domingo, 11 de septiembre de 2011

APUNTES LITERARIOS



UNA NOVELA PARA NOVELAR


1. No. La revolución no la hicimos. (Tampoco la hizo Pancho Villa con su reparto de tierras para todos; ni Espartaco con su liberación de esclavos en Roma, a pesar de ser una magistral película. La revolución Francesa se acercó en algo a lo que podría haber sido una revolución, pero a la postre: agua de borrajas, nada. /// Aquello de la independencia de poderes: legislativo, judicial y ejecutivo, además de la igualdad de los ciudadanos ante la ley, poquito, poquito. Como retórica y ficción política allá que te va. En la práctica, poquito, poquito.
2. - ¿Por qué...? (¿Y por qué no hicimos la revolución?)
3. - ¡Joder. No me vengáis tocando los cojones antes de empezar! No hicimos la revolución y punto. La revolución no se hace. (La revolución no es cosa que pueda ser hecha por un guaperas ni de golpe y porrazo) /// Palabras. Todo palabras, pero además, las mismas palabras de siempre dichas o mandadas decir por los de siempre, por los ilustrados que leyeron sin hacer nada, sin aportar nada a la sociedad, mientras la sociedad le procuraba los alimentos, los vestidos y, el tiempo libre para ilustrarse. Estos ilustrados comían bien; vestían tan bien como comían y, por lo general, no carecían de buenos modales. Para dar el pego, para hacer creer lo que no era, para hacerse modelos a seguir, reunían todas las características precisas. Pasos dados por los caminos de siempre pero con nombres cambiados. /// Las nuevas palabras necesarias para el inicio de la auténtica revolución nunca fueron dichas. Como las palabras nuevas son nuevas nadie las conoce, son desconocidas, y por eso hay que inventarlas, pero los inventos no están al alcance de cualquiera. Solo Dios puede inventar, sacar cosas de la nada, tanto al hombre como a la mujer, o un calcetín. Para Dios no hay nada imposible y por eso inventa. En esto de la inventiva de Dios solamente hay un ligero inconveniente, cosa de poca monta: que Dios no existe./// Dios es un intento de quimera imaginada por un paticojo mental, desde un punto de vista racional, que no obstante, supo industrializar para salvaguardar y mantener sus privilegios. A través de Dios el hombre interesado en que nada cambie llega a explicar lo inexplicable mediante un pegote intelectual, es decir, que no explica nada.
4. Se estaba acostumbrado al Régimen franquista, a la paz de Franco, a la España envidia del mundo entero y reserva espiritual de occidente, y por eso la querían joder los comunistas que eran unos cabrones, unos ateos y unos materialistas, que además de cabrones eran unos resentidos asquerosos, unos destructores natos de la familia y de la moral cristiana y unos revolvedores y unos rompedores de patrias y unos hijosdeputa que habían quemado iglesias en la guerra civil del 36 que financió, entre otros capitostes, la banca March.
5. La revolución era cosa de palabras. Palabras que tensaran las cuerdas del alma. Palabras que aguzaran sentidos. Palabras que despertaran deseos de pertenecer a la vida y deshacerse luego en ella y en primera persona. Palabras que rasgaran los velos que cubren la verdad hecha a medida del ser humano. Palabras que derrumbaran los artificiosos muros que impiden la visión de una sociedad verdaderamente civilizada. Palabras nuevas. Macizas.
6. Franco con mano ferruginosa más que férrea, se lió el hombre a atar las cosas atadas y bien atadas, que para eso era Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire por la gracia de Hitler y la Legión Cóndor que le mandó que tenía unos aviones de muy padre y señor mío, y de los americanos de La General Motors que le mandaron unos motores y unas gasolinas que quitaban el hipo, y era Franco también Caudillo de España porque dijo la Santa Sede que Dios le había dado gracia. Por esto y porque mandó fusilar a mucha gente Franco logró que los rojos de Rusia, que eran muy rojos, no le desmembraran la Unidad de la Patria en los tres años que duró la masacre de la guerra civil española. Y, a más a más, noy, Franco redondeó su victoria final contra el comunismo internacional, televisado y todo, porque la selección española de fútbol le ganó a la soviética por un gol a cero que le encasquetó el delantero centro del Real Zaragoza, Marcelino. ¡Madre mía que golazo, noy! Aquello era fútbol.
