viernes, 3 de mayo de 2019

LECCION DE CINISMO DE LOS JEFES DE CCOO Y UGT: PIDEN UN GOBIERNO DE IZQUIERDAS, QUE ES LO QUE NO QUIEREN, Y JUSTIFICAN ANTICIPADAMENTE LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO PSOE-CIUDADANOS (QUE ES LO QUE QUIEREN), AL PEDIR LA CONFIANZA DE LOS TRABAJADORES PARA EL PRESIDENTE DEL EMBUSTERO PEDRO SÁNCHEZ, QUE OTRA COSA NO, PERO EMBUSTERO A DABUTE



Primero de Mayo: las cúpulas de CCOO y UGT piden al PSOE que forme un “gobierno de izquierda”

Por Diego Lotito
Kaosenlared
Izquierda Diario
02.05.2019

Las burocracias de CCOO y UGT nos quieren hacer pasar gato por liebre: promueven que el PSOE, campeón en aplicar reformas laborales, pensionazos y recortes, forme un “gobierno de izquierda”.



Los líderes de los sindicatos mayoritarios lanzan un mensaje a la CEOE para que “no presionen a Sánchez” y llaman a la clase trabajadora a confiar en un Gobierno liderado por los social liberales del PSOE.

Los sindicatos CCOO y UGT han convocado manifestaciones este primero de mayo en todo el Estado bajo el lema La lucha continúa. Más derechos, más igualdad, más cohesión. Primero las personas.

El eje de las reivindicaciones ha sido el llamado a una “unión de las izquierdas” para conformar Gobierno y que, por esta vía, se recuperen los derechos de los trabajadores, se luche contra la precariedad y las desigualdades instaladas en la sociedad española en los últimos años.

“Las personas de nuestro país que están en el desempleo o que tienen salarios en el salario mínimo interprofesional (SMI), o por debajo, no pueden esperar más tiempo”, han sostenido los secretarios generales de ambos sindicatos, Unai Sordo y Pepe Álvarez, en la manifestación de Madrid. Estaban acompañados nada menos que por el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos; el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el de Izquierda Unida, Alberto Garzón, entre otros políticos.

En Barcelona, el secretario general de CCOO en la comunidad, Javier Pacheco, ha exigido incluso que el nuevo Gobierno debería derogar la reforma laboral.

Los líderes de ambas centrales sindicales, han aprovechado también para exigir a la CEOE que deje de condicionar la configuración del Gobierno y han pedido a la gente que salga a la calle para “hacerse valer” y evitar que las grandes empresas sean las que condicionen las políticas de este país, al mismo tiempo que reivindicaban el “diálogo social”.

Pepe Álvarez, de UGT, ha dicho incluso, en un arrebato de izquierdismo, que la clase obrera española debe ser consciente de que “votando un día no se consigue todo, sino que hay que trabajarlo todo el año”.

Después de las elecciones, la presión del establishment para que Sánchez gobierne en solitario o en una alianza con Ciudadanos, ha adquirido niveles obscenos en los últimos días. Exigen un “gobierno estable”, es decir, que garantice sin contratiempos las reglas de juego y, sobre todo, sus beneficios.

Pero las burocracias de CCOO y UGT, que este primero de mayo han aparecido con un discurso casi combativo -comparado con el que nos tienen acostumbrados-, nos quieren hacer pasar gato por liebre: promueven que el PSOE, campeón en aplicar reformas laborales, pensionazos y recortes, forme un “gobierno de izquierda”.

Las cúpulas sindicales se suman así al nuevo relato que presenta al PSOE neoliberal como “la izquierda” verdaderamente existente. Un relato que ha contado con la inestimable colaboración de Unidos Podemos, que al calor de su integración al Régimen ayudó a enterrar definitivamente el que había sido uno de los lemas más avanzados y progresivos del 15M, el famoso “PSOE y PP, la misma mierda es”.

Pero, como decíamos en la declaración de la CRT para este primero de mayo, “con el gobierno del PSOE continuarán gobernando los grandes empresarios y el IBEX35, continuarán las reformas laborales, la precariedad, la especulación inmobiliaria y los altos precios de los alquileres, continuará la política de negar el derecho de autodeterminación de los pueblos, los CIEs y las concertinas contra nuestros hermanos y hermanas inmigrantes. Por ello, la política de Podemos de apoyar el ‘mal menor’ del PSOE es contraria a los intereses de la mayoría obrera y popular. Una política que no sólo traerá nuevas y mayores frustraciones, sino que desarma a la clase trabajadora frente al crecimiento de la extrema derecha”.


No hay soluciones “por arriba”

El cinismo de las burocracias sindicales de CCOO y UGT no deja de sorprender. Los mismos que dejaron pasar sin pena ni gloria todas y cada una de las reformas laborales que hicieron el PP y el PSOE; los que permitieron que se instalara la brutal dualidad del mercado laboral y niveles nunca vistos de precariedad; los que han dejado a su buena suerte a la juventud trabajadora, hiper explotada en trabajos “basura” o directamente currando gratis con el fraude de las pasantías; los que desaparecieron cuando desde las calles se pedía la caída de Rajoy tras el escándalo de los papeles de Bárcenas; los que a poco de haber asumido Sánchez tras la moción de censura ya estaban capitulando en su tibia exigencia de derogación de la reforma laboral; los que han permitido que la extrema derecha avance con su discurso españolista rancio contra las libertades democráticas elementales; ellos, la burocracia sindical adicta al Régimen, llaman nuevamente a confiar en que las soluciones a las principales demandas de la clase trabajadora vendrán “por arriba” y a confiar en un gobierno “de izquierda” liderado por los social liberales del PSOE.

Así como la clase trabajadora no puede esperar nada bueno -y en efecto nada bueno ha surgido- de las negociaciones en secreto y pactadas por arriba entre las cúpulas sindicales de CCOO y UGT y la patronal de la CEOE, tampoco debe esperarlo de un, hoy improbable, Gobierno de Sánchez con Unidas Podemos.

La única garantía de que se aplique un “programa de izquierdas”, como piden CCOO y UGT al PSOE, es imponiéndolo con la lucha de clases. Y para ello es necesario superar a las direcciones sindicales que han pasivizado la lucha obrera durante las últimas décadas. Pero también hace falta superar la ilusión reformista de que es posible democratizar el Estado capitalista y retornar al “Estado de bienestar” de la mano de una alianza estratégica con uno de los principales partidos de Estado del capitalismo español, como sostiene Unidas Podemos.


Frente a las expectativas que generará en la clase trabajadora el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, es esperable que la lucha de clases vuelva a ocupar el centro de la escena. De allí que las burocracias conservadoras de CCOO y UGT salgan a la palestra pidiendo soluciones “por arriba”, mientras se preparan para contener las luchas.

Al fin y al cabo, nadie es más consciente que la burocracia sindical de que si la multiplicidad de conflictos parciales que libra permanentemente la clase trabajadora tienden a rebasar sus objetivos inmediatos y buscan coordinarse, traspasando los límites geográficos, desatando la energía y combatividad de nuestra clase, podría generar las condiciones para que aquello que sólo existe en germen en cada conflicto de clase pueda desarrollarse: el desafío y la impugnación del poder capitalista.


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