Radiografía deVox
Un partido militarista, racista, clerical,
proimperialista, antifeminista, neoliberal
Daniel Pereyr
Vientosur
23.04.2019
¿Cuáles son las
raíces de Vox? Si tomamos como una base periodística bastante bien documentada
el artículo de El País Semanal del 14 de abril de 2019, estas serían:
El Partido
Popular, del cual surgieron la Fundación FAES, fundada por Aznar, y activistas
del PP Vasco, como Santiago Abascal (hoy Secretario general de VOX), además de
contar con muchos notables llegados del franquismo; la Fundación para la
Defensa de la Nación Española (DENAES), creada en 2006, cercana a Basta Ya! y
el Foro de Ermua, apoyados por Esperanza Aguirre y otros líderes del PP,
incluso un ex jefe de la Casa del Rey Juan Carlos y en su momento patrono de
honor de la Fundación; sectores fundamentalistas católicos, incluyendo varios
obispos, el cardenal Antonio María Rouco Varela, cabeza del catolicismo
madrileño, y la Fundación Hazte Oír y el Foro Español de la Familia; destacados
militares, incluyendo generales, opuestos a las políticas de ascensos; grupos
de opinión, como Intereconomía, Libertad Digital, Cadena Cope y adversarios del
independentismo.
Y otros que no
menciona El País Semanal, como los núcleos patronales orientados por el
economista Rubén Manso, ultraneoliberal y autor de la política económica de
Vox; sus vínculos internacionales (el exilio cubano, la derecha norteamericana
del Partido Republicano, de la Asociación del Rifle, los sionistas y
anti-islamistas); núcleos antiabortistas de mujeres; negacionistas del
Holocausto; aficionados a los toros, la caza y la pesca.
La reciente
aparición de Vox en el panorama político español, incorporado con fuerza en el
proceso electoral de 2019, y su impactante resultado en las elecciones
andaluzas, con 12 diputados autonómicos, plantea la necesidad de evaluar el
significado político de sus propuestas. Estas son muy claras en su propuesta
económica y política. Enmarcado en la corriente neofascista en lo político en
Estados Unidos y Europa, y en las posturas neoliberales en lo económico y
social. Más que en sus documentos programáticos, conviene juzgar a Vox por las
actitudes de sus dirigentes y las posiciones propuestas ante los grandes
problemas nacionales e internacionales.
En este
artículo hemos optado por tomar de los medios de comunicación algunos ejemplos
de su actitud sobre ese tipo de cuestiones, que resaltan con especial
contundencia las posiciones de Vox:
Un partido
militarista
La aparición de
altos jefes militares retirados en sus listas es sumamente llamativa. Aun
tratándose de generales en situación de retiro, es un número superior al que
pueden tener todos los demás partidos que se presentan a las elecciones. Veamos
una primera lista incompleta:
- Manuel Mestre Barea, teniente general del Ejército del Aire, cabeza de lista por Alicante. Ha sido acusado de un delito de plagio en el concurso para acceso al generalato.
- Alberto Asarte Cuevas, general de división, numero uno por Castellón.
- Agustín Posety Fernández de Castro, general de brigada de Infantería de Marina, cabeza de lista por Cádiz. Firmante del manifiesto de cientos de militares retirados de apoyo al régimen franquista y al golpe militar de 1936, miembro de la Real Academia Hispano Americana y de la Asociación Católica de Propagandistas.
- Fulgencio Coll, general, ex jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, candidato a la Alcaldía de Palma.
- Antonio Budiño Carballo, general de división del Cuerpo de Intendencia del Ejército de Tierra, cabeza de lista por la provincia de Pontevedra. Intervino en operaciones multinacionales en Croacia, Albania e Irak.
- Un coronel cuyo nombre se reserva, destinado 11 años en la Legión como teniente y capitán, numero uno por Melilla.
Esta presencia
militar del más alto nivel en las listas de las próximas elecciones implica un
grado de complicidad entre Vox y los altos mandos de las Fuerzas Armadas que se
extiende a los temas políticos más sensibles de la actualidad, y muestra el
propósito de influir en la opinión pública, mostrando un apoyo militar al
partido de la extrema derecha.
