Los medios vuelven a defender el golpismo en Venezuela
Vivimos tiempos en que los poderosos pueden permitirse atropellar todas las legislaciones internacionales y todos los derechos humanos, solo hay un obstáculo que vencer, la opinión pública. Y ahí es cuando los medios resultan ser agentes necesarios e imprescindibles
Parece que la historia se repite. Hace
más de 16 años, en abril de 2002, asistimos al apoyo
de la UE y de sus medios de comunicación a un golpe de Estado en Venezuela. No triunfó y ahí quedaron en las hemerotecas las
vergonzosas pruebas de aquel golpismo auspiciado por Estados Unidos y España.
Los medios, como presuponen poca memoria en las audiencias, y tras años de
laborioso trabajo de zapa, vuelven a legitimar un nuevo golpe de Estado en
Venezuela.
El 20 de mayo de 2018 hubo elecciones
presidenciales en Venezuela. Participaron 16 partidos políticos que repartían
su apoyo entre 6 candidatos. Tres partidos de oposición decidieron libremente
no participar. Maduro ganó con un amplio margen, obtuvo 6.248.864 de votos, el
67,84%; el segundo candidato en número de votos fue Henri Falcón con 1.927.958,
el 20,93%.
Acompañaron el proceso electoral unas
150 personas, entre ellas 14 comisiones electorales de 8 países y 2 misiones
técnicas electorales. Entre los observadores se encontraba el expresidente español Rodríguez Zapatero, el expresidente del senado francés Jean-Pierre Bel y
el excomisario europeo Markos Kyprianou, todos ellos las consideraron
impecables las elecciones. Las elecciones se realizaron con el mismo sistema
electoral empleado en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015, en
las cuales resultó ganadora la oposición venezolana. Se realizaron 18
auditorías al sistema automatizado. Los representantes de los candidatos
opositores participaron en todas ellas. Ninguno de los candidatos que participó
en el proceso electoral impugnó los resultados. No hay pruebas de fraude, no
presentaron ninguna evidencia o denuncia concreta de fraude.
Dictadura
Venezuela sería entonces una dictadura
donde los opositores convocan ruedas de prensa, se presentan a las elecciones,
organizan y celebran manifestaciones, se declaran presidentes y hasta
estos opositores aparecen en los cuarteles de la
"dictadura" ofreciendo amnistía a los militares. Curiosamente es la Francia de Macron donde los
detenidos se cuentan por centenares tras las manifestaciones de los chalecos
amarillos y no en las manifestaciones de la oposición venezolana.
Baja
participación
Uno de los argumentos contra la
legitimidad de Maduro y su partido es que la participación electoral es baja:
"Maduro gana las presidenciales de Venezuela con una abstención de
récord" ( La Vanguardia),
"Maduro mantiene el control municipal con solo el voto de tres de cada
diez venezolanos". ( Diario Hoy, Grupo Vocento). Si calculamos el voto de Maduro en las
presidenciales respecto al padrón electoral sale un porcentaje de apoyo del
31,7%. No es excesivamente alto, pero ese mismo cálculo (porcentaje de votación
sobre padrón electoral) es de 27,3% para Donald Trump, 26,8% para Maurico Macri
en Argentina o 26,5 para Sebastián Piñera en Chile. Nadie los ha considerado
ilegítimos por su poca representación.
Crisis
económica
Otro tema recurrente en los medios, que
repiten hasta la extenuación es la crisis económica de Venezuela. Crisis que
nadie niega y que llevan meses, si no años, detallando. La perversión es
establecer una relación entre la situación económica del país, el mal o buen
hacer de un gobierno y la justificación del derrocamiento del presidente
elegido en las urnas. Si se trata de presentar una crisis económica o incluso
una extrema pobreza como justificación del derrocamiento de un presidente elegido,
habría decenas de países por lo que comenzar a cambiar presidentes. Para
empezar los diez países más pobres se encuentra en África, pero como sus presidentes no molestan nadie
considera que sean dictaduras a derrocar.
Pepa Bueno, en su programa de la Ser comienza relatando la difícil situación
económica de Venezuela. Explica todos los ciudadanos que han debido salir del
país por esos motivos y pone como ejemplo incluso al padre de Juan Guaidó, que
vive en Tenerife y trabaja de taxista, pero no dice que salió de Venezuela hace
16 años, sin ninguna crisis económica. Como conclusión la entradilla del
podcast del programa en la web reza así "Venezuela no puede arreglar sus
problemas en ocho días de plazo, pero no hay otra vía que unas elecciones con
garantías democráticas". Posición clara al respecto. Por supuesto, el
resto de países donde hay crisis económica y pobreza no merecen programas de
radio que propongan cambios de gobierno quitando al presidente que ganó las
elecciones unos meses antes.
