domingo, 24 de mayo de 2015
JOSÉ MANUEL NAREDO, HOMBRE EJEMPLAR
José Manuel Naredo es caso de los hombres ejemplares (al margen cuestiones políticas o ideológicas) al que muchos padres deberían indicar a sus hijos como uno de los hombres a seguir, en vez de a Messi, Ronaldo, Piedriño, Trampiño, Defraudorciño, Choriciño o Vaguiño, por poner solamente unos ejemplos.
*
SOBRE
RAÍCES ECONÓMICAS DEL DETERIORO ECOLÓGICO Y SOCIAL, DE J.M. NAREDO
Sociología
Crítica
19.05.2015
Jose
Manuel Naredo (1942) es econmista y estadístico. Un clásico de Cuadernos para
el Diálogo, un funcionario público impresionante, profesor honorario de
Urbanismo, Premio Nacional de Economía y Medio ambiente, uno de los mejores
“geógrafos” que ha dado este suelo y por ello, en 2008 se le otorgó también el
Premio Geocrítica http://www.ub.edu/geocrit/pig-08.htm
Naredo
lleva un tiempo explicando cuándo, en el S XVIII se desacoplaron las visiones
de la naturaleza de la economía. Los fisiócratas, economistas apegados a lo
limitado del recurso fueron los últimos. Después, se supuso que el crecimiento
ilimitado de la riqueza se produciría desacoplado de la limitada realidad
física.
El Club de Roma, el Informe Medows de los setenta y visiones ecologistas varias han tratado de advertir y tomar en serio este problema, sin grandes resultados.
Desde
una perspectiva europea concienciada pero mercantilista, como es la del Reino
Unido, se pensó que todo se puede contabilizar y capitalizar. Y se puede
mercadear con todo. Así, se comenzó a valorar la emisión de CO2 y se creó un
mercado de semejante construcción mental, tan irreal como el dinero mismo.
Siguiendo esa línea de pensamiento, hoy el Fondo Monetario Internacional publicita un nuevo
informe, concienzudo y metódico, analizando los “costes” de la
energía fósil. Incorpora en esa valoración los gastos derivados de los cambios
ambientales inducidos por alteraciones climáticas, y parcialmente incluye
cuestiones de salud pública y epidemoiología, como apuntaba Miquel Porta i
Serra que se podría hacer con tantos compuestos que perjudican la salud
pública, poniendo el ejemplo bien valorado del dinero ahorrado desde que no se
usa Pb en las gasolinas y los niños afectados en su crecimeinto han dejado de
matar o delinquir al final de su adolescencia.
El
informe del Fondo Monetario Internacional viene a explicarnos que incorporando
en la contabilidad el daño producido al medio ambiente de las actividades
relacionadas con los combustibles fósiles, resulta que las compañías que se
dedican a su explotación están fuertemente subvencionadas (no interiorizan ni
asumen los costes). Concretamente, reciben 5,3 Billones de Euros (10 exp12) al
año, es decir, más de lo que todos los países del mundo gastan en Salud
Publica.
Claro,
que esta línea de pensamiento económico también afecta a todo el Medio
Ambiente. Y así hay hordas, legiones de académicos, de facultades que se
dedican a cuantificar los servicios ambientales de cualquier cosa, desde un
tiesto de geranios hasta un bosque amazónico. Tengo varios amigos que trabajan
en cosas de estas, como el CIRAD francés. Toda esa visión es errada. El capital
no pude servir para valorar y regular. Ese es el problema de base. Y la razón
última, la explica Naredo en las mismas estructuras básicas del funcionamiento
económico mundial.
De
todas formas, en lugar de intentar desmontar las palancas del capital que
mueven el mundo, cosa imposible en estos momentos, se puede uno entretener,
mientras el barco se hunde, en tocar con el cuarteto de cuerda en la cubierta.
Así, podemos apuntar a los mecanismos históricos de concentración de poder y de
configuración del tejido empresarial energético en España (partitura que si
puede tocar la Historia Contemporánea), para explicar la situación a la que
hemos llegado, que incluso con lógica del FMI, resulta ser altamente
ineficiente en el lenguaje económico. Sabrán que está penalizado producir
energía solar, y también que las baterías Tesla y otros artilugios que
favorezcan la autogestión energética se persiguen con la regulación actual.
En
2012 y en 2013 se publicaron dos articulillos de grandes pesos pesados en la
regulación energética en España sobre el caos que reina aquí. Solo dejo dos de
los nombres y sus abreviados CV junto a los artículos:
1) Alberto Carbajo junto con 2 compañeros más publicó el 15
de septiembre de 2013. Es un Ingeniero de Minas, economista,
Director General de Minas, Consejero de la Comisión del Sistema Eléctrico
Nacional, Consultor Unión Europea, del Banco Mundial, Unión Fenosa, Director
General de Operación de Red Eléctrica de España.
2) Un año antes, publicaba Ignacio J. Pérez Arriaga (Madrid,
1948) Ingeniero Industrial con los Jesuítas (ICAI) y Doctor por la UPM…, y
Doctor por el MIT, precursor del Foro de Regulación Eléctrica de la Comisión
Europea, miembro del Tribunal de Apelación de la Agency for the Cooperation of
Energy Regulators, editor del 5º Informe del IPCC (Cambio Climático) y dirige
el Curso de Formación de Reguladores de la “Florence School of Regulation”
“Instituto Universitario Europeo”
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sábado, 23 de mayo de 2015
ECONOMÍA, POLÍTICA Y DESARROLLO HUMANO
LA
TRAYECTORIA ACADÉMICA Y LAS APORTACIONES CIENTIFICAS DE JOSÉ MANUEL NAREDO
3/3
Sociología
Crítica
19.05.2015
Naredo
ha insistido asimismo en la trascendencia que tienen las “reglas del juego
económico”, que utiliza el razonamiento monetario como guía suprema de la
gestión: “con lo cual resalta la dimensión creadora de valor y utilidad del
proceso económico, pero cierra los ojos al análisis de los deterioros que dicho
proceso inflinge en su entorno físico y social”. Según él, “las reglas del
juego económico-financiero en vigor refuerzan un orden territorial
crecientemente polarizado en núcleos atractores de recursos, capitales y
población y áreas de abastecimiento y vertido que, como hemos indicado, se
despliegan tanto a escala global como regional y local”.
Por
otra parte, estima que “el instrumental mencionado no sólo reduce la toma de
información a una única dimensión, la monetaria, sino que registra solamente el
coste de extracción y manejo de los recursos naturales, pero no el de
reposición, favoreciendo así el creciente deterioro del patrimonio natural, que
no se tiene en consideración en el proceso cuantificador”. Finalmente,
considera que el sistema financiero es fuente de nuevas desigualdades y,
citando al ecólogo Ramón Margaleff, recuerda que “el dinero tiene la propiedad
de llevar la desigualdad en las sociedades humanas mucho más lejos de lo que la
territorialidad y la jerarquía permiten en las sociedades animales”.
