Cuatro años después, todo ha cambiado en las
candidaturas del cambio
Por Pablo Elorduy
Kaosenlared
07.05.2019
Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cádiz, A Coruña, Compostela y
Ferrol pusieron el nombre a las “ciudades del cambio” que, en 2015, abrieron la
puerta de salida al bipartidismo y generaron espacios de confluencia capaces de
gobernar en los municipios. A veinte días de las elecciones locales, los
espacios políticos de hace cuatro años se han modificado y cada vez se parecen
menos entre sí.
“El cambio no busca amigos, el cambio dicta al ritmo al que
bailamos”. La frase, de la serie Deadwood, incide, sin
pretenderlo, en el desgaste que el significante ‘cambio’ ha sufrido desde 2015.
Muchas cosas han cambiado dentro de las candidaturas del cambio, que llegan a
las elecciones locales del 26 de mayo más viejas, con más experiencia y con
nuevas escisiones y aventuras.
El 24 de mayo de 2015, cuando esas candidaturas se auparon
como primera o segunda fuerza en un puñado de ciudades, el bipartidismo del PP
y PSOE se transformó en otra cosa, y solo pasarían unos cuantos meses hasta su
desaparición. Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cádiz, A Coruña, Compostela y Ferrol
fueron, aquel domingo de hace cuatro años, la cabeza de puente para un
desembarco en la política de una generación que hablaba en términos distintos a
los de la vieja política. No fueron las únicas ciudades en las que la izquierda
extra PSOE gobernó pero sí aquellas donde los conceptos de cambio y confluencia
—e incluso municipalismo— se escucharon con más fuerza.
Pero el ritmo de la música que se baila en 2019 se ha
modificado completamente. Del runrún de aquella primavera se
ha pasado a una música difícil de interpretar. Se han ahondado las diferencias
entre territorios e incluso a la derecha le resulta difícil etiquetarlo todo
bajo la etiqueta de “alcaldías podemitas”. Ni siquiera se comparte la
percepción de que en muchas de estas ciudades se dejará de gobernar a partir
del 27 de mayo, ya que en Cádiz o Compostela cabe la posibilidad de reeditar la
victoria.
Las elecciones del próximo 26 de mayo se presentan como una
reválida en algunos casos, en otros, el escenario ha cambiado completamente. El
adelanto de las generales al 28 de abril, aporta alguna información sobre cómo
pueden evolucionar las ciudades del cambio en la próxima cita.
MADRID: LA ESCISIÓN DE LA ALCALDESA
Los 519.210 votos que cosechó Ahora Madrid en las elecciones
locales de 2015 siguen suponiendo un récord absoluto para la izquierda “a la izquierda
del PSOE” en la capital. El 24 de mayo de 2015, un 31% de la población
optó por Ahora Madrid —frente al 15,28% que votó al PSOE—; hace una semana las
tornas cambiaron: el candidato socialista Pedro Sánchez obtuvo el 27% de los
votos y Pablo Iglesias, número uno de Unidas Podemos, sacó el 16,51%, un
total de 306.869 sufragios. Los resultados de 2019, además, se han dado en
un contexto de mayor participación, asociado a las elecciones generales, en las
que se producen más votos que en las locales y autonómicas.
El escenario de cara a las elecciones del último domingo de
mayo es el más complejo de todas las candidaturas “del cambio”. El motivo
principal hay que buscarlo en la ruptura de la confluencia que permitió el
Gobierno de Manuela Carmena. Ahora Madrid ha desaparecido por voluntad de la
propia alcaldesa, que en enero presentó su propio proyecto, generando
con ello una crisis en Podemos. Más Madrid, el nuevo dispositivo electoral de
Carmena, cuenta con algunos de los concejales de la etapa de Ahora Madrid e
incorporaciones afines a la alcaldesa.
La lista Madrid en Pie Municipalista, en
la que se han integrado los sectores descartados por Más Madrid, Izquierda
Unida, Anticapitalistas y personas procedentes de Ganemos Madrid, busca marcar
perfiles opuestos a los del Gobierno de Carmena en su relación con los poderes
fácticos de la capital. Encabezada por el exconcejal de Hacienda Carlos Sánchez
Mato, Madrid en Pie Municipalista confía en superar sin problemas el corte del
5% necesario para estar en el Ayuntamiento, para lo que necesitará alrededor de
80.000 votos.
