(José María Aznar es el de la derecha segun se mira)
Acaba de afirmar José María Aznar, unos de los hombres más megalómano y cínico que se pasea por el circo de la política española, que se ha enriquecido personalmente gracias al saqueo de las arcas públicas que hizo siendo Presidente del Gobierno de España, y de la información y contactos a los que tuvo acceso durante el desempeño de su cargo, que "no hay espacio para políticos con minúscula, que no ven más allá del día siguiente, que no valoran más que la encuesta de la semana o el eslogan más o menos afortunado."[1]
Interpretada esa aseveración de Aznar literalmente, y no en el sentido que él quiere que sea interpretada, tiene razón. Él no tiene espacio en la política por minúsculo y porque no ve más allá de un palmo de sus bolsillos, como bien podría ser demostrado, entre otras cosas, mirando la actuación que tuvo en vísperas de unas elecciones que las tenía ganadas, y yo creo que hasta por goleada, de no haber sido porque el gran hombre de estado quiso culpar a ETA de los atentados islamistas cometidos el 11-M, cuando todo el mundo sabía horas después de haber sido cometidos que era sencillamente mentira, lo que corroboraron los tribunales años más tarde con la sentencia habida en el sentido de condenar a los terroristas islamistas autores de los mismo y exculpando a ETA.
Y como de tontos no cabe esperar más que tontadas y de los necios necedades, Aznar gran hombre de Estado que es, al igual que yo soy superman en versión portátil, él para salir de la crisis propone la gran novedad, pareja que es, a la novedosa técnica del chorizo frito a la sartén sobre botella de butano camping-gas, es decir, una "ambiciosa" y "consensuada" Agenda Nacional de Reformas, que consistiría en "la austeridad pública, la racionalización del modelo autonómico, la rebaja de impuestos, una nueva oleada de privatizaciones de empresas públicas autonómicas y locales” y “una profunda reforma laboral.”[2]
Si no conociéramos la fase berrugona de Aznar podría timarnos una vez más, al entender que la aplicación de austeridad pública que propone y que efectivamente hace falta, consistiera en suprimir de inmediato los presupuestos públicos para el mantenimiento de Don Juan Carlos I y su familia después, bajar los salarios de todos los políticos de todos los colores y de todos los pelajes a lo que se dice que es el salario medio en España, con el límite de dos mil euros al mes, por ejemplo. Si por la racionalización del modelo autonómico que propone se entendiera la supresión del Gobierno Central tal y como existe hoy, para ser sustituido por el que saliera de todas las nacionalidades que constituyen actualmente el Reino de España, constituidas previamente en nacionalidades independientes, constituyentes a su vez, del Estado Federal Español, porque, efectivamente, si ahora existen en toda España diecisiete parlamentos y diecisiete presidentes de gobiernos, uno por cada Comunidad autónoma, para qué haría falta el Gobierno central y el Congreso de los Diputados tal y como hoy los conocemos, por ejemplo. Si por la rebaja de impuestos se entendiera que Hacienda metería menos la mano en la nómina del trabajador, y bastante más en los ingresos de los especuladores, que al fin y al cabo son unos ladrones legalizados socialmente, por ejemplo. Si la nueva oleada de privatizaciones que menciona consistiera en primer lugar, en deshacer todo el puchereo de despatrimonialización del Estado Español que se ha realizado desde Felipe González, pasando por el propio Aznar y ahora con Zapatero, devolviendo las empresas ENDESA, TELEFONICA, etc., etc., etc., junto a la banca que fue oficial, concesiones administrativas y de servicios a la Seguridad Social, etc., a su legítimo dueño, el Estado, y una vez en manos de este nuevamente, en caso de ser necesaria la privatización, que pase a manos de los propios trabajadores que son los que entienden, y no a los bolsillos de los roedores de dineros ajenos, por ejemplo, y si la reforma laboral profunda que propone fuera la de considerar a las personas que llegan a una cierta edad después de haber estado trabajando toda su vida, y las que no puedan trabajar por algún impedimento, fueran las primeras en disfrutar de las riquezas y bienes producidos, y que el que no aporte nada positivo a la sociedad pudiéndolo hacer, ni agua, y que los militares del ejército español están para defender el territorio español cuando sea atacado por el Séptimo de Caballería o por el moro malo Hassan, y no para proporcionar negocios a Repsol ni a la banca, ni para transportar escopeteros civiles en buques de la Armada para que luchen contra los piratas de Somalia o del quinto coño, por ejemplo.
Pero ya digo, es conocido el aspecto berrugón de José María Aznar y sus tiros van por otra parte, si nos atenemos a su práctica político-económica del meto y saco, una simple y elemental técnica que consiste en meter la mano vacía hasta el codo en el saco de dinero ajeno y sacarla llena, como hizo en Telefónica con la colaboración necesaria e imprescindible de los denominados sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, que en gloria tengan el interés de la defensa de los trabajadores, según un trabajo realizado a este respeto por Miguel Angel Gómez, cuyo texto será la siguiente publicación en este Blog, y que se pone sólo como ejemplo a título enunciativo y no enumerativo, de lo que nos espera si el comparsa Aznar o sus muchachoides, los jefazos del PP, incluido Rajoy, llegaran a tener otra vez el poder político oficial en sus manos con la bendición del voto, y claro, todo lo dicho no quiere decir que el bueno de la película sea el compadre-compañero Zapatero abducido por Obama, Su Santísima, ni que la solución a la crisis vaya a venir de su mano. Mientras no exista un Partido Socialista no nos queda otra que estar como estamos, pero un poquito peor.
*
[1] El Plural/notic. Andalucía, 14.03.09
[2] Obra citada.
