El sentido del voto
22. mayo 2015
Más allá de los cebos mediáticos de la corrupción y la transparencia, lo que está en juego en las elecciones municipales y autonómicas del próximo domingo es la disputa entre dos modelos.
Uno de ellos (el actual) sólo sabe construir mentiras electorales, desigualdad social, trabajos precarios, impuestos injustos, desahucios inmobiliarios, deflación, recortes educativos, privatizaciones sanitarias y jóvenes emigrados.
El otro es el constitucional, el que fomenta los derechos sociales y las libertades ciudadanas, el que pretende colocar toda la riqueza del país al servicio del interés general, el que se opone a los caprichos antisociales de las grandes empresas, el ue defiende la progresividad fiscal, la sanidad universal y la calidad de la educación pública.
Los datos reales expuestos durante los últimos años por prestigiosas organizaciones comoOxfam Intermón, Cáritas, Cruz Roja, OIT o la propia OCDE apuntan en una misma dirección: las políticas económicas puestas en marcha por regímenes como el de Rajoy incrementan la desigualdad social, y por ello, perjudican el crecimiento sostenible de la economía.
Es normal que el 1% más rico de la población española apoye en las urnas a aquellos partidos que gobiernan en beneficio suyo.
Pero el 99% restante debe saber que cada voto que se entregue a los neoliberales el próximo domingo (incluyendo ahí a quienes pactaron introducir esta putrefacta ideología en el artículo 135 de la Constitución), es algo así como regalar un cheque en blanco a quienes, de antemano, sabes que te van a estafar.
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