Paradójicamente, aunque Más Madrid vaya a retroceder terreno
respecto a 2014, esta lista puede conseguir ser la fuerza más votada, habida
cuenta del previsible retroceso del PP, que también se resentirá en el terreno
local del momento de excepción en la derecha, tras la subida de Ciudadanos y el
auge de Vox.
El equipo de Carmena —después de la traumática ruptura con
Podemos— aspira a recuperar voto del PSOE, partido con el que la alcaldesa ha
mostrado simpatías. Caso de repetirse los porcentajes que se dieron en las
generales, los tres partidos de la derecha sumarían suficiente para gobernar la
ciudad, siempre y cuando se pongan de acuerdo para hacerlo.
De momento, la ausencia de Más Madrid de los principales
debates electorales —ordenada por la junta electoral central— restará fuerza a
la campaña de Vox, Ciudadanos y PP contra Carmena, y dará visibilidad a Madrid
en Pie Municipalista de cara a unas elecciones en las que aparece con la
desventaja de haber sido el último espacio político en conformarse.
BARCELONA: COLAU PUEDE PERDER EL PRIMER PUESTO
Las proyecciones en Barcelona son también complicadas, ya que
operan lógicas distintas en las elecciones generales, autonómicas y locales. En
2015, Barcelona En Comú (BeC) fue la fuerza más votada en las elecciones
municipales con el 25,21% de los votos. El equipo encabezado por Ada Colau se
impuso a Convèrgencia —una parte de la cual concurrirá en 2019 con la marca
Junts Per Catalunya— y ha gobernado con una geometría muy variable (y muy
difícil por momentos) marcada por la presencia de seis grupos distintos en el
Ayuntamiento.
Los 176.000 votos largos que BeC obtuvo en 2015 se relacionan
con los 142.763 obtenidos por En Comú Podem en las pasadas elecciones
generales, pero el equipo municipal aspira a recuperar parte de esos 35.000
votos para mantenerse como fuerza más votada. El eje en Barcelona no será,
previsiblemente, el de izquierda-derecha si no el triple eje entre comunes,
independentistas y unionistas (PSC, Ciudadanos).
La principal competidora de Colau por la primera plaza es
Esquerra Republicana de Catalunya, que presenta a una de sus figuras de
referencia, Ernest Maragall, a la alcaldía. Los sondeos sitúan a ERC como
primera fuerza con diez de los 41 diputados y a Colau como segunda. PSC y
Ciudadanos —partido por el que se presenta Manuel Valls— se muestran hostiles a
una repetición de Colau, y el nacionalismo español de PP y Vox puede limarse
entre sí el 5% necesario para entrar en la corporación.
Las Candidaturas d’Unitat Popular también pueden quedar
fuera, debido al efecto arrastre que Maragall puede suponer en el proyecto del
independentismo en Barcelona. En cualquier caso, el próximo ayuntamiento está
abocado a funcionar con pactos complejos y, de ser primera fuerza, Colau estará
en buena posición para aprovechar el escenario fragmentado a partir del 27 de
mayo.
ZARAGOZA: FRACTURA Y PÉRDIDA DE LA ALCALDÍA
Con 80.000 votos —solo 7.000 menos que el PP— y el apoyo de
investidura del PSOE, Pedro Santiesteve se convirtió en alcalde de Zaragoza en
mayo de 2015. Como Carmena y Colau, Santiesteve repite como candidato en 2019
bajo las siglas de Zaragoza en Comú. Como Carmena, los últimos meses han estado
marcados por las discrepancias con la dirección estatal de Podemos, disputas
que ha llevado a la división en el seno de la confluencia. Violeta Barba se
presenta como alcaldable por las listas de Podemos-Equo al margen de Zaragoza
en Común, después de que, a finales de abril, no se llegara a un acuerdo
para la confección de una lista conjunta.
En las elecciones generales del 28 de abril, el PSOE fue la
fuerza más votada en la capital del Ebro, donde obtuvo más del 30% de los
votos. Como en Madrid, Santiesteve aspira a que parte de esos votos en clave
nacional regresen en las locales a Zaragoza en Común. Por su parte, Unidas
Podemos obtuvo el 14,92% de los sufragios, 58.000 votos, a los que aspiran
tanto Barba como el propio Santiesteve.
