Elecciones al Parlamento europeo
Notas sobre el resultado en Grecia
Stathis Kouvelakis
Vientosur
27.05.2019
Hay que ser
claros: es un desastre aún peor de lo que preveían los más pesimistas.
El cuadro
general: Syriza sufre un gran castigo y Tsipras anuncia elecciones
anticipadas para finales de junio en aras de limitar al máximo los efectos
negativos [de estas elecciones]. La comunicación, utilizada hasta el cansancio
por el gobierno y sus medias, y las medidas sociales que aparecían como regalitos
pre electorales no han logrado modificar mucho la situación: el electorado ha
sancionado a un equipo que durante cuatro años ha aplicado sin fisura un tercer
memorándum austeritario.
En este
sentido, las declaraciones realizadas esta mañana por Nikos Filis, hombre
fuerte de la actual dirección de Syriza y exministro de educación, son
totalmente significativas: "la primera razón [de la derrota] es la
aplicación de los Memorándum. Tal vez menos doloroso que el anterior y que Syriza
trató de encontrar pistas para favorecer a nuestros ciudadanos más débiles,
pero a fin de cuentas los Memorándum se aplicaron en una línea neoliberal. El
doloroso compromiso trajo consigo otros compromisos. Ningún partido ha escapado
a la suerte a la que le condena [la aplicación de] el Memorándum. Nueva
Democracia cayo y ha logrado reconstruirse y el Pasok se ha hundido".
1. Las elecciones de junio serán un paseo para la derecha, con posibilidades
de llegar a obtener la mayoría absoluta. La diferencia entre Syriza y Nueva
Democracia es más importante que lo previsto (cerca del 10%, un récord para lo
que es habitual en las elecciones de estos últimos diez años) y se agudiza por
el revés de Syriza en las municipales y regionales. La desaprobación de Tsipras
y su gobierno es neta.
Por otra parte,
un análisis más detallado muestra que el electorado de Syriza en 2019 tiene
poca relación con el de 2015 [año que ganó las elecciones. ndt]. Es verdad, que
sin adversarios creíbles a la izquierda (en el sentido amplio) del espectro
político, no se hunde y esa es la diferencia con el Pasok de 2010. Continúa
obteniendo resultados significativos, tanto a nivel nacional como en
determinados barrios populares, en los que le sigue muy de cerca (y a veces le
supera) la derecha. Pero el perfil cualitativo de esta base electoral no
es la misma que antes. Al respecto, resulta ilustrativo echar un vistazo a las
opciones realizadas por el electorado de Syriza entre los candidatos de la
lista para el Parlamento europeo. En relación a los seis euroescaños obtenidos
por Syriza, escaños repartidos en función de los votos preferenciales (cada
elector/a puede marcar hasta cuatro nombres en la lista de una candidatura), la
candidata que llegó en segundo lugar, Elena Kountoura viene del partido
nacional-soberanista de Panos Kammenos [Griegos independientes] (socio
gubernamental de Syriza hasta la validación del acuerdo con Macedonia), con un
discurso claramente nacionalista y xenófobo. El quinto electo, Alexis
Georgoulis, es un actor con perfil de galán en las series televisivas,
que se ha presentado por la lista de Nueva Democracia. Por último, el 6º
electo, Petros Kokkalis, es verdad, es el nieto del doctor Kokkalis,
médico y ministro en el gobierno rebelde del Ejército Democrático durante la
guerra civil (que después se refugió en Alemania del Este), pero sobretodo es
el heredero del oligarca Sokratis Kokkalis, que amasó su fortuna en las
telecomunicaciones en los años 80 aprovechando su relación con Andreas
Papndreou. El electorado actual de Syriza se parece más a la clientela desideologizada
de un partido gubernamental que a la de un partido de izquierdas. Por otra
parte, resulta evidente que hereda a sectores del Pasok social-liberal
de los años 2000: en las cuatro únicas circunscripciones en las que Syriza se
sitúa en cabeza, tres son antiguos bastiones míticos del Pasok: en Creta y en
el noroeste del Peloponeso, alrededor de Patras, cuna de la familia Papandreu.
2. Emerge un nuevo partido de extrema derecha: Solución Griega, fruto de las movilizaciones
nacionalistas [en el conflicto] sobre Macedonia y el desgaste de Amanecer
Dorado. Ha realizado excelentes resultados en el norte de Grecia (donde las
movilizaciones fueron más fuertes) y casi se sitúa al mismo nivel que Amanecer
Dorado en el ámbito nacional (4,1 y 4,8% respectivamente). Es posible que la
extrema derecha griega haya encontrado una imagen más respetable que los
criminales de Amanecer Dorado y que se sitúe con capacidad para avanzar en el
futuro. Otro indicador inquietante del potencial de la extrema derecha es el
resultado obtenido por Amanecer Dorado entre los nuevos votantes: alrededor del
13% según una encuesta.
3. El KKE [PC griego] se mantiene con los mismos resultados que en 2015
(5,5%), pero pierde votos en relación a las europeas de 2014 (6,1%). Los
resultados que ha obtenido en las regionales muestran igualmente una baja
notoria en relación al escrutinio de 2014; en torno al 20%. El KKE es un
partido cuya influencia se va gastando de forma lenta pero segura.
4. La sorpresa de las elecciones (tanto para mí como en general) es el
inesperado éxito de Varoufakis (3%: sin duda, un electo al parlamento europeo,
si bien hay que esperar a que termine el recuento de votos). Zoé
Kostantopoulou, con un 1,6%, también salva los muebles en cierta modo. El
análisis de los resultados de estas dos formaciones muestra un electorado
difuso y relativamente homogéneo, con resultado un poco mejores en las grandes
ciudades, sin picos y sin calvas. En definitiva, un voto difuso de simpatía,
basado en la presencia mediática y la visibilidad de las personalidades que
dirigen estas formaciones y que refleja la falta de implantación en términos
organizativos. La elección, si se confirma, de Sofia Sakorafa, eurodiputada
saliente de Syriza, en la lista de Varoufakis, resulta interesante. En la
memoria colectiva, su nombre está relacionado con las movilizaciones contra los
Memorándum de los años 2010-2012. Es una buena noticia para Varoufakis; por el
momento la única, pero es probable que a partir de ahora se sienta capaz de
atraer una parte importante de la gente decepcionada con Syriza,
sobre todo a nivel de cuadros, de personalidades, etc. Por otra
parte, parece que su candidatura ha obtenido buenos resultados entre la
juventud (sobre todo entre la juventud diplomada de la clase media): según una
encuesta a pie de urna, habría obtenido el 4,5% entre las y los nuevos
votantes; es decir, más que el KKE al que se le sitúa en el 3,7% en esta
franja, a pesar de que cuenta con una verdadera organización juvenil.
5. El éxito de Varoufakis y el resultado relativamente honorable de
Kontantopoulou hace que los resultados de la Unidad Popular y de Antarsya sean
aún más lacerantes. Mucho más para la primera que para la segunda. Y todo ello,
en unas elecciones en las que el voto útil juega netamente menos que en las
elecciones nacionales. Esta derrota va a tener graves consecuencias porque se
trata de las dos únicas fuerzas que cuentan con redes militantes, a diferencia
de Varoufakis y de Kostantopoulou que no existen más que en el terreno
mediático.
Antarsya 1/
ha obtenido unos resultados muy bajos (0,66%) si bien comparables al de elecciones
precedentes, fueran europeas o nacionales (en todas ellas entre el 0,85% y el
0,65% en 2014 y 2015). Su principal fracaso se da en las elecciones municipales
de Atenas, en la que se presentaron dos listas, dado que SEK (sección griega de
la IST dirigida por el SWP británico) presentó la suya propia. Ambas han
logrado obtener representantes, pero el electorado de 2014 (en torno al 2%) se
ha partido por la mitad dilapidándose el capital político acumulado durante
años de trabajo militante.
6. La Unidad Popular ha obtenido un resultado humillante (0,58%), sobretodo
si se comprar con el de las legislativas de septiembre de 2015 (2,93%) [antes
no existía, ndt], único punto de comparación para esta formación. En este
resultado ha jugado un rechazo personal hacia Lafazanis, pero también la
política impulsada por su corriente, y constituye un fracaso colectivo para la
Unidad Popular. Voy a señalar de forma sumaria algunos de los factores que han
determinado esta derrota.
Existe, de
entrada, un problema de dirección, aún cuando no se pueda reducir todo a ello,
porque sería reductor e injusto. No obstante hay que señalar Lafazanis está
notablemente gastado y desacreditado, no solo a causa de su evidente fracaso a
la hora de oponerse de forma eficaz a la capitulación [de Syriza] en el verano
de 2015, sino también por las derivas del último período, marcadas por un
flirteo con el nacionalismo (en particular con la cuestión de Macedonia) y su
aparición en una cadena de televisión de la extrema derecha (que desencadenó
una bronca interna en la UP). Es preciso señalar que Kostantopoulou fue más
lejos en este tema (llamó a participar en las movilizaciones nacionalista),
pero ella no se dirige al mismo electorado. Es incontestable que estas tomas de
posición han fragilizado considerablemente a la UP, deteriorando más aún su
coherencia interna y su imagen moral ante sectores de la izquierda militante y
anticapitalista.
Por otra parte, la monopolización de la presencia mediática y pública de la UP por su parte sentaba cada vez peor, y todos los intentos por renovar la imagen con gente nueva chocaban con su corriente.
La corriente de
Lafazanis, mayoritaria en la dirección de la UP (tras un congreso cargado de
maniobras) no se ha preocupado por construir la Unidad Popular como la casa
común para el conjunto de sus componentes, lo que ha resultado tanto más
perjudicial en la medidas que la misma está compuesta por viejos cuadros
salidos de la escisión del KKE en 1991, que transmiten una cultura marcadamente
burocrática y la cerrada hacia las sensibilidades (y las prácticas) de los
movimientos sociales.
Ello ha
conducido a una hemorragia militante continúa en la UP, sobre todo tras su
congreso fundados en junio de 2016 que logró movilizar alrededor de 5000
militantes, un colectivo considerable si se tienen en cuenta las condiciones
tras el 2015.
Es cierto que
la UP y sus militantes han estado presentes en todas las movilizaciones del
último período (como lo ha estado Antarsya) pero han tenido la tendencia a
abandonar el trabajo de base y reemplazarlo por acciones simbólicas o
micro-acciones, impulsadas bajo sus siglas, en el movimiento contra los
desahucios. Esta corriente se ha caracterizado especialmente por ello.
7. Por último, pero no menos importante, tano UP como Antarsya han
subestimado de forma grave la necesidad de presentar propuestas alternativas
creíbles y trabajadas, creyendo que era suficiente con denunciar al gobierno de
Syriza y llamar a salir del euro y de la UE. En una situación de
desmoralización en la que predomina el TINA [no hay alternativa], ese discurso
aparece como mera retórica y no convence a nadie. La ausencia de un verdadero
proyecto ha permitido que Varoufakis aparezca como estandarte de un mensaje innovador
y sexy, jugando con habilidad la carta de una oposición moderada y eurocompatible
a Tsipras y Syriza.
8. Último elemento que confirma el doble fracaso de los partidos militantes
de la izquierda anticapitalista: sus listas a las elecciones regionales han
obtenido resultados muy bajos (en general entre el 1,5 y el 2%; en ocasiones UP
o listas apoyadas por UP llegaban al 3%), pero sensiblemente superiores a los
resultados para las europeas, logrando obtener algunos escaños en los consejos
regionales. El mismo fenómeno se da en las elecciones municipales allí donde
las mismas representan un trabajo y una implantación real a nivel local. A mi
entender, ello muestra bien la incapacidad (para mí irreversible) tanto de
Antarsya y, más aún –dado que se trataba de la única fuerza nueva en la
izquierda radical a partir del verano de 2015) de la UP para estructura una
fuerza política viable.
El futuro se
presenta más complicado aún en la medida que en el ámbito electoral, Varoufakis
aparece con capacidad para ocupar ese espacio intermedio a la izquierda
de Syriza y sin duda abierto, moderadamente, a acuerdos cuando Syriza pase a la
oposición, y que sólo el KKE continúa teniendo una base militante y una
credibilidad electoral en la izquierda radical, si bien encerrado en un sectarismo
delirante que le condena a un lent (y para mí irreversible) proceso de declive.
Evidentemente,
el trabajo de reconstrucción se dará a largo plazo, si bien existe una urgencia
por abrir nuevos caminos.
25/5/2019
Stathis
Kouvelakis, miembro de la Unidad Popular y candidato en sus
listas para las elecciones europeas.
Traducción: viento
sur
Notas:
· Ecologistas
Alternativos (O.E.) de tendencia ecosocialista.
· Grupo de
Izquierda (A.S.) de tendencia maoísta y escisión de ARAS.
· Nueva
Corriente de Izquierda (NAR) de tendencia estalinista y escisión del KKE.
· Organización
de los Comunistas Internacionalistas de Grecia–Espartaco, de tendencia trotskista y sección
griega del Secretariado
Unificado (OKDE-Spártakos).
· Movimiento
Comunista Revolucionario de Grecia (EKKE) de tendencia maoísta y miembro de la
vieja coalición MERA.
· Partido
Socialista de los Trabajadores (SEK) de tendencia cliffista y sección griega de
la IST.
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