7. Se estaba acostumbrado al Régimen de Franco, no se había visto otra cosa. Era normal. El ser humano por aquello de que es sobre todo un animal no sabe hacer y no hace sino aquello que sabe hacer. Lo que siempre ha visto; lo que siempre ha hecho. Y el "siempre" para el ser humano no es más que una pijotada , más o menos, si se le compara con la historia de la que procede, aunque no tenga ni puñetera idea de ella.
8. El "siempre" para el ser humano es su propia experiencia, o sea, una pijotada. Pijotada que nada tiene de divina, puesto que son los mismos curas los que dicen que Dios en los asuntos terrenales ni fu ni fa, o sea, que pasa, que no le mola nada de nada. Ya ni el Rey lo es por la Gracia de Dios. Aquello de que los reyes sean unos graciosos pasó a la historia. Se conoce que los reyes ya no tienen gracia como antes. Tienen. sí, para no perder las esencias que siempre tuvieron, presupuesto a cargo del costillar de los que componen el Estado, que esto si que es gracioso.
9. Los últimos cuarenta años que habían pasado del régimen franquista constituían la mitad de la vida de una generación y esta no podía conocer más realidad que la conocida, y esta era la realidad del Régimen franquista..., ¿puede ser hecha una revolución por quienes no conocen la revolución...? Pero, vamos a ver si nos explicamos y nos entendemos: ¿no hemos dicho y hemos quedado en que la revolución no se hace? ¡Entonces, cómo cojones se va a hacer la revolución! ¿Alguien hoy conoce el mañana?... ¡Hala, venga, dejemos estar esto que el tiempo es oro! Que no estamos ahora para tontadas.
10. Ahora estamos en guerra. Es la misma guerra que tenemos en Francia; la misma que tenemos en Alemania; la misma que tenemos en Holanda; la misma que tenemos en Italia..., esta es una guerra internacional, una guerra total. Una guerra moderna, llena de palabras vacías y contra palabras también vacías. Un cobertor huero, vacío, que todo lo cubre. Todo son cáscaras de palabras sin contenido alguno.
11. El lenguaje se ha hecho vehículo de incomunicación. No es menester comunicar nada que pudiera tener trascendencia. El sistema es frágil, se resquebrajaría si contra él fueran lanzadas palabras macizas, palabras de verdad, con peso. Y derrumbado los palos del sombrajo del sistema quedaríamos nosotros huérfanos, sin punto de referencia, sin norte al que dirigirnos. Todo palabras e ilusiones sin fundamento.
12. Los militares se han vuelto, todos, actores de acciones humanitarias. Los muertos son los de siempre. Los muertos, como siempre, una vez reventados sus cuerpos por la metralla y aventados sus tripas y sesos a los cuatro vientos no protestan; no dicen nada. Es todo cuestión de la alta tecnología. Y los políticos las marionetas puestas en manos de sus titiriteros amos para que a su vez nos manden a nosotros.
13. Van ya para los cuarenta años. Me llamó la atención aquel hombre joven. La idea que yo tenía de los curas era la de la ociosidad rechoncha, la gordura fofa y la piel blanca, envueltos en sus sotanas negras, más o menos brillantes por las botonaduras y filo del cuello, en función de las grasas de los sudores. Pero aquel hombre joven con su Lambretta, en la puerta de la iglesia del Barrio de La Paz, a mi no me dio aire de cura. En realidad Luis Miguel no era cura, le faltaba que el Arzobispo le oficiara el rito de la ordenación. Pero se veía que el Arzobispo que entró en mula blanca en Zaragoza antes de tomar posesión de su mandato, no las tenía todas consigo. Para el Arzobispo, Luis Miguel tenía algo de comunista, y por eso el Arzobispo le daba largas al rito de la ordenación de Luis Miguel.
14. - Si hay miles de millones de personas que no creen en Dios y sí en el marxismo..., es que la cosa es seria. La cosa es para ser pensada... -le oí una vez, va ya para cuarenta años, a Luis Miguel. Y, claro hablando así era lógico que el Arzobispo se pensara más de una vez ordenar sacerdote a Luis Miguel. Así que Luis miguel no se hizo cura, pero tampoco se hizo nunca comunista del Partido Comunista. Lo que son las cosas.
