(Santa Lucia, que no ha tenido vista para evitar el doble robo en su Convento de Zaragoza. Y es que nadie es perfecto si no me cuento yo)
En Zaragoza y en lo tocante al robo mondo y lirondo hemos adelantado que es una barbaridad. Aquí ya no robamos saltando la tapia del corral para llenarnos el saco de gallinas. Ni siquiera le damos ya un meneo a las normas urbanísticas para comprarnos con los ahorrillos una mansión en la República Dominicana. Esto ya es cosa del pasado, ahora lo que se lleva es el robo piadoso, el trinque de bolsas de basura con millón y medio de euros dentro y en billetitos de 500 euros, que en billetes más pequeños tampoco interesa. Hay que modernizarse y elevar la productividad al máximo, que estamos en crisis.
¿Y dónde mejor que un convento con 17 monjas dentro para llevarse millón y medio de euros? En ningún sitio, en el monasterio cisterciense zaragozano de Santa Lucia, que ahí hay manteca, bueno, había, porque en la noche del 17 del mes pasado robarón unas bolsetas de basura con millón y medio de euros dentro y en billetuelos de 500 euros. Pobres monjas mías, ¡para qué querrían tanto dinero! Y lo que es más curioso, ¿de dónde sacarían estas monjitas de Dios millón y medio de euros en billetes de 500 euros? Este es el cuarto misterio de la Santísima Trinidad: cuantos billetes de 500 euros hay en millón y medio de euros.
Yo me puedo descartar de la autoria del robo a las pías y descalcitas monjas del convento de Santa Lucia de Zaragoza y proclamar mi inocencia a los cuatro vientos. He pasado la prueba de inocencia objetiva a la que la policía me ha sometido:
-¿Esto qué es? Sospechoso uno -me preguntó el policía, que era más feo que la leche y una cara de mala hostia que para qué les quiero contar, con un billete de 500 euros en la mano, agitándolo suavemente al viento.
- ¡Ja, señor policía, que me sé yo de esos papelillos…!
- ¡Qué no has vito en tu puta vida un billete de 500 euros, desgraciao…!
- ¡Ja, mis muelas! Tieso como un palo me quede si antes de ahora vi un papelillo como ese que me enseña, señor policía!
-Anda -me dijo el policía, agarrándome por el sobaco-. Sal de aquí. Sal corriendo, inocente, más que inocente. Y que no te vea yo rondando el convento de Santa Lucía, que te crujo, añadió.
Así pasé mi prueba objetiva de inocencia en relación al robo del convento de las monjitas, y desde entonces tengo yo un come come por dentro que no me deja dormir:
Si ver un billete de 500 euros es mas raro que encontrar un perro de color verde y un millón y medio de euros en billetes de 500 son 15.000 billetes de 500, me pregunto ¿qué 15.000 milagros han tenido que hacer las monjitas descalzas y hermanas mías, casadas con Dios (Dios es mi cuñao), para reunir tal cantidad de dinero?
Yo no lo veo claro, lo siento mucho. Santa Lucía que es la patrona del convento y la patrona de los ciegos que ve lo visto y lo no visto, puede que lo vea claro, pero yo no, ya lo he dicho.
Digo yo, pero esto es un decir por decir: si el tener millón y medio de euros, aunque sea en saquitos de basura tiene todas las pintas de un robo, por qué la policía no hace una fila de quince monjitas que vayan de cabeza a declarar a la comisaría para explicar la procedencia legal del dinero que tenían, y si no lo pueden hacer, al trullo que te crió, hermanitas mías, que el Arzobispo proveerá.
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En Zaragoza y en lo tocante al robo mondo y lirondo hemos adelantado que es una barbaridad. Aquí ya no robamos saltando la tapia del corral para llenarnos el saco de gallinas. Ni siquiera le damos ya un meneo a las normas urbanísticas para comprarnos con los ahorrillos una mansión en la República Dominicana. Esto ya es cosa del pasado, ahora lo que se lleva es el robo piadoso, el trinque de bolsas de basura con millón y medio de euros dentro y en billetitos de 500 euros, que en billetes más pequeños tampoco interesa. Hay que modernizarse y elevar la productividad al máximo, que estamos en crisis.
¿Y dónde mejor que un convento con 17 monjas dentro para llevarse millón y medio de euros? En ningún sitio, en el monasterio cisterciense zaragozano de Santa Lucia, que ahí hay manteca, bueno, había, porque en la noche del 17 del mes pasado robarón unas bolsetas de basura con millón y medio de euros dentro y en billetuelos de 500 euros. Pobres monjas mías, ¡para qué querrían tanto dinero! Y lo que es más curioso, ¿de dónde sacarían estas monjitas de Dios millón y medio de euros en billetes de 500 euros? Este es el cuarto misterio de la Santísima Trinidad: cuantos billetes de 500 euros hay en millón y medio de euros.
Yo me puedo descartar de la autoria del robo a las pías y descalcitas monjas del convento de Santa Lucia de Zaragoza y proclamar mi inocencia a los cuatro vientos. He pasado la prueba de inocencia objetiva a la que la policía me ha sometido:
-¿Esto qué es? Sospechoso uno -me preguntó el policía, que era más feo que la leche y una cara de mala hostia que para qué les quiero contar, con un billete de 500 euros en la mano, agitándolo suavemente al viento.
- ¡Ja, señor policía, que me sé yo de esos papelillos…!
- ¡Qué no has vito en tu puta vida un billete de 500 euros, desgraciao…!
- ¡Ja, mis muelas! Tieso como un palo me quede si antes de ahora vi un papelillo como ese que me enseña, señor policía!
-Anda -me dijo el policía, agarrándome por el sobaco-. Sal de aquí. Sal corriendo, inocente, más que inocente. Y que no te vea yo rondando el convento de Santa Lucía, que te crujo, añadió.
Así pasé mi prueba objetiva de inocencia en relación al robo del convento de las monjitas, y desde entonces tengo yo un come come por dentro que no me deja dormir:
Si ver un billete de 500 euros es mas raro que encontrar un perro de color verde y un millón y medio de euros en billetes de 500 son 15.000 billetes de 500, me pregunto ¿qué 15.000 milagros han tenido que hacer las monjitas descalzas y hermanas mías, casadas con Dios (Dios es mi cuñao), para reunir tal cantidad de dinero?
Yo no lo veo claro, lo siento mucho. Santa Lucía que es la patrona del convento y la patrona de los ciegos que ve lo visto y lo no visto, puede que lo vea claro, pero yo no, ya lo he dicho.
Digo yo, pero esto es un decir por decir: si el tener millón y medio de euros, aunque sea en saquitos de basura tiene todas las pintas de un robo, por qué la policía no hace una fila de quince monjitas que vayan de cabeza a declarar a la comisaría para explicar la procedencia legal del dinero que tenían, y si no lo pueden hacer, al trullo que te crió, hermanitas mías, que el Arzobispo proveerá.
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