Pero esta
complicidad de altos mandos cobra mayor significado si se toman en cuenta
actuaciones de distintas personas o sectores de las Fuerzas Armadas cercanos o
afines a Vox, que se han hecho públicas en marzo o abril, estando ya convocados
los distintos procesos electorales, y que se refieren a temas sensibles a
demandas militares o cercanas a ellas. Por ejemplo, el cabo Jenner López,
presidente de la Asociación Profesional 45 Sin Despidos, se opone a la salida
forzosa de las Fuerzas Armadas de los militares con contrato temporal al
cumplir los 45 años de servicios. En un acto de organizaciones de militares y
policías realizado en Madrid en marzo de 2018, hablaron dirigentes de Vox, así
como el cabo López, y reclamaron la equiparación salarial de los diversos
cuerpos militares y de seguridad. En su intervención López criticó que Abascal
defendiera el restablecimiento del servicio militar obligatorio en España,
cuando el mismo Abascal se libró del servicio por sucesivas prorrogas
encadenadas. También reclamó que los numerosos soldados musulmanes tengan el
derecho legítimo de poder elegir religión. Por sus intervenciones López fue
sancionado con 12 días de multa por falta disciplinaria grave.
Otro ejemplo:
su defensa de la legalización de la tenencia de armas: Santiago Abascal,
secretario general del partido, abogo por “un cambio radical urgente” de la ley
sobre tenencia de armas para que los ciudadanos puedan disponer de un arma en
su casa y usarla “sin tener que enfrentarse a un infierno judicial, a penas de
cárcel o incluso a indemnizaciones a los familiares de los asaltados.”
Su alianza en
política internacional con la extrema derecha es también manifiesta. En Estados
Unidos mantiene estrechas relaciones con la derecha del Partido Republicano y
con los sectores más ultraderechistas del país, con Bannon, el analista de
Trump que dirigió su campaña a la Casa Blanca, abanderado de la pena de muerte,
del armamento de libre acceso y del combate contra la inmigración. En todo el
mundo mantiene cercanía con las derechas más extremas, como los partidos
fascistas en Europa, señaladamente en Francia, Italia, Hungría, el apoyo
incondicional a Israel para la capitalidad de Jerusalén y la soberanía israelí
sobre los Altos del Golán y es solidario con Estados Unidos en su política
prosionista de enfrentamiento contra Palestina y los países árabes.
La visita de su
responsable internacional al partido ultra de Polonia y su acercamiento a los
otros países de extrema derecha del área del este europeo, como Hungría,
también es otro ejemplo.
Vieja y nueva
ultraderecha
También es muy
visible la presencia en sus filas de antiguos miembros de la ultraderecha
española. Son numerosos los antiguos miembros de partidos de la extrema derecha
española en las filas de Vox. Entre ellos figuran históricos miembros de Fuerza
Nueva, el partido de la ultraderecha fundado por Blas Piñar durante la
Transición.
Un caso notorio
es el de Kiko Méndez Monasterio, quien junto con Marcos Calera fue condenado el
26 de abril de 1999 por el Juzgado de Instrucción Nº 8 de Plaza Castilla, por
los delitos de lesiones y amenazas contra Pablo Iglesias, al pago de
indemnización económica. Kiko era miembro del grupo fascista Alianza por la
Unidad Nacional en cuyo nombre realizó los delitos mencionados, que estaba
dirigido por el conocido fascista Sáez de Inestrillas. Actualmente, Kiko es
asesor de Abascal en Vox.
En las listas
de Vox militan también miembros de las asociaciones de víctimas del terrorismo,
significados en su oposición a ETA, como es el caso de José Alcaraz, que ha
sido nombrado senador de Andalucía por Vox. Fue fundador de la AVT.
En cuanto a
Abascal, su historia política comienza a los 29 años, cuando fue Presidente de
las Juventudes (Nuevas Generaciones) del País Vasco y diputado autonómico. En
2011 Aznar asistió al quinto aniversario de la creación de la Fundación DENAES,
presidida por Abascal. DENAES y FAES, la fundación dirigida por Aznar, eran
almas gemelas, hasta que la competencia entre ambas por dirigir a la derecha
española hizo surgir roces y diferencias entre las dos corrientes derechistas.
Por su parte,
el líder de Vox en Lleida, José Antonio Ortiz Cambray, fue detenido por los
Mossos d’Escuadra acusado de abusar sexualmente de hombres con discapacidad el
5 de marzo. Educadores de la Fundación Alosa, que tutela a varios
discapacitados, cursaron una denuncia ante los Mossos, quienes sospechan de la
existencia de 4 víctimas. Ortiz concurrió a las elecciones municipales de
Lleida en 2011 como Plataforma per Catalunya, y luego pasó a Vox, que dispone
de cerca de un centenar de miembros en la provincia. En 2016 se presentó como candidato
al Senado por Vox. No obstante, este partido niega que Ortiz sea presidente ni
tenga ningún otro cargo en Vox, tal como se presentaba.
Javier Ortega
Smith, número 2 de Vox, tiene abierta una investigación penal por un supuesto
delito de odio, que podría haber cometido al asegurar que “el enemigo común” es
la “invasión islamista”, en un mitin pronunciado en Valencia el 16 de
septiembre de 2018. La denuncia fue presentada por la organización Musulmanes
contra la Islamofobia por haber sostenido en dicho mitin que “nuestro enemigo
común, el enemigo de Europa, el enemigo de la libertad, el enemigo de la
familia, se llama la invasión islamista […] cada vez más europeos se están
poniendo en pie y no están dispuestos a que se derribe sus catedrales para ser
sustituidas por mezquitas”.
En Albacete la
dirección de Vox decidió cesar a su candidato al Congreso por sus polémicas
declaraciones. Fernando Paz hizo manifestaciones ofensivas sobre los
homosexuales, así como otras negacionistas y revisionistas sobre el Holocausto,
que motivaron un comunicado de la Federación de Comunidades Judías de España
para “rechazar la candidatura de Paz en las listas de Vox” ya que “es
inadmisible que una persona con este pensamiento se postule para un cargo de
representación pública”. Anteriormente Paz había sido miembro de la
organización de extrema derecha Alianza Nacional, y en un acto afirmó que el
hacinamiento y las enfermedades jugaron un papel enorme en la mortalidad que se
produjo en los campos de concentración; y en un acto de Falange en 2016
atribuyó los asesinatos de judíos en Europa “en muchísimos casos al estado
absolutamente caótico, a la falta de alimentación, a la extensión del tifus en
los campos de concentración”. En síntesis, negaba la existencia del Holocausto
y el asesinato de millones de judíos en Europa. (El Mundo, 22 de marzo
de 2019).
Otro dato
importante es el apoyo con que cuenta del sector más derechista del Vaticano:
Abascal se distanció de declaraciones del Papa Francisco, que este hizo como
persona, relativas a inmigración. Sin atacarlo directamente, lo contrapuso a
palabras del cardenal Robert Sarah de Guinea Conakry del que tuiteó la frase:
“La iglesia no puede colaborar en esta nueva forma de esclavitud en que se ha
convertido la inmigración de masas”. Sarah, prefecto de la Congregación para el
Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a quien el Papa desautorizó en
alguna ocasión, encabeza el sector más ultramontano del Vaticano. Sarah compara
la ideología de género con el Estado Islámico y la califica de “demoníaca”.
Un programa
económico neoliberal
Rubén Manso fue
encargado por Vox como responsable de presentar su programa económico; Manso es
inspector en excedencia del Banco de España, doctor en Ciencias Económicas y
Empresariales, presidente del Consejo de Administración de Eurobank del
Mediterráneo entre 2003 y 2004, y teniente del Ejército de Tierra en la
reserva. En un acto en 2012 conjuntamente con Santiago Abascal, Alejo Vidal
Quadras y Jose Antonio Ortega Lara, todos fundadores de Vox, “el reparto de las
cargas publicas debe abandonar el absurdo principio de la progresividad” según
el cual “deben contribuir proporcionalmente más quienes más tienen.
“Discriminar a los individuos en función de sus ingresos (es decir, hacer pagar
más a los más ricos) conduce a que desiguales niveles de esfuerzo y merito
produzcan iguales niveles de consumo y ahorro”.
Manso defiende
“un Estado reducido a su mínima expresión: la Defensa, la seguridad interior y
la justicia criminal. Estos son los servicios que debe proveer el Estado
mientras que la sanidad, la educación e incluso parte de la justicia civil
deben quedar en manos privadas”. Manso admite que algunas personas no podrán
pagarse la sanidad, por lo que el Estado debería “auxiliar a los ciudadanos
pagando estos servicios al sector privado”. Pero “en esa intervención no
debería pagarlo todo “sino solo hasta donde no alcancen los recursos del
ciudadano auxiliado”… el Estado solo debería financiar lo “necesario” partiendo
de “una definición austera del concepto de necesidad”. Todos los demás
servicios deben quedar en manos privadas y “no parece razonable subvencionar el
ocio y la cultura”.
Idéntico
criterio debiera adoptarse para las pensiones. De sus palabras se deduce la
intención de desmantelar el sistema para sustituirlo por otro privado. Los
individuos deben intentar sufragarse los gastos presentes y futuros, incluyendo
la jubilación. ¿Qué pasa con quienes no pueden pagarse un fondo privado de
pensiones? Lo que “no hay que hacer es asegurar el cobro de una pensión, porque
entonces no tendrían interés en ahorrar, ni asegurar una pensión mínima, igual
para todos”-
Hay que exigir
al que trabaja un ahorro mínimo para garantizar su futuro y “medios de vida
suficiente a quien decida venir a jubilarse a España”. Estas consignas parecen
calcadas de la doctrina de Trump y de otros neoliberales de rancia estirpe.
23/04/2019
Daniel Pereyra es escritor y miembro del Consejo Asesor de viento sur
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