En cualquier caso, los sondeos preelectorales apuntan a una
victoria clara de los socialistas en la capital —a rebufo de la victoria en las
autonómicas— aunque tanto en el plano local como autonómico las tres derechas
podrían alcanzar la mayoría para un pacto “a la andaluza”. Zaragoza en Común no
repetirá las cifras de 2015 y, según las encuestas, Podemos, la Chunta
Aragonesista y la confluencia encabezada por Santiesteve sumarán dos concejales
cada uno en un Ayuntamiento formado por 31 ediles.
BUENOS AIRES EN CÁDIZ
Una balsa de aceite. Es lo que parece el proyecto “del
cambio” en Cádiz sobre todo si se compara con el resto de confluencias en el
Estado. José María González ‘Kichi’, alcalde de la ciudad, comparece como
cabeza de lista de Adelante Cádiz para repetir en el cargo y las encuestas
dicen que lo tiene al alcance de la mano.
En 2015, Kichi obtuvo 18.277 votos con Por Cádiz Sí se Puede.
Para 2019, la candidatura ha incorporado a Ganar Cádiz en Común, que en aquella
ocasión obtuvo dos concejales y cinco mil votos largos. Si bien los resultados
de las elecciones generales denotan cierto estancamiento con respecto a esas
cifras —18.163 votaron por Unidas Podemos en abril—, el proyecto de Kichi
aspira a recuperar gran parte de los votos que hicieron del PSOE el partido más
votado en las generales.
En la derecha, Juancho Ortiz, como candidato del PP, tiene
muy difícil alcanzar la primera plaza que obtuvo Teófila Martínez en 2015,
posición que fue insuficiente para que la sempiterna alcaldesa popular
repitiera mandato. La entrada de Vox y el previsible crecimiento de Ciudadanos
(que ya fue segunda fuerza en las autonómicas de diciembre) plantean un
escenario de división de la derecha que debería consolidar un segundo mandato
de Kichi, activo importante de Adelante Andalucía y, por extensión, de Podemos.
CORUÑA, COMPOSTELA, FERROL: TRAS LA TEMPESTAD
La implosión del espacio político gallego, que se plasmó en
abril en la candidatura de En Marea al margen de Podemos y Esquerda Unida
(EU) —candidatura que no logró obtener representación— tiene, en apariencia,
menos consecuencias en las elecciones municipales de lo que tuvo en las pasadas
generales. Otro factor importante es que en el panorama gallego, la división de
la derecha no es tan determinante, ya que Vox y Ciudadanos no tienen apenas
raigambre en el electorado conservador.
La ruptura orgánica vivida en los últimos dos años hacen que
se mantengan dos listas distintas en Ferrol, donde se
presentan Ferrol en Común —formada por Podemos, Anova y Esquerda Unida (EU)— y
Marea de Ferrol —espacio vinculado a Luís Villares, portavoz de En Marea en el
Parlamento de Galicia—.
En 2015, Ferrol en Común obtuvo el 21,98% de los votos, que,
unidos a los resultados de PSOE y BNG, permitió gobernar a Jorge Suárez
Fernández, quien repite como candidato. En las pasadas generales, Unidas
Podemos obtuvo 7.047 votos, casi los mismos sufragios que entonces y En Marea
apenas 307 votos. De cara a las municipales, Suárez, que viene del espacio
político de EU, aspira a recuperar parte del voto que se dirigió al PSOE en las
generales para superar al PP, que fue primera fuerza en las elecciones de 2015.
En Coruña, Xulio Ferreiro (Marea Atlántica)
aspira también a renovar mandato. Marea, con 36.842 votos —cuatro más que el
PP— fue la fuerza más votada en 2015. Las pasadas generales “restaron” 8.000
votos a Unidas Podemos respecto a esos resultados, sufragios que fueron a parar
al PSOE, que fue claro ganador en la ciudad con el 32% de los votos. Ferreiro,
que tiene tirón entre los votantes socialistas, se desligó de la campaña de
Unidas Podemos tras el cisma vivido en los últimos dos años.
Compostela Aberta obtuvo una victoria clara en 2015, cuando
consiguió el 34,58% de los votos. Martiño Noriega también repite como candidato
a alcalde de Santiago de Compostela, y lo hace en una situación similar a la de
Xulio Ferreiro: aspira a repescar a votantes del PSOE para derrotar a un PP que
obtuvo en la ciudad el domingo 28 cifras muy similares a las obtenidas en 2015.
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