martes, 22 de marzo de 2011

SEGÚN Y CÓMO Y QUIEN ME PAGUE Y LO QUE ESPERE LLEVARME AL BOLSILLO

(Las bombas de nueve de los veintiocho paises que forman la OTAN y que caen sobre el pueblo libio, sólo matan a Gadafi y sus gadafines)




Leo en la prensa que los intelectuales españoles están a favor de la nueva guerra contra el pueblo Libio (porque todas las guerras son contra el pueblo que es el que la paga y la sufre, mientras sus dirigentes se meten la manguera del chupe en la boca) que tienen recién liada algunos españoles (no toda España, po favó), junto a otros “algunos” europeos, americanos del norte y árabes (y no la comunidad internacional, po favó).
Y para mi que en esto de los intelectuales hay un error de fondo, porque intelectual es quien utiliza el intelecto, y no hay nadie que lo use tanto y de forma tan vital como los peones de albañil, porque con tan sólo un error, tan sólo con un mal paso dado fuera del andamio: sin peón que nos quedamos, peón aplastado contra el suelo que nos queda. Y esto no es ocurrencia mía, sino de don Miguel de Unamuno que sabía mucho sobre intelectuales.
Otro que andaba algo puesto también en lo tocante a intelectuales era don José Ortega y Gasset, el que venía a decir, que decir lo que todo el mundo dice no tiene gracia, puesto que lo dice todo el mundo, y que por tanto la función del intelectual consistía en adelantarse a su tiempo, es decir, a decir lo que por venir estaba.
Así que no creo yo que los peones de albañil españoles, que son las más intelectuales de todos, estén muy de acuerdo con la guerra que contra el pueblo de Libia han iniciado los cuatro señores capataces del gran capital.
De igual manera creo que los intelectuales a los que se refiere Ortega y Gasset tampoco se me hace que puedan estar de acuerdo con esa guerra, porque lo que viene de ella, más allá del petróleo, o además del petróleo, es la creación de un nuevo foco de inestabilidad social y política que le justifique beneficios a la industria armamentista para darle vidilla al capitalismo, al tiempo que se frena la idea de que el único que puede transformar la sociedad es el pueblo, como han empezado ha demostrar los pueblos de Túnez y Egipto, y eso, como hace pupita al sistema, hay que frenarlo, y aquí es donde aparece Gadafi y sus amigos hasta hace unos días, que ahora bombardean al pueblo libio en nombre del pueblo libio para que sobre todo, el pueblo libio no levante cabeza. Y con esto no puede estar de acuerdo ningún intelectual.
Es más, para estar de acuerdo con la reciente guerra contra el pueblo de Libia hace falta estar más vacío de sesos que un cántaro, ser más simple que un guante, tener más mala leche que Pepe el hijoputa o ser presidente de un banco o multinacional o personal a su servicio, incluidos sus correspondientes gobiernos, lógicamente.


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