Y ahora, los puertos.
(Puerto de Marsella)
Diariooctubre / enero 15, 2020
Francia, otra
vez. La vanguardia de la lucha de clases. Ni India, con sus 250 millones de
huelguistas la semana pasada, llega al nivel de Francia. Aquí es donde se está
jugando nuestro futuro. Si los trabajadores resisten, y ganan, nada será igual;
si pierden, será la muerte definitiva de los derechos sociales y laborales
conseguidos hace más de 70 años. Ya casi se han perdido en todo el mundo, menos
en Francia. Por eso se lucha y son ya 39 días ininterrumpidos de
movilizaciones, con mucha, pero que mucha gente de huelga.
Una huelga que
ahora llega a los puertos. Si hace una semana fueron las
refinerías, desde hoy y hasta el jueves los puertos están en
huelga. Como siempre, hay una vanguardia y ha sido el puerto de
Saint-Nazarie el que ha visto cómo los huelguistas decidieron adelantarse a la
convocatoria sindical el viernes y el puerto lleva bloqueado desde entonces.
Como resultado de ello, ya ha habido dos petroleros que se han visto obligados
a mantenerse en alta mar puesto que no han podido atracar en el puerto.
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bloqué par la grève contre la réforme des retraites."
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No ha sido el
único, en Le Havre no salió ningún barco aunque no se bloqueó el acceso al
puerto industrial. En Nantes la paralización ha sido total. En Marsella los
huelguistas han bloqueado el puerto totalmente, así como los accesos por carretera
para impedir la llegada de camiones al área de carga.
La huelga es
masiva en Calais, Cherburgo, Saint-Malo, Lorient, Bastia, Ajaccio…
La Federación
Nacional de Puertos y Muelles de la CGT ha denominado a estos tres días de
huelga como «puertos muertos». Y este primer día lo ha logrado. Y eso ha hecho
salir de sus cuevas a los empresarios del transporte, que han pedido al
gobierno el desbloqueo de los puertos porque «no pueden soportar el impacto
económico de la huelga» dado que hay «cientos de camiones y conductores
inmovilizados en los puertos debido a la falta de bienes». Y lo consideran,
además, «un sabotaje de la economía portuaria en general y del transporte por
carretera en particular». Y también a los armadores, que consideran «dramático»
lo que está pasando porque desde que han comenzado las movilizaciones, en estos
39 días, han tenido un 40% menos de escalas en los puertos porque los barcos se
están yendo hacia Amberes (Bélgica).
El gobierno
francés está comenzando a estar contra las cuerdas, por eso retira la
pretensión de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años (una medida que
«congela» hasta 2027) con la pretensión de que los sindicatos amarillos, como estaba
anunciado, inicien negociaciones y se avengan a pactar cualquier cosa.
Bruselas cada
vez está más impaciente, el gobierno francés también, y los empresarios no
digamos. Los medios de propaganda de la burguesía se han puesto de acuerdo en
entrevistar a empresarios este fin de semana y el discurso es unánime: «esto
tiene que terminar». Y se anima a los sindicatos amarillos a pactar.
Es evidente la
creciente impaciencia de todos estos ante la movilización social. Es evidente
que la fuerza de gravedad no está en las burocracias sindicales, ni siquiera en
la CGT, sino en las asambleas de trabajadores. Es evidente que hay voluntad de
continuar hacia adelante.
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