Como sucede siempre que un gobierno no
gusta, los emigrantes se convierte en exiliados en el vocabulario de la prensa:
"Madrid, capital del exilio venezolano en Europa" ( El País).
Curiosamente ninguno de los centroamericanos que se dirigía a Estados Unidos en
la caravana que atravesaba México era exiliado. Procedían de países con
gobiernos "amigos": Honduras o Guatemala, básicamente. Al millón y medio o dos millones de colombianos que hasta hace poco vivían en Venezuela nunca se
les llamó exiliados, y no digamos a 76.000 españoles que se tuvieron que ir al extranjero
en 2017 y que ya suman dos millones y
medio.
Manifestaciones
y testimonios
Otra parte de la operación mediática es
magnificar las manifestaciones de la oposición. Los medios volvieron a
resucitar imágenes de movilizaciones opositoras antiguas. Numerosos medios (por
ejemplo Europa Press) difundieron este vídeo como
actual a pesar de que correspondía a 2016.
Instituciones serias como The International Republican Institute difunden como de
estos días una foto de manifestación antichavista que suelen
reproducir en las redes cada vez que surge una manifestación: en junio de 2018, en diciembre de 2018, en agosto de 2017.
Son solo unos ejemplos de fechas para la misma foto, si usted la introduce en
el buscador de imágenes de Google se la presentará en cientos de medios de
comunicación, instituciones, centros de estudios y en decenas de fechas
diferentes. Sin duda una manifestación muy rentabilizada.
Para nuestros medios, todas las
manifestaciones venezolanas son de la oposición ("Numerosas
manifestaciones en Venezuela convocadas por la oposición a Nicolás
Maduro", ABC).
En cambio, las manifestaciones progubernamentales no existen, debemos
conocerlas por ejemplo a través de los medios rusos o mexicanos:
"Oficialismo se moviliza en Venezuela mientras la oposición planifica
acciones en su contra" (Sputnik), "Las manifestaciones en apoyo a
Nicolás Maduro en imágenes" (Milenio).
O en las redes de los medios públicos venezolanos ( tuit con fotos de manifestación a favor de
Maduro en Caracas) Incluso las manifestaciones a favor de
Nicolás Maduro que se realizan en España debemos encontrarlas en los medios
venezolanos: "Manifestación en respaldo al presidente Nicolás Maduro en
Zaragoza" ( Venezolana de Televisión). Ese principio periodístico de que la cercanía era
un elemento de la noticia para este caso no sirve.
Ocurre algo parecido cuando se recogen
testimonios en nuestras televisiones y prensa. Extrañamente nunca entrevista a
ninguno de los seis millones de votantes de Maduro, solo ciudadanos opositores
al gobierno. Tampoco se recogen declaraciones de los representantes
diplomáticos, solo emigrantes que se convierten, micrófono mediante, en
portavoces del pueblo venezolano.
El
origen de las muertes
Como viene sucediendo siempre que hay
muertos de origen violento coincidiendo con movilizaciones antigubernamentales,
todos se le cuelgan al gobierno: "29 muertos en las protestas contra
Maduro en Venezuela" ( Telecinco),
"Grupos de exterminio: La muerte acecha de noche a quienes protestan
contra Maduro" ( El Nuevo Herald).
Nadie se le ocurre pensar que las
fuentes siempre son ONGs vinculadas a la oposición venezolana o instituciones
financiadas o con sede en Estados Unidos: "OVCS identificó a 29 personas
asesinadas durante las protestas de enero" ( El Nacional).
Una de ellas es el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, que es tan
neutral que con motivo de la toma de posesión como presidente de Nicolás Maduro
emitía esta nota de prensa:"OVCS declara usurpación de cargo de la
Presidencia y exige el restablecimiento del orden constitucional". No esperen encontrar en su web información alguna
sobre su financiación ni su representatividad. Otra fuente habitual es la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Washington. Su último
comunicado es para exigir la protección de Juan Guaidó.
