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jun 02, 2014
(Teniente Segura, encarcelado por llamar pan al pan y corrupción a la corrupción en el Régimen español, no venezolano, de Felipe VI, actuando como delegado de la señora Merkel, Mariano Rajoy y ministro del armas, bombas y demás del PP, señor Morenés)
A priori, uno podría imaginar que un libro de un teniente del Ejército español
no va a ser precisamente un best-seller. Sin embargo, el de Luis Gonzalo Segura
del Oro Pulido no es una narración al uso. El teniente ha querido despacharse a
gusto destapando las injusticias y corrupciones que ha encontrado en el
entramado militar y dando luz y visibilidad “para que la sociedad conozca lo
que sucede dentro y pida que se tomen medidas al respecto”. Un paso al
frente ha sido presentado por su autor en la última jornada de la
Feria del Libro de Tenerife, desbordando todas las previsiones de asistencia de
público. No en vano, la publicación va ya por la cuarta edición.
No quiere irse
del Ejército, sólo pide que las cosas cambien y se modernicen. Con Un
paso al frente, el teniente Luis Gonzalo Segura pone de manifiesto las
estructuras anquilosadas y sobredimensionadas en las que se permiten
corruptelas y abusos propios del medievo. Y, lo cierto es que algo debe de
decir en él que ha puesto nerviosa a la cúpula de un Ejército que, asegura, ha
intentado bloquear cualquier intento de difusión masiva de su contenido. “Han
prohibido a mis compañeros hablar de mi y del contenido de mi libro. Es lo
habitual en esa estructura jerárquica y dictatorial: la prohibición sin
razonamiento, pero también han presionado a los Medios para que se me
silencie”. En efecto, en el Ejército las cosas no funcionan exactamente igual
que en la sociedad civil “No tenemos derecho a la libre expresión, nos han
prohibido usar las redes sociales, y no somos pocos los compañeros que creemos
que hay que acabar con esta infamia. Las Fuerzas Armadas son una auténtica
dictadura, y si la Iglesia ha iniciado un proceso aperturista y de cambio con
el nuevo Papa, nosotros también podemos”.
Tras la
publicación del libro, el Ejército ha acusado al teniente de romper la
disciplina militar. “Por lo visto, opinar y sacar a la luz las basuras que se
guardan debajo de la alfombra es romper la disciplina. No lo dudo, pero parece
ser que lo que denuncio en este libro, la corrupción, los abusos y los privilegios,
son situaciones tolerables, puesto que a ninguno de los que constantemente lo
practica se le ha abierto siquiera un expediente disciplinario”. Si nada lo
remedia, en nueve días, Segura del Oro Pulido será encarcelado durante seis
meses en un centro disciplinario.
Y aún así no se
calla. Es más, insiste en difundir sus datos, y estos son contundentes: “Es
evidente que alguien está haciendo negocio el dinero que todos los españoles
aportan para el mantenimiento de sus Fuerzas de defensa. No es normal que en
los últimos cinco años, en plena crisis, el Ejército haya cambiado dos veces
los uniformes, con el ingente gasto que ello supone”. La estructura no sólo
está corrupta, asegura, sino que es gigante sin necesidad de serlo: “La
sociedad no sabe que hay 270 generales, aunque sólo harían falta 20; y que
tenemos 1050 coroneles, de los cuales 1000 sobran porque sólo hay 50
regimientos”. Pero éste, a su juicio, sólo es un grano de arena en la gran
montaña de la corrupción del Ejército: “Nadie se explica muy bien por qué se
gastan cinco millones de euros en gabardinas militares que nadie usa. Pues
bien, normalmente parte de este dinero se desvía a la construcción de chalets o
la compra vinos caros para fiestas privadas del Estado Mayor”.
El caso Tejero
El asunto de
las celebraciones privadas en recintos públicos y con dinero aportado por todos
los ciudadanos no se reduce, según el autor, a la anécdota del almuerzo de
Tejero en instalaciones del Ejercito el 23F. “Es aún peor” recalca, “esto es
una práctica normal y en ese caso nadie se preguntó, independientemente del día
que se conmemoraba, por qué un almuerzo privado se realiza en instalaciones
públicas, si los camareros usados eran del Ejército o Guardias Civiles, si la
comida y la bebida la pagó el Erario con fondos que con toda seguridad tendrían
que estar destinados a otros menesteres, costumbres mucho más habituales de lo
que podría pensar la ciudadanía”.
“El Ejército
tiene una estructura de castas que perpetúa los abusos como tener a un soldado
recogiendo las colillas de una fiesta, o que se fuerce a las mujeres militares
que son madres a abandonar a su hijo para cumplir guardias como represalia a la
petición de una reducción de jornada; mientras que la casta de privilegiados
disfruta de piscinas privadas o viajes por Europa con todos los gastos pagados”
El polémico
teniente asegura que el Ejército español tiene un déficit de 29 mil millones de
euros “deuda contraída por la mala gestión y la corrupción”.
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