miércoles, 18 de noviembre de 2020

Comunicado del Partido de lso Trabajadores de España (PTE-ORT)

 

Partido de los Trabajadores de España (PTE-ORT)



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COMUNICADO DEL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES DE ESPAÑA (PTE)

¡¡A LA CALLE, QUE YA ES HORA.....!!

Trabajadores y trabajadoras del estado, la crisis del coronavirus se ha descargado sobre una sociedad con tremendas desigualdades sociales; ha aparecido en un mundo cuyo motor de funcionamiento gira en torno a la persecución de “ganancias empresariales” para intereses privados, que ha cogido por sorpresa a una forma de organizar la vida, el trabajo, la producción, la distribución y el consumo y nuestra propia subsistencia; todos ellos adaptados, para que el sistema de capitalista siga funcionando y dándoles beneficios; pues, tal como está planificada la economía, se colapsaría. El capitalismo, no puede subsistir, si no es a base del mantenimiento de escandalosas desigualdades sociales y económicas. Por eso suenan vacías y confunden las proclamas de “hacer un mundo más justo”, sin extirpar la causa de la injusticia.

A partir de esto, la mayoría de los gobiernos –incluidos los que a si mismo se llaman de “izquierdas”- están empeñados el proteger y reproducir un mundo, y una forma de vida, que después del Covid-19, será muy diferente Y no será igual, no tanto por los millones de muertos que el coronavirus provocará (en 1918, la fiebre española dejó 50 millones de muertos sin que afectara al modo de producción capitalista), sino porque ahora se están rompiendo los pilares sociales y económicos del capitalismo, sobre los que se organiza la producción de distribución y de consumo.

En España, la formación de un gobierno PSOE-UnidasPODEMOS fue recibido con esperanza, incluso por militantes y votantes del PSOE, que confiaban que la presencia de UnidasPODEMOS en el gobierno sería una garantía para que después de 45 años, se pudieran cumplir las promesas de reforma del capitalismo en sentido progresista; eternamente aplazadas por el PSOE. Además, este gobierno contó con el visto bueno de la patronal, el capital financiero, y el entusiasmo de los grandes medios de comunicación, que entendieron que “consolidaba” el proceso de integración de las demandas populares dentro de las instituciones del oligárquico-monárquicas y por tanto la aceptación de "su régimen”, y que aún en caso de necesidad, siempre se podría recurrir a una República “de reconciliación nacional” entre explotadores y explotados.

Pero con la aparición del Covid-19, una vez más se pusieron al descubierto las debilidades de la economía española: dependencia del extranjero, insuficiente industrialización, dependencia casi exclusiva del turismo, predominio de los sectores “servicios”, un endeudamiento del Estado con capitales privados nacionales e internacionales (ya sea directamente o indirectamente a través del BCE, FMI, BM, o directamente con el gobierno chino, comprador de una parte importante de nuestra deuda interna), que es equivalente a todo lo que se produce en un año en España, todo esto acompañado de una deuda de los hogares del 127% de sus ingresos anuales, de una economía sumergida que sobrepasa la cuarta parte de toda la producción, el empleo en el país que deja fuera de protección social alguna a miles de personas y cerca de 6 millones de personas al borde de la pobreza. Todo ello se traduce en la mayor tasa de desempleo de Europa, en la normalización del trabajo precario, en bajos salarios apoyados por el paro y la economía sumergida, en grandes bolsas de pobreza, y largas colas para la recogida de alimentos.

En este contexto económico, que está condicionado a la supervivencia del capitalismo, es normal que también España se sitúe a la cabeza de los países que a nivel mundial están fracasando en el intento de frenar la expansión de las consecuencias sanitarias y económicas del coronavirus. Por tanto, el freno a la enfermedad (mientras no se tenga una vacuna garantizada), responde más a causas político-económicas que a técnicas. Aquellos países, que han puesto los intereses colectivos por encima de los privados, como es el caso de China, han conseguido frenar la extensión de la pandemia, mientras que en la Europa capitalista y América es galopante; (estadísticamente a África se la ignora).