Cuando se leen las noticias con detalle se descubren "personas perdieron la vida en
las últimas horas 'en hechos que no involucran a funcionarios del orden
público' y que ya estaban siendo investigados por fiscales", "el
Ministerio Público investiga cuatro muertes registradas 'en el marco de
saqueos' en el estado de Bolívar, limítrofe con Brasil", "Medios
locales aseguran que las víctimas de Bolívar también recibieron disparos
mientras participaban en saqueos". Como ya ha sucedido en otros brotes de
violencia en Venezuela, semanas después las autoridades logran identificar
todas las víctimas y descubrimos que entre ellas hay también partidarios del
gobierno e incluso agentes del orden.
Ensalzar
al golpista
Del mismo modo que se hizo en 2002 para
legitimar el golpe contra Hugo Chávez, además de presentar la institucionalidad
como caos (es curioso, pero esta fue la misma excusa para el golpe de Estado
contra la Segunda República en España en 1936 que originó la guerra civil),
ensalzan la figura del líder golpista y, rápidamente, intentan consolidar su
poder.
A Juan Guaidó se la llama "nuevo
líder de la oposición venezolana" o directamente "juramentado como
presidente interino de Venezuela" ( El País).
Pero la juramentación de un presidente se realiza "mediante juramento ante
las Cámaras reunidas en sesión conjunta" y, por supuesto, previamente debe
haber ganado las elecciones. No puede un periódico llamar "juramentado
como presidente" a alguien que ha dicho que se convierte en presidente
subido en un estrado durante un mitin y que nunca se presentó a las elecciones
presidenciales. Pero poca imparcialidad se puede esperar de un diario El País
que en un texto supuestamente informativo tiene párrafos como este:
"El obstáculo más grande que tiene
que pasar para lograr la primera parada de su ruta de transición: el cese de la
usurpación de la silla de Miraflores a la que se ha aferrado Nicolás Maduro,
luego de unas elecciones fraudulentas en las que se negó la participación de
las principales fuerzas opositoras y que tuvieron la mayor abstención de la
historia y casi total rechazo de la comunidad internacional" ( El País).
A continuación se entra en una carrera
para consolidar la imagen del cambio de presidente: "En las calles de
Venezuela ensayan la democracia de Juan Guaidó" ( Telecinco).
Por supuesto el "nuevo presidente" ya puede adoptar gestos de
magnanimidad como amnistiar al presidente que ganó las elecciones: "Juan
Guaidó no descarta ofrecer a Nicolás Maduro una amnistía para "restablecer
el orden constitucional" ( Telecinco).
Es importante rebotar su figura de la
forma más internacional posible. Ahí está Macron y sus medios ayudando:
"Guaido: 'La solution passe par la fin de l'usurpation'" ( Le
Figaro).
Consumar
el golpe
Hay que celebrar el golpe y los medios
se encargan de transmitirnos la euforia del hecho consumado para que nos
vayamos haciendo a la idea de su irreversibilidad: "Entusiastas del cambio
en Venezuela" ( Telecinco).
Presentan a Maduro sin ninguna relevancia internacional, ignorado: "Reino
Unido niega a Maduro la retirada de más de 1.000 millones en oro" ( El País).
Pero esta noticia, publicada después del golpe, es antigua. Quieren presentar
como acciones internacionales a favor de la autoproclamación e inhabilitación
de Maduro lo que eran medidas anteriores al servicio del sabotaje económico
contra Venezuela. El Banco de Inglaterra se negaba a entregar el dinero del
Estado venezolano en noviembre del año pasado: "Bank of England refuses to
hand over Venezuela's gold" ( Rusia Today, 9 de noviembre).
Los medios comienzan a contar que la
Unión Europea da un ultimátum de ocho días a Maduro para dejar la presidencia:
"La UE perfila su ultimátum a Maduro: le dará ocho días para convocar
elecciones" ( El Confidencial), "La Unión Europea da ocho días a Nicolás
Maduro para que convoque elecciones" ( El Mundo).
Pero eso es mentira, el único documento emitido por la UE es la "Declaración de la Alta Representante en nombre
de la UE sobre la situación en Venezuela" y no hace ninguna referencia a ocho días ni cita
a Guaidó. Simplemente hay cuatro gobiernos que se han pronunciado sobre un
ultimátum de ocho días. No importa que sean cuatro de un total de 28: "Los
líderes europeos se alían para reconocer a Guaidó como presidente de
Venezuela" ( El País).