Acaba de afirmar José María Aznar, unos de los hombres más megalómano y cínico que se pasea por el circo de la política española, que se ha enriquecido personalmente gracias al saqueo de las arcas públicas que hizo siendo Presidente del Gobierno de España, y de la información y contactos a los que tuvo acceso durante el desempeño de su cargo, que "no hay espacio para políticos con minúscula, que no ven más allá del día siguiente, que no valoran más que la encuesta de la semana o el eslogan más o menos afortunado."[1]
Interpretada esa aseveración de Aznar literalmente, y no en el sentido que él quiere que sea interpretada, tiene razón. Él no tiene espacio en la política por minúsculo y porque no ve más allá de un palmo de sus bolsillos, como bien podría ser demostrado, entre otras cosas, mirando la actuación que tuvo en vísperas de unas elecciones que las tenía ganadas, y yo creo que hasta por goleada, de no haber sido porque el gran hombre de estado quiso culpar a ETA de los atentados islamistas cometidos el 11-M, cuando todo el mundo sabía horas después de haber sido cometidos que era sencillamente mentira, lo que corroboraron los tribunales años más tarde con la sentencia habida en el sentido de condenar a los terroristas islamistas autores de los mismo y exculpando a ETA.
Y como de tontos no cabe esperar más que tontadas y de los necios necedades, Aznar gran hombre de Estado que es, al igual que yo soy superman en versión portátil, él para salir de la crisis propone la gran novedad, pareja que es, a la novedosa técnica del chorizo frito a la sartén sobre botella de butano camping-gas, es decir, una "ambiciosa" y "consensuada" Agenda Nacional de Reformas, que consistiría en "la austeridad pública, la racionalización del modelo autonómico, la rebaja de impuestos, una nueva oleada de privatizaciones de empresas públicas autonómicas y locales” y “una profunda reforma laboral.”[2]
Si no conociéramos la fase berrugona de Aznar podría timarnos una vez más, al entender que la aplicación de austeridad pública que propone y que efectivamente hace falta, consistiera en suprimir de inmediato los presupuestos públicos para el mantenimiento de Don Juan Carlos I y su familia después, bajar los salarios de todos los políticos de todos los colores y de todos los pelajes a lo que se dice que es el salario medio en España, con el límite de dos mil euros al mes, por ejemplo. Si por la racionalización del modelo autonómico que propone se entendiera la supresión del Gobierno Central tal y como existe hoy, para ser sustituido por el que saliera de todas las nacionalidades que constituyen actualmente el Reino de España, constituidas previamente en nacionalidades independientes, constituyentes a su vez, del Estado Federal Español, porque, efectivamente, si ahora existen en toda España diecisiete parlamentos y diecisiete presidentes de gobiernos, uno por cada Comunidad autónoma, para qué haría falta el Gobierno central y el Congreso de los Diputados tal y como hoy los conocemos, por ejemplo. Si por la rebaja de impuestos se entendiera que Hacienda metería menos la mano en la nómina del trabajador, y bastante más en los ingresos de los especuladores, que al fin y al cabo son unos ladrones legalizados socialmente, por ejemplo. Si la nueva oleada de privatizaciones que menciona consistiera en primer lugar, en deshacer todo el puchereo de despatrimonialización del Estado Español que se ha realizado desde Felipe González, pasando por el propio Aznar y ahora con Zapatero, devolviendo las empresas ENDESA, TELEFONICA, etc., etc., etc., junto a la banca que fue oficial, concesiones administrativas y de servicios a la Seguridad Social, etc., a su legítimo dueño, el Estado, y una vez en manos de este nuevamente, en caso de ser necesaria la privatización, que pase a manos de los propios trabajadores que son los que entienden, y no a los bolsillos de los roedores de dineros ajenos, por ejemplo, y si la reforma laboral profunda que propone fuera la de considerar a las personas que llegan a una cierta edad después de haber estado trabajando toda su vida, y las que no puedan trabajar por algún impedimento, fueran las primeras en disfrutar de las riquezas y bienes producidos, y que el que no aporte nada positivo a la sociedad pudiéndolo hacer, ni agua, y que los militares del ejército español están para defender el territorio español cuando sea atacado por el Séptimo de Caballería o por el moro malo Hassan, y no para proporcionar negocios a Repsol ni a la banca, ni para transportar escopeteros civiles en buques de la Armada para que luchen contra los piratas de Somalia o del quinto coño, por ejemplo.
Pero ya digo, es conocido el aspecto berrugón de José María Aznar y sus tiros van por otra parte, si nos atenemos a su práctica político-económica del meto y saco, una simple y elemental técnica que consiste en meter la mano vacía hasta el codo en el saco de dinero ajeno y sacarla llena, como hizo en Telefónica con la colaboración necesaria e imprescindible de los denominados sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, que en gloria tengan el interés de la defensa de los trabajadores, según un trabajo realizado a este respeto por Miguel Angel Gómez, cuyo texto será la siguiente publicación en este Blog, y que se pone sólo como ejemplo a título enunciativo y no enumerativo, de lo que nos espera si el comparsa Aznar o sus muchachoides, los jefazos del PP, incluido Rajoy, llegaran a tener otra vez el poder político oficial en sus manos con la bendición del voto, y claro, todo lo dicho no quiere decir que el bueno de la película sea el compadre-compañero Zapatero abducido por Obama, Su Santísima, ni que la solución a la crisis vaya a venir de su mano. Mientras no exista un Partido Socialista no nos queda otra que estar como estamos, pero un poquito peor.
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[1] El Plural/notic. Andalucía, 14.03.09
[2] Obra citada.
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