15. Tampoco eran comunistas Paco; Santiago; Luis y Mariano, ni de partido ni de leches.
16. Todos nos reunimos varias veces en la plaza que hay frente al Campus de la Universidad. Ellos querían saber de mi qué cosa podría hacer yo con el Cooperativismo para hacer un mundo feliz. Pocas cosas me sacaron, porque poca cosa sabía. Yo les notaba algo especial a todos ellos, pero no podía definirlo (como de militares de alta gradación metidos a la enseñanza de lo marcial y curas que antes habían sido otra cosa, como por ejemplo, Capitán de la Guardia Civil en Barbastro que fue llamado por Dios para eso de encarrilar al rebaño). Simplemente era intuición. Irradiaban seguridad en ellos mismo. Ellos sí sabían lo que querían (....). Estaban convencidos. Yo no. Yo estaba en un permanente cuasi inconsciente estado de vigilia descubridora. Lo más claro que tenía era que Franco había llegado al poder después de una sarta de crímenes cometidos en la guerra civil del 36.
17. Ni Paco, ni Luis, ni Santiago ni Mariano hablaron jamás de revolución alguna y mucho menos de marxismo. Cuando me enteré que los dos primeros eran militares y los dos segundos curas, la ropa no me llegaba al cuerpo, y más que la precaución, el miedo, me hacia rodear aquella plaza del Campus cuanto podía, y conste a los efectos oportunos, que podía mucho.
18. Luis Miguel me dijo que había que leer para enterarse de las cosas, y que ellos distribuían unos libros que eran muy pequeños, muy baratos, y que además estaban muy bien, que eran muy claros.
19. Al poco de aquella información se acercó hasta mi casa un vendedor de libros. La editorial, me dijo el vendedor, un hombre de piel tostada y curtida, era de los propios trabajadores, que con los beneficios lo que se hacia era editar nuevos títulos, y así me mostró el primer libro que yo vi de aquella editorial: Zix. ¿De quien es la empresa?, de Rovirosa, un cristiano comprometido, un obrero de Acción Católica...., ¡que coño me sabía yo de quien era la empresa! Pero de esto va ya para cuarenta años.
20. Aquello debía ser noticia. Y noticia de las gordas, puesto que de otra manera no habría aparecido en los titulares de los periódicos: dos hijos de Sadan Husein habían muerto bajo la balacera de los americanos en Irak.
21. Siempre, siempre, los mal pensados. Los chinchorreros; los quisquillas; los que por principio tienen no creer nada de nada que proceda de versión oficial, ya sea esta política, monárquica, católica apostólica y románica o de furrumalla. Los que habrán de ser achicharrados vivos y por siempre y amén, con unas calorifuguizaciones a fuego lento de aquí te espero en las calderas modernizadas que tiene ahora Pedro Botero, por incrédulos y por llevar la contraria a los jefes del Partido Popular, echan a decir y a escribir los desgraciados, ¡si serán desgraciados estos cabrones!, que al Amo Busch para sus intereses particulares, para dárselas con queso a los americanitos de a pie, le iba mejor pulverizar a fuerza de misiles, cañonazos, bombazos y escupitajos varios a los dos hijos de Sadan Husein, en vez de capturarlos vivos y llevarlos ante un tribunal para que los juzgara por perros y por moros, de paso que se les sacaba información acerca de su puto padre y esto y lo otro... Pero, estos mal pensados, ¿son tontos o qué? ¿Son tontos estos mal pensados, o han comido mierda gato? ¡No te jode! (ver como USA ayudó a Husein contra Jomeini en los años 80)
22. Mal que bien, por lo menos los hijos de Sadan, por muy crueles, cínicos, hipócritas, desvariados mentales y cabrones de cuernos de cabra parda montañera y apalancada que fueran, virtudes todas ellas abundantísimos entre los megatostes actuales del poder real que nos llevan al precipicio, habían sido matados defendiendo su propio negocio. En cambio, sus matarifes no mataban para sí, ni para negocio propio alguno, salvo la soldada de fin de mes, sino para negocio de unos terceros a miles de kilómetros de allí, emboscados entre buenos garrafones de whiskis y saltando de buena a mejor cama.
