Sanidad
pública en Andalucía: política, ideología y economía
Por P. A. González
Ruiz*
kaosenlared
7 de noviembre
de 2025
El reciente escándalo de
los cribados del cáncer de mama ha reactivado la movilización andaluza por la
sanidad. Más allá de ser una reacción en defensa propia, la manifestación es
una oportunidad para que el pueblo andaluz, con el protagonismo de la clase
obrera, avance en la constitución de un sujeto de su propio desarrollo.
Para ello, considero
necesario apropiarse idealmente de las propias determinaciones, en relación a
las determinaciones de la sociedad capitalista andaluza. Esta modesta
intervención apunta a ello, inscribiéndose en la elaboración del conocimiento
que contribuye a la revolución social.
Nuestro planteamiento
Desde la Crítica de la
Economía Política señalamos, en relación a la sanidad pública andaluza, dos
aspectos: materialidad del debate y su vínculo con la superación del
capitalismo como garantía de una sanidad al servicio de la población.
Para los escépticos: la
sanidad pública andaluza es lo más parecido al socialismo que podemos ver por
estos lares. Un servicio al que se accede cuando se necesita y sin mediar
dinero.
Historia y hecho sanitario
La sanidad pública andaluza
es un producto social e histórico. Surge a mediados de los ochenta con las
transferencias y el SAS (Ley 8/1986, autonómica) como ariete del estado social
autonómico, y empujada por la ideología social-capitalista. Luego, tras la
crisis internacional de los setenta, ya con el giro hacia el
liberal-capitalismo (privatización, externalización, liberalización y
conciertos), se crean los instrumentos legales que habilitan el actual sistema
sanitario: Ley General de Sanidad de 1986 (ordenación y conciertos), Ley
15/1997 (nuevas formas de gestión) y Ley 16/2003 (cohesión y cartera común).
Además en nuestra comunidad: Ley 2/1998 de Salud de Andalucía (derechos,
organización y conciertos), y Ley 16/2011, de Salud Pública de Andalucía
(promoción, prevención, vigilancia y evaluación). Ahí están las palancas
legales de lo que constituirá la evolución de la sanidad pública andaluza y el
traspaso de fondos públicos hacia la actividad sanitaria privada.
Hecho sanitario y
presupuesto
Luego, tras un proceso en
el que la sanidad pública deja de ser prioritaria, como revela la reducción de
su peso en el presupuesto público (ver curva en U abierta), ya en plena Gran
Recesión (2008-2014), las élites capitalistas europeas, acompañadas de todas
las demás (nacionales, autonómicas, locales) deciden que la salida de la crisis
pasa por el recorte presupuestario. La sanidad pública andaluza conocerá
mínimos en el esfuerzo presupuestario, iniciándose el deterioro progresivo de
la actividad sanitaria pública en Andalucía: cierre de centros, citas en
atención primaria, listas de espera para especialistas e intervenciones,
vacantes que no se reponen, etc. A partir de 2012 la satisfacción ciudadana con
la sanidad pública (barómetro) se quebranta comenzando su descenso. Cada hecho
concreto en la sanidad pública tiene un respaldo presupuestario.
Presupuesto y política
El presupuesto es la ley más importante de la sanidad andaluza: se aprueba (y discute) todos los años en el parlamento y la ejecuta el gobierno. Si miramos la evolución nominal de la partida presupuestaria destinada a la sanidad observamos que ésta durante el período 2002-2025, salvo los años de los recortes (2010-2014), es ascendente. Esto también ocurrió con el presupuesto total. Para ver el grado de compromiso de un gobierno con la sanidad pública hay que fijarse en el porcentaje de gasto sanitario en relación al total del presupuesto.
El gráfico dibuja una U
abierta, con mínimo en los años de recortes bajo gobiernos del PSOE, el mismo
partido que impulsó el despliegue del sistema. Tras la COVID, el PP elevó el
esfuerzo y presume del mayor gasto sanitario, pero una parte relevante se
deriva a la provisión privada.
Política e ideología
Las medidas políticas
(aumentar o reducir el gasto sanitario, transferir a la sanidad privada o impulsar
la pública) suelen estar argumentadas y fundamentadas (eficiencia, equidad,
sostenibilidad, entre otras). Este discurso forma parte de la ideología
(conjunto de ideas) que incluye a las diversas teorías “científicas”
(económicas, sociológicas, políticas, psicológicas, etc). El debate de ideas,
que precede la toma de decisiones políticas, se lleva a cabo en el Consejo de
Gobierno, en el Parlamento o en la sociedad (medios de comunicación), entre
otros.
