jueves, 13 de noviembre de 2008

ZAPATERO, SUS JEFES, ENCARGADOS, AFINES Y YO

Zapatero pasa por ser el presidente del Gobierno español, y por consiguiente, de ello se deduce en el plano formal, que es el presidente de todos los españoles. Y hasta aquí de acuerdo, poco se puede decir en contra, porque ya sabemos que lo formal, las más de las veces, es mentira.
Zapatero es en la práctica, que es donde redondamente son las cosas, capataz de uno de loa grandes grupos capitalistas dominantes en España, y por ello, se ha reunido con unos cuantos banqueros para que estos le digan que debe decir y que postura debe mantener en la reunión de capataces de los grandes capitalistas que formalmente se llama el Grupo G-20.
Lo que hayan hablado banqueros y Zapatero no lo sabemos, ni lo tenemos porque saber, porque son asuntos privados de ellos, pertenece al ámbito privado de los negocios de jefes y capataz.
Una vez que el grupo de banqueros jefes le ha leído la cartilla a Zapatero de pe a pa, este se ha ido con la lección bien aprendida debajo del brazo a los encargados síndicos, que formalmente se denominan sindicatos mayoritarios, para que sean estos últimos los que se encarguen de la brega con los trabajadores, a fin de que estos marquen el paso por las líneas trazadas por los grandes capitalistas.
Después de todo lo dicho, Zapatero, que tuvo un abuelo republicano, que dicho sea de paso, no constituye mérito alguno, porque en una republica todos son republicanos, al igual que cualquier español hoy es súbdito edulcorado, se ha ido a hablar con su colega Rajoy para decirle: “tranqui, tronco, que en el G-20 voy a decir y voy a defender lo que tu dirás y defenderás cuando seas capataz de tu grupo de capitalistas en la presidencia del Gobierno español,” a lo que Rajoy le ha respondido: “güay, colega. Y que no se te olvide pedir libertad de economía y libre mercado.” O lo que es lo mismo, que aceleré y garantice todavía más y mejor, la inmoralidad y la injusticia que supone poner más miles de millones de euros del dinero de todos (menos el de los ricos que están en los paraísos fiscales) los que trabajamos, en manos y a la libre disposición de los mismos marmoletes del capital, que con sus ansias de enriquecerse todavía más, han originado el descontrol financiero actual, con la anuencia de los correspondientes gobiernos.
Y al final de todo lo que antecede ya vengo yo, en lo último de todo, con todos los derechos que me garantiza la Constitución, que es también cosa formal, porque en la práctica ya es otra cosa.
En la práctica, sin trampa ni cartón ni cachondeos ni tío páseme usted el río, viene que de mi nómina me han quitado, ojo al parche: 479,39 euros por el IRPF (de cuyo impuesto ni me sé la denominación y un güevo que me importa); 2,44 euros por Formación Profesional (que no sé quién coño me está enseñando a mí nada profesionalmente); 39,00 euros para Accidente y Desempleo (que tampoco sé ni donde me accidento ni dónde me desempleo) y 114,55 euros por Contingencias Comunes (y esto de las Contingencias Comunes debe ser el Copón con ruedas, pero tampoco lo sé). Total, que del sueldo del mes pasado me quitaron de la nómina 635,38 euros, lo que equivale al 27,60 % de mi sueldo y, cuidado, cuidadito, cuidadín, chupense esta los asesores fiscales de postín de la Casa Real y de los nenes ricos y nenas ricas: no me quejo de pagar impuestos. Me quejo, que para eso soy el último, de que no quiero de que con mis impuestos se pague un céntimo más de euro a la Casa Real; ni un céntimo más a ningún banquero por muy banquero que sea; ni un céntimo más al Estado del Vaticano vía Iglesia Católica Apostólica Romana y ni un céntimo más a las Fundaciones de José María Aznar y del PSOE, por poner sólo unos ejemplos de lo que no quiero que se haga con mi dinero.
Y, no niego que no sea libre ni que no me amparen derechos, formalmente, lo que digo es que estoy hasta los mismísimos testiculares de tanto Pili y mili que vive y se enriquece a costa del sudor del de enfrente, y que a robar al monte, si tienen cojones.
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