Los
hombres buenos son de allí donde se les recuerda, aunque Celestino nació en Dudar, Granada, descansa en
Usagre, junto a su mujer Valentina y su hijo Celestino. No quiso ir a la guerra
y en su afán de alejarse de ella cuanto
pudiera acabó donde se fabricaba la guerra, en África.
Cabo
de regulares; dos tanques rusos destruidos en Guadalajara. Se escapó de Rusia
porque el capitán lo mandó a cagar a las letrinas hasta que salieran los
camiones con la tropa de la División Azul.
Ya
no paró de guerrear en la vida. Entabló batalla con los arrozales de la Isla;
perdió al primer hijo en Usagre . Tres días le costó el viaje de la Isla a
Usagre por mor de las lluvias. No pudo asistir al entierro de su hijo. Continúo
la guerra en Zaragoza. Vuelta a Usagre: cogía espárragos, bellotas y almendras,
moras en el Huertino, aceitunas y uvas por la Estación. Se acercaba a La Luná para ver brotar el agua de la arena limpia.
Juanjo,
el yerno, pensó que nadie le vio como le ponía en su ataúd, bajo el brazo
izquierdo, un frasquito con agua de la Luná y una Virgen del Pilar prendida por
debajo de la solapa del traje, para que nadie la viese porque el regalo era
para Celestino.
Cerraron
el ataúd y a la espera de su segundo hijo quedó.
*
Manuel Sogas Cotano/ Usagre, Diciembre
2016