Para
Naredo, las raíces económico-financieras de la crisis ambiental son “un tema
tabú de nuestros tiempos” (2003). Para él, sin embargo, el juego económico
“sigue impulsando la extracción y deterioro de recursos frente a la obtención y
uso renovable de los mismos, con el consiguiente deterioro del conjunto. A
escala agregada, este modelo de gestión parasitaria nos arrastra hacia estados
de mayor entropía planetaria”.
Concluye
que “cuando la práctica totalidad del Planeta ha sido ya apropiado, el problema
ecológico no estriba tanto en socializar o redistribuir esa propiedad, como en
establecer una reglas del juego que faciliten la conservación de patrimonio
natural, con independencia de su titularidad, en vez de su acelerada
explotación-destrucción practicada hoy tanto por particulares, empresas o
administraciones de índole diversa”.
Desde
fines de los años 1980 José Manuel Naredo empezó a preocuparse por las
ciudades, espacios esenciales en el funcionamiento del ecosistema terrestre y
en continuada y rápida expansión desde el siglo XIX. Le interesaron
especialmente la creciente ocupación urbana de los suelos de mayor calidad
agronómica y el funcionamiento de los flujos de agua, de energía, materiales e
información en las áreas urbanas. La medida de dichos flujos y de su incidencia
territorial se convirtió en otra línea de investigación, realizando, ante todo,
estudios concretos que trataban de medirlos en la Comunidad de Madrid. Esa
nueva línea se dejó sentir en el libro Los flujos de agua, energía,
materiales e información en la Comunidad de Madrid y sus contrapartidas
monetarias (con J. Frías 1988), así como en otros que trataban de
describir la “anatomía y fisiología de la conurbación madrileña”. Madrid ha
sido en los últimos años objeto de su atención, aunque su objetivo es llegar a
conclusiones de carácter más general. Durante varios años ha dedicado trabajos
al crecimiento de la ciudad y el medio ambiente, al funcionamiento de las
ciudades y su incidencia en el territorio, al metabolismo económico de la
conurbación madrileña. La vinculación de sus preocupaciones sobre la
sostenibilidad y las que tenía sobre el desarrollo urbano fue rápida. Se
reflejó en su texto Sobre la insostenibilidad de las actuales
conurbaciones y el modo de paliarla (1996) y en otros estudios
dedicados a los instrumentos y estrategias dirigidos a reducir los problemas
existentes en los sistemas urbanos, “sistemas abiertos que se nutren de los
recursos de fuera y envían los residuos fuera, con la salvedad de que el modelo
de la conurbación difusa es mucho más exigente en recursos y residuos por
habitante que los anteriores”. El estudio de la evolución del metabolismo
urbano madrileño le ha servido para ejemplicar sus tesis de forma
significativa.
Naredo
defiende que las mejoras que se han obtenido en las condiciones de salubridad y
habitabilidad de las ciudades, y que posibilitaron su enorme crecimiento, “se
consiguieron generalmente a costa de acentuar la explotación y el deterioro de
otros territorios”. Pero cree que este crecimiento “no solo se revela
globalmente insostenible, sino que pone también en peligro los logros en
salubridad y habitabilidad”. También considera que para enjuiciar la
sostenibilidad de las ciudades desde una perspectiva global es preciso tener en
cuenta no sólo las actividades que en ellas tienen lugar, sino también aquellas
otras de las que dependen aunque se operen e incidan en territorios alejados:
“desde esta perspectiva, enjuiciar la sostenibilidad de las ciudades nos
conduce por fuerza a enjuiciar la sostenibilidad (o más bien la
insostenibilidad) del núcleo principal del comportamiento de la civilización
industrial; es decir, incluyendo la propia agricultura y las actividades
extractivas e industriales que abastecen a las ciudades y a los procesos que en
ellas tienen lugar”. En realidad, estima, “el principal problema reside en que
la sostenibilidad local de las ciudades se ha venido apoyando en una creciente
insostenibilidad global de los procesos de apropiación y vertido de los que
dependen”. A partir de esas posiciones teóricas Naredo ha analizado los
instrumentos económicos que pueden ser utilizados para paliar la
insostenibilidad de los sistemas urbanos (2003), y ha tratado de hacer
operativo el concepto de buenas prácticas para hacer la ciudad sostenible.
Otra
línea de investigación de Naredo en relación con la ciudad ha sido la que se
refiere al mercado inmobiliario. En los años 90 empezó a preocuparse por los
problemas que planteaba el peso creciente del negocio inmobiliario en el
desarrollo económico español . Tras diversos artículos sobre el tema en
revistas como Economía y Sociedad, Catastro y Alfoz y de amplios capítulos
sobre la composición y distribución de la riqueza, publicados distintos
volúmenes de la Fundación Argentaria y la Fundación BBV, en 1996 publicó ya un
importante libro sobre La burbuja inmobiliario-financiera en la
coyuntura económica reciente (1985-1995). En los años
siguientes siguió investigando sobre el tema produciendo otro libro notable: Composición
y valor del patrimonio inmobiliario en España 1990-1997(publicado por
el Ministerio de Fomento, 2000).
Siempre
ha insistido en que todo ese crecimiento tiene unas razones económicas y
sociales, que no se trata de procesos inscritos en la naturaleza: “el
trepidante crecimiento de la urbanización viene espoleado, más allá de la
demografía, por el insaciable afán de lucro de promotores y compradores,
animado por un marco institucional que privilegia la adquisición de viviendas como
inversión, que ha situado a nuestro país a la cabeza de Europa en porcentaje de
viviendas secundarias y desocupadas”. Al extenderse por toda la población el
virus de la especulación inmobiliaria, se está construyendo un patrimonio
inmobiliario sobredimensionado de escasa calidad y se está originando una
burbuja especulativa cuyas dimensiones resultan cada vez más amenazantes”
(Naredo, Carpintero y Marcos, 2004).
Últimamente
ha abordado, en colaboración con el economista Oscar Carpintero y la
estadística Carmen Marcos, cuestiones importantes del papel del negocio
inmobiliario en la economía española (Patrimonio inmobiliario y Balance
Nacional de la economía Española entre 1984 y 2004) y las características de la
burbuja inmobiliario-financiera en la coyuntura económica española, en
investigaciones que han visto la luz en las revistas y publicaciones de la
Fundación de las Cajas de Ahorro Confederadas, o en las revistas Bolsa de
Madrid e Información Comercial Española.
En
lo que concierne a la ocupación del suelo por usos urbano-industriales, ha
podido constatar mediante fotointerpretación que, en el caso de la provincia de
Madrid, “entre 1957 y 1980 se duplicó el requerimiento total de suelo por
habitante (excluyendo el suelo de uso agrícola), volviendo a duplicarse entre
1980 y 1999, a la vez que aumentaron espectacularmente las exigencias per
capita de energía y materiales. La mayor ocupación de suelo por habitante se
debe básicamente al aumento de la segunda residencia y de los usos indirectos
(vertederos, actividades extractivas, embalses, viario, suelo en promoción,
etc.) que conlleva el fenómeno de la conurbación difusa y de la continua
construcción-destrucción de infraestructuras e inmuebles, a la vez que crece la
proporción de viviendas y locales desocupados. Así, el presente modelo de
urbanización se revela, en Madrid, mucho más consumidor de suelo, energía y
materiales que el antiguo”. Naredo ha continuado trabajando sobre la “anatomía”
y “fisiología” de la conurbación madrileña habiendo actualizado sus trabajos
anteriores sobre la ocupación del suelo y el metabolismo urbanos en
investigaciones todavía pendientes de publicación.
Sus
cálculos sobre el patrimonio inmobiliario le han permitido afirmar que “más de
la mitad del parque de viviendas existentes en 1950 han desaparecido por
demolición o ruina en nuestro país, que cuenta con menor porcentaje de
viviendas anteriores a 1940 que Alemania, que quedó destruida por la Guerra
Mundial, haciendo que el crecimiento económico fuera más destructivo del
patrimonio inmobiliario en España de lo que, en proporción, lo fue la Guerra
Mundial en Alemania”.
Los
problemas de la distribución de la renta en España, tanto a escala social, como
territorial le han seguido preocupando durante toda su vida investigadora. El
amplio conocimiento de las fuentes estadísticas y el tratamiento riguroso de
las mismas le ha permitido publicar trabajos de gran relieve sobre la
elaboración de las series históricas sobre la renta. Así en “Crítica y revisión
de las series históricas de Renta Nacional de la posguerra”, (1991) mostró la
inconsistencia dichas series en el periodo de la posguerra, que podían llevar a
subestimar el ingreso nacional posterior. Según Naredo, las cifras oficiales de
Renta Nacional están infravaloradas durante la posguerra por haber magnificado
la caída de la renta producida por la guerra civil, por el manejo de índices de
producción obsoletos y por la ocultación de productos vinculados al “mercado
negro” durante la autarquía franquista. Como consecuencia de ello, propuso una
revisión de las estimaciones cuyo comportamiento mostraba productividades y
elasticidades más razonables.
La
composición y distribución de la riqueza de los hogares españoles y los cambios
que se han producido en la riqueza personal y familiar, son temas de
investigación que enlazan con sus antiguas preocupaciones. Naturalmente esa
línea de investigación sobre la renta tenía que reflejarse igualmente en el
estudio de los patrimonios inmobiliarios de los hogares españoles y su
distribución regional.
José
Manuel Naredo ha dedicado asimismo atención a las cuestiones éticas, y en
especial a la construcción de lo que califica como “una sociedad civil global”,
y a establecer las bases sociopolíticas para el desarrollo de una ética
ecológica y solidaria. En la misma línea ha criticado el énfasis en la
competitividad (las “patologías competitivas”) frente a las formas de
solidaridad y colaboración. Ha estudiado asimismo el problema del paro y ha
reflexionado sobre las alternativas, defendido la solidaridad, a la vez que
insistía en la importancia de la cooperación libre e igualitaria como remedio
frente al desempleo y al trabajo dependiente.
Naredo
ha sido muy consciente del significado del territorio y ha insistido en la
necesidad de considerarlo para resolver los problemas ambientales. Lo que le ha
conducido directamente a los temas de ordenación del territorio, desde hace
tiempo (cuenta ya con un texto importante sobre el tema publicado por el
Colegio de Arquitectos de Madrid en 1984) . Por esta razón ha seguido
atentamente el desarrollo de la geografía, una disciplina que ha valorado
repetidamente, aunque no dejara de criticar a los geógrafos el olvido de ciertos
temas. Así hizo cuando en 2003 organizó en Lanzarote con el apoyo de la
Fundación César Manrique, un seminario sobre La incidencia de la especie humana
sobre la faz de la Tierra, 1955-2005, que se situaba explícitamente en la
estela de dos congresos que tuvieron una gran repercusión: el que impulsaron
Carl Sauer, Clarence Glacken y Lewis Mumford sobre el tema Man’Role in
Chainging te Face of the Earth, celebrado en Princeton en 1955, y el que tuvo
lugar en 1987 sobre The Earth as Trasnformed by Human Action. Global and
Regional Changes over the Past 300 Years, organizado en la Clark University por
el geógrafo Bill Turner II, con la colaboración de Robert W. Kates y Gilbert F.
White. El seminario de Lanzarote dio lugar a un libro publicado en 2005, la
colección “Economía vs Naturaleza”, con el título La incidencia de la especie
humana sobre la faz de la Tierra (1955-2005) para conmemorar el 50 aniversario
del mencionado Simposio de Princeton.
En
la convocatoria del simposio de Lanzarote, Naredo criticaba que a medida que se
han ido agravando los problemas ecológico-ambientales, y aumentaban los
estudios y los congresos dedicados a ello, se ha ido desplazando el interés
desde el territorio hacia el clima. Es el uso de la Tierra y de sus recursos la
causa del deterioro ambiental y del cambio climático. Y criticaba a los
geógrafos por haber olvidado los análisis sobre la incidencia de la especie
humana sobre la faz de la Tierra. Naredo estima que es preciso prestar atención
a cuestiones que se trataron en el simposio de 1955, desde los recursos, las
características diferenciales del territorio y las estrategias de actuación
sobre el mismo, hasta los residuos y las múltiples consecuencias que tienen,
una de las cuales es la que se refiere a las alteraciones del clima. Señala la
gran paradoja de que mientras en 1955 los geógrafos prestaba gran atención a la
fotografía aérea del territorio, el simposio de 1990 no sacó partido de las
imágenes de satélite ya disponibles, a la vez que los análisis se parcelaban y
no se presentaron trabajos sobre problemas globales ni hubo preocupación por
los aspectos políticos y económicos que inciden en la transformación de la
Tierra.
Falta
todavía, señala Naredo, lo que Mumford ya planteaba en 1955, “una filosofía
común del desarrollo humano que revise críticamente todas nuestras
formulaciones históricas parciales, incluidas las ideas de sistema político
democrático y de sistema económico mercantil sobre las que implícitamente
reposa la idea hoy hegemónica de sociedad, con sus metas e instituciones”.
Al
concederle el Premio Internacional Geocrítica 2008 el jurado desea destacar su
esfuerzo por recuperar esos ideales, su contribución al examen crítico de los
efectos de la acción humana sobre el planeta y su animosa búsqueda para
establecer las bases de una nueva filosofía y economía del desarrollo humano.
*
viernes, 22 de mayo de 2015
ECONOMÍA, POLÍTICA Y DESARROLLO HUMANO
LA
TRAYECTORIA ACADÉMICA Y LAS APORTACIONES CIENTÍFICAS DE JOSÉ MANUEL NAREDO
2/3
Sociología
Crítica
19.05.2015
Volviendo
a los temas agrarios, desde comienzos de la década de 1990, Naredo dirigió su
atención tanto hacia las formas tradicionales de restitución de la fertilidad a
la tierra en los sistemas agrarios como hacia las transformaciones recientes.
Ha mostrado que a partir del XIX todo un conjunto de técnicas agrarias fueron
sustituyendo a la naturaleza como fuerza productiva, analizando cómo la
industria y la actividad comercial influyeron en la transformación de la agricultura.
Las nuevas técnicas agrarias dieron lugar a una progresiva pérdida de
eficiencia energética y una acusada vulnerabilidad de gran parte de los
sistemas agrarios por la creciente utilización de productos químicos y
derivados del petróleo, lo que ha acabado afectando a la calidad final de los
alimentos obtenidos.
En
el contexto de esas preocupaciones, aprovechó sus contactos con investigadores
de la historia agraria sensibles a estos temas, como Ramón Garrabou y Manuel
González de Molina, catedráticos de historia económica e historia contemporánea
en Barcelona y Granada, respectivamente, para promover investigaciones sobre la
fertilización y el agua en los sistemas agrarios desde una perspectiva
histórica, en el marco de la Sociedad Española de Historia Agraria (SEHA) A
partir de 1994 se organizó una serie de encuentros con historiadores, biólogos,
ingenieros agrónomos, economistas y geógrafos para estudiar la fertilidad y el
problema del agua. En esta línea destaca la conferencia inaugural que impartió Naredo
en el Congreso de la SEHA celebrado en Baeza a comienzos de junio 1995 sobre
“Agroecología e historia agraria”. Como resultado de varios encuentros entre
técnicos e historiadores, el grupo coordinado por él y por Ramón Garrabou
publicó, en 1996 y 1999, sendos libros sobre la fertilización y al agua en los
sistemas agrarios editados en la colección “Economía y Naturaleza” . Ese sería
el comienzo de una colaboración que ha tenido luego un desarrollo muy valioso,
y que ha estimulado avances en la línea investigadora de otros historiadores y
economistas barceloneses y de otras áreas. Esos debates dieron lugar a una
orientación decidida hacia el estudio del paisaje, que se consideró, como ha
escrito Enric Tello “una vía para conocer el funcionamiento de los sistemas
agrarios, y la evolución histórica del territorio analizada desde una
perspectiva a la vez agro-ecológica y socio-económica”. Entre otras cosas, este
desarrollo originó, a modo de manifiesto, el libro colectivo de Pujol, González
de Molina, Fernández Prieto, Gallego y Garrabou (2001) titulado El
pozo de todos los males, que revisó críticamente los enfoques de
la historia agraria sobre “el atraso” de la agricultura española contemporánea,
originando amplia polémica. Esta polémica se reflejó en las páginas de la
revista Historia Agraria y reclamó incluso un artículo de Naredo: “Reflexiones
metodológicas en torno al debate sobre “el pozo” y el atraso de la agricultura
española” (2006).
Entre
los recursos necesarios para la agricultura, y para la vida en general, Naredo
ha prestado especial atención a la economía del agua. Las formas de gestión de
ésta en áreas donde es escasa se reflejó en un estudio sobre los Sistemas
de producción e incidencia ambiental del cultivo en suelo enarenado y en
sustratos (dirigido en colaboración con el profesor de la Escuela
Superior de Ingenieros Agrónomos de Almería, José López-Gálvez, 1996).
Paralelamente el uso del agua en los sistemas agrarios, la gestión hídrica en
diversas regiones españolas y en otros países dio lugar a diferentes
publicaciones personales (Enfoques económicos y ecológicos en la
encrucijada actual de la gestión del agua en España, 1997, La
economía del agua en España, 1997) y, sobre todo, a una serie de libros
realizados con autores de diferentes especializaciones. Estas publicaciones, al
igual que las anteriormente citadas, muestran sus esfuerzos por establecer
relaciones transdisciplinarias para resolver los problemas científicos que ha
ido abordando, así como su capacidad para animar relaciones personales e
institucionales: Las cuentas del agua en España (dirigido
en colaboración con el Dr. Ingeniero Agrónomo, Catedrático de Edafología y
Climatología de la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid, José
María Gascó, 1994, La gestión del agua de riego (
dirigido con J. López Gálvez, 1997), La gestión del agua en España y
California, (con el físico y economista zaragozano Pedro Arrojo, 1997), El
agua en los sistemas agrarios. Una perspectiva histórica(editado con el
historiador Ramón Garrabou, 1999). Poco después coordinó el volumen de la
revista Archipiélago sobre El agua: un despilfarro
interesado (2003), y publicó Ideas y propuestas
para una nueva cultura del agua (en colaboración con el ingeniero
industrial y urbanista Antonio Estevan, 2004). Su interés por este importante
tema se ha mantenido hasta hoy, como muestra su ponencia marco sobre “Costes y
cuentas del agua. Propuestas desde un enfoque ecointegrador”, que elaboró para
el Seminario Costes y Cuentas del agua en Cataluña en relación con la Directiva
Marco del Agua, promovido por la Agencia Catalana del Agua, 18 y 19 de junio
2007 en Barcelona y su participación en el V Congreso Internacional de
Ordenación del Territorio, celebrado en Málaga a fines de noviembre de 2007, y
donde ha coordinado una sección sobre “agua y el territorio”.
Pero
además de tratar las temáticas antes indicadas, José Manuel Naredo ha
contribuido a establecer fundamentos de la economía ecológica, a lo que ha
dedicado varios trabajos (1994, 1998. 1999). Toda esa línea de reflexión se fue
incorporando a su concepción ecosistémica, en la que el problema de la energía
adquiere una importancia fundamental. Además de los balances energéticos en la
agricultura española antes mencionados, también se ocupó, de manera más general,
de la energía en el funcionamiento de los ecosistemas. Su punto de vista es
éste: “ la Tierra es un sistema cerrado en materiales, salvo la excepción de
los meteoritos, pero recibe diariamente la energía solar. De ahí que el
mantenimiento de la vida a largo plazo en la Tierra solo sea posible apoyándolo
en la energía solar y en sus derivados renovables, pero no en el mero uso y
degradación de los stocks de ciertos materiales contenidos en la Tierra ”.
Se
ha esforzado por elaborar y reunir cálculos lo más precisos posible sobre el
volumen ligado a la extracción de biomasa y recursos minerales en el conjunto
del planeta. De dichos cálculos concluye que: “el metabolismo de la sociedad
actual, al movilizar anualmente más de 100.000 millones de toneladas de
materiales sólidos, alcanza órdenes de magnitud comparables a los de los
grandes ciclos de la biosfera (por ejemplo, el ciclo del carbono en las tierras
emergidas alcanza un tonelaje similar), y tiene, por tanto, una incidencia muy
significativa a la escala planetaria”. También estima que “la intervención
humana sobre la corteza terrestre orientada a la obtención de rocas y minerales
supera en importancia a la de cualquier agente geológico y contribuye a situar
las extracciones conjuntamente de agua y productos bióticos a una escala sin
precedentes, que resulta muy significativa a nivel planetario”. Y concluye
“tras haber erigido la noción de producción en centro de la ciencia económica,
la civilización industrial está convirtiendo también en no renovables e
insostenibles las únicas producciones que habían sido tradicionalmente
renovables y sostenibles, a saber: las verdaderas producciones de la
agricultura, de las pesquerías y de los bosques”. Realmente, puede afirmarse,
como él hace, que “la especie humana se ha erigido en la cúspide de la pirámide
de la depredación planetaria”.
A
partir del problema de los recursos José Manuel Naredo fue adquiriendo una
preocupación creciente por el mantenimiento de la vida a largo plazo en nuestro
planeta.
Ha
realizado un gran esfuerzo en la búsqueda de un marco teórico integrador, que
permita explicar las interrelaciones entra las diversas variables naturales y
sociales que analiza, y no ha dudado en transitar caminos a veces arriesgados,
como los que le han llevado a explorar el campo de la física y la aplicación de
conceptos biológicos (como metabolismo y otros) a las ciencias humanas. La
exploración que ha realizado en el campo de la ecología para estudiar modelos
de comportamiento en la naturaleza, (por ejemplo los modelos parásito-huésped y
el ya citado depredador-presa, así como el estudio de los flujos de energía y
materiales) le ha movido a examinar las posibilidades que ofrecen para el
estudio de los patrones demográficos de las poblaciones humanas en su relación con
los recursos terrestres. Ha encontrado que “la especie humana no sólo destaca
como la gran depredadora de la biosfera, sino también de sus propios
congéneres, llegando a escindirse profundamente como especie: la polarización
social entre países, regiones o barrios es tan extremada que origina patrones
demográficos tan diferentes como los que se observan en la naturaleza entre
especies distintas”.
Sus
análisis han sabido combinar diestramente el conocimiento histórico y el
análisis de los conceptos que se difunden y se utilizan de forma acrítica. Se
ha interesado una y otra vez por los presupuestos intelectuales que permanecen
ocultos en los discursos dominantes. Ha reflexionado, por ejemplo, sobre el
origen, el uso y el significado del término “sostenible” (1995), acuñado a
partir de los debates sobre “los límites del crecimiento”, especialmente tras
la publicación del Primer informe del Club de Roma (1971). Como es sabido,
dichos debates hicieron tomar conciencia sobre los problemas que generaba el
intenso desarrollo económico de la civilización industrial apoyado en el
elevado nivel tecnológico alcanzado, y reconocieron la imposibilidad del
crecimiento económico ilimitado a escala planetaria. Todo ello dio lugar a un
intenso debate sobre la conservación de los recursos, y a la aparición de
nuevos conceptos como “ecodesarrollo”, que fue explícitamente vetado por Henry
Kissinger, entonces Secretario de Estado de EEUU. “Desarrollo sostenible” fue
la alternativa que se difundió desde la segunda mitad de los años 1980, y en
especial a partir del informe sobre Nuestro futuro común (1987) impulsado por
las Naciones Unidas y coordinado por Gro Harlem Brundtland. Este concepto se
aplicó a aquel desarrollo que permite “satisfacer nuestras necesidades actuales
sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las
suyas”, teniendo la virtud de contentar a todo el mundo al establecer un puente
virtual entre “conservacionistas” y “desarrollistas”.
En su preocupación por desvelar el
origen y las funciones de los conceptos utilizados en los discursos dominantes
José Manuel Naredo ha puesto de manifiesto la ambigüedad de ‘desarrollo
sostenible’ y ‘sostenibilidad’, que ponen énfasis en la gestión económica de
los recursos más que en la salud de los ecosistemas. Ha mostrado la función
retórica que tienen esos conceptos y las razones por las que fueron fácilmente
aceptados por los economistas. La palabra ‘sostenible’ sería un ejemplo de
“la inflación que acusan las ciencias sociales de términos de moda cuya
ambigüedad induce a utilizarlos más como conjuros que como conceptos útiles
para comprender y solucionar los problemas del mundo real”. Se trata, como
también ha señalado, de una retórica que oculta o banaliza los daños
ocasionados por el modelo de desarrollo económico sin cambiar nada esencial del
mismo.
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jueves, 21 de mayo de 2015
PP / PSOE: NI UN VOTO A ELLOS DE NADIE QUE VIVA DE SU TRABAJO
DOCUMENTAL ALEMÁN MUESTRA QUE EL EURO FUE DESDE EL PRINCIPIO UN GRAN FRAUDE Y UNA MÁQUINA DE MENTIRAS
ELBLOGSALMON.COM
16 de mayo de 2015 | 05:00 CET
La mirada más aguda sobre la crisis del
euro está en este documental de Michael Wech realizado en 2012 que muestra
cómo el euro fue desde el principio un gran fraude y una máquina de
mentiras. Todos engañaron y todos mintieron para ocultar los desequilibrios
monetarios de la zonaeuro. No sólo Grecia hizo fraude cuando
recurrió a Goldman Sach para el maquillaje de sus cuentas, sino también
Alemania y Francia cuando engañaron al público con cifras de falsos déficit
para no trasgredir "los criterios de la estabilidad monetaria”.
El documental sigue la historia del euro desde 1996 con las primeras y tensas
reuniones entre Helmut Kohl y Jacques Chirac. Desde un principio se supo que el
euro debía ser para un grupo seleccionado de países y que por ningún motivo
podrían formar parte de la moneda única países como Grecia, Portugal, Bélgica,
España o Italia. Así se lo hicieron ver a Helmut Kohl Holanda y Austria. Pero
Alemania quería tener a su lado a Francia, para borrar los horrores de la
guerra, y Francia quería tener a su lado a Italia. Las trampas y apuestas por
quien formaría parte de la moneda única son recreadas en esta conversación que
sostienen en Verona, en la primavera de 1996, Theo Waigel, ministro de finanzas
de Alemania y su homólogo griego Yannos Papantoniou:
-¿cómo se supone que usará este billete
un ciudadano o campesino griego que no sabe latín? –pregunta Papantoniou-
¿mirando los números? ¿Estarán en griego? A lo que Waigel responde:
-Grecia no está en el euro ahora y nunca lo estará. ¿Crees que Grecia podría estar en la zonaeuro alguna vez?
-Claro que sí –replicó Papantoniou- ¿apostamos algo?
-Grecia no está en el euro ahora y nunca lo estará. ¿Crees que Grecia podría estar en la zonaeuro alguna vez?
-Claro que sí –replicó Papantoniou- ¿apostamos algo?
Grecia tenía una ambición secreta por el
euro y a Alemania le interesaba que la moneda que reemplazaría al Deutsche Mark
se adoptara en la mayor cantidad de países. El euro prometía un sueño de
prosperidad y todos querían ser parte del club. Para los políticos de España,
Portugal o Irlanda quedar fuera de la moneda única era un rotundo fracaso ante
sus ciudadanos. Todos querían ser parte de la eurozona para introducir la
moderna disciplina financiera aunque los enormes desequilibrios eran conocidos
por todo el mundo: en pleno 1997 el Estado griego carecía de sistemas
informáticos y llevaba sus estadísticas “a mano”.
Las decisiones equivocadas que se
tomaron en las primeras etapas de la eurozona son presentadas en este
documental desde la perspectiva de los personajes directamente involucrados:
Wolfgang Schäuble, Theo Waigel, Yannis Stournaras, Hans Eichel, Jean-Claude
Juncker. Por eso el trabajo de Michael Wech es una crónica fascinante de los
acontecimientos que ocurrieron y que han llevado a Europa a la crisis actual.
Wech reconstruye las trampas de los políticos, y cómo mintieron y se engañaron unos
a otros, incluyendo al primer ministro alemán Gerhard Schröder, quien mintió
sobre el déficit para no sufrir una derrota en las elecciones y ser reelecto
por un segundo mandato.
La ambición y el individualismo tan
característicos en la ideología implantada por Thatcher y Reagan, arrastró a
Europa a una enorme trampa. Todos mintieron, engañaron y perdieron por
la moneda única, hundiendo la democracia y el estado de bienestar que era
uno de los grandes logros de la postguerra. Sólo ganó la gran banca, una vez
más. Por maquillar las cuentas griegas, esconder el gasto militar y trasladar
gastos al futuro, Goldman Sachs se embolsó 500 millones de dólares. Es la fría
transformación del mundo, que privilegió a las finanzas en detrimento de las
personas.
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GRECIA. SI LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SILENCIAN, DEFORMAN O MIENTEN ACERCA DE LO QUE PASA ALLÍ, ¿POR QUÉ NOS VAN A DECIR LA VERDAD DE LO QUE PASA EN ESPAÑA?
Para que se sepa: el paro está bajando en Grecia
INICIATIVADEBATE.ORG
Publicado en may 12 2015 - 6:35pm Por IDP
Lazarillo | Diario del Aire | 12/05/2015
Leo la noticia de la readmisión de un grupo de limpiadoras
del Ministerio de Finanzas de Grecia, que hoy vuelven a sus puestos de trabajo,
tras ser despedidas hace más de un año por el gobierno del conservador Andonis
Samarás. “El Ministerio de Finanzas fue durante cinco años el centro de
planificación de políticas destructivas para la sociedad griega. Mientras
despedía a estas señoras que limpiaban el ministerio con salarios bajísimos,
contrataba asesores con salarios millonarios”, destacó el titular de ese
departamento, Yanis Varoufakis.
El grupo de 595 mujeres se convirtió en todo un símbolo de
resistencia frente a las políticas de austeridad, cuando, tras perder sus
empleos, acamparon a las puertas del Ministerio de Finanzas para exigir su
readmisión. Las trabajadoras formaban parte de la plantilla estatal de
funcionarios y se encargaban de limpiar el Ministerio y las delegaciones de
Hacienda en todo el país. El actual Parlamento aprobó la ley de reforma
administrativa, que prevé la readmisión de todos los trabajadores del sector
público cuyos despidos fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal
Supremo Administrativo, un total de 3.928 empleados.
No he leído en nuestros grandes medios de comunicación
convencionales la noticia de que la tasa paro en Grecia, con el nuevo gobierno
de Syriza, descendió en febrero hasta el 25,4%, lo que supone su nivel más bajo
desde julio de 2012 –cuando estaba en el 25,3%–, según informó la oficina
estadística helena (Elstat) en un comunicado. El dato registrado en Grecia en
el segundo mes de 2015 es 1,8 puntos porcentuales inferior al 27,2% registrado
en febrero de 2014 y se aleja de su máximo histórico registrado en julio y
septiembre de 2013, cuando se situó en el 27,9%, después de que el
entonces primer ministro, el ultraconservador Samaras, empezase a aplicar a
rajatabla las ‘recetas’ del Fondo Monetario, el Banco Europeo y la Comisión
Europea.
El número de empleados en Grecia se cifra en 3,55 millones de
personas, en comparación con los 3,49 millones del mismo mes de 2014, mientras
que el número de parados se sitúa en los 1,21 millones, en comparación con
los 1,30 millones de febrero del año anterior. El número de griegos con empleo
se incrementó un 1,6% en febrero en comparación con el mismo mes del año
anterior. Este Lazarillo está convencido de que si el desempleo hubiese crecido
en Grecia en estos meses, tendríamos sobrada información y opinión contra el
actual gobierno de aquel país en los “modélicos” medios de comunicación
convencionales. Máxime teniendo en cuenta que estamos en periodo electoral y ya
sabemos a qué partidos beneficiarían esos datos.
*++
ECONOMÍA, POLÍTICA Y DESARROLLO HUMANO
LA
TRAYECTORIA ACADÉMICA Y LAS APORTACIONES CIENTÍFICAS DE JOSÉ MANUEL NAREDO
1/3
Sociología
Crítica
19.05.2015
El
Premio Internacional Geocrítica 2008 se concede a José Manuel Naredo Pérez por
su destacada contribución al estudio de los recursos naturales de nuestro
planeta y el deterioro de los ecosistemas terrestres y su papel en la creación
de una conciencia crítica sobre el deterioro ambiental, todo ello realizado
desde el rigor y la máxima exigencia. El premio desea valorar también su
talante interdisciplinario, e incluso transdisciplinario, su capacidad para
estimular a otros investigadores a la realización de trabajos sobre problemas
relevantes del mundo actual, así como su decidido compromiso con los
movimientos sociales que buscan alternativas a la actual organización económica
del mundo.
José
Manuel Naredo Pérez nació en 1942 y realizó estudios en la Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad de Madrid y en la Escuela de Estadística de
Madrid, ingresando en el Cuerpo de Estadísticos Facultativos del Estado. En
1987 presentó su Tesis Doctoral obteniendo el Doctorado en Ciencias Económicas
en la Universidad Complutense de Madrid.
Ha
sabido compatibilizar su actividad personal de investigación, plasmada en
numerosas publicaciones, con su trabajo en diferentes áreas de estudio de la
Administración y de la banca pública . Ha sido jefe del Servicio de Análisis de
la Coyuntura del Instituto Nacional de Estadística (encargado de realizar un
informe anual sobre La distribución de la renta en España y diferentes estudios
macroeconómicos sobre el tema durante la primera mitad de los años 1970) y de
otros departamentos de estudio en el Ministerio de Economía y Hacienda. Ha
dirigido el área de Estudios y Publicaciones del Banco de Crédito Agrícola, ha
sido Director del Programa “Economía y Naturaleza” y Asesor del Programa
“Igualdad” de la Fundación Argentaria, cuando este banco pertenecía al sector
público. A nivel internacional ha trabajado como sido consultor en la División
de Estudios Nacionales de la OCDE (París) y ha sido vocal del Comité español
del Programa MAB de la UNESCO.
Desde
hace algún tiempo abandonó la función pública y trabaja como investigador y
consultor libre. Desde el punto de vista académico es profesor “ad honorem” en
el Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Escuela
Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y, de
la misma manera honorífica, ha estado vinculado al Departamento de Historia e
Instituciones II de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad
Complutense de Madrid. En 2000 fue galardonado con el Premio Nacional de
Economía y Medio Ambiente.
Ha
sido colaborador de gran número de iniciativas editoriales que han tratado de
difundir el pensamiento crítico, como Cuadernos de Ruedo Ibérico, Archipiélago,
Le Monde Diplomatique. También colaboró en Cuadernos para el Diálogo y en la
revista Triunfo, contribuyendo, en su primera época, al trabajo colectivo de crítica
económica que se fue publicando bajo el pseudónimo de “Arturo López Muñoz” (en
el que participaban Juan Muñoz, Santiago Roldán y otros). Al mismo tiempo ha
apoyado desde el consejo asesor o editorial a otras empresas editoriales más
académicas, como las desaparecidas revistas Agricultura y Sociedad, Economía y
Sociedad y Alfoz (promovidas por el Ministrio de Agricultura y la Comunidad de
Madrid, respectivamente), la Revista de Estudios Regionales (editada por la
Facultad de Ciencias Económicas de Málaga), la Revista de Estudios Agrosociales
y Pesqueros (del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) y la revista
Historia Agraria. Revista de Agricultura e Historia Rural (editada por la
Sociedad Española de Historia Agraria). Ha sido impulsor de iniciativas
editoriales diversas en instituciones como los Cuadernos del Banco de Crédito
Agrícola y la colección “Economía y Naturaleza” de la Fundación Argentaria que
dio lugar a la más reciente Colección “Economía versus Naturaleza” patrocinada
por la Fundación César Manrique. Ha sido socio fundador de la Asociación
Hispano-Portuguesa de Economía de los Recursos Naturales y Ambientales, de la
que es miembro del Comité Científico, y de la Fundación “Nueva Cultura del
Agua”. Ha apoyado siempre iniciativas ecológicas tales como la Asociación de
Agricultura Ecológica, de la que es socio de honor, y otras en defensa del
medio ambiente y del aprovechamiento sostenible de los recursos.
Los
campos fundamentales a los que ha dedicado su investigación y su reflexión son
la agricultura, la economía del agua, la energía la ordenación del territorio,
los mercados inmobiliarios y los aspectos patrimoniales y financieros , unidos
con reflexiones de fondo sobre el pensamiento económico y las relaciones entre
economía y ecología . Estas líneas de investigación se han solapado con los
estudios, informes y publicaciones realizados para las administraciones y
organismos en los que ha trabajado sobre seguimiento y previsión de la
coyuntura, la distribución de la renta y la riqueza, la agricultura y la
industria agroalimentaria,…o las memorias e informes financieros del Banco de
Crédito Agrícola. A lo largo de toda su trayectoria investigadora ha tratado de
combinar los análisis estadísticos, la crítica de las fuentes y los estudios de
la coyuntura económica, así como de situar los análisis concretos en un marco
teórico integrador. A partir del excelente conocimiento que ha tenido de todas
esas dimensiones ha podido elevarse a una reflexión de fondo sobre los
fundamentos de la ciencia económica en la dimensión macroeconómica, a la vez
que ha podido realizar análisis en profundidad sobre el funcionamiento y la
evolución de los sistemas agrarios, los sistemas urbano-industriales, los
recursos naturales, … y la evolución del sector inmobiliario. Aunque ha
carecido de apoyos académicos, políticos o mediáticos, sus investigaciones han
tenido una gran difusión, como muestra el hecho de que en Google Académico haya
más de 500 referencias a sus trabajos, pese a que muchos de ellos vieron la luz
en la era preinformática.
Aunque
no ha tenido posiciones académicas universitarias estables, ha encontrado
tiempo también para dirigir Tesis doctorales sobre temas relacionados con las
líneas de investigación que ha seguido. Entre éstos, los aspectos patrimoniales
en la agricultura española (Amalia Cardallage), la gestión del agua subterránea
en la cuenca alta del río Guadiana (Gregorio López Sanz) y la evolución del
metabolismo de la economía española durante el último medio siglo (Oscar
Carpintero). Destacarán posteriormente sus numerosas colaboraciones con Óscar
Carpintero, calificado por Joan Martínez Alier como “el principal discípulo de
José Manuel Naredo” en su introducción al libro de Carpintero sobre “la
bioeconomía de Georgescu-Roegen”(2006).
Desde
mediados de los años 1960 se dedicó a las investigaciones sobre cuestiones
agrícolas. Su libro La evolución de la agricultura en España. Desarrollo
capitalista crisis de las formas de producción tradicionales, publicado en
1971, tuvo una gran difusión, y conoció luego otras ediciones; la cuarta,
corregida y ampliada, se publicó en 2004 y extiende el análisis al periodo
1940-2000.