23. Un hijo de puta por lo general, empieza por tener un padre rico y poderoso. Pero rico de verdad y con poder real para condicionar de forma efectiva la vida de los demás. Y la mayor diferencia que puede ser hallada entre un hijoputa rico y otro hijoputa rico, cuando más, es el color de la piel o el lenguaje materno. En todo lo demás son idénticos.
24. La riqueza no puede proceder del trabajo honrado. Cuando sea, que ya llegará la sociedad a su momento civilizado, el Código Penal recogerá que cualquier rico deberá empezar por devolver lo robado, y purgar mediante trabajo carcelario, según manda el Estatuto de los Trabajadores, monto igual y equivalente a lo robado para ser devuelto a la sociedad, y en caso de no poder devolver mediante el trabajo legalmente establecido la cantidad robada, continuarán su digna labor de devolver lo robado, mediante trabajo carcelario, sus descendientes. Y así hasta la restitución total.
25. Conseguida esta, el nombre del ladrón, y en su caso, también los de sus descendientes, figurarán en una de las principales calles de la ciudad que tomará su nombre, a partir de cuyo momento, el ladrón, y en su caso, el de sus descendientes, pasarán a ser ciudadanos normales de pleno derecho y con derecho a voto.
26. En Bruselas se reunía en congregación democrática la derecha política europea. El Régimen de Franco había caído, pero aquello de la democracia era algo serio que no podía dejarse en manos de los desgarramantas de los trabajadores. Estos no sabían más que trabajar, habían nacido para ello. Dios así lo había querido, y según don Manuel, el León de su pueblo, de Galicia (más de momento no puedo decir, simplemente porque no quiero decir más ahora) no se merecían más que pan y mierda, por lo que él proponía que si los trabajadores gritaban debía quitárseles el pan.
27. Los asuntos de Estado eran cosa grave. Se tenían que atar y atar bien, ya lo decía Franco, y para tratar de aquellas ataduras se reunía la derecha europea en Bruselas.
28. Don Abel el Fenicio las prefería rubias. Hizo un alto en el informe que ya tenía preparado para uno de los plenarios de la congregación de la derecha europea que se celebraba en Bruselas, y mando por necesidades de bragueta que le fueran llevadas a su despacho oficial dos putas rubias, porque se le había puesta dura y necesitaba ser desfogado antes del plenario de unos sofocos que le entraron por las entrepiernas, a fin de que durante el plenario de la congregación de derechas no tuviera la tentación de llevarse las manos a salvo sea la parte, porque semejante acto, quieras que no, no estaría bien visto.
29. Tenía don Abel el Fenecio el mismo gusto en lo tocante a pubis que Qusai Husein, el hijo de Sadan recién muerto por las tropas americanas en Irak. Con una diferencia, eso es importante señalarlo, para don Abel el fenicio bastaba que la rubia estuviera bien buena, que no tosiera ni nada de eso, mientras que el terrorista Qusai, el muy cabrón, hacia que le llevaran las rubias desde Escandinavia. Se ve que en Escandinavia las putas rubias son más rubias, y por extensión, más putas. El precio no representaba problema alguno. Tampoco el precio importaba para don Abel el Fenicio, al fin y a al cabo el precio del puterio lo pagaba el partido. Los gastos de representación son una especie de cajón de sastre, se puede meter de todo, es una cuenta contable muy elástica y puta.
30. Siendo alcalde de Madrid Álvarez del Manzano, del Partido Popular, el partido que tiene como símbolo una gaviota, se le fue amorosamente la mano al cajón del dinero de los madrileños y se llevó a su esposa de viaje. Luego sí, luego, una vez que lo dijo el juez, Álvarez del Manzano devolvió hasta el último euro bien gastado, pero ilícitamente gastado, delincuentemente gastado, pero no fue a la cárcel ni nada. Álvarez del Manzano se conoce que era embutido de marca de primera calidad y no hizo falta que purgara nada en el trullo. Así lo dijo el juez. Y así lo hizo Álvarez del manzano. Álvarez del manzano era hombre que respetaba escrupulosamente la ley. ¡faltaría más!




*++


No hay comentarios: