¿Por
qué Turquía y Hungría están bloqueando el ingreso de Suecia en la OTAN? Las
razones turcas las ha expuesto reiteradamente en público el presidente turco,
Erdogan. Las húngaras están en la línea de los reproches que Orban ha formulado
a sus socios europeos.
Bloqueo en la OTAN
Los días 11 y 12 de julio de 2023, los 31 miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebrarán su cumbre anual en Vilna, Lituania. Para preparar la cumbre, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, se reunió con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para tratar el orden del día de la cumbre. Hablaron de la importancia del apoyo occidental a Ucrania “a largo plazo” y Stoltenberg dijo a Biden que “espera dar la bienvenida a Suecia como miembro de pleno derecho de la OTAN lo antes posible”.
En
su conferencia de prensa conjunta del 13 de junio, ni Biden ni Stoltenberg
mencionaron nada sobre el ingreso de Ucrania en la OTAN, aunque ambos esperaban
que Suecia se convirtiera en miembro, “ojalá… muy pronto”, como dijo Biden.
A pesar de los ruidos en el Bundestag alemán por parte de los miembros
demócrata-cristianos –como la insistencia de
Roderich Kiesewetter– para que Ucrania entre en la OTAN, no parece que por el
momento estén los ánimos para esto, y menos aún por parte del Canciller alemán
Olaf Scholz, que se muestra muy cauto. Alemania se muestra reacia a permitir la
entrada de Ucrania en la OTAN durante la guerra, pero no tiene ningún problema
–en principio– con el ingreso de Ucrania en la OTAN después. Con Suecia, el
tablero es mucho más complicado.
Finlandia
se une, pero no Suecia
En
mayo de 2022, Finlandia y Suecia solicitaron su ingreso en la OTAN, una alianza
militar que en ese momento contaba con treinta países (el último en ingresar
fue Macedonia del
Norte en 2020). En aquel momento, Stoltenberg dijo de
las solicitudes: “Es estupendo veros a los dos”. De hecho, era de esperar que
estas solicitudes se tramitaran por la vía rápida y que los cuatro Estados
escandinavos entraran en el campo militar de la OTAN. Noruega y Dinamarca
fueron miembros fundadores en 1949 (la adhesión de Dinamarca fue especialmente
necesaria para que los Estados Unidos pudieran construir en 1951 una enorme
base en la Groenlandia colonizada por los daneses: la Base Espacial de
Pituffik, la base militar norteamericana más septentrional, desplazando a
la población inuit local).
Poco
menos de un año después, el 4 de abril de 2023, la OTAN dio la bienvenida a
Finlandia. “El ingreso en la OTAN es bueno para Finlandia”, declaró
Stoltenberg. “Es bueno para la seguridad nórdica, y es bueno para la OTAN en su
conjunto”. Finlandia comparte una larguísima frontera (832 millas) con Rusia,
la más larga de cualquier Estado de la Unión Europea o de la OTAN. Al ingresar
en la OTAN, Finlandia ha duplicado la frontera OTAN-Rusia. Finlandia comenzó a
construir una valla fronteriza a lo largo de las “zonas de
mayor riesgo”, especialmente donde los migrantes rusos podrían
intentar cruzar. Las redes sociales finlandesas se burlaron de las imágenes de
la valla publicadas por la Guardia de Fronteras, afirmando que sólo servía para
detener caballos; la “valla no es para caballos”, respondió el
teniente coronel Jukka Lukkari.
En
la ceremonia de bienvenida a Finlandia a la OTAN, el Presidente de Finlandia,
Sauli Niinistö, dijo que la adhesión de su país “no está completa sin Suecia”.
A su lado, Stoltenberg dijo: “Espero dar también la bienvenida a Suecia lo
antes posible”.
¿Por
qué no se admitió a Suecia en la alianza militar occidental? En 1949, cuando se
creó la OTAN, el principio de toma de decisiones adoptado por los miembros fue
el del “consenso”, lo que significa que todos los países deben estar de acuerdo
con cualquier decisión; esta toma de decisiones por consenso se aplica
especialmente a la cuestión de la adhesión. Dos miembros de la OTAN –Hungría y
Turquía– ratificaron la entrada de Finlandia en la OTAN, pero bloquearon la de
Suecia. El hecho de que permitieran a la OTAN dar la bienvenida a Finlandia,
que –a diferencia de Suecia– tiene frontera directa con Rusia, demuestra que no
es la guerra de Ucrania lo que preocupa a estos dos países. Tienen otros
problemas, directamente con Suecia.
El problema
de Suecia
En
una rueda de prensa en Washington con el secretario de Estado de los Estados
Unidos, Antony Blinken, y Stoltenberg, de la OTAN, Vivian Salama, del Wall
Street Journal, preguntó: “¿Les preocupa que Turquía se esté
convirtiendo cada vez más en un aliado perturbador?” Tanto Blinken como
Stoltenberg eludieron la respuesta, lo que llevó a Kylie Atwood, de la CNN,
a preguntar directamente por el ingreso de Suecia en la OTAN. Stoltenberg
señaló oblicuamente la preocupación de Turquía por la presencia del Partido de
los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Suecia. “Todos los aliados de la OTAN
están, por supuesto, dispuestos a sentarse y abordar esas preocupaciones,
incluidas las amenazas que el PKK representa para Turquía”, dijo Stoltenberg.
En
2009, cuando Suecia ocupaba la presidencia del Consejo de Europa, el entonces
primer ministro Fredrik Reinfeldt prometió guiar a Turquía hacia la Unión
Europea. En aquel momento, las relaciones eran sólidas. La guerra de Turquía en
los últimos años contra las minorías kurdas en el sureste del país y en el
norte de Siria despertó a la comunidad kurda exiliada en Suecia. Las protestas
en Estocolmo han molestado al presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que ha
llamado en repetidas ocasiones al embajador sueco en Ankara para quejarse de
estas protestas. Cuando el Comité Rojava de Suecia quemó una efigie de Erdogan,
el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Tobias Billström, escribió en Twitter:
“Retratar a un presidente elegido popularmente como ejecutado frente al
Ayuntamiento es aborrecible”. Esta declaración no fue suficiente. El primer ministro
sueco, Ulf Kristersson, dijo que su país tenía leyes “antiterroristas” débiles
y que su Gobierno estaba en conversaciones con Ankara para ver qué se podía
hacer.
De
camino a Azerbaiyán, el 14 de junio, Erdogan descartó la posibilidad de que se
permitiera a Suecia entrar en la OTAN en julio.
En
mayo de 2023, el presidente de Hungría, Viktor Orban, viajó a Doha para asistir
al Foro Económico de Qatar. Se le preguntó por qué su alianza gobernante,
Fidesz-KDNP, que domina el Parlamento (135 de 199 escaños), se niega a
ratificar la entrada de Suecia en la OTAN. Orban dijo sin rodeos que no daría
marcha atrás porque “Suecia expresa injustamente una opinión perjudicial sobre
la situación de la democracia y el Estado de Derecho en Hungría”. Suecia no
está sola en estas preocupaciones, expresadas con mucha firmeza por trece
intelectuales húngaros en un impactante libro (“Igazságosság–demokrácia–fenntarthatóság”)
el año pasado.
Orban
estaba muy molesto con Suecia por su apoyo a un informe parlamentario de la
Unión Europea de septiembre de 2022 que describía el sistema político húngaro
como “un régimen híbrido con autocracia parlamentaria”. A menos que Suecia
revoque esta actitud, dice Budapest, no le permitirá entrar en la OTAN.
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