La ideología capitalista, sea en su versión social sea en su versión liberal, está detrás de las decisiones políticas que han llevado el sistema público de salud andaluz hasta la situación actual. Cuando hay que recortar lo público e impulsar lo privado se echa mano de la Teoría Económica Neoclásica pura, que presenta al mercado y la empresa privada como los mecanismos más eficientes y equitativos; cuando hay que impulsar la sanidad pública se recurre a la Teoría de los Fallos del Mercado, también neoclásica, que plantea que hay excepciones (la sanidad como bien público) a la primera.
Ideología y economía
Aunque cada ideología tiene
una política “natural”; ambas están preparadas para habilitar la política
contraria. Así un defensor de la sanidad pública puede argumentar la necesidad
de sanearla, recortándola, como ocurrió en el período 2010-2014; como un
liberal puede impulsarla para favorecer la demanda agregada o apelar a la
equidad.
Esta elasticidad de la
ideología, que habilita la teoría académica, reclama un anclaje común. Lo que
no cambia es lo que la ideología esconde, el interés económico.
Así, tras la ideología
liberal-capitalista se defiende el capitalismo más competitivo (sanidad
privada, mercancía, beneficio), mientras en la social-capitalista se defiende
el capitalismo más intervenido (sanidad pública, derecho, igualdad). En ambos
caso se naturaliza el capitalismo y se sirve a la acumulación de capital
(empleo).
Economía y sanidad
La sanidad pública
andaluza, como actividad a cargo del presupuesto público está sujeta a sus
determinaciones: así cuando toca recortes públicos, la sanidad es una
candidata, y cuando toca impulsar la actividad económica, también.
Pero, además, la sanidad está
inserta en la circulación general de las mercancías, que es la forma en que
circula la producción capitalista. Por un lado, demanda productos y fuerza de
trabajo (empleo), favoreciendo a la economía. Por otro, es un servicio; que en
el caso privado, está a la venta, por tanto un negocio en sí. Asi, en cuanto
actividad económica está inmersa en el ciclo económico que caracteriza la
reproducción ampliada capitalista.
El esfuerzo económico que la sociedad andaluza está dispuesta a realizar nos lo muestra el porcentaje del gasto sanitario (público y de los hogares) como porcentaje del total de la producción regional (valor añadido bruto). Vemos, además de la estabilidad, como este esfuerzo aumenta en las crisis (Gran Recesión, COVID) y se reduce en las expansiones.
Sanidad y acumulación de
capital
Preservar la vida de
trabajadores y consumidores es el encargo social que tiene la actividad
sanitaria. Específicamente, garantizar la reproducción adecuada de la fuerza de
trabajo (pasada, presente y futura, actual y potencial) de modo que esté en
condiciones de ser explotada generando plusvalor, por un lado, a la vez que
sigue confiando en las instituciones y el sistema, por el otro.
No nos detendremos en las
especificidades del capitalismo andaluz y su papel en la división nacional,
europea e internacional del trabajo, cuestiones necesarias para avanzar en el
conocimiento del desarrollo de nuestra comunidad. De igual manera que los
cambios en la materialidad de la acumulación de capital, las técnicas
(automatización, digitalización, computerización o inteligencia artificial) y
la organización del trabajo que las acompañan, imponen un tipo de fuerza de
trabajo (física, emocional, mental) que ha de ser reproducida, también en
términos de salud y de servicios sanitarios. Todo ello, junto a las condiciones
de legitimación, pueden apuntar a un nuevo modelo sanitario.
Conclusión
Sea como sea, este 9 de
noviembre, el pueblo andaluz está llamado a la acción. No hay nada fuera de la
política: ir a la manifestación, al cine o quedarse en casa, son todas
actuaciones políticas.
Las situaciones concretas de la sanidad están ligadas a las medidas presupuestarias, los debates parlamentarios, las disputas ideológicas o los intereses económicos, ni si quiera son ajenas a la necesidad de acumulación del capital (andaluz, español, europeo y mundial). Mientras las condiciones sociales no permitan dar el salto definitivo de la mercancía al derecho, tocará defender la sanidad pública frente a la relación de capital y sus gestores políticos, el gobierno andaluz.
*Autor del blog
Criticonomia
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