(Cortes de Aragon, primeros responsables oficiales de las condiciones de vida de los aragoneses)
Uno es del siglo pasado, lo reconozco. Y, claro es, no soy moderno.
Se sabe, y no porque yo lo haya descubierto, que lo moderno de hoy mañana es antiguo, o que lo moderno de ayer hoy es antiguo, así que, no habiendo sido nunca moderno dificilmente podría hacerme antiguo.
Soy, sí, no tengo porque negarlo, joven desde hace muchos años, en el caso de que ser joven fuera tener los ojos abiertos y estar dispuesto siempre, y en la medida que uno pueda, a enderezar lo que se ve torcido.
Así, pues, siendo del siglo pasado y no habiendo pasado la modernidad por mí, puedo decir una vez más lo que ya venía diciendo desde el siglo pasado sin que ello sea ni viejo ni antiguo: que esta sociedad nuestra basada en el modo de producción capitalista, camina a marchas forzadas hacia el fascismo.
Por fascismo entiendo hoy lo que ya entendía entonces: unilateralidad y simpleza mental, que tampoco es descubrimiento mío. Lo había dicho Ortega y Gasset, también en el siglo pasado, en el primer tercio.
Y viene a cuento este artículo, porque ha sido hoy, cuando en una conocida emisora de radio, Radio Zaragoza, he podido escuchar una noticia y dos opiniones, una de un hombre y otra de una mujer, y después de considerar los mensajes que encerraban me ha llevado a pensar, que si estos políticos actuales tuvieran una ligera brizna de vergüenza, deberían hoy estar todos de patitas en la calle por decisión propia, esto es, por dimisión, dada su incapacidad manifiesta de solucionar problemas, y como consecuencia, haber sido incapaces de trasladar a la sociedad que un ser humano es bastante más que un bolsillo colgado de un estómago.
La noticia aludida ha sido que una empresa de fuera de Zaragoza ha llegado a esta Ciudad y ha contratado determinadas obras a cambio de no cobrar los días no laborables que trabaje, esto es, a cambio de que sus trabajadores ese día no lo cobren.
Y, a mi esto me aparece bien, si hay seres tan envilecidos, con una nula conciencia de ser personas, que no cobren por su trabajo que no cobren, pero el empresario que ha hecho esa propuesta debe ir directamente a la cárcel, junto a todos los que de una manera u otra hayan podido intervenir en que la tal empresa haya conseguido la obra en cuestión, sin ninguna excepción.
Una de las opiniones que he mencionado, la del hombre, era un trabajador que se quejaba amargamente de que fuera una empresa de fuera la que viniera a Zaragoza con rebajas salariales para poder contratar obras, cuando, oh, sorpresa, esa misma rebaja la podría hacer, según este trabajador, cualquier otra empresa zaragozana. Y así, decía este hombre (por ponerle un nombre para entendernos), que él ya había hablado con su empresario para que no lo echara a la calle y le pusiera el sueldo que le diera la gana al empresario.
Argüía a su favor este trabajador, para justificar su bajeza como ser humano, que tenía que pagar la hipoteca, y no sabe este simple, que es mas simple que el mecanismo de una cuchara, que por actitudes de vileza como la suya, otros trabajadores, desde luego más dignos que él y con las mismas necesidades que él, podrían llegar a no poder pagar la hipoteca, que dicho sea de paso, a mi me parece menos importante la hipoteca que el ejemplo a los hijos.
La opinión de la mujer aludida se refería a los extranjeros, pero a los extranjeros como la Reina Doña Sofía o al Propio Rey que es nacido en Italia, no. Solamente a los extranjeros que han venido a trabajar a España, a esos extranjeros, gracias a muchos de los cuales se pudo hacer la Expo 2008, ese negocio que preparó el Alcalde de Zaragoza para los grandes capitales, con anuencia y apoyo del propio gobierno de España y de la propia Corona, porque ni para el desarrollo de Aragón ni de la propia Zaragoza ha servido.
Decía esta mujer, en cuya familia todos sus miembros estaban en paro, que pedía trabajo para sus hijos, para los de Zaragoza y sus alrededores y para Aragón, y los extranjeros a picar al monte, al monte a picar, recalcaba una y otra vez la mujer, en la creencia sin duda, de que son los extranjeros los que nos quitan el trabajo.
No sabe esta mujer que en USA o Japón, por poner dos ejemplos no hay ni tanto sudaca, negro y marroquí como aquí, y el paro que tienen es de la misma naturaleza que aquí: que el sistema que tiene como función la explotación de unas personas por otra, ni siquiera es ya capaz de crear sus propias condiciones normales de explotación, y claro, como no es capaz, ha de dar un paso adelante y crear otras estableciendo el fascismo, para el que las condiciones objetivas ya están dadas, sería muy bien aceptado por los personajes que he mencionado, de los que pienso que no son dos casos excepcionales sino representativos de la opinión general.
Falta para este nuevo fascismo, como auxiliar del modo de producción capitalista que es, las condiciones políticas, que no están ahora mismo, pero que no tardarán en llegar. Bastará que pierda las elecciones el PSOE, que las perderá, porque para salir de la crisis está haciendo precisamente lo mismo que han hecho los que la han creado, y las ganará la “aznaridad”, con Rajoy o sin Rajoy, porque no es cuestión de nombres, que les dirá a la opinión pública lo evidente, que el PSOE no ha sabido sacarnos de la crisis, lo que no dirán, porque ser dirigente fascista no es necesariamente ser tonto, que ellos van a profundizar más en todo lo que ha venido haciendo el PSOE, planteándolo de otra forma, diciendo que para salir de la crisis hay que hacer reformas laborales, y como consecuencia de era reformas laborales, las que corresponda legalmente, y como consecuencia de estas llegarán las reformas políticas, y así, hasta que los trabajadores no tengan necesidad de ofrecerse voluntariamente para trabajar gratis, porque todo eso ya se les dará, la gran patronal, con el estado entero a su servicio, se encargará de ello.
A diferencia del nuevo fascismo con respecto de los fascismos pasados, alemán, español o italiano, consistirá en que estos imponían el trabajo para el Estado que así lo requería, y con el nuevo fascismo serán las grandes empresas la que lo requieran, todo para salir de la crisis, pero sin salir de ellas, que ya he dicho que tontos no son. Los tontos son otros.
*
Uno es del siglo pasado, lo reconozco. Y, claro es, no soy moderno.
Se sabe, y no porque yo lo haya descubierto, que lo moderno de hoy mañana es antiguo, o que lo moderno de ayer hoy es antiguo, así que, no habiendo sido nunca moderno dificilmente podría hacerme antiguo.
Soy, sí, no tengo porque negarlo, joven desde hace muchos años, en el caso de que ser joven fuera tener los ojos abiertos y estar dispuesto siempre, y en la medida que uno pueda, a enderezar lo que se ve torcido.
Así, pues, siendo del siglo pasado y no habiendo pasado la modernidad por mí, puedo decir una vez más lo que ya venía diciendo desde el siglo pasado sin que ello sea ni viejo ni antiguo: que esta sociedad nuestra basada en el modo de producción capitalista, camina a marchas forzadas hacia el fascismo.
Por fascismo entiendo hoy lo que ya entendía entonces: unilateralidad y simpleza mental, que tampoco es descubrimiento mío. Lo había dicho Ortega y Gasset, también en el siglo pasado, en el primer tercio.
Y viene a cuento este artículo, porque ha sido hoy, cuando en una conocida emisora de radio, Radio Zaragoza, he podido escuchar una noticia y dos opiniones, una de un hombre y otra de una mujer, y después de considerar los mensajes que encerraban me ha llevado a pensar, que si estos políticos actuales tuvieran una ligera brizna de vergüenza, deberían hoy estar todos de patitas en la calle por decisión propia, esto es, por dimisión, dada su incapacidad manifiesta de solucionar problemas, y como consecuencia, haber sido incapaces de trasladar a la sociedad que un ser humano es bastante más que un bolsillo colgado de un estómago.
La noticia aludida ha sido que una empresa de fuera de Zaragoza ha llegado a esta Ciudad y ha contratado determinadas obras a cambio de no cobrar los días no laborables que trabaje, esto es, a cambio de que sus trabajadores ese día no lo cobren.
Y, a mi esto me aparece bien, si hay seres tan envilecidos, con una nula conciencia de ser personas, que no cobren por su trabajo que no cobren, pero el empresario que ha hecho esa propuesta debe ir directamente a la cárcel, junto a todos los que de una manera u otra hayan podido intervenir en que la tal empresa haya conseguido la obra en cuestión, sin ninguna excepción.
Una de las opiniones que he mencionado, la del hombre, era un trabajador que se quejaba amargamente de que fuera una empresa de fuera la que viniera a Zaragoza con rebajas salariales para poder contratar obras, cuando, oh, sorpresa, esa misma rebaja la podría hacer, según este trabajador, cualquier otra empresa zaragozana. Y así, decía este hombre (por ponerle un nombre para entendernos), que él ya había hablado con su empresario para que no lo echara a la calle y le pusiera el sueldo que le diera la gana al empresario.
Argüía a su favor este trabajador, para justificar su bajeza como ser humano, que tenía que pagar la hipoteca, y no sabe este simple, que es mas simple que el mecanismo de una cuchara, que por actitudes de vileza como la suya, otros trabajadores, desde luego más dignos que él y con las mismas necesidades que él, podrían llegar a no poder pagar la hipoteca, que dicho sea de paso, a mi me parece menos importante la hipoteca que el ejemplo a los hijos.
La opinión de la mujer aludida se refería a los extranjeros, pero a los extranjeros como la Reina Doña Sofía o al Propio Rey que es nacido en Italia, no. Solamente a los extranjeros que han venido a trabajar a España, a esos extranjeros, gracias a muchos de los cuales se pudo hacer la Expo 2008, ese negocio que preparó el Alcalde de Zaragoza para los grandes capitales, con anuencia y apoyo del propio gobierno de España y de la propia Corona, porque ni para el desarrollo de Aragón ni de la propia Zaragoza ha servido.
Decía esta mujer, en cuya familia todos sus miembros estaban en paro, que pedía trabajo para sus hijos, para los de Zaragoza y sus alrededores y para Aragón, y los extranjeros a picar al monte, al monte a picar, recalcaba una y otra vez la mujer, en la creencia sin duda, de que son los extranjeros los que nos quitan el trabajo.
No sabe esta mujer que en USA o Japón, por poner dos ejemplos no hay ni tanto sudaca, negro y marroquí como aquí, y el paro que tienen es de la misma naturaleza que aquí: que el sistema que tiene como función la explotación de unas personas por otra, ni siquiera es ya capaz de crear sus propias condiciones normales de explotación, y claro, como no es capaz, ha de dar un paso adelante y crear otras estableciendo el fascismo, para el que las condiciones objetivas ya están dadas, sería muy bien aceptado por los personajes que he mencionado, de los que pienso que no son dos casos excepcionales sino representativos de la opinión general.
Falta para este nuevo fascismo, como auxiliar del modo de producción capitalista que es, las condiciones políticas, que no están ahora mismo, pero que no tardarán en llegar. Bastará que pierda las elecciones el PSOE, que las perderá, porque para salir de la crisis está haciendo precisamente lo mismo que han hecho los que la han creado, y las ganará la “aznaridad”, con Rajoy o sin Rajoy, porque no es cuestión de nombres, que les dirá a la opinión pública lo evidente, que el PSOE no ha sabido sacarnos de la crisis, lo que no dirán, porque ser dirigente fascista no es necesariamente ser tonto, que ellos van a profundizar más en todo lo que ha venido haciendo el PSOE, planteándolo de otra forma, diciendo que para salir de la crisis hay que hacer reformas laborales, y como consecuencia de era reformas laborales, las que corresponda legalmente, y como consecuencia de estas llegarán las reformas políticas, y así, hasta que los trabajadores no tengan necesidad de ofrecerse voluntariamente para trabajar gratis, porque todo eso ya se les dará, la gran patronal, con el estado entero a su servicio, se encargará de ello.
A diferencia del nuevo fascismo con respecto de los fascismos pasados, alemán, español o italiano, consistirá en que estos imponían el trabajo para el Estado que así lo requería, y con el nuevo fascismo serán las grandes empresas la que lo requieran, todo para salir de la crisis, pero sin salir de ellas, que ya he dicho que tontos no son. Los tontos son otros.
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