Algunos
de los materiales que luego constituyeron ese libro se publicaron inicialmente
en la revista Cuadernos de Ruedo Ibérico, una publicación antifranquista que se
editó en Paris entre 1965 y 1979, por iniciativa de José Martínez, director de
la editorial Ruedo Ibérico y que fue una referencia política e intelectual
importante para los movimientos de oposición al régimen de Franco. Sus trabajos
en dicha revista se publicaron bajo los pseudónimos de Juan Naranco, Carlos
Herrero, Genaro Campos y, sobre todo, Aulo Casamayor, a la vez que participó activamente
en las labores de edición. Más adelante retomó algunos de sus trabajos
publicados con este último pseudónimo referentes al capitalismo español y las
alternativas que ofrecía la oposición política al franquismo para publicarlos,
junto con nuevas reflexiones sobre naturaleza la “transición” y del actual
régimen democrático, en 2001 en un libro titulado Por una oposición que se
oponga. Asimismo en el entorno de esa revista en París, ciudad donde Naredo
pasó algunos años trabajando como consultante en la OCDE , anudó relaciones con
el economista Juan Martínez Alier, entonces preocupado por el estudio del
latifundio andaluz y que más tarde sería una personalidad destacada en la
creación de una nueva rama de la economía, la economía ecológica (de cuya International
Society of Ecological Economics es hoy presidente). Con Martínez Alier colaboró
en la edición de los Cuadernos de Ruedo Ibérico y se preocuparía de analizar
las implicaciones de la crítica de Marx y Engels al Segundo Principio de la
Termodinámica, como antecedente del desarrollismo marxista contradictorio con
las nuevas perspectivas de la economía de la energía y de la economía
ecológica, en un artículo publicado en el Journal of Peasants Studies en 1982.
El
interés que en aquellos años tenía Naredo por las cuestiones agrarias se
prolongó desde los años sesenta hasta nuestros días y ha dado lugar a una
producción muy numerosa, publicada en diferentes medios. Una buena parte de
ella a través de la revista Agricultura y Sociedad, en la que es el autor más
citado de todos los que han publicado en ella. Sus reflexiones sobre los
sistemas agrarios fueron derivando hacia su conexión con los recursos naturales
y el territorio. En esta línea se sitúa su artículo, con Óscar Carpintero,
“sobre la evolución de los balances energéticos de la agricultura española
(1950-2000)”, publicado a finales de 2006 en la Revista de Historia Agraria. O
su capítulo introductorio “Metabolismo económico y deterioro territorial:
tendencias en curso y posibles remedios” publicado en 2006 en el libro
colectivo con reflexiones y experiencias del movimiento agroecológico.
Gran
repercusión tuvo también el libro que dirigió con los sociólogos Mario Gaviria
y Juan Serna, con el título Extremadura saqueada: recursos naturales y
autonomía regional (1987). En esta obra existe una temprana exploración del
modelo depredador-presa para ejemplificar la tendencia a ordenar el territorio
en núcleos atractores de capitales, poblaciones y recursos y áreas de
apropiación y vertido; también se realizó un esfuerzo para cuantificar los
flujos netos de materiales y energía, así como de población y capitales, que
succionaban las áreas centrales (en el caso de Extremadura, las aglomeraciones
urbanas de Madrid y Barcelona)
Otros
problemas planteados en los trabajos publicados durante los años setenta y
ochenta dirigieron sus reflexiones hacia el crecimiento y el funcionamiento de
los sistemas económicos. En relación con todos ellos, sintió la necesidad de
profundizar en el conocimiento de las ideas económicas, lo que dio lugar a una
obra de gran profundidad sobre la formación del pensamiento económico actual el
libro La economía en evolución. Historia y perspectivas de las categorías
básicas del pensamiento económico, seguida de dos ediciones más: la tercera corregida
y ampliada, en 2003 alcanza 572 páginas. Esta obra fue acompañada por una
amplia serie de trabajos que le permitieron profundizar en determinados
aspectos de ese pensamiento . Por un lado, sobre la evolución de los conceptos
y las teorías económicas desde el siglo XVIII a la actualidad, con trabajos
como “La economía en evolución: invento y configuración de la economía en los
siglos XVIII y XIX y sus consecuencias actuales”, “Configuración y crisis del
mito del trabajo” o “El oscurantismo territorial de las especialidades
científicas” . Por otro, sobre cuestiones como los límites del crecimiento y la
crisis de la planificación, el sistema financiero, y el proceso de
globalización.
En
los años 1990 el estudio de la estructura económica le llevó a profundizar en
el estudio del metabolismo del sistema económico en relación con otros
sistemas, lo que enlazó con su creciente atención al problema de los recursos
naturales y una renovada preocupación por la energía. En esta dirección fue sin
duda importante la colaboración con especialistas de diversas disciplinas, como
Antonio Valero, catedrático de Energética (Máquinas y Motores Térmicos) en la
Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Zaragoza, y el ecólogo
Fernando Parra. Dicha colaboración se reflejó en la publicación de varios
libros de gran interés; ante todo, el editado con Fernando Parra Hacia
una ciencia de los recursos naturales (1994), y el que dirigió con
Antonio Valero sobre Desarrollo económico y deterioro ecológico(1999);
poco después, junto con Fernando Parra editó los libros Economía,
ecología y sostenibilidad en la sociedad actual (2000) y Situación
diferencial de los recursos naturales españoles (2002), este
último con recomendaciones de política ambiental. Se trata de hitos sucesivos
en un camino de búsqueda de un marco general integrador del funcionamiento del
sistema económico y del sistema terrestre.
Para
el estudio de las relaciones entre el desarrollo económico y el deterioro
ecológico profundizó nuevamente en el modelo depredador – presa a escala
planetaria, centrando la atención en el comercio de los países ricos, lo que le
permitió confirmar la condición que tienen de receptores netos de recursos del
resto del mundo, ilustrado con mapas de flujos de los principales productos del
comercio internacional. También puso de manifiesto que las cuentas de los
países ricos se saldan con el intercambio financiero y no con la balanza de
mercancías, al actuar estos países como atractores del ahorro de todo el mundo.
Todas
estas investigaciones fueron conduciendo a Naredo hacia temas poco planteados
o, simplemente, olvidados por economistas y científicos sociales, como el que
se refiere a las “Raíces económico-financieras del deterioro
ecológico y social”, como reza el título uno de sus últimos libros con
ediciones en 2006 y 2007 , así como a lo que ha calificado en otras
publicaciones como “la cara oculta del desarrollo”, analizando la interacción
entre los sistemas económicos y ecológicos.
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