El silencio
de Manuel Castells
Diario octubre / 15.10.2020
Este
año el alumnado, los docentes y demás personal ha regresado a las aulas llenos
de incertidumbre e inseguridad ante lo que va suceder. Esta crisis sanitaria ha
provocado una gran lista de nuevos retos que han tenido que superar los centros
educativos y una educación pública que ya venía debilitada, recortada y
privatizada desde hace muchos años. Esta situación de total precariedad se
visualiza perfectamente con el último anuncio del Ministerio de Educación,
anunciando que elimina la necesidad del máster de educación como requisito para
incorporarse a la enseñanza.
Las
direcciones de los centros y el estudiantado han tenido que superar todos estos
nuevos retos prácticamente solos. Pues desde el Ministerio de Educación y,
especialmente el ministro de universidades Manuel Castells, han copiado la
estrategia a nuestro anterior presidente Mariano Rajoy que, cuando veía que las
cosas se ponían feas, desaparecía y no hacía absolutamente nada. Y esto es
exactamente lo que han ido haciendo desde el inicio de la pandemia. Las
universidades han tenido que improvisar de mala manera y de una forma
totalmente caótica, cada una por su lado. Los institutos no han recibido el
personal necesario, ni se han abierto aulas nuevas, teniendo en muchos centros
clases igual de llenas que en los años anteriores.
Tampoco
se ha ayudado a ese alumnado que ahora ha perdido su trabajo o ha visto
disminuir los ingresos en su familia. Las tasas en las universidades no se han
tocado, ni siquiera se ha realizado un aplazamiento para quienes lo necesiten,
a pesar de que en muchos grados se ha reducido la calidad de las clases, ya que
las clases telemáticas no son igual que las presenciales, o se han cerrado
salas de estudio y bibliotecas. Por no hablar de aquellas enseñanzas en las que
las prácticas son un elemento formativo esencial, y engrosan el coste de las
matrículas de manera importante, a pesar de que no se vayan a impartir.
Volvemos a ver exactamente lo mismo de siempre. Por mucho que este gobierno
presuma de progresista, vuelven a ser lo mismo, solo ha cambiado que ahora hay
más alumnos con menos recursos que a duras penas podrán ir a la universidad o,
directamente, no podrán.
Tan
progresista que es este gobierno, ni han tocado el sector privado que en
algunos institutos tienen aulas vacías por falta de alumnos. Sí hay suficientes
espacios para reducir los ratios, pero la socialdemocracia no es capaz de
enfrentarse al sector privado. Tampoco se han aumentado las becas para ayudar a
quienes han perdido ingresos, en vez de eso han vuelto a los debates eternos
sobre quién tiene la culpa, pero sin actuar, dejando a su suerte a todo el
mundo.
Es
necesario de una vez por todas garantizar una educación pública y de calidad
para todos. Sin unas tasas que sean un muro que impida entrar, a muchos hijos e
hijas de la clase obrera con capacidad, para sacarse unos buenos estudios, pero
no de gastarse todo lo necesario como para estudiar fuera. Este gobierno era
anunciado como la llegada del progresismo, pero el tiempo ha demostrado que no
es capaz ni quiere cambiar realmente las raíces que producen los problemas
sociales, ya que no ha actuado aunque tenía la capacidad de hacerlo. La
socialdemocracia vuelve a demostrar su incapacidad para solucionar los
problemas que sufre la clase obrera.
Alvaro
Ripoll
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