jueves, 9 de julio de 2009

CARTAS DE AMOR


(3)

(Calle Rafael Beca, Isla Mayor, Sevilla)

En el pueblo ya no hay cines. ¡Y cuidado que hay gente! Yo cálculo que habrá entre siete y ocho mil habitantes.
El cine de verano está cerrado. La pantalla de obra todavía se ve desde la calle. Han aprovechado su edificio para hacer un restaurante, el Estero, que por lo visto tiene una buena reputación y hasta viene gente de Sevilla. Debe ser bueno.
Y, ¿a qué no se imagina lo que han hecho en el cine de invierno? Supongo que a lo mejor le hace sonreír cuando se lo diga. Han puesto una tienda de esas que llaman gran superficie, ¿qué le parece?
Yo no entendía, pero ahora ya lo entiendo, que no me creyeran en Zaragoza cuando decía en que en mi pueblo había dos cines, uno de verano y otro de invierno con sesiones diarias, y en el último, dos sesiones todos los días, cuando rondaríamos los mil y pico habitantes. Claro, como yo era andaluz y los andaluces tenemos esa fama, pues claro…, vamos que les parecían muchos cines.
Menos mal que no se me ocurrió decirles que fueron cinco los cines que con mejor o peor fortuna tuvo Isla Mayor…, y ¡cuando todavía no éramos ni pueblo! Que esa sí que es buena, sin ser pueblo.
Supongo que no lo recordará usted, pero la primera película que vi, y solo, fue La Mula Francis, una mula que hablaba con un soldado en un frente de la Primera Guerra Mundial. Seguramente la menos animal de aquella guerra fuera la Mula Francis. La gente se reía mucho, pero yo no, a lo mejor fue que no entendía la película.
Aquel cine donde vi esa primera película mía estaba al costado de la ferretería de García, al lado opuesto donde se ponía el Pastelero con sus dulces y la cesta de garbanzos tostados. Me dijo mamá que aquellos garbanzos se tostaban en una perola con yeso. Yo no sabía entonces que era el yeso.
El otro cine, al que iba con usted y con mamá y que me dormía siempre si la película era de “amor” y no de guerra, estaba entre la fábrica de papel y un costado del barracón de madera de la Compañía, donde a veces se hacían peleas de gallos que a mi no me gustaba ver, frente a la ferretería también de García.
Otro cine, el tercero, que duró muy poco, pero que existió, fue el del médico, don Jesús, que estaba dentro de los muros de la fábrica de papel, al lado del depósito de agua de Rafael, que ya no está, no sé por qué lo tuvieron que tirar. Al cine de don Jesús no fui nunca.
Al cine de verano que ya le he dicho, el del restaurante actual, iba con Alfonso, Barco, Francisco y otro niños que ahora no recuerdo sus nombres, pero si recuerdo no haber bebido nunca tanta gaseosa como aquella noche que vimos Veracruz, porque a uno de nosotros se le ocurrió que compráramos una botella (que fue la primera) para beber nosotros gaseosa al tiempo que los actores bebían güisqui. ¡Dios mío, que borrachos ellos y que panzada de gaseosa nosotros! Si no fueron tres, al menos dos veces, fui a mear.
Un día de Año Nuevo estrené un traje de pantalón largo. No recuerdo si el traje me lo hizo mamá o me lo compraron en Sevilla, pero si recuerdo que aquel día estrené más cosas, además del año que empezaba. Fuimos una niña y yo al cine de invierno, a la sesión de las seis y media, y después del No-Do, cuando se apagaron las luces de nuevo, ella me cogió la mano, y yo por debajo del vestido le acaricié las piernas…, y más cosas, que ahora me da corte decirle. Pues donde estaba aquel cine de invierno está ahora el Supermercado que ya le he dicho. En resumen, que ya no hay cines en Isla Mayor.
*

martes, 7 de julio de 2009

CARTAS DE AMOR

(Coria del Río, Sevilla)
(2)

Esto es lo que podríamos llamar ir a por lana y salir trasquilado. He ido a Coria del Río, siguiendo en lo que he podido el trazado de la antigua línea del tranvía Puebla del Río- Sevilla. La idea inicial era la de llegar a Casa Márquez, porque frente a ella tenía la parada, y en ella hacíamos noche mamá, usted y yo, para tomar el primer tranvía que por la mañana salía para Sevilla.
Lógicamente no conocía al señor que estaba detrás de la barra, un señor bajito, más grueso que fino, de un habla algo cascada que le hace remarcar su acento andaluz, y amable, más que nada, o sobre todo, entrañable y amable.
Se ha liado la cosa como usted no se puede imaginar en el momento en que le pregunté si era el dueño del establecimiento. Y lo era.
De tradición me dijo: mi abuelo, mi padre, ahora yo, y mi nieto que viene a ayudarme de vez en cuando a meter cervezas en la nevera. Y hasta este punto bien, normal. Conversación de barman y cliente más o menos dado al palique.
Le dije yo de donde era y de quién era hijo, y que cuando era niño pasaba allí la noche, en una habitación de la planta de arriba, con un balcón grande, por el que yo me asomaba para observar el cableado del tranvía y el brillo de las vías por las noches, y al punto de la mañana, y por aquí empezó la entrañable y larga conversación entre Juan Márquez y yo. Conversación que en más de un punto se tintaba de nostalgias. Él con su madre, Josefita la ditera, de cuando venía a la Isla a vender tejidos, con los que mamá nos hacía la ropa a usted y a mi, y yo con ustedes, con mamá y con usted.
Enfrascados en la conversación, en la que Juan Márquez con su voz cascada, apacible y profunda, acabó por tomarme claramente la delantera, y así me dijo que en las mismas habitaciones en las que habíamos pernoctado nosotros cuando íbamos a Sevilla, se habían alojados siendo maletillas, toreros tales como Vicente Fernández “El Caracol”, al que le ayudó a ser torero uno de los Hermanos Peralta, y el “Ciclón Alemán”, Sí, un torero Alemán.
También me dijo que en aquella misma casa en la que estábamos conversando, en el “saloncito”, habían cantado en diferentes épocas de sus respectivas carreras Juanito Valderrama; José el de La Tomasa; El Turronero; El Beni de Cádiz; Manuel Vallejo y Camarón.
Fíjese en la de cosas que me enteré en el Bar J. Márquez, buscando cosas de mi niñez. Cualquier historiador de la tauromaquia y del cante flamenco me hubiera envidiado de estar tan cerca de una fuente de historia viva como es Juan Márquez. ¿A que sí?
*

CARTAS DE AMOR

(Castillo de Oropesa)
(1)

