RECUERDO
PERSONAL DE UNA VISITA A MADRID
DE SVETLANA EN 2006
Pedro
A. García Bilbao
Sociología
Crítica
09.10.2015
Sobre la reciente Premio Nobel
(¡qué casualidad que se lo hayan dado ahora a esta escritora!)
Conocí
a Svetlana Alexievich —puedo equivocar las fechas— en octubre de 2006, tras
publicarse su libro sobre Chernobil, Estuve con ella hablando al acabar la
presentación que hizo en el Círculo de Bellas Artes. Le conté que Koltsov
había estado allí mismo donde estábamos y quedó fascinada. Ella era muy crítica
con Putin y con Lukasenko. Su libro da voz a los «liquidadores» de la Central
de Chernobil. En el debate intenté hacerle ver que en los EE.UU, los
liquidadores de las Torres Gemelas, los obreros y bomberos que limpiaron los
escombros enfermaron por los restos de amianto y derivados, se habían
visto enfermos, arruinados y en la calle al negarse las compañías de seguros
médicos a atenderles debidamente. Se quedó muy sorprendida. Cuando luego
cruzamos unas palabras acabado el acto, aceptó que tal vez solo un país como la
URSS hubiera podido hacer frente con éxito a una catástrofe como aquella
gracias precisamente a la extraordinaria capacidad de sacrificio por los demás
que tenían los soviéticos, a todos esos bomberos, militares y sanitarios que se
sacrificaron; pero apenas fueron unos minutos y no pudimos profundizar. Se
mostró muy interesada en la huella de Koltsov en Madrid y vi sus ojos mirar de
otra forma aquellas salas y escaleras del hermoso edificio donde estuvo
instalado el Tribunal Popular (Bellas Artes).
No
la encontré especialmente anti-soviética, la verdad, sino más bien muy enfadada
con los responsables del fracaso de la URSS, en todo caso su queja era más bien
por el desastre en el que acabó el sueño soviético; asunto muy distinto es el
dolor profundo que expresa su obra, su descripción de la debacle moral en la
que desembocó una sociedad a la que se traicionó tras haberla envuelta en una
gran esperanza. No he leído el resto de su obra y no voy a aventurarme más. Hay
desde luego un activismo político contra los presidentes Putin y Lukasenko a
quienes considera continuadores del desastre y refractarios a reformas
democráticas. Hasta tal punto es así que es perfectamente legítimo preguntarse
por las razones extraliterarias que pudiera haber habido en el Premio Nobel que
se le ha otorgado, no porque su obra no sea de calidad, que sin duda lo es,
sino precisamente por ese activismo.
Recuerdo
esa tarde en el Círculo, la recuerdo a ella aquel jueves de aquel otoño en
Madrid; me gustó su forma de hablar y dirigirse a nosotros. Svetlana Alexievich
me pareció una mujer clara, inteligente y muy directa, Un verdadero placer
haberla conocido.
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