Sobre
el Parlamento venezolano
Otro elemento institucional en discordia
es el poder legislativo venezolano. En las elecciones de 2015, la oposición
logra la mayoría en las elecciones legislativas y se hace con el control de la
Asamblea Legislativa. En este caso nadie pareció sentirse molesto con el
resultado ni objetó fraude electoral. Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro
argumentando una prerrogativa que le concede la Constitución del país convoca
nuevas elecciones para una Asamblea Constituyente para redactar una nueva
Constitución, la oposición se niega a participar y ahora el partido del
gobierno gana la mayoría en esa cámara constituyente por lo quedaba invalidada
la primera cámara de mayoría opositora. En ese año el Tribunal Supremo le quitó
los poderes a la Asamblea Nacional y asumió sus competencias, declarándola en
"desacato". Ante estos hechos se pueden tener criterios e
interpretaciones diferentes en cuanto a la legalidad de un sector u otro, sin
embargo, si un medio de comunicación ignora y silencia este conflicto y se
dedica simplemente a legitimar la Asamblea opositora no estará informando con
veracidad. Este es el caso, por ejemplo, en estas noticias: "Nicolás
Maduro anuncia "medidas radicales" ante la "sedición" del
Parlamento" ( El Mundo),
"El Parlamento de Venezuela ofrece la amnistía a los militares y chavistas
que se enfrenten a Maduro" ( El Mundo),
"El Parlamento de Venezuela exige a las fuerzas armadas que "den un
paso al frente" ( El Mundo).
Promover
el alzamiento militar
Otra de las acciones despreciables de
algunos medios es, directamente, incitar al levantamiento armado del ejército
contra el gobierno o al menos presentarlo con simpatía. Promover desde los
medios el apoyo a quienes piden una intervención del ejército contra un poder
civil emanado de las urnas debería ser algo inadmisible en unos medios dignos
de una democracia. "La oposición venezolana apela de nuevo a una reacción
del Ejército" ( El País).
Incluso se intenta presentar una imagen de división en el ejército: "¿Hay
debate en el ejército venezolano sobre la ley de amnistía que propone
Guaidó?" (Ser). La lealtad a las instituciones la llaman "apoyo a
Maduro": "El apoyo a Maduro se resquebraja en el frente militar"
( El Periódico).
Humillar
a Maduro
Al presidente elegido en las elecciones
de mayo se le criminaliza o ridiculiza. Es curioso, ahora que se produce un
golpe con un candidato autoproclamado y un listado de gobiernos apoyándolo, los
medios ya no hacen referencia a la legitimidad electoral de Nicolás Maduro que
ellos mismos informaron tras las elecciones: "Maduro gana las
presidenciales de Venezuela con más de seis millones de votos" ( Agencias),
"Maduro gana las presidenciales de Venezuela con casi seis millones de
votos" ( La Razón).
La razón es sencilla, por entonces no estaba madurado el golpe, con candidato y
apoyo internacional, era mejor esperar. Ahora sí es el momento y el que hace
unos meses ganaba las elecciones hoy "se atrinchera" en la
presidencia que ganó: "Maduro se atrinchera en el poder con el apoyo de la
cúpula militar" ( El País).
Alguien debería explicarle a este periódico que en eso consiste la democracia:
en que el político que ganó las elecciones presidenciales se quede como
presidente y que el ejército lo defienda. Si Maduro responde al presidente
español que le exige que deje el cargo la noticia es que "Maduro se mofa
de Sánchez y no le deja más opción que reconocer a Guaidó" ( El Español)
o "Maduro arremete contra España" ( Antena3).
Falso
debate
Los medios españoles saben que deben
mostrar algo de debate para que no parezca que la posición de todos es la
misma. El debate (la supuesta pluralidad) en los medios está entre la postura
del PSOE dando un ultimátum a Maduro y la del PP y Ciudadanos que exigen a
Sánchez que reconozca a Guaidó inmediatamente: "Pedro Sánchez, sobre
Venezuela: 'Si no se convocan elecciones libres en ocho días, España reconocerá
a Juan Guaidó'" ( Antena3),
"El PP critica la postura de Sánchez ante Venezuela: 'Llega tarde y mal,
dejando en mal lugar a España'" ( Antena3).
Resuelta la pluralidad informativa, pero la opción de que Maduro es el
presidente legítimo está descartada.
Lo
que callan
Para terminar repasemos algunas cositas
que no se han contado. El silenciamiento también es una forma de manipular, no
lo olvidemos.
