera se habla con los amigos, y eso que utilizó la escalera del PSOE para subirse a las alturas armamentísticas, pacífica e inteligentes, eso sí, o esos empresarios que se hacen con todas las obras públicas gordas y con los servicios públicos como la sanidad, los transportes, las telecomuciaciones… Vamos, que como la proposición de Cayo Lara sea algo más que un hablar por no callar, porque las cosas pintan negras, la manta ya está liada. Que buena falta hace.
Y en realidad los que nos hacen vivir mal son cuatro y el de la guitarra, o sea, cinco. El cinco ese que dice Cayo Lara que deben pagar más impuestos. A ver, a ver.
Nota Real: Majestad, mi furgonetilla a su entera disposición para trasladarle los muebles desde la Zarzuela a donde me diga, pero cobrando, eh.
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