Al fracaso del Gobierno provocado por la realidad de la estructura española, se le ha unido su propia incompetencia e improvisación. Todo ello ha terminado por provocar el caos en la economía, la educación y la enseñanza, y en la paralización completa de los órganos administrativos del Estado, especialmente de aquellos que tienen carácter colectivo o social: las oficinas del SEPE, la Seguridad Social, la Agencia Tributaria y los juzgados, han terminado por ser organismos oficiales inoperantes y de “burla a los ciudadanos”, sobre todo para las personas y clases sociales más necesitadas. Miles de solicitudes de pensiones están paralizadas, el Ingreso Mínimo Vital está tan bloqueado, que el mismo Pablo Iglesias se ha quejado públicamente, es imposible hacer gestiones administrativas en los organismos oficiales, los errores de las instituciones son imposible de subsanar, los teléfonos, para simplemente conseguir cita, no funcionan. A este paso terminaremos haciendo “todo por telepatía”.

Esta situación está siendo aprovechada por la ultraderecha nostálgica del franquismo para ofrecerse como “gestores de los intereses de los grandes capitales”, por la vía dura del retroceso en cuestiones democráticas que ni siquiera ponen en peligro el sistema, y ofreciendo una aplicación contundente del “liberalismo económico” combinada con tintes abiertamente fascistas. Eso es lo que ya han hecho en Hungría y Polonia, donde esgrimiendo un falso patriotismo han acabado entregándose al imperialismo y facilitando beneficios a las multinacionales mediante reducciones salariales directas. La ultraderecha, –al igual que lo hizo Hitler- intenta ahora transmitir un mensaje social crispado, aireando y exagerando los fracasos de este Gobierno y sus efectos sobre clases medias perjudicadas por la crisis. De esta forma intentan dirigir el descontento social contra el Gobierno PSOE-UnidasPODEMOS, utilizando y manipulando, las protestas que, movidos por la desesperación, están empezando a aparecer en nuestras ciudades.

De ello la urgencia de la construcción de una “alternativa política” creíble para la sustitución del modo de producción capitalista. Pero esa “alternativa al capitalismo”, nunca se validará a los ojos de los trabajadores, si a la vez no es capaz de “organizar la resistencia” al deterioro general de las condiciones de vida de los trabajadores, en contra de los intereses del propio sistema capitalista.

La importancia de levantar esa “alternativa política obrera y popular”, independiente de una simple defensa de la “democracia en general” que ignora la existencia de explotadores y explotados, se transforma ya en URGENTE, cuando el descontento social, la miseria y el desgaste de esa “democracia formal” pueden ser aprovechados por una extrema derecha, que busca reemplazar a los viejos partidos “democráticos” para la gestión de los intereses del capital por la vía de la represión abierta y no encubierta, desarmando completamente a los trabajadores, aplicando políticas racistas, y haciéndonos retroceder decenios.

Pero tampoco los trabajadores pueden dejarse chantajear por el discurso de ¡que vienen los fascistas!, que lanzan la socialdemocracia, intelectuales, periodistas y contertulios del PSOE, o personajes ligados al Gobierno, para evitar que los trabajadores pretendan acabar organizadamente con la explotación, o puedan expresar su protesta de forma independiente, tanto de la socialdemocracia que ahora gestiona los intereses de la oligarquía española, como de la ultraderecha que pretende gestionarlos con métodos represivos.

Por todo esto, el Partido de los trabajadores de España (PTE), entiende que la única manera de defender nuestros derechos, los derechos de los trabajadores, frente a la agresión que el capital produce en nuestra vida diaria y de frenar el intento de control de la extrema derecha, es la creación de una “alternativa política obrera y popular”, que sea apoyada por el mayor número posible de fuerzas progresista y defendida en la calle, pues está visto, que en el parlamento, el control férreo del PSOE con su socio de gobierno, no nos sirve para avanza en la” igualdad social” y menos para parar los “manejos populistas” de la extrema derecha.

Por estos motivos, apoyamos y animamos a la clase trabajadora, a secunda las próximas manifestaciones políticas, republicanas, marchas de la dignidad, mareas sectoriales y anti fascistas, que se irán sucediendo en todo el territorio nacional, entendiendo que nada nos une a los violentos de la extrema derecha, negacionistas de la pandemia, y provocadores radicales, que, tras las manifestaciones, desvirtúan el propósito de las mismas, tal como estamos viendo estos días en algunas ciudades del estado.

¡¡Frenar al fascismo, y sacarlos de las calles!!

¡¡Al capitalismo, se le combate en la calle!!

¡¡Los derechos populares, también se defienden en la calle!!

Partido de los Trabajadores de España (PTE) info@partidodelostrabajadores.es

www.partidodelostrabajadores.es

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