Algunos casos de violencia opositora: manifestantes
partidarios de Guaidó quemaron una sede del PSUV (el partido del gobierno) en
Maturín,opositores incendiaron un vehículo de la policía con funcionarios
dentro que lograron salvarse en Guanare, miembros de la oposición venezolana
les dan una paliza a dos policías y les roban durante el transcurso de una
concentración opositora en Caracas, otros grupos de opositores queman una casa
de Cultura en La Pastora e incendian auna comisaría de la Guardia Nacional en
Petare. También se lanzó un artefacto explosivo al estacionamiento de un
ministerio.
Una asociación de familiares y amigos de
los 47 asesinados en las protestas de 2015 a manos de la oposición
venezolana denuncian la distribución de propaganda donde se insta a asesinar a izquierdistas.
Relevantes intelectuales
estadounidenses, desde Noam Chomsky a John Pilger presentan un manifiesto donde
rechazan el golpe de Estado en Venezuela.
Consejo
de Seguridad
Otra información de gran relevancia que
nos ha sido ninguneada fue la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para
tratar Venezuela convocada por Estados Unidos. Los medios anunciaron el
encuentro: "Estados Unidos pedirá al Consejo de seguridad de la ONU que
reconozca a Juan Guaidó como presidente de Venezuela" ( Antena3).
Lo que no contaron fue cómo se desarrolló esa reunión y el resultado. Tampoco
la posición de los países que estaban a favor de Maduro. Veamos lo que dijo
la nota oficial de las Naciones Unidas sobre esa reunión titulada "División en el
Consejo de Seguridad con respecto a Venezuela". Como conclusión remata que
la "sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU reveló una
clara división sobre las posibles soluciones a la crisis en Venezuela. Estados
Unidos y algunas naciones europeas y latinoamericanas apoyan a un "presidente
interino" autoproclamado, mientras que Rusia y otro grupo de países de
diversas regiones reconocen la soberanía del Estado venezolano y llaman al
diálogo". Interesante las declaraciones de países como Rusia, mientras que
nosotros solo hemos escuchado a presidentes en contra de Maduro:
"Rusia lamentó que el "juego
sucio" de Estados Unidos llegara al Consejo de Seguridad y acusó a ese
país y sus seguidores de estar detrás de la inestabilidad y los intentos de
golpe en Venezuela.
"Si algo representa una amenaza a
la paz es la descarada y agresiva postura de Estados Unidos y sus aliados
enfocada a deponer al presidente de Venezuela electo legítimamente', afirmó el
embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia".
Y no solamente Rusia:
"Los países que comparten la posición
rusa, advirtieron que el derrocamiento del Gobierno de Venezuela sentaría un
precedente muy peligroso de consecuencias funestas que podrían extenderse a
otras naciones en el futuro. Del mismo modo, recordaron las crisis generadas
recientemente en Medio Oriente y el norte de África tras la destitución de
gobiernos legítimos en otros países.
México y Uruguay, por su lado,
reiteraron su reconocimiento al Gobierno constitucional venezolano y
refrendaron su iniciativa de facilitar un diálogo entre todas las partes
implicadas".
Palabras nunca oídas en nuestros medios
españoles donde las voces de los que no coinciden con nuestros gobiernos parece
que no existen.
Para los que seguimos con detalle aquel golpe de 2002
donde se alcanzaron las mayores cuotas de connivencia entre medios de
comunicación y golpe de Estado, y España y sus medios lideraron esa vergüenza,
lo que estamos viviendo estos días nos parece una repetición de la historia.
Como han señalado muchos analistas, como Rosa María Artal desde un claro distanciamiento de las políticas
de Nicolás Maduro, no se trata de tomar posición respecto al gobierno de
Venezuela sino de defender la democracia y las instituciones. La derecha y sus
medios de comunicación llevan toda su historia aceptando la democracia solo
cuando ganan, y cuando no es así intentan convencernos de la necesidad de
intervenir los procesos que no le son afines en nombre de defensas étnicas,
liberaciones de dictaduras, luchas por los derechos humanos o cualquier otro
tema que toque la sensibilidad de buenas gentes... La realidad nos ha mostrado
que siempre son excusas para sus intereses, sus objetivos se eligen con
precisión, de ahí su doble rasero en sus "preocupaciones" por la
democracia. Vivimos tiempos en que los poderosos pueden permitirse atropellar
todas las legislaciones internacionales y todos los derechos humanos, solo hay
un obstáculo que vencer, la opinión pública. Y ahí es cuando los medios
resultan ser agentes necesarios e imprescindibles y pueden pasar de ser de
baluartes de la información a criminales.
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