No es sensacionalismo periodístico ni ficción bananera. Es una vergüenza para todo aquel que la tenga (quedan excluidos de tener vergüenza en este caso concreto, los políticos de la Junta de Andalucía) y real.
Veinticinco trabajadores de la empresa Boliden de Aznalcollar, Sevilla, llevan encerrados y en huelga de hambre en la Catedral de Sevilla desde el pasado 25 de Junio.
Me van a perdonar el que sea reiterativo, porque es que a veces no me expreso bien, a veces me viene como un ataque de mala leche transversal, que hace que se encabrone la bolita del bolígrafo y no deja salir lo que yo diría si me expresara bien, por esta razón voy a repetir.
Los que se han encerrado en huelga de hambre en la Catedral de Sevilla son veinticinco trabajadores de Boliden, no la Junta de Andalucía, para exigir que la Junta de Andalucía cumpla el compromiso que en su día adquirió con ellos con respecto de sus puestos de trabajo y sueldos, cuyo acuerdo está escrito y firmado, porque los compromisos que adquiere la Administración con sus administrados se hacen para no cumplirlos, compréndanlo, por favor.
No me atosiguen a la Administración, porque son nuestros servidores y nuestros representantes, dicen ellos (esto de que los servidores de la Administración son nuestros representantes, no me negarán que es un buen chiste) los que han de vivir por encima de sus posibilidades, sin trabajar, por supuesto, y cobrando bien, por supuesto, con nuestros dineros, por supuesto, por supuesto, mientras que nosotros los trabajadores que al fin y al cabo no hacemos más que trabajar y crear con nuestro trabajo cuanta riqueza existe, como estos 25 trabajadores de Boliden, para conseguir lo que es suyo se tienen que encerrar y ponerse en huelga de hambre.
La cosa está más clara que la sopa de un asilo, me parece a mí. Hay que exigir, que ya está bien de tomaduras de pelo, que a estos 25 trabajadores en huelga de hambre se les de lo suyo de forma inmediata, y que los irresponsables de la Junta de Andalucía, del primero al último, que hayan tenido que ver algo, poco o mucho, con el incumplimiento de lo pactado con los trabajadores encerrados se vayan a la puta calle, para exigirles después ante los tribunales que respondan del daño causado, porque no sé si sabían ustedes que comer en imprescindible, y que los trabajadores de Boliden para exigir sus derechos están recurriendo a lo más serio y grave que se puede recurrir, a dejar de comer, o sea, a la huelga de hambre, por culpa de esos políticos irresponsables que son como mulos obcecados con sus respectivos sillones.
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario