miércoles, 13 de octubre de 2010

SOBRE LAS CONDICIONES DE LAS CLASES TRABAJADORAS EN CHINA

(7/14)


Robert Weil Rebelión.
Traducido para Rebelión por Sebastián Risau

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=37814 1 of 14 26/9/2006 07:51

Para los izquierdistas más viejos, las divisiones del pasado y las luchas sobre ideología y política frecuentemente bloqueaban el camino hacia una acción común. En su caso, resulta más difícil dejar de lado los conflictos históricos para enfrentar las nuevas condiciones del presente.
Estas diferentes actitudes reflejan un análisis ampliamente aceptado de los tres principales agrupamientos de la izquierda china: (1) la vieja izquierda que se compone principalmente de aquellos que ascendieron desde las filas del Partido y del Estado quienes, después de haber inicialmente apoyado al menos parte de las reformas de Deng Xiaoping, se pasaron a la oposición cuando el carácter capitalista de aquellas políticas se hizo cada vez más evidente; (2) Maoístas que han seguido firmes en su apoyo a las políticas de la era revolucionaria del socialismo chino de Mao, y tiene su base popular principalmente entre los trabajadores y los campesinos; y (3) la nueva izquierda que, como su contraparte occidental (especialmente en los años 60), tiende a estar compuesta por las generaciones jóvenes, principalmente centradas en las universidades y en las nuevas ONG, que están abiertas a un amplio rango de tendencias marxistas, y también en general a tendencias sociológicas y socialdemócratas, pero con frecuencia también pueden estar más dispuestas a alinearse con los seguidores de Mao que los miembros de la vieja izquierda. Sin embargo, las líneas entre estos tres grupos no son de ninguna manera rígidas ni mutuamente exclusivas. Pueden encontrarse partidarios de la vieja izquierda a lo largo de toda la sociedad, dentro y fuera del gobierno, mientras que muchos maoístas e incluso gente de la nueva izquierda trabajan dentro del Partido y del Estado. Los paralelismos con similares categorizaciones de la izquierda occidental, especialmente en lo que se refiere a la nueva izquierda, no deberían exagerarse ya que cada grupo tiene características específicamente chinas que reflejan la historia de las luchas en ese país. En 2001 un antiguo jefe de la Guardia Roja de Zhengzhou, que estuvo preso muchos años desde que comenzaron las reformas y que sigue siendo activista, organizó una reunión muy fuera de lo común entre cuatro tendencias políticas diferentes en Beidahe, la ciudad de playa donde los principales líderes se reúnen cada año para planear sus estrategias. Si bien no pudieron ponerse de acuerdo en oponerse a todas las reformas, sí estuvieron de acuerdo en criticar a Deng Xiaoping por el grado de recapitalización que llevó a cabo.
Más recientemente, un foro de altos cuadros de varios institutos, universidades y agencias importantes se reunió para hacer un análisis marxista de la situación actual. El presidente de la Universidad de Beijing abrió la sesión. Se esperaba poder convertir esto en una reunión periódica.
El antiguo miembro del partido que estuvo detrás de la organización de esta reunión explico que esta no podría haber tenido lugar sin al menos algún apoyo de las altas esferas. En Zhengzhou, un foro similar de gente de izquierda y liberales (término que en la China actual suele incluir gente más radical que sus análogos occidentales) se llevó a cabo durante toda la década pasada, reuniendo a personas de opiniones muy diversas. Tienen en común un fuerte sentimiento de que la dirección en la que marchan la sociedad china y las políticas oficiales no es sustentable. Así, a pesar de sus diferentes formaciones y enfoques, hay muchos que pueden ser incluidos en las tres categorías (viejo , maoísta y nuevo ), dentro y fuera de los organismos e instituciones del partido y del estado, y no sólo sus ideas sino también sus foros y reuniones se solapan, interpenetran y se influencian los unos a los otros, atrayendo incluso a quienes no comparten sus ideologías. Entre las nuevas ONGs hay algunas con una fuerte base de izquierda que están trabajando en cuestiones tan prácticas como el establecimiento de escuelas en las aldeas rurales más pobres y promover una sociedad más manejada por los trabajadores y campesinos que lo que proponen las organizaciones más convencionales. Este retorno de la izquierda refleja la creciente fuerza en las clases trabajadoras de la lucha popular, lo que ha hecho imposible evitar enfrentar la crisis social en China y la amenaza de que se profundice si no hay un cambio radical de las políticas actuales. Esto reabre, por más lejano que pueda parecer hoy, la posibilidad de una renovación del socialismo revolucionario de la época de Mao.
Un ejemplo sorprendente de esta nueva apertura de la izquierda es una carta, llamada Nuestras ideas y opiniones sobre el paisaje político actual [2], dirigida a Hu Jintao por un grupo de miembros veteranos del PCC, cuadros, personal militar e intelectuales en octubre de 2004.
en una reunión periódica.
El antiguo miembro del partido que estuvo detrás de la organización de esta reunión explico que esta no podría haber tenido lugar sin al menos algún apoyo de las altas esferas. En Zhengzhou, un foro similar de gente de izquierda y liberales (término que en la China actual suele incluir gente más radical que sus análogos occidentales) se llevó a cabo durante toda la década pasada, reuniendo a personas de opiniones muy diversas. Tienen en común un fuerte sentimiento de que la dirección en la que marchan la sociedad china y las políticas oficiales no es sustentable. Así, a pesar de sus diferentes formaciones y enfoques, hay muchos que pueden ser incluidos en las tres categorías (viejo , maoísta y nuevo ), dentro y fuera de los organismos e instituciones del partido y del estado, y no sólo sus ideas sino también sus foros y reuniones se solapan, interpenetran y se influencian los unos a los otros, atrayendo incluso a quienes no comparten sus ideologías. Entre las nuevas ONGs hay algunas con una fuerte base de izquierda que están trabajando en cuestiones tan prácticas como el establecimiento de escuelas en las aldeas rurales más pobres y promover una sociedad más manejada por los trabajadores y campesinos que lo que proponen las organizaciones más convencionales. Este retorno de la izquierda refleja la creciente fuerza en las clases trabajadoras de la lucha popular, lo que ha hecho imposible evitar enfrentar la crisis social en China y la amenaza de que se profundice si no hay un cambio radical de las políticas actuales. Esto reabre, por más lejano que pueda parecer hoy, la posibilidad de una renovación del socialismo revolucionario de la época de Mao.
Un ejemplo sorprendente de esta nueva apertura de la izquierda es una carta, llamada Nuestras ideas y opiniones sobre el paisaje político actual [2], dirigida a Hu Jintao por un grupo de miembros veteranos del PCC, cuadros, personal militar e intelectuales en octubre de 2004
Aunque en un tono más respetuoso que el volante de los 4 de Zhengzhou, y dando algo de crédito a las reformas por sus logros económicos, trata en forma muy parecida los mismos temas que aquel y, con sus llamadas a una acción correctiva y a un retorno a la vía socialista para salir del camino capitalista , es igual de militante en su crítica de la situación actual. No es claro que haya habido alguna relación directa entre los dos. Pero gente de izquierda en China siguió juntando firmas en apoyo de los 4 de Zhengzhou, y el entusiasmo con el que la nueva izquierda abrazó su causa y la defensa de tales actividades maoístas está abriendo más espacio para que miembros de la vieja izquierda reafirmen sus antiguas críticas, como ocurrió en la carta a Hu. La disposición de los veteranos de las antiguas luchas revolucionarias a manifestarse tan abiertamente contra las actuales políticas del partido es una medida del nuevo clima que está emergiendo. Rebelión.


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