La mafia banquera de España
invirtió más de 7.000 millones en la industria militar entre 2014 y 2019
Diario Octubre 21.09.2020
El último informe de la campaña «Banca Armada»
advierte sobre las operaciones realizadas por varias entidades. Mientras tanto,
las principales instituciones señaladas en el documento rechazan cualquier tipo
de financiación a la producción de armas prohibidas por el derecho
internacional o con actos que impliquen violaciones a los derechos humanos.
Ni guerras
sin armamento, ni armamento sin dinero. Según el último informe de la campaña
Banca Armada elaborado por el Centro Delás, «el total de financiación a la industria armamentista por
parte de las entidades financieras que operan en España alcanzó la
cifra de 11.969 millones de euros en el período 2014-2019″. Más de
7.000 millones provienen de cinco grandes entidades españolas.
«Los
grandes bancos armados que operan en España son
de nuevo BBVA, Santander, ING, Deutsche Bank, Banco Sabadell, Bankia y
Caixabank», denuncia este documento. «Las supuestas políticas propias
de inversiones en el sector de defensa no parecen cumplir su objetivo
de reducir sus vinculaciones con las armas, sino que más bien al
contrario las reafirman e impulsan», añade.
«Los bancos
actúan como inversores en el accionariado de las empresas o
mediante créditos» a dichas compañías, explica a Público el autor de esta
investigación, Eduardo Aragón. Este año, el informe incluye una novedad: también
aparecen «aseguradoras y fondos de pensiones que financian empresas
armamentistas». Según señaló Aragón, se trata de inversiones realizadas «con
dinero que reciben de las primas de los seguros».
«Además
de financiar a las empresas de armas a través de nuestras
cuentas corrientes, de nuestros depósitos a plazo o de la compraventa de
acciones y bonos con los que obtenemos rentabilidad de los mercados
financieros, estamos ayudando de manera determinante a la expansión del sector armamentista con
la contratación de seguros personales (de vida, salud), de
daños (vehículo, robo, incendios), o de prestación de servicios (de asistencia
en viaje, de decesos…) pero también con la contratación de planes de
pensiones», señala el informe.
En tal
sentido, destaca que «la mayor parte del dinero de las pólizas de los seguros y
las primas de los planes de pensiones es invertido de manera constante, para
generar la máxima rentabilidad por la empresa gestora del fondo o del
seguro». «En este informe hemos identificado que en España existen 25
aseguradoras armadas y 19 de fondos de pensiones que financian a empresas de
armas», añade. Entre ellas figuran BNP Paribas Cardif Assurance, AXA o Allianz.
En cuanto a
los bancos, se indica que BBVA y Santander registran el 62% de esas
inversiones, «con un comportamiento que muestra constancia y crecimiento en
cuanto a financiación de empresas fabricantes de armas«. En el
listado también aparecen Bankia, Sabadell y Caixabank, a quienes se vincula con
inversiones en empresas que participan en el sector de Defensa como Indra,
Maxam, Navantia o General Dynamics.
El documento
del Centro Delás apunta que los cinco grandes bancos españoles,
«que copan el 68,5% de cuota medida en activos del sector, siguen siendo los
grandes financiadores de las empresas de armas». El informe también ubica
en ese ranking a Banca March, «que si bien es un banco menor en cuanto a
cuota de mercado, destaca por su insistencia en la financiación de armamento».
«Tanto BBVA
como Santander financian a los principales fabricantes
de armas de Estados Unidos, productores de armas nucleares, misiles, aviones
de combate, buques de guerra y munición de todo tipo», destaca en otro tramo.
Señala además a Banco Sabadell «por su apuesta en mantener a clientes de gran
peso en la producción armamentística mundial, como
Raytheon o General Dynamics».
El informe
también subraya la apuesta de los bancos «por la industria de armas nacional a
través de dos empresas de conocida trayectoria en el sector militar por razones
diferentes: Indra en cuanto al desarrollo de productos y servicios
tecnológicos aplicados a misiles y aviones de guerra, entre otros
productos de control y vigilancia fronteriza; y Maxam, una importante empresa
de munición con una clara relación comercial con Arabia Saudí, uno de
los principales clientes de armas del mundo que lidera la coalición en
la guerra contra Yemen».
«Líneas
rojas»
Por su
parte, las entidades bancarias rechazan cualquier participación en negocios que
impliquen la vulneración de sus códigos éticos o «líneas rojas». Desde el Banco
Santander remitieron a Público su «política general en el
sector de Defensa», donde se prohíbe la participación en proyectos
relacionados con armas químicas, biológicas o nucleares, al tiempo que
se subraya que todas las operaciones «deben respetar las convenciones y
tratados de no proliferación de armas».
Mientras
tanto, fuentes del BBVA citaron expresamente sus «Normas sectoriales para la
debida diligencia ambiental y social», en las que se prohíbe cualquier relación
con empresas sobre las que exista «evidencia creíble» de
actuar contra los derechos humanos. Algo similar ocurre en la Política de
Admisión de Operaciones de Crédito de Bankia, donde se indica –entre otros
supuestos– que «no se financiarán nuevas operaciones ni proyectos
vinculados a empresas a las que se haya demostrado la violación de los
derechos humanos y de lo que la entidad tenga conocimiento».
Kutxabank
también negó las acusaciones. La entidad reivindicó su «estricta política
respecto al sector de la defensa, discutida y aprobada por el consejo de
administración». «Por ello, ninguna empresa del Grupo participa en el capital
de fabricantes de material de defensa, ni tiene relación con empresas
de armamento controvertido o que vendan armamento a países con embargos
de armas o con conflictos armados, ni financia operaciones con intermediarios o
en países con alto riesgo de vulneración de derechos humanos», señalaron
fuentes de ese banco.
Por su
parte, desde el Grupo AXA defendieron que dispone de «una de las políticas
de inversión responsable más completas y ambiciosas». «De acuerdo con
esta política que aplicamos rigurosamente, el Grupo AXA no financia,
directa o indirectamente, la producción de armas prohibidas por el derecho
internacional. Del mismo modo, AXA no financia actividades ni empresas sujetas
a sanciones internacionales», subrayaron.
VÍA:kaosenlared.net
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