Va por lo menos para doce años que le debo carta. Ya sabe que para algunas cosas me retraso un poco. ¡Pero que le podría decir de estos retrasos míos que no sepa, si fue usted el que me engendró!
Camino de Usagre, en el que me acompaña siempre aunque no venga conmigo, al igual que en otras tantísimas cosas, vi el cartelón grande de la autovía que indica la entrada a Oropesa, y como siempre que paso por ese lugar, me vino a la cabeza aquella frase que me dijo más de una vez al pasar por allí: “un día que tengamos tiempo nos tenemos que parar en ese pueblo para ver el castillo.”
Sin usted, pero con usted, he parado hoy en Oropesa, por fin, para ver su castillo. Anduve a lo largo de la muralla del castillo por el repecho de una calle estrecha y quebrada para pasar al pie de la iglesia, y girando a la derecha llegar a la plaza.
El castillo es como todos los castillos, sean mostrando sus esqueléticas ruinas o sus esplendores pasados: el certificado oficial de que allí donde se ven sus ruinas o permanece su pasado esplendor, un día la injusticia estuvo bien guardada. Y junto al castillo que certifica la injusticia reinante en su día, la iglesia, también de piedra y monumental para corroborarlo.
Juntos, castillo e iglesia, a pesar de que la historia oficial hable de grandeza y glorias, no indica otra cosa que allí quedó asentada por siglos la pobreza y la desigualdad entre las personas, siendo la tierra rica y los castellanos trabajadores, como los andaluces, vascos, murcianos, aragoneses o cualquier otro pueblo llano y sin derecho per se al monumento.
La tierra seca y ancha de Castilla, los esfuerzos y sudores de los castellanos por arrancar de esa tierra seca y ancha el sustento diario, y no sus castillos, es lo que explica el carácter austero y a veces seco del castellano.
El aspecto de Oropesa es el general que puede verse en cualquier pueblo castellano con algo de historia. Calles limpias, algunas empinadas, estrechas y retorcidas, y una plaza rectangular, amplia, de grandes aceras llenas de terrazas con toldos para parar el sol. Dando cara a la plaza, una biblioteca popular que data del año 1946, en la que debajo de su balconada puede leerse un letrero en el que se apela a las bondades que tiene la lectura. Algunas lecturas, podría habérsele añadido, porque hay lecturas y lecturas.
Obvio resulta decirlo. Lo especial que ha tenido mi visita a Oropesa es que la he hecho solo cuando teníamos pensado haberla hecho los dos juntos, y lo que me llamó especialmente la atención del pueblo, fue que sin ser un pueblo pequeño, tampoco puede ser dicho que sea grande, y sin embargo, tiene tres carpinterías.
La primera con la que me topé está en la calle que baja de la iglesia a la plaza. Tiene la puerta de dos hojas de madera vieja.
Las vigas del techo le servían de estanterías en las que estaban muy bien colocadas las molduras; al fondo, la figura gris gastado de la sierra de cinta y dos bancos de madera, que sin decirlo decían que sobre ellos se habían cepillado muchas maderas; el suelo con un mullido amacerado de serrín y virutas, y frente a los bancos de madera, una estufa con una pila de madera muy bien dispuesta.
Viendo aquella carpintería me llegó el recuerdo de la primera que vi en el pueblo de mamá, en Usagre, siendo yo niño, porque la que teníamos frente a casa, en nuestro pueblo, la de Salvador, no se hacían muebles. Sólo se hacían portalones para los almacenes, trineos y gradas para los arrozales, cajas para las carriolas y carros.
Un repartidor de mercancías, al que le pregunté por aquella carpintería, me dijo que había dos más iguales, y como ya le he dicho que Oropesa no es un pueblo pequeño, pero tampoco puede decirse que sea muy grande, deduje por mi cuenta, que debía tener una gran tradición carpintera.
Cuando ya me iba, paré en el Parador Nacional, un edificio de piedra y lujoso, de antigua propiedad de un Señor de época pasada. Tiene una placita redonda y no muy grande ante su puerta principal, con árboles altos, gruesos y copados, y bancos de piedra, en los que había dos indigentes con pinta sucia, una especie de macuto a sus pies y una botella de vino.
Les ofrecí un cigarro que me aceptaron, y ellos a mi vino que no acepté. Ya sabe usted que yo no bebo nada, excepto café y agua.
Bajo la fronda de uno de aquellos árboles me tumbé en un banco de piedra, descalzo y con el sombrero de paja cubriéndome el rostro me dormí, yo creo que menos de media hora antes de proseguir el viaje, y mientras me dormía, retazos de recuerdos, inconexos y de todo tipo, pasaron por mi cabeza.
Reparé especialmente en uno de ellos: en el de los cuentos de caballeros que salvaban a la princesa de los dragones de siete cabezas, que usted me contaba de niño antes de dormirme por las noches, y me llevó a ese pensamiento en concreto, las pinturas que con motivos de la Edad Media aparecen en muchas de las paredes de Oropesa. Pero lo de estas pinturas, a lo que me inducía a pensar mirándolas, lo dejo para otra carta siguiente.
*








PATXI, MENOS LOBOS, JO MÍO

(Dos contra uno)

El lendakari Patxi, mitad socialista sistémico mitad PP, pero no ganador de la elecciones vascas, porque las elecciones las ganó el Partido Nacionalista Vasco, dice el hombre que por fin los vascos tienen un gobierno que mira para todos y no para unos poquitos. Pero esto es lo que dice él, que viene a ser parejo con lo que digo yo cuando afirmo, como hago ahora, que soy Superman en su versión de burócrata volante, porque según una encuesta reciente, de cada tres vascos dos dicen que ¡miau! (es que miau en vasco no sé como se dice).
Pero que de tres vascos dos digan que no están de acuerdo con el matrimonio de conveniencia entre el PSOE y el PP, y que de ese marital acuerdo entre ambos no vislumbran ellos ni un final rápido ni feliz con ETA, es algo que al lendakari Patxi si la trae bien floja, a pesar, eso sí, de que él dice que gobierna para todos los vasco y yo que soy Superman, y como en este caso el sesenta y cinco por cien de los vascos, no para mí, sino para el lendakari, son tontos y no saben por donde les da el aire, pues va el hombre y reinterpreta el sentir mayoritario de los vasco diciendo que sí, que ese desacuerdo con su política es ahora, pero que más adelante los vascos se van a enterar de lo equivocaditos que y al final verán que él tiene razón, que gobierna para todos los vasco.
Es decir, que el lendakari toma el poder, porque la mayoría de los vascos no se lo han dado, y a cuenta de eso, de un tomo, el responde con un te daré. O sea, lo propio del mejunje de la politiquería común e imperante, de la que caber esperar más problemas y menos soluciones. Eso sí, eso fijo, para la mayoría de los ciudadanos.
*

sábado, 27 de junio de 2009

SE PROHIBE FUMAR (SEGÚN QUIEN)

Angelito mío, si no tiene gracia ni para fumar. ¡Y anda que no costará euros el puraco que va a estropear! Hasta mal encendido lo tiene (no me extaña que encima pierda al dominó).

martes, 23 de junio de 2009

ALGO ES ALGO, PERO NO SUFICIENTE

(Gobernador del Banco de España: conejo de banco sobre el que se van a experimentar los recortes salariales por él propugnados. Las viudas verán incrementados sus pagas hasta 1.200 euros mensuales, y a él se le bajará el sueldo, gastos de representación y bagatelas varias y necesarias anejas al cargo hasta un monto total de sueldo de viuda, es decir, 1.200 euros al mes. Corra el ejemplo que buena falta hace)

Si los “buenos” de la película que somos los que trabajamos y creamos con nuestro trabajo cuanta riqueza existe, anduviéramos poniendo los puntitos sobre las íes, y no los convidados de piedra que somos en todo este toma y daca, pero con más daca que toma, de la economía y la política, habría menos botarates y morcillones, con evidente tendencia al terrorismo psicológico sobre los que trabajamos, como podrían ser el gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, o el presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio, Javier Gomes Navarro, encoñados ellos en que los trabajadores tenemos que ganar menos y tenemos que tener menos derechos sociales que precisamente se pagamos los propios trabajadores con el tercio del sueldo que nos descuentan todos los meses de la nómina obligatoriamente (no disponemos del paraíso fiscal de la nómina), para pagarnos el seguro de desempleo o la asistencia sanitaria, entre otras cosas.
Y miren ustedes que casualidad, que estos dos personajes que nadie sabe que han aportado o aportan al producto social, formaron parte ambos de los gobiernos del “socialista sistémico”, Felipe González, figureta política que impuso en España los contratos basura o mierdosos, como prefiera el lector.
Pero algo es algo, hay que reconocerlo. Hay 700 personas entre economistas y profesores de universidad, que dicen que lo que proponen esos botarates, morcillones y trompicones de la clase empresarial y banquera (de tal palo tal astilla) de empeorar las condiciones de vida de lo trabajadores, con menores sueldos y abaratando el despido, no es la solución a la crisis, entre otras razones, porque no han sido los trabajadores los que han creado la crisis, sino la forma en como se apropian los capitalistas del producto del trabajo de los trabajadores, de la forma en como este se reparte y de todos los medios, sin excepción, que pone el Estado al servicio de los capitalistas para que estos puedan imponer sus intereses particulares a toda la sociedad, haciéndolos aparecer como los interese generales de la misma.
Pero que 700 economistas y profesores de universidad digan que la crisis no es culpa de los trabajadores, y que por tanto no son ellos los que deben pagar los platos rotos, no es suficiente ni para salir de la crisis ni para evitar que nuestras condiciones de vida sigan empeorando paulatinamente, entre otras razones, porque estas mismas 700 personas han tenido tiempo más que suficiente para decirnos (y no lo han hecho) que el capitalismo constituye un modo de producción (socializado) que no se corresponde con el modo político que le corresponde: democratización efectiva y real, que hoy es posible, de las decisiones políticas, o sea, socialización de los medios de producción, lo que le convierte en un modo de producción que no se corresponde con el momento histórico actual, es decir, que esa no correspondencia entre lo productivo y lo político, ponen al modo de producción capitalista fuera de la historia, y que por tanto necesita ser sustituido por el Socialismo. Por el PSOE de Zapatero no, por el Socialismo.
Es evidente que los partidos políticos actuales y los sindicatos a su servicio no responden a las necesidades que hoy tenemos la inmensa mayoría de la sociedad, por consiguiente, hacen falta nuevas formas de organización social, política y económica que necesariamente hemos de ir buscando los convidados de piedra, más que nada para hacer que cada palo aguante su vela y cada i tenga su puntito, y para eso, esto del Internet me va pareciendo un buen medio para ir haciendo boca.
*

viernes, 19 de junio de 2009

A BUENAS HORAS, MANGAS VERDES

Se me ha criticado, no hace mucho, y puede que mis críticos tengan bastante más razón de la que yo les doy, y conste que no soy muy tacaño cuando de dar razón se trata.
Se me ha dicho que tanta “caña” (palabra que en absoluto me gusta) le doy al PSOE (y eso que siempre aclaro que PSOE actual no es sinónimo de Socialismo ni mucho menos) que parece que quiero que gane el PP (¡mil veces antes morir que perder la vida porque gane el PP!). Claro que PP tampoco no son todos sus votantes.
Que Hitler subió al poder democráticamente no es opinión mía. Es un hecho histórico y objetivo, perfectamente contrastable. Y que subió al poder con muchos votos socialistas y comunistas tampoco es opinión mía, sino un hecho histórico y contrastable.
Es opinión mía, de momento, que los dirigentes del PP y los grupos capitalistas que ellos representan y defienden, nos llevan por el mismo camino hacia el fascismo que Hitler llevó a Alemania. Y esto sólo es posible si en la sociedad impera el simplismo mental, que es lo que hoy impera en España, y a lo que ha contribuido de una forma singular el PSOE desde don Felipe González y su ramillete de “barones” hasta el inventor de Alianza de civilizaciones Zapatero. Y esto es algo que yo creo no se puede pasar por alto haciendo la vista gorda.
Al león, porque los leones son como son, no se les puede exigir modales sociales cuando le van a morder la yugular a la gacela. No se les puede criticar porque no le digan a la gacela: buenos días, señora gacela, que si hace le muerdo la yugular, pero que si no quiere nada, no se preocupe usted, que a una mala me compro un bocadillo.
Esta crisis financiera, global, mundial y hasta con pintas verdes, se reduce a que el modo de producción capitalista, no el socialismo, sino el capitalismo ha tocado techo, que históricamente no tiene salida, y lo único que puede hacer para alargar su agonía es crear unas nuevas condiciones de explotación mas aguda y generalizada que todas las anteriores, y a eso, no se le puede hacer concesiones, que es lo que está haciendo el PSOE.
*

NO AL TRASVASE DEL RIO EBRO: 184 RAZONES

(Río Ebro a su paso por el Puente de Piedra de Zaragoza, y es que, claro, cuando no llueve no lleva agua. Sin embargo, no cesa la demagia del cemento y el ladrillo para enfrenarnos a unas Comunidades con otras. Y se entiende. El negocio es el negocio, y la sinvergonzonería es la sinvergonzonería)

En Aragón hay 184 pueblos que a estas alturas del siglo XXI no tienen agua suficiente para beber. Por tanto, a razón de una por pueblo, los aragoneses que vivimos de nuestro trabajo tenemos aunque solo fuera por razón de paisanaje, 184 razones para exigir que antes que Aguas de Cataluña (no los catalanes) se lleve agua del Ebro para negociar con un bien público que no sobra en Aragón, sea atendida tan básica necesidad en esos pueblos, y por tanto 184 razones para oponernos al trasvase del agua.
Esta actitud anti trasvase nada tiene que ver con esa “insolidaridad” que demagógicamente se nos atribuye, desde Felipe González que nos decía cazurros hasta José Maria Aznar que nos llamaba palurdos, y aun con todo, seguramente sea preferible ser cazurros y palurdos a lo que a cada de uno de ellos se les podría decir, y no precisamente de forma gratuita, como han hecho ellos con respecto a la calificación que han hecho los dos de los aragoneses.
¿Qué políticas y que clase de políticos tenemos y hemos tenido en Aragón, que habiéndose dado un evidente crecimiento económico (no confundir con desarrollo económico, por favor), este no ha sido capaz entre otras cuestiones, de llevar agua suficiente a 184 pueblos aragoneses?
Cataluña que es adonde se dirigen las primeras aguas del trasvase del Ebro (para poner un parche a la anarquía productiva, promovida por el actual gobierno autonómico catalán y fomentada por todos los anteriores, incluido el del General Franco) a primeros del siglo XX tenía una población cercana a los 2.000.000; entre 1950-1970 más de 5.000.000, debido este incremento de población a los emigrantes andaluces, murcianos, extremeños y aragoneses, entre otros. Y en 2006 sus habitantes pasan de los 7.000.000.
El 60% de la población catalana vive en Barcelona y su Área Metropolitana, aproximadamente unos 5.000.000, que es para donde se pide el agua trasvasada del Ebro.

*

miércoles, 17 de junio de 2009

ASI SE HABLA, CON DOS COJONES

(Javier Gómez Navarro, hombre bien alimentadito; bien vestidito y muy bien pagadito, que insulta a los trabajadores llamándoles vagos, pero que no se sabe cual es su aportación a la producción social de la que vive, y vive bien bien, bien)

Javier Gómez Navarro se define como socialista liberal, pero en realidad es socialista sistémico, de la honda sistémica de Felipe González, con quien fue ministro de Comercio, y desde que ganó el PSOE las elecciones en 2004, Presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, o sea, que el hombre, como buen sistémico que es se lió a chupar del bote, y que no hay manera, no hay quien lo despegue del chupe.
Pues bien, este hombre, como todo aquel que no vive de su trabajo, no tiene pelos en la lengua para decirnos a los trabajadores que somos unos vagos y que menos cuento y a trabajar más, que él tiene que seguir viviendo de puta madre a costa de lo que otros producen.
Viendo su foto, si uno se fija bien en sus protuberancias abdominales (que le cuelga la barriga), al pronto adivina que sus protuberancias abdominales no se deben al consumo de bocadillos de sardinas en aceite encima del andamio, en plan encofrador, sino que más bien le olisquean sus gorduras a buenos solomillos y elegantes langostas, que algunos de esos vagos trabajadores han producido para que él, y una banda de parásitos sociales como él se las engullan.
Bueno, pues este bendito socialista sistémico, acaba de afirmar en una entrevista al diario El Mundo que: "El Ministerio de Economía y el Banco de España han tenido demasiado tiempo un diagnóstico equivocado sobre la liquidez", asegura, lo que "ha provocado un retraso en tomar las medidas adecuadas". Es decir, que los listos sistémicos, que cobran la de Dios es Cristo del dinero que produce el trabajo de los vagos de los trabajadores, y que comen, como él, más y mejor que la orilla de un río, no han hecho su trabajo. Vaya, vaya, que aquí no hay playa, vaya, vaya, con esta panda de parásitos sociales.
Y es lo que yo me digo muchas veces, que con el estómago lleno de buenos alimentos, descansadito, porque si no trabajas no te cansas, y unas buenas moscardonas a tu alrededor, dan más ganas de joder y dormir que otra cosa, y claro, te llegas a creer que tu sacro papel en la vida es comer, joder y enriquecerte, porque para trabajar ya están los vagos de los trabajadores, y de esta manera, no se sonroja, porque es natural que no se sonroje (sonrojarse requiere un mínimo de vergüenza y dignidad personal), y en vez de reclamar que los causantes del daño que produce, material e inmaterial, la crisis por la que atravesamos estén caminito de la cárcel, previo juicio justo, eso sí, todavía pide el botarate este caña contra los trabajadores y le urge al gobierno un plan de ayuda financiera para los responsables de esta crisis que no han sido los trabajadores.
Por cierto, no sea que se me pase, Javier Gómez Navarro, socialista sistémico, el vago lo serás tú, y a mi me hablas con más respeto, imbécil. Y si tienes cojones eso de vago dímelo en la calle cuando me veas sólo y no amparándote en un medio de comunicación, so barril, que eres un barril.
*

ARTICULO DE JUAN CARLOS VAZQUEZ

ACTUAR COMO SI...

(Ultimo intento de humanización de un paisano de Plutón)


Edward De Bono, en su libro “seis sombreros para pensar”, desarrolla una serie de formas creativas de pensamiento, el denominado pensamiento lateral.

En su primer capítulo se centra en los pormenores de lo que calificó “actuar como sí”.

Esta forma de pensamiento creativa, se basa en el principio según el cual, si una persona adopta la postura de un pensador, hace sus movimientos, adopta la intencionalidad de lo que representa y se la manifiesta a sí mismo y a los que le rodean. Muy pronto su cerebro adopta el roll que está actuando.

En “cristiano”, esto significa que si finges ser un pensador, un investigador, un loco o un alcalde de izquierdas, acabas convencido y con la convicción de que los demás te creen, es como si lo fueras. Por lo que si nuestra persona en cuestión “actúa como si…”, no quiere decir que lo sea realmente. Simplemente es una forma de pensamiento, de pensamiento creativo a modo de ejercicio mental, una forma de empatizar con los roles ajenos o añorados por el individuo/a.

Para “ser” realmente se precisa de la voluntad de ser y para ello se requieren un nivel mínimo de excelencia intelectual que posibilite esa creatividad necesaria para desplegar la abstracción “como si fuese”. Si la potencialidad del intelecto no alcanza a discernir lo real de lo ficticio o fingido se corre el riesgo de que el individuo en cuestión sufra una crisis inconsciente de supervaloración, (hecho este que no reviste ninguna gravedad mientras el individuo esté a unos cuantos kilómetros sobre el nivel de la realidad). Esta concepción supravalorada de sí mismo, no basada en la observación directa ni en la experiencia empírica, conduce, irreversiblemente, a nuestro personaje anónimo hacia las lindes de la autocracia, hacia un empodereamiento cuasi ridículo, que le incita a basar toda su actividad atendiendo a dos premisas básicas:
1.- sólo él decide lo que está bien o mal
2.- nunca dará la cara más que para atribuirse los éxitos propios y ajenos.

Estos dos principios son en los que se pueden resumir los diez mandamientos del decálogo del aprovechado, definidos por Juan Carlos Vicente Casado en su estudio sobre la asertividad.
*